Aunque Peter no estaba de acuerdo con la decisión de su jefe y amigo, accedió de inmediato a cumplir con su orden.
_ Deja de mirarme así Peter _ le dijo James sin mirarlo y con el tono arrogante tan caracteristico en él. El fornido hombre lo miró por unos segundos ya que James había decidido ir en el asiento del acompañante. _ Sabe que no le temo a nada, pero llevarlo al Bronx es mi limite _ sonrió y luego carraspeó _ espero que ella valga mucho la pena como para meternos en ese lugar, si su padre lo supiera... _ ¡Callate! _ le ordenó _ Tú trabajas para mí, por lo tanto, deja de cuestionarme. James no tenía idea de como era ese lugar, tampoco le importaba mucho, lo único que le interesaba era encontrar a Sofia y hablar con ella, de ninguna manera dejaría las cosas así. Pero ¿Por qué? Cerró sus ojos proyectando y vivenciando la acentuada hermosura de la joven. Era alta y esbelta, dueña de una figura atlética; largas piernas, cintura pequeña y cadera bien torneada. Tenía rasgos delicados; hermosos y grandes ojos verdes, un largo y lacio cabello rubio, una pequeña y respingada nariz y unos labios rosados y pronunciados. Labios que él había probado y que deseaba volver a hacerlo. ¿Acaso era por eso por lo que quería volver a verla? ¿Qué insólito encanto había echado sobre él? ¿Era su extraordinaria belleza o su beligerante e impertinente carácter? Por lo que fuera, él necesitaba volver a verla y no estaba dispuesto a esperar, y si él quería algo lo obtendría sin medias tintas. _ Yo se la hubiese llevado señor sin necesidad de traerlo aquí, sabe muy bien que nadie me puede decir que no _ bromeó Peter. El imperturbable James siguió serio atrapado en sus propios deseos y pensamientos. _ Conozco muy bien tus métodos y dudo mucho que puedas convencerla, no tienes una idea de lo que es esa chica _ dijo James. Peter parpadeó. Parecía que el joven hablaba de ella con cierta admiración y embelesamiento. La única vez que James había emitido un juicio así sobre una chica fue cuando se había enamorado de aquella joven, Anna. “No, no puede ser. Tiene que ser por otra cosa por la que la está buscando, porque si es lo que pienso... su padre lo mataría” pensó preocupado. _ Como usted diga ... estamos llegando al lugar, prepárese _ le dijo con seriedad el hombre. James observó levemente la zona. El contraste entre Manhattan y el Bronx era muy evidente; casas modestas, coloridos murales que adornaban edificios gastados a su alrededor y calles estrechas. La reputación del Bronx podría ser áspera y su historia tumultuosa, pero irradiaba una belleza cruda que no podía ignorarse. A pesar de adentrase en un mundo totalmente desconocido por él, James no se sintió intimidado en absoluto. Su educación y personalidad lo llevaba a enfrentarse con seguridad a lo que fuera sin amedrentarse. _ Estamos a tiempo de irnos _ sonrió Peter. _ Limitate a tu trabajo, ya bastate tengo con haber accedido a traer a los guardaespaldas _ le dijo molesto el joven. Los opulentos y lujosos vehículos se detuvieron en una casa del barrio de Pelham Bay, adosada con ladrillos a la vista, con un pequeño porche decorado con luces festivas y una guirnalda navideña, dándole un toque de calidez y alegría a la fachada. _ Llegamos, esa es la casa _ le dijo Peter. James bajó la ventanilla y miró detenidamente la casa. Tragó saliva, por alguna razón se sentía nervioso. Descendió del auto y respiró hondo, se abotonó el abrigo, como tratando de retrasar el momento en el que debía dar la cara. “Pero ¿Qué diablos estoy haciendo? ¿Qué me pasa por la mente como para llegar hasta aquí? _ pensó contrariado. Sin embargo, lentamente emprendió la marcha, seguido de cerca por Peter y sus guardaespaldas. Sofia estaba en la pequeña sala de su hogar tomando un café junto a su padre quien la miraba inquisitivamente y con su hermano Gio quien disfrutaba de un rico chocolate caliente. _ No entiendo el porque te despidieron _ le dijo el hombre frunciendo el ceño _ tú siempre has sido una empleada ejemplar. Ella meneó la cabeza, no estaba segura de contarle la verdad a su padre, ya que conociéndolo era capaz de buscar a James para pedirle explicaciones. _ Ya te lo he dicho papá. Discutí con uno de los huéspedes, me agarró en un mal día... tú ya me conoces _ dijo sonriendo mientras se escondía detrás de la taza de café _ no le he partido la cara solo porque fui buena. Angelo Lombardi suspiró y negó con la cabeza. _ Ay Sofia, tú y tu carácter _ dijo sonriendo _ en fin, ahora puedes dedicarte de lleno a tus estudios, siempre me negué a que trabajaras y lo sabes bien. Ella se encogió de hombros. _ No papá, buscaré empleo... ya me conoces. El sonido del timbre los interrumpió, Sofia casi agradeció eso ya no quería seguir hablando sobre el tema. Gio salió corriendo para abrir la puerta y al hacerlo quedó atónito. _ ¡Guau! ¿Son los hombres de Negro? _ dijo mirándolos con asombro. James se quitó los anteojos y miró al pequeño detenidamente. _ No lo soy, soy James y, ¿Tú? _ le dijo seriamente. _ Soy Gio, ¿Qué quieres? _ Estoy buscando a Sofia, ¿Puedes llamarla? El niño asintió y salió corriendo. _ ¡Sofi... ¡Sofi! te buscan _ gritó Gio. Ella se incorporó inmediatamente y fue corriendo hasta la puerta. Quedó inmóvil al ver quien era, su corazón comenzó a latir con fuerza, James la miró fijamente y luego sonrió. _ Tú _ musitó ella con voz trémula_ no puede ser... El dio un paso adelante. _Sí, yo _ dijo él mirándola a los ojos acercándose aún más a ella hasta quedar frente a frente.Sofia trató de dar un paso hacia atrás, pero James la retuvo tomándole suavemente el brazo, ella se estremeció. _ Tenemos que hablar _ le susurró él al oído _ Supe lo que pasó. He venido a enmendar ese error. _ Suéltame _ musitó ella _ por tu culpa me despidieron. Él acercó a ella de manera intimidante sus respiraciones se entremezclaban ligeramente. _ Sofi, ¿quién es? _ preguntó Angelo quién aún permanecía en la sala. James apretó aún más su brazo, la miró fijamente y sonrió divertido. Sofia no quería darle explicaciones a su padre, ¿Qué le diría? “¿Es el hombre que me besó y luego me despidió?” _ No es nadie papá, ahora voy _ le dijo mirando fijamente a James con desdén. El joven siguió inamovible en su postura arrogante sin un ápice de inseguridad, a Sofia le costaba mantener la calma ante él. _ Por favor hablemos… _ musitó James con voz ronca _ ¡necesito hablar contigo! Ella iba a decirle algo, pero de pronto la voz de su padre los interrumpió. James al verlo soltó suavem
James le tendió la mano, para ayudarla a bajar del auto, Sofia lo miró y sonrió divertida. _ Es broma, ¿No? _ lo miró con incredulidad _ Puedo bajar sola, mis manos y piernas funcionan a la perfección. No podía permitirse el lujo de dejarse tocar por él. Ese hombre despertaba en ella una turbulenta mezcla de sentimientos, por un lado, rechazaba ese comportamiento soberbio que él tenía y por otro su atractivo era indiscutible. Lo miró un instante, era extremadamente guapo, pero esa atracción iba más allá de lo físico. James en sí, parecía ser un gran enigma; parco, orgulloso y autoritario, pero con extrañas actitudes como la que había tenido para con ella, una simple mucama. Sofia tuvo que admitir que ese hombre la desconcertaba. James seguía con su mano tendida, como si no la hubiese escuchado. Ella revoleó los ojos y resopló. _ Uff, como quieras _ dijo tomándole la mano para bajar. Cuando ella se incorporó quedaron frente a frente, mirándose a los ojos por un instante. Peter le
James se volvió hacia el gerente y a Katrina quienes lo miraban aterrados, ellos eran conocedores del gran poder que el joven poseía, una palabra de él y estarían acabados, así que permanecían en silencio como esperando la sentencia. _ Quiero que sepan que la decisión que he tomado es en base a lo que Sofia me ha pedido _ los miró con arrogancia _ si llego a saber que intentan dañarla o la más mínima cosa que hagan le afecta, me aseguraré de que tengan una existencia más miserable de la que ya tienen. Nadie que se meta con mi novia saldrá ileso. Todos se miraron entre sí atónitos, hasta Peter se quedó mudo del asombro._ ¿¡Novia!? _ espetaron todos incluso Sofia.La joven iba a decir algo, pero James la tomó del brazo y le dio un breve beso en los labios para callarla, ella le dio un suave empujón para separarse._ ¿En qué momento quedamos en que éramos novios?... ¿Qué estás diciendo? _le dijo ella entre dientes sonriendo sin saber que hacer _ Por favor, olviden lo que ha dich
Sofia se quedó pasmada cuando vio la exclusiva suite que le habían asignado para que se hospedara esa noche ahí. _ Señor Smith, tiene que haber un error _ le dijo mirándolo con extrañeza _ quizás le entendió mal al señor Fenton. _ En absoluto señorita Lombardi. El señor ha sido más que claro en sus órdenes, ¡Ah!... están viniendo la maquilladora y el peinador, también un asesor traerá vestidos y zapatos para que se pruebe, ya tenemos sus datos así no hace falta que nos dé su talla _ le dijo sonriendo amablemente. Ella negó moviendo su cabeza. _ Eso no hace falta, no lo necesito _ dijo levantando su palma en señal de rechazo. _ Son órdenes y debo cumplirlas _ le dijo con seriedad el gerente _ Sofia, hablando en confianza de esto depende mi trabajo. Lamento haberla despedido sin investigar bien, pero... ¿Cómo iba a saber que ustedes tenían una relación? Además usted, me dijo que el señor Fenton se había comportado mal con usted y que por eso lo había golpeado… Discúlpeme todo
Peter la acompañó hasta la suite sin decir una palabra, no dejaba de pensar en la suerte que había tenido James en encontrarse por casualidad a una criatura tan bella. Mientras tanto, Sofia aparentaba una serenidad que no tenía, su estómago estaba hecho un nudo de los nervios que tenía, nunca ni en sus sueños más locos habría imaginado una noche así. Apenas entró, vio a James que la estaba esperando, ambos se miraron y la conexión entre ellos fue instantánea. El le tendió la mano y ella esbozando una leve sonrisa se la tomó con suavidad. _ Me has dejado pasmado _ le dijo James con su habitual sinceridad _ eres la mujer más hermosa que he conocido. Ella no pudo evitar reír. _ ¿Puedes hacerme un favor? _ le dijo ella mirándolo divertida. _ El que quieras _ le dijo seriamente él. _ No me subestimes. ¡No necesito esa clase de cumplidos! Puedo vivir sin ellos _ dijo con sarcasmo. Él la miró frunciendo el ceño. _ Siempre digo lo que pienso, si mi sinceridad te molesta te pid
_ ¿Nuestra noche? ¡ja! _ Sofia mostraba descreimiento ante las palabras de James _ ¿Te estás escuchando? … esto es simplemente una cena, una más para ti y algo novedoso y porque no, único para mí. Pero ambos sabemos que es solo eso…Lo decía con un cierto dejo de angustia. Podría estar muy atrapada en aquella noche de ensueño, pero aún tenía sus pies en la tierra. James la tomó suavemente de los hombros mirándola a los ojos, había algo en Sofia que no le permitía aceptar lo que ella le decía. _ Dime Sofia, dime qué crees lo que me estás diciendo _ le dijo con firmeza _ No soy una persona a la que le gusten este tipo de cosas, ni me tomo la molestia de hablar con alguien así porque sí. Me gustas tal y como eres, ¿Está mal eso? ¿Tienes alguna relación que no nos permita seguir viéndonos?Sofia abrió la boca lentamente para decir algo, pero ¿Qué decir ante semejante declaración? Hacia unas horas apenas conocía a ese hombre y ahora, estaba teniendo una cita por demás romántica con é
Sofia se sacó el vestido con rapidez como si le quemara. Su utopía romántica se había hecho añicos de un segundo para el otro y sin saber muy bien el porqué. _ Maledetto, ¿Por qué tuvo que ir por mí? _ dijo furiosa _ Y yo, ¿Por qué accedí a venir con él? … soy una estúpida, eso me pasa por dejarme arrastrar por la corriente _ sonrió con ironía _ ¡maldita Jane Austen! ¿Quién me mandó a leerte y creer que existen esos maravillosos amores y pensar que algo así me podría ocurrir a mí?... ¡Oh, si nunca te casaste! _ bromeó _ ahora lo entiendo. Miró a su alrededor todo estaba tan perfectamente dispuesto que hasta un fino pijama le habían dejado. Sin duda él o quien fuera, había pensado en todo, para que se sintiera cómoda y como en casa. Pero esa no era su casa, ni tampoco un lugar en el que se sintiera a gusto. Buscó su ropa y sus cosas, dudó un momento pensando que hacer y donde ir a esa hora. _ No, definitivamente no quiero quedarme aquí ni ir a mi casa... ni muerta le avisaré a Aidan
Apenas Sofia se había retirado de la habitación, James quedó absorto en sus pensamientos. Se pasó la mano por el negro cabello tratando de ordenar sus ideas. _ Pero ¿Qué me pasa? Estoy haciendo una estupidez tras otra _ decía mientras caminaba de un lado al otro como si fuera una fiera enjaulada _ ¿Por qué diablos hice eso? No quise proceder como un cretino con ella y lo terminé haciendo. Tendría que haberle explicado que no quiero hacerle daño... que mi vida es un poco complicada, aunque ella piense lo contrario. Pero si se lo decía, posiblemente tampoco lo hubiese entendido. Sin duda, Sofia había llegado a su vida para ponerla de cabeza completamente. Desde aquel encuentro en la calle todo él era un completo caos, nunca había hecho tantas cosas sin pensar como hasta ese momento. ¿Había hecho cosas cuestionables en el pasado? Sí, lo había hecho, pero siempre bien planificadas, ya que era un estratega innato, pero de repente llegaba esa chica por demás bulliciosa e impetuosa a b