— Mmm~ Rouse hizo un sonido mientras estaba forcejeando para que su nuevamente jefe, Mason Miller, la soltara. Finalmente, ella logrĂł su cometido empujando a ese apuesto hombre rubio, de inmediato Rouse comenzĂł a caminar en direcciĂłn a Leandro que venĂa hacia ellos a pasos rápidos. Mason hasta ese instante, se dio cuenta que ahĂ estaba su mejor amigo terminando sorprendido sin decir ni media palabra. — Leandro no es que lo que estás— Antes de Rouse poder terminara de hablar, Leandro le pasĂł caminando al lado sin siquiera volverla a ver. Ella se girĂł hacia atrás de inmediato, siguiendo a su novio con la mirada y guardĂł silencio. ¡PAF!  Leandro le diĂł un golpe a puño cerrado a Mason a tal punto que ese hombre rubio perdiĂł el equilibrio y terminĂł cayendo sentado. Rouse se asustĂł. — ¡No¡ ¡DĂ©jalo Leandro! — GritĂł ella intentando que su
9: 00 am.Al dĂa siguiente, en la agencia AM MILLER. — Señor, hay alguien que le busca urgentemente, no tiene cita agendada, pero me pidiĂł que le entregue esto. — DecĂa amablemente la secretaria de Mason, Ashley. — ÂżPuedo saber por quĂ© estás aceptando entregarme notas de extraños que simplemente vienen? — Preguntaba Mason de mal humor esa mañana sosteniendo en sus manos la tarjeta que le entregĂł la joven secretaria. Cuando el atractivo hombre de cabello rubio posĂł sus ojos grises en la tarjeta, se sorprendiĂł de inmediato. — ¡Olvida lo que he dicho! Hazla pasar de inmediato. — PidiĂł Mason apurado. Fue entonces, que la secretaria hizo tal como Ă©l ordenĂł. …..Tap, tap~ Sonaban las zapatillas de la pequeña mujer con aspecto inocente sobre el mármol. — PensĂ© que no ibas a recibirme~ — ComentĂł ella de manera juguetona. Mason Miller suspirĂł con pesar aĂşn sentado trás el escritorio, Ă©l apoyĂł su codo en el descansa brazos derecho de su cĂłmoda silla y seguidamente su mandĂbula sobre su
3: 30 pm. En la casa del doctor Parker. — Todo ha quedado arreglado. — InformĂł Patrick. — Un auto te está esperando fuera, Rouse, apenas llegues a mi mansiĂłn, mi mayordomo ahĂ, va a guiarte al aviĂłn privado; todo está listo para que vuelvas donde solĂas vivir antes en Costa Rica, yo mismo voy a ocuparme de darte el tiempo necesario e impedir que Leandro de contigo. — Oh Patrick muchas gracias, a ti tambiĂ©n Annie… No se que harĂa sin ustedes dos. — Rouse entre lágrimas abrazĂł a sus amigos. — Es lo menos que podemos hacer. — ContestĂł Annie cabizbaja. — DespuĂ©s de todo hemos sido nosotros los que te metimos en esto. — No digas eso Annie. — DecĂa Rouse alejándose de ellos. — Han hecho demasiado, gracias a ustedes… Yo pude conocer mejor a Leandro… Me gustarĂa… Decirle… Pero… Antes de que Rouse dijera algo más. Los tres se quedaron viendo al niño que bajaba las escaleras junto a su abuela y a Alice, quien llevaba una maleta. — ¡Mamá! — ExclamĂł el pequeño James sonriente. — ¡Mira abu
Leandro Carletti reciĂ©n llegaba a su mansiĂłn y fue recibido por su mayordomo. — Señor, que sorpresa que estĂ© usted tan temprano en—— AhĂłrrate la palabrerĂa Steven. — Le interrumpiĂł Leandro. — ÂżDĂłnde está Rouse? — PreguntĂł seriamente, exigiendo repuestas. El mayordomo se puso un poco nervioso en ese momento, sabĂa que no podĂa ocultarlo mucho tiempo. — No lo sĂ©, señor… — ¡Ja! ¡¿Crees que soy un imbĂ©cil?! — PreguntĂł Leandro exaltado. — ¡Mi informante me ha dicho que Rouse saliĂł junto a Alice y llevaba unas maletas! ¡Te preguntĂ©! ¡¿DĂłnde está mi mujer?! — ExigĂa informaciĂłn, ese CEO furioso. El mayordomo exhalĂł sintiĂ©ndose mal por la mujer que hace pocas horas se habĂa marchado. "Lo siento tanto señorita Becker" PensĂł el señor rubio. — La señorita efectivamente saliĂł de la mansiĂłn esta tarde. Leandro continĂşo caminando hacia la habit
8: 30 pm. — Por fin llegaste. — SonriĂł Thomas a Leandro. — Tenemos algo muy importante que decirte sobre tu amad—— ¡Rouse desapareciĂł! — ExclamĂł Leandro posando su mano derecha en el borde de su frente, en una señal de frustraciĂłn. Los dos primos se quedaron sorprendidos viĂ©ndole. — ÂżQuĂ© has dicho? — PreguntĂł Mason con incredulidad. — ¡No está! Ella se fue y… Nadie sabe a dĂłnde. — Leandro frunciĂł el ceño en ese instante, acercándose rápidamente a dĂłnde estaba sentado Mason. ¡PAM! El fuerte sonido de las manos puestas con irá de ese italiano, sacudiĂł un poco la mesa causando que la bebida de Mason se terminara regando. — ¡¿Que diablos haces?! — PreguntĂł Mason enojado. — ¡No te hagas! ¡TĂş debes saber dĂłnde está ella! ¡Dijiste que tenĂas algo importante que decir! — Señalaba Leandro enojado a su mejor amigo. Thomas por otro lado solo veĂa la escena tomando de su bebida en paz. — ÂżYo? ¡No seas estĂşpido Leandro! ¡Estoy tan impactado como tĂş lo estás! Rouse está embarazada y ell
— Esto… No… No puede ser cierto… ÂżPor quĂ© bromean con algo asĂ? — PreguntĂł Leandro incrĂ©dulo dejando de inmediato la carpeta sobre la mesa. Él vio molesto hacia Mason, quien simplemente continĂşo con una expresiĂłn seria mientras tomaba de su copa, seguidamente Leandro vio a su amigo Thomas, quien tambiĂ©n estaba viĂ©ndole con total seriedad. — Lo siento hermano, no es ninguna broma, debiste tener alguna sospecha en todos esos cinco meses viviendo con ella, ÂżNo es asĂ? — PreguntĂł el hombre de ojos celestes. Leandro posĂł sus codos en la mesa y sus manos en su rostro. Estaba atĂłnito. No sabĂa que decir, que pensar, ni como reaccionar. ÂżElla le mintiĂł? ÂżElla solo jugĂł con Ă©l como en el pasado y le sacĂł provecho para despuĂ©s irse? ÂżTodo fue un engaño? Las imágenes de Rouse sonriendo, contándole sobre ella, viĂ©ndole con cariño, disfrutando mientras hacĂan el amor. ÂżTodo fue simplemente una mentira? ¡Él seguĂa sin poder creerlo! Rouse era la misma modelo top de AM MILLER que fue un
3: 00 am. La lluvia continuaba cayendo fuertemente acompañada de ráfagas de viento. En las afueras de la mansiĂłn del CEO Carletti, un automĂłvil oscuro se hacia presente. El mayordomo estaba en las afueras dispuesto a recibir de inmediato al señor de la mansiĂłn. Steven acompañado de otros de sus asistentes, abrieron la puerta, Leandro bajĂł por su propia cuenta. "PensĂ© que el señor Carletti, vendrĂa en muy malas condiciones" PensĂł el mayordomo. Leandro continĂşo caminando al interior de su mansiĂłn siendo cubierto por un paraguas que sostenĂa uno de sus sirvientes. Atrás de Ă©l tambiĂ©n siendo escoltado, venĂa uno de los amigos de ese hombre, Thomas Davis. …..En la oficina de la mansiĂłn, el mayordomo de inmediato puso al tanto de la situaciĂłn a su jefe. — AgreguĂ© en el tĂ© de la señorita Jhons un poco de medicina para dormir, no pasĂł mucho tiempo para que ella se sintiera somnolienta y se fuera a acostar. — ÂżDĂłnde se encuentra en estos momentos? — PreguntĂł Leandro sentado tras su
Una semana despuĂ©s. — ÂżNo ha recibido ninguna noticia por parte de sus amigos, señorita? — PreguntĂł Alice preocupada. — No… Lo Ăşltimo que supe es que Leandro no los habĂa buscado, ni se habĂa contactado con ellos, pero eso fue hace cuatro dĂas atrás, tĂş, ÂżCrees que Ă©l se molestĂł tanto que no le importa saber de mĂ y sus hijos? — PreguntĂł Rouse decaĂda mientras sostenĂa su vaso con jugo frutal esa mañana. — No conozco muy bien al señor Carletti, pero no me parece alguien que actĂşe de esa manera, usted que ha convivido más con el por cinco meses, deberĂa saberlo mejor que yo. — ContestĂł Alice, para despuĂ©s darle un sorbo a su cafĂ©, compartiendo mesa con Rouse. Rouse se quedĂł viendo seriamente a su amiga Alice, para despuĂ©s hacer una expresiĂłn cabizbaja. — Lo extraño… — SusurrĂł ella. — ÂżPor quĂ© no vuelve? Quizá Ă©l la perdone, nunca se sabe. — ÂżTĂş crees? Cuando recuerdo cĂłmo hizo sacada a Miranda de su vida… CĂłmo pasĂł de intentar enamorarse de ella a no quererla en lo absoluto, me