"No serĂa raro que lo haga, despuĂ©s de todo yo le echĂ© a perder una exagerada fortuna…" "Pero no me arrepiento, no si era por Rouse y sus hijos, yo simplemente no puedo darle la espalda a mi amiga y entregarla" Tras esos pensamientos, finalmente Annie se reuniĂł con esos hombres en el salĂłn especial de invitados. …..— Si esperan a que por mi propia voluntad hable, no lo harĂ©, no les dirĂ© nada sobre Rouse o donde está, averigĂĽen eso por ustedes mismos. — InformĂł Annie tajante. Thomas sonriĂł burlista y volviĂł a ver a Leandro que estaba sentado en un sofá individual cercano a dĂłnde Ă©l se encontraba. — Annie, ya sĂ© todo y cuando digo todo, hablo de absolutamente todo. — ContestĂł Leandro seriamente. Annie le mirĂł con una expresiĂłn incrĂ©dula. ¡Por supuesto que ella no se lo creyĂł! — Creo que estás mal, no hay manera… — SusurrĂł ella nerviosa. — Los Parker pueden tener una seguridad buena, pero no impenetrable. — ComentĂł Thomas altivo. — El peor error de ustedes fue dejar que la info
9: 30 pm. — Venga conmigo señor Miller. — InformĂł la sirvienta guiando a Mason al salĂłn principal en la mansiĂłn de sus abuelos maternos. Una vez el ingresĂł, viĂł a esos dos ancianos sentados en sus sillones individuales, perfectamente vestidos y con sus auras imponentes miraban a su nieto. — Tuvimos dos hijas, Janne y Karol. Como el Ăşnico hijo de nuestra talentosa primogĂ©nita esperábamos mucho más de ti, Mason. — DecĂa el señor mayor, abuelo del CEO Miller. — Pasamos por alto a propĂłsito que te revelaras a la familia y comenzarás tu propia agencia, cuando te querĂamos como heredero de nuestra industria; tuvimos que seder el puesto a Thomas, el niño fiestero de nuestra hija menor, Karol. Desde ese momento has sido una decepciĂłn para la familia. — SuspirĂł el señor de 68 años. Mason simplemente guardaba silencio ante los comentarios de su abuelo. — AĂşn te quedan dos años para que cumplas 30, sabes lo que significa, te casarás con quiĂ©n elijamos. Durante esos dos años te enviaremos
Esa misma noche, durante la cena en la casa que Alice estaba alquilando. — Señorita, ÂżA usted le gustarĂa volver al paĂs? — PreguntĂł la asistente intentando saber que sentĂa Rouse al respecto de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. La bella ex modelo, exhalĂł para seguidamente tomar de un trago de su jugo de fruta y posar sus ojos azules claros en Alice. — Quiero… DespuĂ©s de todo ahĂ está mi madre, pero no se… Con todo lo que ha pasado, es difĂcil imaginarme volviendo. — Pero señorita… — Alice hizo una pausa y volviĂł a ver al pequeño niño que tambiĂ©n estaba sentado cenando junto a ellas. — ÂżQuĂ© hará con el señor Carletti? Un hombre como Ă©l no va a quedarse de brazos cruzados si sabe toda la verdad, ÂżNo cree? Rouse no tenĂa ningĂşn plan B, ni C, ni nada por el estilo.Ella solo habĂa huido por quĂ© no querĂa enfrentar la verdad y arriesgarse a poder perder a sus hijos. — ÂżNo se ha comunicado todavĂa con Annie ni el doctor Patrick Parker? — PreguntĂł la asistente. Rouse negĂł
6: 00 pm. Esa noche en la casa que alquilaba Alice. — ÂżSaldrá conmigo señorita? — PreguntĂł la asistente, insistiendo a Rouse. — ÂżSalir? Pero… Me duelen los pies, la espalda, estoy agotada… — ContestĂł Rouse quejándose. — ¡Vamos mami! ¡Yo quiero ir cotigo! — ExclamĂł James haciendo puchero. — AnĂmate, Ăşltimamente estás muy estresada y es malo para tu salud, además aĂşn es temprano y el lugar del que James y yo escuchamos esta mañana de la señora de la tienda no está muy lejos, unos cuantos minutos en taxi y disfrutaremos del paisaje~ serĂa un lindo recuerdo~ — SonreĂa Alice emocionada. — Siii mamiii, po favoooo~ — PedĂa James inclinando su cabecita un poco hacia un lado a haciendo un gesto encantador. Rouse se sintiĂł conmovida de inmediato por su adorado hijo. — ¡Está bien! — ExclamĂł ella tomando la decisiĂłn. Uno minutos despuĂ©s, llegĂł un taxi a la puerta y Alice le dio una direcciĂłn. — No te preocupes, en cuestiĂłn de minutos estaremos ahĂ~ ContestĂł ella. …..Unos minutos des
Un dĂa despuĂ©s. En la mansiĂłn de los Parker. — ¡Rouse! — ExclamĂł Annie abrazando a su amiga. — Me alegra tanto que hayas regresado, tu madre ha estado muy preocupada por ti.Rouse quien habĂa llegado en compañĂa de Alice y Harold, ingresĂł al salĂłn de invitados especiales, esa tarde para tomar el tĂ© con sus amigos. — ÂżDĂłnde está Patrick? — PreguntĂł Rouse preocupada. Annie hizo una expresiĂłn cabizbaja. — Tiene mucho trabajo que hacer despuĂ©s de… Bueno… — ÂżDespuĂ©s de quĂ©? — PreguntĂł Rouse sin tener idea de lo que Thomas y Leandro habĂan hecho en su ausencia. Annie exhalĂł y comenzĂł a contarle todo lo sucedido a Rouse, con la clĂnica, los clientes de ellos y hasta los proveedores. — ¡¿CĂłmo Leandro pudo hacerles eso?! ¡HablarĂ© con Ă©l! Ya verás Annie harĂ© que— — ¡No Rouse! — ExclamĂł Annie interrumpiendo a Rouse. — Ya el señor Thomas Davis se ocupĂł de todo y Leandro tambiĂ©n… Solo que… Desde eso mi matrimonio con Patrick ha estado un poco tenso. — ContestĂł Annie cabizbaja. — Estábamos
•••••••••••••••**********•••••••••••••••Un año y cinco meses despuĂ©s. ParĂs, Francia. — La prĂłxima semana volverĂ© a Miami, solo me quedarĂ© para conocer a tu prometida~ ÂżEs guapa? Espero que nuestros abuelos no te hayan conseguido a alguien fea jaja~ — ReĂa Thomas hablando con Mason, mientras sostenĂa en su mano una copa con vino y observaba el paisaje nocturno de la ciudad por su balcĂłn. — ÂżVolver? — PreguntĂł Mason confundido. — Dijiste que te quedarĂas en Francia el mes pasado. Yo no volverĂ© hasta que termine todos los asuntos relacionados al compromiso arreglado. — CambiĂ© de opiniĂłn. Ahora que nos ocupamos juntos de los negocios familiares tengo más tiempo y me gusta vivir más en Miami que aquĂ. — DecĂa Thomas para despuĂ©s darle un trago a su bebida. — Ya hablando en serio, ÂżCĂłmo es ella? EscuchĂ© que es una rica mimada jaja~ — Se burlaba Thomas de su primo. — Lo es… Es bastante… Presumida, pero no es alguien fea. La verdad no me interesa mucho, cumplirĂ© y me casarĂ© eso es todo.
••••••••••Cinco años antes. ••••••••••— ¡Te casarás con quiĂ©n yo diga! — ExclamĂł molesto el señor mayor, de unos cincuenta y dos años. Su joven hijo de entonces veintitrĂ©s años, proveniente de una billonaria familia Italiana residente en Miami; veĂa a su padre exigente hablando sin parar del compromiso que habĂa decidido para Ă©l, su Ăşnico heredero, Leandro Carletti. — No se por que te niegas tanto, la señorita Miranda Jhons es encantadora, será una buena esposa y madre de tus hijos; su padre es un amigo de la familia y no voy a dar un paso atrás solo por quĂ© tĂş o tu madre no quieren "una uniĂłn forzada" deben vivir en la realidad y dejarse de cuentos de hadas. — Cariño no quiero algo asĂ para nuestro Leandro… Por favor, se más comprensivo. — DecĂa la esposa del dueño de la cadena de restaurantes Italianos más popular del estado, la señora rubia, Stefany. — Suficiente mamá, no hace falta que discutas con mi padre por mi causa; tengo un compromiso está noche, me retiro ya. Dichas
Su cabello castaño ondulado desordenado sobre la almohada blanca, algunos mechones del mismo sobre su rostro causando que sintiera una ligera incomodidad. Rouse abrió sus ojos lentamente apartando los mechones con su mano derecha. Sus bellos ojos de un tono azul como hermosos zafiros, observaban cuidadosamente el entorno donde se encontraba. Sintió un pequeño punzón en su cabeza. — ¡Aush! — Exclamó en señal de dolor mientras se sentaba sobre su lecho. La sábana blanca se deslizó lentamente dejando al descubierto la parte superior de su cuerpo sin nada de ropa. Ella rápidamente volvió a cubrirse con la misma sábana, en ese instante los recuerdos de su alocada noche pasaron uno tras otro en su mente. "Es cierto" Pensó la joven poniéndose de pie. "Me ofrecà a ser el juguete de ese hombre por una noche a cambio de su ayuda" Rouse se dio cuenta que en el piso de la lujosa habitación solo estaban sus ropas tiradas por doquier. "Pronto seré expulsada de la agencia de modelaje y yo