9: 30 pm. — Venga conmigo señor Miller. — Informó la sirvienta guiando a Mason al salón principal en la mansión de sus abuelos maternos. Una vez el ingresó, vió a esos dos ancianos sentados en sus sillones individuales, perfectamente vestidos y con sus auras imponentes miraban a su nieto. — Tuvimos dos hijas, Janne y Karol. Como el único hijo de nuestra talentosa primogénita esperábamos mucho más de ti, Mason. — Decía el señor mayor, abuelo del CEO Miller. — Pasamos por alto a propósito que te revelaras a la familia y comenzarás tu propia agencia, cuando te queríamos como heredero de nuestra industria; tuvimos que seder el puesto a Thomas, el niño fiestero de nuestra hija menor, Karol. Desde ese momento has sido una decepción para la familia. — Suspiró el señor de 68 años. Mason simplemente guardaba silencio ante los comentarios de su abuelo. — Aún te quedan dos años para que cumplas 30, sabes lo que significa, te casarás con quién elijamos. Durante esos dos años te enviaremos
Esa misma noche, durante la cena en la casa que Alice estaba alquilando. — Señorita, ¿A usted le gustaría volver al país? — Preguntó la asistente intentando saber que sentía Rouse al respecto de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. La bella ex modelo, exhaló para seguidamente tomar de un trago de su jugo de fruta y posar sus ojos azules claros en Alice. — Quiero… Después de todo ahí está mi madre, pero no se… Con todo lo que ha pasado, es difícil imaginarme volviendo. — Pero señorita… — Alice hizo una pausa y volvió a ver al pequeño niño que también estaba sentado cenando junto a ellas. — ¿Qué hará con el señor Carletti? Un hombre como él no va a quedarse de brazos cruzados si sabe toda la verdad, ¿No cree? Rouse no tenía ningún plan B, ni C, ni nada por el estilo.Ella solo había huido por qué no quería enfrentar la verdad y arriesgarse a poder perder a sus hijos. — ¿No se ha comunicado todavía con Annie ni el doctor Patrick Parker? — Preguntó la asistente. Rouse negó
6: 00 pm. Esa noche en la casa que alquilaba Alice. — ¿Saldrá conmigo señorita? — Preguntó la asistente, insistiendo a Rouse. — ¿Salir? Pero… Me duelen los pies, la espalda, estoy agotada… — Contestó Rouse quejándose. — ¡Vamos mami! ¡Yo quiero ir cotigo! — Exclamó James haciendo puchero. — Anímate, últimamente estás muy estresada y es malo para tu salud, además aún es temprano y el lugar del que James y yo escuchamos esta mañana de la señora de la tienda no está muy lejos, unos cuantos minutos en taxi y disfrutaremos del paisaje~ sería un lindo recuerdo~ — Sonreía Alice emocionada. — Siii mamiii, po favoooo~ — Pedía James inclinando su cabecita un poco hacia un lado a haciendo un gesto encantador. Rouse se sintió conmovida de inmediato por su adorado hijo. — ¡Está bien! — Exclamó ella tomando la decisión. Uno minutos después, llegó un taxi a la puerta y Alice le dio una dirección. — No te preocupes, en cuestión de minutos estaremos ahí~ Contestó ella. …..Unos minutos des
Un día después. En la mansión de los Parker. — ¡Rouse! — Exclamó Annie abrazando a su amiga. — Me alegra tanto que hayas regresado, tu madre ha estado muy preocupada por ti.Rouse quien había llegado en compañía de Alice y Harold, ingresó al salón de invitados especiales, esa tarde para tomar el té con sus amigos. — ¿Dónde está Patrick? — Preguntó Rouse preocupada. Annie hizo una expresión cabizbaja. — Tiene mucho trabajo que hacer después de… Bueno… — ¿Después de qué? — Preguntó Rouse sin tener idea de lo que Thomas y Leandro habían hecho en su ausencia. Annie exhaló y comenzó a contarle todo lo sucedido a Rouse, con la clínica, los clientes de ellos y hasta los proveedores. — ¡¿Cómo Leandro pudo hacerles eso?! ¡Hablaré con él! Ya verás Annie haré que— — ¡No Rouse! — Exclamó Annie interrumpiendo a Rouse. — Ya el señor Thomas Davis se ocupó de todo y Leandro también… Solo que… Desde eso mi matrimonio con Patrick ha estado un poco tenso. — Contestó Annie cabizbaja. — Estábamos
•••••••••••••••**********•••••••••••••••Un año y cinco meses después. París, Francia. — La próxima semana volveré a Miami, solo me quedaré para conocer a tu prometida~ ¿Es guapa? Espero que nuestros abuelos no te hayan conseguido a alguien fea jaja~ — Reía Thomas hablando con Mason, mientras sostenía en su mano una copa con vino y observaba el paisaje nocturno de la ciudad por su balcón. — ¿Volver? — Preguntó Mason confundido. — Dijiste que te quedarías en Francia el mes pasado. Yo no volveré hasta que termine todos los asuntos relacionados al compromiso arreglado. — Cambié de opinión. Ahora que nos ocupamos juntos de los negocios familiares tengo más tiempo y me gusta vivir más en Miami que aquí. — Decía Thomas para después darle un trago a su bebida. — Ya hablando en serio, ¿Cómo es ella? Escuché que es una rica mimada jaja~ — Se burlaba Thomas de su primo. — Lo es… Es bastante… Presumida, pero no es alguien fea. La verdad no me interesa mucho, cumpliré y me casaré eso es todo.
••••••••••Cinco años antes. ••••••••••— ¡Te casarás con quién yo diga! — Exclamó molesto el señor mayor, de unos cincuenta y dos años. Su joven hijo de entonces veintitrés años, proveniente de una billonaria familia Italiana residente en Miami; veía a su padre exigente hablando sin parar del compromiso que había decidido para él, su único heredero, Leandro Carletti. — No se por que te niegas tanto, la señorita Miranda Jhons es encantadora, será una buena esposa y madre de tus hijos; su padre es un amigo de la familia y no voy a dar un paso atrás solo por qué tú o tu madre no quieren "una unión forzada" deben vivir en la realidad y dejarse de cuentos de hadas. — Cariño no quiero algo así para nuestro Leandro… Por favor, se más comprensivo. — Decía la esposa del dueño de la cadena de restaurantes Italianos más popular del estado, la señora rubia, Stefany. — Suficiente mamá, no hace falta que discutas con mi padre por mi causa; tengo un compromiso está noche, me retiro ya. Dichas
Su cabello castaño ondulado desordenado sobre la almohada blanca, algunos mechones del mismo sobre su rostro causando que sintiera una ligera incomodidad. Rouse abrió sus ojos lentamente apartando los mechones con su mano derecha. Sus bellos ojos de un tono azul como hermosos zafiros, observaban cuidadosamente el entorno donde se encontraba. Sintió un pequeño punzón en su cabeza. — ¡Aush! — Exclamó en señal de dolor mientras se sentaba sobre su lecho. La sábana blanca se deslizó lentamente dejando al descubierto la parte superior de su cuerpo sin nada de ropa. Ella rápidamente volvió a cubrirse con la misma sábana, en ese instante los recuerdos de su alocada noche pasaron uno tras otro en su mente. "Es cierto" Pensó la joven poniéndose de pie. "Me ofrecí a ser el juguete de ese hombre por una noche a cambio de su ayuda" Rouse se dio cuenta que en el piso de la lujosa habitación solo estaban sus ropas tiradas por doquier. "Pronto seré expulsada de la agencia de modelaje y yo
•••••••••• Cuatro años y nueve meses después. ••••••••••— ¡Se acabó! — Exclamó Leandro enojado. — No voy a soportar esto ni un minuto más. — ¡No! ¡Por favor Leandro! — Rogaba la mujer de cabello oscuro y hermosos ojos cafés claros aferrándose a su marido. — ¡No fue mi intención herirla! Es que se burló de mí, por qué no he tenido hijos tuyos… ¡Solo la puse en su lugar!Leandro alejó a su esposa con fuerza y le acorraló contra la pared cercana. Él se inclinó viéndola con una fría expresión. — En el pasado pude perdonar que me hayas ocultado el hecho de que eres estéril aunque me engañaste a mí y mi familia, yo pude cancelar el matrimonio de inmediato, pero te di una oportunidad al ver que eras "decente" o bien, al creerlo de ese modo; pero me he equivocado Miranda, todos estos años a tu lado han sido un infierno para mí. — ¡No por favor, no digas eso mi amor! — Lloraba la mujer a grandes voces. — ¡No! ¡Se acabó! — Aclaró él con seguridad. — No pienso seguir soportando tus celos