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Cuatro años y nueve meses después.

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— ¡Se acabó! — Exclamó Leandro enojado. — No voy a soportar esto ni un minuto más.

— ¡No! ¡Por favor Leandro! — Rogaba la mujer de cabello oscuro y hermosos ojos cafés claros aferrándose a su marido. — ¡No fue mi intención herirla! Es que se burló de mí, por qué no he tenido hijos tuyos… ¡Solo la puse en su lugar!

Leandro alejó a su esposa con fuerza y le acorraló contra la pared cercana.

Él se inclinó viéndola con una fría expresión.

— En el pasado pude perdonar que me hayas ocultado el hecho de que eres estéril aunque me engañaste a mí y mi familia, yo pude cancelar el matrimonio de inmediato, pero te di una oportunidad al ver que eras "decente" o bien, al creerlo de ese modo; pero me he equivocado Miranda, todos estos años a tu lado han sido un infierno para mí.

— ¡No por favor, no digas eso mi amor! — Lloraba la mujer a grandes voces.

— ¡No! ¡Se acabó! — Aclaró él con seguridad. — No pienso seguir soportando tus celos extremos, tu violencia infundada contra otras personas en importantes eventos y tú nulo respeto a mi persona, ¿Crees que soy un objeto que te pertenece? ¡No es así! Tuve suficiente…

Él la soltó volviendo a alejarse de la pequeña mujer de aspecto dulce, que corrió aferrándose nuevamente al actual CEO Carletti por su tonificada espalda.

— ¡Si me dejas diré que has abusado violentamente de mí! — Gritó ella enojada. — ¡Mentiré y haré de tu vida un infierno! ¡Jamás podrás ser feliz con nadie!

— ¿Crees ganarme con esas absurdas mentiras? ¡Adelante! Hazlo, pero te advierto que estás olvidando algo importante. — Dijo Leandro acercándose al oído de la mujer de cabello corto oscuro y susurrando. — Actualmente soy el accionista mayoritario de tu padre, intenta hundirme y los borro del mapa.

Miranda Jhons cayó sentada en el suelo llorando desconsolada.

— Te doy un mes para abandonar mi casa. — Exigió Leandro. — En una semana mis abogados se pondrán en contacto con los tuyos, este circo que me has hecho vivir se acabó.

Dijo Leandro yéndose de su lujosa mansión al restaurante sede de su cadena.

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Una semana después.

— ¡Bienvenida Rouse! — Exclamó Annie, la mejor amiga de ella recibiéndola en el aeropuerto.

Rouse le abrazó y después de saludarle con un beso en la mejilla preguntó por su madre, la cual había dejado al cuidado de su mejor amiga Annie y el esposo de ella, el cirujano Patrick Parker, cuya familia poseía un hospital privado.

— Bien, tu mamá ha estado llevando su tratamiento muy bien y su vida está fuera de peligro, te extraña cada día que pasa y ansía conocer a su hermoso nieto.

Comentó Annie posando sus ojos color dorados en el pequeño niño que se aferraba a las piernas de su madre.

— Saluda a la tía Annie, vamos James dile "hola tía" ella es muy buena persona.

Annie se agachó para estar a la altura del pequeño niño, viendo sus hermosos ojos verdes esmeraldas y su cabello oscuro.

— Hola tí- Annie. — Susurró él pequeño niño de cuatro años.

"Se parece demasiado a ese hombre"

Pensó Annie un poco preocupada.

…..

Unos minutos después.

Una vez que Rouse llegó a la lujosa casa de su amiga, dejó a su hijo James con una criada comiendo una merienda en el interior mientras ella salía al jardín con Annie.

— Seguiremos los planes como lo acordamos, mi esposo y yo nos ocuparemos del cuido de James mientras consigues un trabajo.

— Si, es lo mejor, no sabes cuánto te lo agradezco amiga, mamá se está quedando sin nada de dinero, ella me ayudó muchísimo mientras me fui del país por la seguridad de mi hijo. — Decía Rouse preocupada. — Quiero tener una casa y poder llevarla conmigo, vivir los tres juntos… Pero tengo miedo… si me reconocen de la empresa de la que huí o si se enteran de mi hijo y la información llega a ese hombre… ¡Estoy aterrorizada!

Annie apoyó una mano en el hombro de su amiga dando pequeñas palmaditas en señal de ánimos.

— La verdad, he estado discutiendo ese tema con mi esposo Patrick y últimamente la clínica se ha vuelto muy famosa desde que se abrió la sección de inseminación artificial, es de las mejores del estado y se que es demasiado para ti, pero puedes reconsiderar…

— ¿Reconsiderar? — Preguntó Rouse confundida. — ¿De que hablas? No quiero tener hijos…

— No, digo… Hay parejas importantes que por alguna razón no quieren o no pueden tenerlos o simplemente quieren evitar el parto así que alquilan un vientre…

Rouse finalmente entendió de que hablaba su amiga.

— ¿Quieres que alquile mi vientre? — Preguntó la hermosa mujer de ojos azules dudosa.

— Las parejas que llegan como clientes son de buen estatus, créeme, es un proceso largo y tedioso pero puedes ganar muy bien, si todo sale bien tendrás el dinero suficiente en nueve meses y podrás reponer tu figura y comenzar algún negocio o continuar tus estudios, nunca es tarde Rouse, no será un hijo tuyo, solo debes darlo a luz… Aunque también hay una sección más exclusiva y mejor pagada y hasta el cliente ofrece un adelanto… Pero sería demasiado para ti.

— ¿Cuál? ¡Habla ya! ¡Si me vas a meter a ese tipo de enredos que sea bien informada! — Exclamó Rouse interesada.

— Parejas de hombres u hombres solteros que quieren hijos pero no tienen la donante del óvulo, entonces, tendrías que poner el propio tuyo y básicamente si sería mitad tuyo pero deberías entregarlo por completo a esa pareja u hombre.

…..

Horas más tarde.

Rouse comía un poco de fruta junto a su pequeño hijo antes de ir a ver a su madre al hospital.

"Le dije a Annie que lo pensaría"

"Hablamos de dar a un hijo, pero yo ya tengo a James y con él me basta… Es el dinero que ocupo y también sería ayudar a alguien, nunca lo había pensado de ese modo y por el momento no tengo más opciones, no se hacer casi nada y conseguir un trabajo estable sería complicado"

Tras unos minutos más de análisis ella ya tenía una respuesta definitiva.

"Lo haré"

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Esa noche en el bar del club que solía frecuentar Leandro y sus dos amigos.

— ¡¿Cómo es posible?! ¡¿En serio te vas a divorciar hermano?! — Preguntó sorprendido él rubio de hermosos ojos grises, el CEO Mason Miller de la agencia de modelaje y también mejor amigo de Leandro.

— Ya comenzamos los trámites. — Respondió Leandro desinteresado.

— ¡LO SABÍA! — Exclamó el primo de Mason y también amigo de Leandro, Thomas. — ¡Lo supe desde que me contaste sus mentiras! ¡Esa mujer es un lobo con piel de cordero! ¡Ese matrimonio no estaba destinado a durar! Ni siquiera era digna de que siguieras dándole oportunidades, se aprovechó de tu buena voluntad una y otra vez, solo ver cómo te dejaba en mal en todo evento era molesto.

— No niego que esa fue una de las razones por las que fuí incapaz de sentir atracción por ella, simplemente fue el peor error que cometí por la influencia de mis padres. — Comentaba Leandro arrepentido.

— Jajaja~ — Comenzó a reir su mejor amigo, Mason. — ¡Cierto! ¡Te dejaste llevar! Tu antes tenías la idea de encontrar a tu verdadero amor, era algo infantil, pero tenías ese brillo cuando se hablaba de matrimonio y ahora lo has perdido por completo.