Al dĂa siguiente en la ciudad. — AĂşn no me has dicho a dĂłnde me llevas. — PreguntĂł Rouse confundida a su amiga Annie. La mujer rubia posĂł sus ojos dorados en Rouse para despuĂ©s sonreĂrle traviesamente. — ¡SalĂłn de belleza! ¡Hay que prepararte para mañana! — ÂżMañana? — PreguntĂł Rouse sorprendida. — ÂżQue no te lo dijo Patrick? Anoche hablĂł con ese hombre despuĂ©s de que tĂş aceptaras y quiere verte lo antes posible. — ÂżPara que? ÂżAnalizarme como si fuera mercancĂa? — SonriĂł Rouse sarcásticamente. — ¡No digas eso! — ExclamĂł Annie. — No serás cualquier objeto, si no la que lleve en su vientre al heredero de un billonario, despuĂ©s de esto serás rica~"Pero ya llevĂ© en mi vientre al hijo de ese billonario, aunque… Jamás permitirĂ© que se conozcan" PensĂł Rouse inquieta. …..Varios minutos despuĂ©s, en el interior del salĂłn de belleza. — ÂżQue prefieres, pelirrojo o rubio? — PreguntĂł Annie viendo la revista. — ÂżPor quĂ© preguntas eso? — Tu nuevo estilo de cabello, debes cambiar un poco,
Esa misma noche, bajo el cielo veraniego de Junio; Rouse caminaba hacia el edificio de su antiguo departamento, uno que poseĂa antes de que su carrera de modelaje despegara y Ăşnico que pudo conservar tras huir del paĂs, todo gracias a la ayuda de su mejor amiga, Annie. Rouse Becker iba en compañĂa de ese hombre que se habĂa negado todo el camino a dejarla sola hasta que ella estuviera dentro del edificio, sana y salva. "No puedo dejar de estar nerviosa…""Este apartamento se lo vendĂ a Annie antes de irme del paĂs, aunque ella nunca lo utilizĂł, segĂşn me dijo al volver…""Es muy sencillo, era todo lo que me podĂa permitir pagar en ese entonces e incluso ahora, necesitaba dinero urgentemente y ella me lo comprĂł" Los hermosos ojos azules claros de Rouse se posaron en el hombre perfectamente vestido con un traje oscuro, que iba al lado de ella caminando tranquilamente en silencio. "Él no ha dicho nada, ni siquiera me ha preguntado por quĂ© vivo en un edificio tan viejo en este sector de
Rouse intentĂł no lucir sorprendida aunque su corazĂłn nuevamente se agitaba ante su nerviosismo. — SĂ… Si vivo aquĂ, es solo que… Bueno, yo… Estaba fuera de la ciudad y por eso debĂa… — OlvĂdalo, no me importan los detalles, vivirás conmigo, vámonos. — ÂżAh? ÂżVivir contigo tan rápido? ¡No! TodavĂa no puedo yo… "No se supone que fuera asĂ, lo traje a este lugar para que me dejĂ© en paz y despuĂ©s yo irme a casa de Annie a ver a mi hijo" PensĂł ella cabizbaja apartando su vista de la de ese apuesto hombre. — No entiendo por quĂ© quieres quedarte sola en un lugar como este cuando está claro que no hay nada aquĂ, aĂşn si reciĂ©n vuelves a la ciudad lo mejor es que no vivas más aquĂ. — Entiendo tu punto de vista, estoy de acuerdo… — ComentĂł Rouse. — Me irĂ© a vivir contigo, pero mañana… Ven mañana por mĂ, hoy me quedarĂ© aquĂ, tengo cosas que empacar y quiero un poco de privacidad. Leandro guardo silencio sin quitarle la mirada de encima a la joven "rubia" que nerviosa posaba su vista al piso
Una decoraciĂłn predominante en tonos rojo, blanco y plateado, amplĂas y grandes ventanas que permitĂan una enorme claridad en toda la habitaciĂłn, un solo balcĂłn largo y ancho, cuya vista era del jardĂn en el sector este de la mansiĂłn. Dicho JardĂn, era uno bastante extenso y floreado, cuyo sendero en piedras coloridas llevaba a un lago rodeados de hermosos árboles de sauces llorĂłn y cedros a la distancia. Era una vista refrescante y magnĂfica. Rouse Becker no podĂa creerlo, desde ese dĂa en adelante y por más de diez meses, ese serĂa su hogar. Era el inicio de su camino a una vida mejor y ella se animĂł a si misma, buscando ser positiva. "¡Debo lograr mi objetivo a como de lugar! Por mamá y por mi hijo" PensĂł la bella ex modelo. Una pequeña sonrisa se mostrĂł en su fino y delicado rostro perfectamente cuidado y mantenido. Ella caminaba de un sector a otro viendo
Antes de que el atractivo hombre perfectamente vestido hablara a Rouse, su telĂ©fono celular comenzĂł a sonar y Ă©l hizo un gesto de molestĂa sacándolo del interior de su saco, solo para ver quĂ© se trataba de su ex esposa. [Voy en camino a la mansiĂłn, olvidĂ© que dejĂ© el vestido de cĂłctel que me compraste en Roma, quiero utilizarlo para el evento veraniego de los Patherson este sábado en su club, ÂżYa has decidido con quiĂ©n ir?]Cuando Leandro terminĂł de leer el mensaje, guardo su mĂłvil en el bolsillo de su pantalĂłn, sin siquiera responderle a Miranda Jhons. "ÂżElla no entiende lo que significa estar en un proceso de divorcio? ¡Necesito que me deje en paz de una buena vez!" PensĂł Ă©l molesto, mientras comenzaba a caminar rumbo al sendero que llevaba al lago. Rouse se quedĂł sorprendida de pie observando a ese hombre que sin siquiera decirle nada la habĂa dejado atrás. — ¡Hey! ¡Leandro! ¡EspĂ©rame!
"Han pasado más de cuatro años desde que Ă©l se casĂł con esa mujer… Cuatro años es mucho tiempo, quizá… ÂżNunca debĂ aconsejarle que lo intentará? Que intentara amarla; algo malo debiĂł suceder para que Ă©l decida divorciarse despuĂ©s de varios años de matrimonio" Pensaba Rouse analĂtica sin poder apartar su mirada de esa imponente figura masculina. "Algo muy malo como para que una persona quiera rendirse y buscar otras alternativas para tener un heredero" "Es un billonario, de buena familia, de aspecto atractivo, es parte de la Ă©lite de la alta sociedad, alguien como Ă©l podrĂa tener a la mujer que quisiera en sus brazos, enamorarse, volverse a casar" "ÂżPor quĂ© recurrir a un vientre en alquiler?" Pensaba Rouse un poco confundida por las acciones que llevaron a Leandro a recurrir al doctor Patrick y a la vez… Que le hicieron reencontrarse con ella. — ÂżSabes algo Leandro? Yo nunca me he casado. —
"ÂżMi dĂa? Él… No creo que realmente le interese algo como eso, nuevamente está usando esa falsa amabilidad conmigo" PensĂł Rouse un poco inconforme, sin embargo, de todas maneras le respondiĂł. — RecorrĂ los jardines de la mansiĂłn, creo que fueron todos, no sabĂa que tenĂa accesos tan permisivos, disfrute mucho de los recorridos por Alice y Harold, aunque… Fue más conocerlos que disfrutar, ejemplo, el jardĂn de los arbustos con formas llamativas o el de los árboles de pinos era tan refrescante y perfecto para un picnic y podrĂa seguir hablando de ellos toda la tarde, pero eres el dueño y probablemente quien los diĂł a hacer y sabes mejor que yo como son, asĂ que… Bueno me disculpo por hablar tanto… Leandro se sorprendiĂł al ver lo emocionada que se habĂa puesto Rouse y ahora como lucĂa ella de adorable con sus mejillas rojizas por la vergĂĽenza de hablar tanto. — ÂżEs tu primera vez haciendo un trabajo como este para esa clĂ
Dos dĂas despuĂ©s, el sábado por la mañana. — ÂżY Leandro? ÂżYa ha ido a su trabajo? — PreguntĂł Rouse al mayordomo cuando bajaba esa mañana las escaleras de la mansiĂłn. — No señorita, el señor no trabaja los fines de semana, Ă©l ahora se está preparando para salir al evento agendado. "Oh es cierto… Hoy era esa salida, deberĂa llamar a Annie e informarle para que tenga listo a James e ir de paseo con mi hijo" PensĂł la hermosa ex modelo intentando disimular su entusiasmo por el hecho de ver a su hijo. En ese instante viĂł salir a Leandro de uno de los anexos en el interior de la mansiĂłn. "Wow, Ă©l luce guapĂsimo" PensĂł Rouse sin poder quitarle su mirada de encima a ese atractivo billonario. "Ese tipo de traje informal claro le sienta muy bien…" Mientras ella tenĂa su mirada clavada en Ă©l, Leandro volviĂł a ver en direcciĂłn a Rouse y fue entonces cuando l