—Señor… todo está listo. Traerán a su hermano y esposa al velatorio… —Ethan se dio la vuelta y guardó en su bolsillo una medalla de oro que pertenecía a su pequeña sobrina Maya, y asintió hacia el hombre que estaba al frente de toda la preparación del velorio.—Bien… ¿Enviaste la información ayer a los familiares y amigos de Claire…?El hombre afirmó inmediatamente y luego Ethan recibió una llamada. Él también había informado a toda su familia el trágico suceso la noche anterior.Lo único que no quería, era hablar con su madre, que había tomado un vuelo a Canadá en las últimas horas. Desvió la llamada no queriendo afrontar el tema, pero inmediatamente le envió la ubicación.Al levantar la mirada, pudo ver dos ataúdes, e instantáneamente, su cuerpo se tensó.No podía asimilarlo, ni siquiera le parecía real que su único hermano y esposa, habían muerto en ese accidente en el día de ayer.Ethan fue a la habitación que mandó a preparar, y luego entró para escuchar a Maya llorando a gritos.
El entierro fue a las cuatro de la tarde dos días después, y Ethan solo podía estar de pie viendo la tierra húmeda, y a los demás retirarse después de que todo llegó a su fin.Su madre se había desmayado en una ocasión, y casi la forzó a que se subiera en un auto suyo y se fuese a descansar en casa, y para cuando se dio la vuelta y se metió en su auto, entonces se dijo a sí mismo que todo este tiempo para con su hermano, había llegado a su fin.Pasaron algunos días para que pudiera habituarse a la rutina de nuevo. Su madre, Loris, se estaba quedando un poco de tiempo, pero partía nuevamente a los Estados Unidos, donde ella se había casado con su segundo esposo, después de que su padre murió.Llegó a su casa luego de hacer unas prácticas de despegue en su Ferrari, y luego preguntó en voz alta a su madre cuando escuchó todo en silencio.—No hagas escándalos… ha sido muy difícil mantener a Maya tranquila… creo que extraña a su madre… —Ethan asintió lento y luego recibió el abrazo repenti
Briana abrazó más a Maya y se apartó del toque de Ethan. Ella no era inmune a sus encantos, pero tenía muy claro qué clase de mujeriego era este hombre, y el peligro que indicaba acercarse a él.Tomó el aliento cuando se apartó de su distancia, y meció a Maya como si la arrullara.—Creo que ella tiene hambre…—Le he ofrecido de todo, se ha negado —Ethan explicó serio.—Déjame intentarlo.Ambos bajaron a la cocina, Briana le preparó su biberón y se fue a la amplia sala para sentarla en sus piernas, y ofrecerle la leche.Ethan abrió los ojos desmesuradamente cuando Maya aceptó el biberón, e incluso se acomodó en los pechos de Briana para estar más a gusto con su comida. También notó como Briana acariciaba su cabecita, y sonreía con ella.Parecía que se manejaba muy bien con maya, incluso podía pasar por su madre, ambas eran idénticas.—Esa es mi chica…Maya se quedó dormida de nuevo y Ethan aprovechó que Briana no la tenía de escudo para invitarla a la terraza para que hablaran.—Podemo
Briana casi rio de los nervios cuando un amigo suyo, que era abogado, comenzó a darle esperanzas.—Puedes presentar este documento que a misma Claire firmó para que te hicieras cargo de Maya en sus viajes… o en el momento en que estaba indispuesta… —miré el documento y sonreí.—Claro… ¿Entonces? ¿Cómo es que debo amenazarlo?—Muéstraselo, e instalo a ir a una corte pronto. Eso le dejará claro que no eres tonta.Ella afirmó hacia Mat, y se sintió más segura, y no es que fuesen a una corte de verdad, esto solo era para asustar a Ethan.Mathew era un amigo que había conocido en la universidad. Estaba terminando su carrera cuando ella apenas comenzaba, y congeniaron en una fiesta, donde compartieron sus números.Mathew era abogado, y tenía su propio bufete, y aunque ella no tenía mucho dinero en su sueldo como maestra, sabía que los consejos legales de su amigo, no le salían tan costosos.Ella lo miró fijo y pasó un trago.—Sácalo, Briana… ¿Qué pasa? —ella negó.—Nada… solo quiero saber s
Briana escuchó cuando Mathew soltó el aire y rascó sus ojos.Ella había pasado una noche de perros, y literalmente había llegado a altas horas de a su casa para pedirle este favor, en que solo él podía ayudarla.Mat no había tomado la noticia de buena manera. El que un hombre como Ethan la llevara a un juzgado con todas las de ganar era más complejo, además porque él le advirtió que ella solo le motivara, más no amenazara con respecto a Maya, y dejándose llevar, había metido la pata.—Mat… estoy tan nerviosa…—Deberías estarlo… hoy pueden incluso no dejarte ver a la niña nunca más… ¿Por qué nunca me haces caso?Briana sintió un dolor en el pecho, mientras su boca tembló.—Se supone que me das esperanzas… se supone que…Mat se giró como si estuviera enojado y le dijo.—Se suponía que no ibas a amenazarlo, Briana… ¿Qué fue lo que te dije? Te lo advertí… —el abogado estaba sermoneando a Briana con intensidad, cuando Ethan entró al lugar con dos hombres a sus espaldas, y posicionó sus ojo
Eran las tres de la madrugada cuando Briana se sentó de golpe en su cama, mientras todo su cuerpo titilaba del escalofrío. Su frente estaba bañada en sudor, y su pijama incluso se pegaba a su cuerpo.No lo iba a poder soportar, entonces dando vueltas por la habitación, lo decidió. Maya no merecía su indiferencia, esperó que se hicieran las seis de la mañana, y se dio un baño para arreglarse y asistir a la escuela donde ella actualmente daba clase de primaria.—Señorita Hansen… ¿Qué la trae a la oficina del director? —el hombre moreno de 50 años le sonrió, y luego juntó sus manos.Briana trató de ofrecerle una sonrisa, pero estaba demasiado nerviosa.—Señor, yo quiero hacer una petición.—Claro, profesora Briana, ¿Qué necesita?Ella tomó el aire y lo soltó sin decoro.—Un permiso… largo.El hombre parpadeó rápido, y luego frunció el ceño.—¿Está todo bien? —ella negó.—No, señor… mi hermana acaba de morir y…—Supe del suceso, y lo lamento mucho. Pero usted tiene un permiso de una seman
Al siguiente día Briana se estaba despidiendo de su casa, mientras observaba algunas cajas que había empacado para llevarse, además, no es que esto fuera permanente, y echando llave a la puerta de su casa, tomó un respiro y luego se metió en el auto que habían enviado para ella.Sus labios se apretaron un poco ante lo incierto y recostando su cabeza al asiento, cerró los ojos.—Es por Maya, recuérdalo, todo es por ella…Cuando llegó a la casa de Ethan, parecía haber un revuelo. La gente del servicio iba y venía y ella se apresuró a preguntarle a alguien:—Hola… yo, ¿Qué está pasando?—Señorita Hansen… están arreglando un poco una de las grandes habitaciones, para Maya y para usted.Brianna frunció el ceño un poco, pero asintió.Había pensado por un momento que Ethan le iba a hacer la vida imposible, y también había imaginado que la haría dormir en el suelo solo para cobrarse cosas del pasado.Se destinó en ir hacia la habitación de Maya, ya que no veía a Ethan por ninguna parte y sonr
—Señorita Hansen, aquí tiene, cualquier cosa puede avisarme —Briana tomó las perchas en sus manos, y luego volvió a la habitación provisional de ella y Maya.Maya seguía sentada en una gran alfombra para bebé, con muchos juguetes alrededor y alzó la mirada para comprobar los vestidos que Briana tenía en sus manos.—Maya… no me mires así… —Briana la apuntó—. Tú… pequeña preciosidad… eres… —Maya sonrió y ella no pudo evitar devolverle la sonrisa.Ethan tenía razón, su sonrisa era demoledora, se metía en el alma y quebraba toda la intención. Entonces, tomando un suspiro, Briana dejó las perchas en un sofá y se fue caminando hacia su sobrina.—Podemos hacer un trato… —alzó a Maya en sus brazos y le sonrió—. Por esta noche, puedes hacer todos los berrinches que quieras… como te duermes a las ocho, puedes hacerlo hoy a las diez… puedes pedir jugar y despertarte a todas las horas… ¿Qué te parece?Maya la miró detenidamente y dijo:—Ti… ti… —Briana arrugó el ceño, eran las mismas sílabas que