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CAPÍTULO 3 – Propuesta.

Briana abrazó más a Maya y se apartó del toque de Ethan. Ella no era inmune a sus encantos, pero tenía muy claro qué clase de mujeriego era este hombre, y el peligro que indicaba acercarse a él.

Tomó el aliento cuando se apartó de su distancia, y meció a Maya como si la arrullara.

—Creo que ella tiene hambre…

—Le he ofrecido de todo, se ha negado —Ethan explicó serio.

—Déjame intentarlo.

Ambos bajaron a la cocina, Briana le preparó su biberón y se fue a la amplia sala para sentarla en sus piernas, y ofrecerle la leche.

Ethan abrió los ojos desmesuradamente cuando Maya aceptó el biberón, e incluso se acomodó en los pechos de Briana para estar más a gusto con su comida. También notó como Briana acariciaba su cabecita, y sonreía con ella.

Parecía que se manejaba muy bien con maya, incluso podía pasar por su madre, ambas eran idénticas.

—Esa es mi chica…

Maya se quedó dormida de nuevo y Ethan aprovechó que Briana no la tenía de escudo para invitarla a la terraza para que hablaran.

—Podemos llegar a un acuerdo… —él comenzó diciendo y Briana tomó una aspiración larga, y luego asintió.

—Estoy dispuesta a negociar… quiero el bien de Maya y… quiero estar a su lado.

Ethan asintió serio, y luego lo expresó.

—Ambos queremos el beneficio de Maya… pero, mi familia no confía en ti —Briana se mordió la boca y negó.

—¿Y?

—Y… yo tampoco.

Briana achicó los ojos para mirarlo. El hombre era endemoniadamente atractivo, y parecía que sus gestos los hacía a propósito para engatusar.

—¿Todo esto es por el pasado cuando no aceptaste un NO de mi parte, o porque tú me estudiaste lo suficiente como para dar un concepto de mí?

Ethan sonrió. Pero detrás de esa sonrisa, apretaba los puños.

Ya vendría un tiempo donde Briana lo mirara a los ojos y gimiera, y luego otro momento donde ella le rogara por quedarse a su lado.

—¿El pasado? ¿De qué hablas? —se hizo el tonto.

Briana torció los ojos y se cruzó de brazos. Era mejor no hacer caso a sus insinuaciones.

—Creo que es mejor, que digas que es lo que quieres… y no perder el tiempo.

La altanería de Briana siempre lo había puesto de mal humor, ella siempre tenía un escudo para con él, todo el tiempo predispuesta… y sentándose firme y arrimando el cuerpo hacia ella, la señaló.

—No es lo que yo quiero, Briana… aquí solo estamos hablando de Maya y de sus intereses. No de ti o de lo que yo quiero. No distorsiones, las cosas…

A Briana eso le pareció más sensato, y aunque conocía la prepotencia de este hombre, sintió que en este momento tenía la razón.

—¿Cuál es la propuesta?

—Tendrás que venir aquí a cuidar a Maya…

—¿Qué? ¿Vivir aquí?

—No he terminado, preciosa… viene la mejor parte.

Briana parpadeó rápidamente mientras algo se atragantó en su garganta.

—Quiero que estemos juntos… como si lo estuviésemos intentando por el bien de Maya… como si fuésemos una pareja delante de la gente y por supuesto, delante de Maya.

—¿Te has vuelto loco? —ella se levantó disparada.

—No… ¿Lo tomas o lo dejas?

—Ethan… ¿Qué ganas con eso? ¿Acaso te estás escuchando?

—Es lo que me recomendaron para la niña… así que, si tienes a alguien, es mejor que lo alertes… —Briana abrió la boca incrédula.

—¿Te recomendaron? ¿Quién carajos recomienda esta barbaridad?

Ethan se levantó rápido y le tomó el brazo.

—Cuando supe lo de mi hermano, quise volverme loco, sobre todo porque sabía que tenía una custodia en medio… ¡Mírame! ¿Crees que planeé esto solo por acercarme a ti? ¡No seas ilusa, Briana! Busqué en seguida un orientador en niños, y él dijo que mientras Maya pasaba este luto, debía tener dos figuras que se asemejen a sus padres para menguar el duelo.

Esta parte no era mentira, es lo primero que escuchó de un hombre que le recomendó seguir el curso, pero por supuesto, todo esto le había salido de último momento.

En cuanto a Briana, solo pudo parpadear mirándolo detenidamente, y a la vez pensando dos cosas. Ethan se preocupaba por Maya, era innegable, y segundo, ¿acaso él no sabía que Maya siempre tuvo un mal ejemplo al ver a Eliot y a su hermana Claire?

Ella negó bajando la cabeza y recordó muchas cosas de su hermana, y sobre todo de Eliot, pero ellos ya no estaban y ella necesitaba ocuparse ahora de los asuntos importantes, más no del pasado.

Sin embargo. ¿Vivir bajo el techo de Ethan? De solo pensarlo, le causaba escalofrío…

—Respuestas…

—Si no acepto, ¿Qué pasará?

—Hay miles en cola, Briana… solo te lo estoy diciendo primero, porque eres su tía… y has armado un escándalo por querer estar con Maya… pero cualquiera puede hacer, cualquier se puede encariñar con Maya, y además… calentar mi cama.

Esto fue la gota que derramó el vaso, y con toda la rabia que tenía, Briana se zafó de su agarre, tomó el bolso, y lo apuntó.

—Me asesoraré, Ethan… no podrás ser tan imbécil y pensar que me comeré tu cuento… —ella dio un paso a la salida, y luego se acordó de Maya.

Se sintió impotente, así que se giró de nuevo, y lo miró.

—Vendré en unas horas… —lo amenazó con el dedo mientras la sonrisa de Ethan se expandía visiblemente.

Él se tiró en el sofá soltando el aliento, y golpeando el pasamanos del sofá con los dedos.

Sin embargo, su estabilidad se acabó, cuando los gritos de Maya inundaron el lugar.

—¿Qué? ¡Pero se acaba de dormir hace unos minutos…!

Ethan se levantó al borde de la locura, y solo esperó que Briana estuviera lo suficientemente desesperada como para aceptar su propuesta, porque no podía vivir así por mucho tiempo.

Amaba a Maya, pero ¿Por qué ella no se ponía de su lado y colaboraba un poco con él?

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