Briana escuchó cuando Mathew soltó el aire y rascó sus ojos.
Ella había pasado una noche de perros, y literalmente había llegado a altas horas de a su casa para pedirle este favor, en que solo él podía ayudarla.
Mat no había tomado la noticia de buena manera. El que un hombre como Ethan la llevara a un juzgado con todas las de ganar era más complejo, además porque él le advirtió que ella solo le motivara, más no amenazara con respecto a Maya, y dejándose llevar, había metido la pata.
—Mat… estoy tan nerviosa…
—Deberías estarlo… hoy pueden incluso no dejarte ver a la niña nunca más… ¿Por qué nunca me haces caso?
Briana sintió un dolor en el pecho, mientras su boca tembló.
—Se supone que me das esperanzas… se supone que…
Mat se giró como si estuviera enojado y le dijo.
—Se suponía que no ibas a amenazarlo, Briana… ¿Qué fue lo que te dije? Te lo advertí… —el abogado estaba sermoneando a Briana con intensidad, cuando Ethan entró al lugar con dos hombres a sus espaldas, y posicionó sus ojos en ella.
Él notó como este hombre junto a ella colocaba las manos en sus brazos y parecían tener una acalorada discusión, pero cuando ella bajó la cabeza, y la mano del hombre alzó su barbilla, algo se contrajo en sus entrañas.
Carraspeó rudamente, y Briana llevó sus ojos a él para que de inmediato su cuerpo se contrajera.
Los hicieron pasar a una sala amplia, y en cuanto se sentaron, quedaron de frente con el juez de por medio.
—No entiendo cuál es la causal… —el juez leía los documentos sin mirar a ninguno y un abogado de Ethan intervino, mientras él no le quitaba la mirada a Briana que susurraba con su abogado.
—Señor, nuestro cliente solo necesita que la señorita Hansen deje de presionarlo con la bebé, al que su hermano le dejó la custodia absoluta…
—¿Qué? ¿Presionarlo? —Briana se levantó—. No lo presiono… yo… —Mat se apresuró a tomarle el brazo y sentarla.
—¿Qué haces? No puedes interrumpir… —masculló por lo bajo, mientras Ethan solo veía la mano que tomaba a Briana.
—Por favor, continúe… —indicó el juez al abogado de Ethan.
—Si… decía que mi cliente tiene la custodia total de Maya Crawford, e incluso permitió a su tía, que es la señorita presente, verla, pero ella solo ha querido tener conflictos con mi cliente, hasta el punto de meterse en su vida privada.
—¿Qué? —Briana volvió a expresar, mientras el juez se rascó la cabeza mirándola.
—Señorita Hansen… ¿Sabe usted que su abogado es el único que puede hablar aquí…?
Ella notó como Ethan sonreía mirándola y una oleada de rabia golpeó su rostro.
—Señor… amo a esa niña… ella… por favor… este hombre ni siquiera se puede cuidar solo. Le pido, estudie este derecho que dejo un hombre que… tampoco sabía cómo cuidar de una bebé…
El rostro de Ethan se puso serio y su ceño se frunció.
—Señorita Hansen, está retrasando nuestra sesión…
—Briana… —Mat de nuevo trató de calmarla, pero Briana estaba decidida.
—Exijo que una entidad de protección de niños revise esta custodia… su señoría, ¿Qué ejemplo puede dar este hombre a una bebé cuando cambia de amantes todas las semanas? ¡Es absurdo!
—¿Qué? —Ethan se levantó enojado—. Tú no me conoces… además, tengo los medios para criarla, ella solo se enojará si la dejo a la deriva contigo… y ¿Qué piensas? ¿La criarás con este abogado amigo tuyo?
Briana abrió los ojos ante la irritación,
—Eres un…
—¿Qué? —Ethan se acercó a ella, y luego el juez levantó la voz.
—¡Ok, se acabó…! —el hombre se puso de pie, y sacudió sus manos—. Terminamos aquí… no siguieron las pautas, ustedes están locos y solo creo que esta chica está en peligro en cualquiera de las dos manos.
Briana se giró al juez, y negó.
—No… yo la cuidaría con mi vida.
—Tengo la custodia legal… —afirmó Ethan, mientras sus abogados trataron de calmarlo.
—Tengo un veredicto… sin siquiera pensarlo, si ustedes dos no se comportan con esta bebé, abriré un juicio y pediré a una entidad que se encargue de ella.
Ethan se sintió helado mientras Briana tembló.
Ella prefería ver llorar a Maya en manos de Ethan que un extraño cuidara de ella.
—No…
—Entonces… arreglen sus diferencias por el bien de esta chica, y esta custodia sigue perteneciendo a quien se asignó. ¡Qué pérdida de tiempo!
El juez salió con los oficiales, y luego les pidieron a todos abandonar el recinto.
Briana iba con el corazón que se le salía del pecho ante la preocupación, y aunque no quería rogarle a este hombre engreído, ella lo siguió.
—¡Ethan…! —él se giró para mirarla con descaro.
Briana llevaba un vestido corto y el pelo suelto, muy rara vez la veía tan fresca y no podía evitar devorarla con la mirada. Sin embargo, su obstinación lo ponía de mal humor.
—¿Estás contenta? Casi haces que Maya vaya a uno de esos lugares, que sabes muy bien, no es lo mejor para ella.
—No quise eso… yo… solo quiero estar cerca de ella… quiero cuidarla. Ella me necesita, Ethan, por favor, entiéndelo.
Ethan tomó una aspiración rápida, estaba a punto de conciliar con ella, cuando notó a este hombre de nuevo tocar su brazo y hablarle con confianza, mientras su ceño se profundizó.
—Cariño… debo irme, por favor llámame si necesitas algo… —él le dijo por lo bajo y a Ethan le dieron ganas de torcerle el cuello—. Por favor… no te metas en problemas, sé que la quieres, pero piensa en ti también.
Los ojos de Ethan se encontraron con este hombre, y luego Mat salió mientras Briana se abrazó a sí misma.
—Por cierto, Briana… mi propuesta no ha cambiado… así que piensa rápido, y te daré tres días para que decidas.
—Ethan…
—Si quieres estar con Maya, deberás modificar tu rutina, adaptarte a la mía y de Maya… podemos negociar, pero lo único que no cambiará, es que debes irte a mi casa a vivir bajo mi techo, si o si…
Ethan la miró largamente, le puso el dedo en la nariz como una caricia, y luego se giró para irse repitiendo:
—Tres días…
Y Brianna solo pudo apretar sus dientes, pensando que, en estas instancias, haría lo que fuera para poder estar cerca de Maya.
Eran las tres de la madrugada cuando Briana se sentó de golpe en su cama, mientras todo su cuerpo titilaba del escalofrío. Su frente estaba bañada en sudor, y su pijama incluso se pegaba a su cuerpo.No lo iba a poder soportar, entonces dando vueltas por la habitación, lo decidió. Maya no merecía su indiferencia, esperó que se hicieran las seis de la mañana, y se dio un baño para arreglarse y asistir a la escuela donde ella actualmente daba clase de primaria.—Señorita Hansen… ¿Qué la trae a la oficina del director? —el hombre moreno de 50 años le sonrió, y luego juntó sus manos.Briana trató de ofrecerle una sonrisa, pero estaba demasiado nerviosa.—Señor, yo quiero hacer una petición.—Claro, profesora Briana, ¿Qué necesita?Ella tomó el aire y lo soltó sin decoro.—Un permiso… largo.El hombre parpadeó rápido, y luego frunció el ceño.—¿Está todo bien? —ella negó.—No, señor… mi hermana acaba de morir y…—Supe del suceso, y lo lamento mucho. Pero usted tiene un permiso de una seman
Al siguiente día Briana se estaba despidiendo de su casa, mientras observaba algunas cajas que había empacado para llevarse, además, no es que esto fuera permanente, y echando llave a la puerta de su casa, tomó un respiro y luego se metió en el auto que habían enviado para ella.Sus labios se apretaron un poco ante lo incierto y recostando su cabeza al asiento, cerró los ojos.—Es por Maya, recuérdalo, todo es por ella…Cuando llegó a la casa de Ethan, parecía haber un revuelo. La gente del servicio iba y venía y ella se apresuró a preguntarle a alguien:—Hola… yo, ¿Qué está pasando?—Señorita Hansen… están arreglando un poco una de las grandes habitaciones, para Maya y para usted.Brianna frunció el ceño un poco, pero asintió.Había pensado por un momento que Ethan le iba a hacer la vida imposible, y también había imaginado que la haría dormir en el suelo solo para cobrarse cosas del pasado.Se destinó en ir hacia la habitación de Maya, ya que no veía a Ethan por ninguna parte y sonr
—Señorita Hansen, aquí tiene, cualquier cosa puede avisarme —Briana tomó las perchas en sus manos, y luego volvió a la habitación provisional de ella y Maya.Maya seguía sentada en una gran alfombra para bebé, con muchos juguetes alrededor y alzó la mirada para comprobar los vestidos que Briana tenía en sus manos.—Maya… no me mires así… —Briana la apuntó—. Tú… pequeña preciosidad… eres… —Maya sonrió y ella no pudo evitar devolverle la sonrisa.Ethan tenía razón, su sonrisa era demoledora, se metía en el alma y quebraba toda la intención. Entonces, tomando un suspiro, Briana dejó las perchas en un sofá y se fue caminando hacia su sobrina.—Podemos hacer un trato… —alzó a Maya en sus brazos y le sonrió—. Por esta noche, puedes hacer todos los berrinches que quieras… como te duermes a las ocho, puedes hacerlo hoy a las diez… puedes pedir jugar y despertarte a todas las horas… ¿Qué te parece?Maya la miró detenidamente y dijo:—Ti… ti… —Briana arrugó el ceño, eran las mismas sílabas que
Briana tomó la mano de Ethan cuando este le abrió la puerta del auto como todo un caballero, y estaba por agradecerle cuando un montón de flashes hicieron que se retrajera.—¡Señor Crawford!—¿Es una nueva aventura?—¿Esto es oficial?—¿Nos puede hablar de la chica?—¡Te amamos Ethan, eres el mejor de la Fórmula 1!—¡Somos tu Fan!Ethan caminó rápido con la mano entrelazada de Briana, mientras los guardias trataban de arrimar a la gente y los paparazzi hacia un lado.Briana notó que él no respondió a ninguna de las preguntas, mientras solo quería entrar a donde sea que iban para resguardarse de toda la gente que tenía los ojos sobre ella. Las luces de las cámaras eran enceguecedoras, y el grupo arremolinado, no era su estilo.En sí, la atención más de dos segundos sobre ella, era algo a lo que no estaba acostumbrada, a menos de que fueran niños a su alrededor haciendo preguntas de ciencias.La música un poco alta inundó sus sentidos cuando estuvieron en una especie de club, pero allí
El silencio, esperando una respuesta, secó la garganta de Briana, y lo único que ella pudo visualizar en ese momento, fue a Maya con las lágrimas en sus ojos si ella desaparecía de su vista.Además, esto era solo una fachada, y supuestamente Ethan estaba siguiendo un patrón que ese especialista le había recomendado por el bienestar de la bebé.Estaban pasando un luto, y ahora la apariencia principalmente hacia Maya es lo que la ayudaría en este proceso de pérdida.Briana lo aceptó para ella misma. Necesitaba meterse el mismo chip de Ethan y jugar a la familia feliz. Porque estaba segura de que en algún momento este hombre ya no querría la presencia de Maya en su vida, ya que una mujer como esa tal Kiara iba a formar parte de su vida, y por supuesto no permitiría que permanecieran a su lado más de lo conveniente.Nadie en sus cinco sentidos lo aceptaría.Levantó la cabeza y se rio de ella internamente ante la payasearía que iba a ejecutar en unos segundos. Se puso las manos en la boca
Briana revisó el teléfono de Ethan varias veces para saber de Maya, pero en todas, incluso cuando era la una de la mañana, su chica traviesa estaba durmiendo plácidamente.Había un mensaje de la niñera que decía que todo se encontraba perfectamente bien, y ella tuvo que tomar el aire, al saber que su chica la había traicionado.—Bailemos… —los dedos de Ethan tomaron su mano y ella tuvo que alzar la mirada para negar.—Creo que deberíamos irnos… —dijo con el ceño fruncido mientras alrededor había una algarabía de gritos ante la música, y el olor a licor.Ethan se acercó tomando su cintura, y se pegó a su oído.—No… es nuestra celebración de compromiso.—¡Vaya celebración…! —Briana se apartó un poco, pero fue un error, ya que sus bocas casi se pegaron.Ver la sonrisa idiota de Ethan le hizo torcer los ojos, pero él abrazó su cuerpo y lo pegó hacia él, haciendo que dieran pasos hasta la pista de baile.—Disfruta un poco… trata de relajarte… —Briana lo miró muy serio esta vez y negó.—¿Có
Ethan se metió al auto que vino para ellos mientras se despidió de sus amigos, y de su fiesta. Briana, por otro lado, se sentó pegada a la puerta contraria y pasó las manos por sus brazos, aprovechando la calefacción del auto. Eran las tres de la mañana, y estaba más que cansada. No estaba acostumbrada a este tipo de cosas, ni mucho menos a trasnocharse por una fiesta. Ethan cerró la puerta y se sentó, y luego la miró. —¿Cómo la pasaste? —preguntó en tono amable y Briana tuvo que fruncir el ceño. —No hay nadie aquí… creí que… Los dedos de Ethan tocaron sus labios mientras negó. —¿No lo has entendido? Realmente quiero intentarlo Briana. ¿Acaso no sabes lo mucho que me encantas? Ella parpadeó lento con el corazón en la garganta, e hizo todas las maromas para parecer tranquila ante la situación. —Estás tomado, Ethan… —Briana… —Ethan le tomó el rostro a la fuerza—. Mírame… ¿Mi respiración te miente? Mi cuerpo… ¿Te miente? —Ethan tomó su mano y la entrelazó. —¿Qué cambió ahora? ¿P
Briana rascó sus ojos cuando bostezó al siguiente día, y trató de girarse, pero había un obstáculo que se lo impidió.Sentir una mano en su cintura y un cuerpo pegado al de ella hizo que quisiera sentarse de golpe, pero el brazo fuerte de Ethan la retuvo en el instante.—Buenos días para ti… —Briana parpadeó mientras intentó conseguir una palabra.—¿Qué haces?—Buenos días… —repitió Ethan—. Pasé a Maya a su cuna por la noche…Y Briana se sentó para ver que Maya dormía aún en su cuna.Notó que ambos tenían la ropa de ayer en la noche y se peinó rápidamente con los dedos. Se sintió un poco avergonzada, pero tampoco era el fin del mundo.—Ni siquiera me di cuenta el momento cuando me dormí.—No te preocupes… a Maya le encantó estar en medio, y a mí también, aunque disfruté más que ella porque te abracé la mayor parte de la noche.Las mejillas de Briana se pusieron rojas, agachó la mirada, y estaba por decirle algo a Ethan de cómo esto no iba a funcionar cuando él se adelantó.—Por cierto