Briana revisó el teléfono de Ethan varias veces para saber de Maya, pero en todas, incluso cuando era la una de la mañana, su chica traviesa estaba durmiendo plácidamente.Había un mensaje de la niñera que decía que todo se encontraba perfectamente bien, y ella tuvo que tomar el aire, al saber que su chica la había traicionado.—Bailemos… —los dedos de Ethan tomaron su mano y ella tuvo que alzar la mirada para negar.—Creo que deberíamos irnos… —dijo con el ceño fruncido mientras alrededor había una algarabía de gritos ante la música, y el olor a licor.Ethan se acercó tomando su cintura, y se pegó a su oído.—No… es nuestra celebración de compromiso.—¡Vaya celebración…! —Briana se apartó un poco, pero fue un error, ya que sus bocas casi se pegaron.Ver la sonrisa idiota de Ethan le hizo torcer los ojos, pero él abrazó su cuerpo y lo pegó hacia él, haciendo que dieran pasos hasta la pista de baile.—Disfruta un poco… trata de relajarte… —Briana lo miró muy serio esta vez y negó.—¿Có
Ethan se metió al auto que vino para ellos mientras se despidió de sus amigos, y de su fiesta. Briana, por otro lado, se sentó pegada a la puerta contraria y pasó las manos por sus brazos, aprovechando la calefacción del auto. Eran las tres de la mañana, y estaba más que cansada. No estaba acostumbrada a este tipo de cosas, ni mucho menos a trasnocharse por una fiesta. Ethan cerró la puerta y se sentó, y luego la miró. —¿Cómo la pasaste? —preguntó en tono amable y Briana tuvo que fruncir el ceño. —No hay nadie aquí… creí que… Los dedos de Ethan tocaron sus labios mientras negó. —¿No lo has entendido? Realmente quiero intentarlo Briana. ¿Acaso no sabes lo mucho que me encantas? Ella parpadeó lento con el corazón en la garganta, e hizo todas las maromas para parecer tranquila ante la situación. —Estás tomado, Ethan… —Briana… —Ethan le tomó el rostro a la fuerza—. Mírame… ¿Mi respiración te miente? Mi cuerpo… ¿Te miente? —Ethan tomó su mano y la entrelazó. —¿Qué cambió ahora? ¿P
Briana rascó sus ojos cuando bostezó al siguiente día, y trató de girarse, pero había un obstáculo que se lo impidió.Sentir una mano en su cintura y un cuerpo pegado al de ella hizo que quisiera sentarse de golpe, pero el brazo fuerte de Ethan la retuvo en el instante.—Buenos días para ti… —Briana parpadeó mientras intentó conseguir una palabra.—¿Qué haces?—Buenos días… —repitió Ethan—. Pasé a Maya a su cuna por la noche…Y Briana se sentó para ver que Maya dormía aún en su cuna.Notó que ambos tenían la ropa de ayer en la noche y se peinó rápidamente con los dedos. Se sintió un poco avergonzada, pero tampoco era el fin del mundo.—Ni siquiera me di cuenta el momento cuando me dormí.—No te preocupes… a Maya le encantó estar en medio, y a mí también, aunque disfruté más que ella porque te abracé la mayor parte de la noche.Las mejillas de Briana se pusieron rojas, agachó la mirada, y estaba por decirle algo a Ethan de cómo esto no iba a funcionar cuando él se adelantó.—Por cierto
Briana sintió los dedos de Ethan en su cintura y no pudo evitar retroceder un poco, porque, aunque ella siempre se sentía atraída por él, los toques íntimos le daban escalofríos.Pasó un trago y lo miró, y luego le dijo:—Todo depende de ti… si estás jugando o no… —Ethan le sonrió y tomó un paño de su mano para seguir limpiándose.—Miedosa… Comamos algo y sigamos divirtiéndonos… debes relajar los hombros… porque estás muy tensa —Ethan tomó sus mejillas y las besó, mientras Briana apretó los ojos para sacudir la cabeza.Él se burlaba de ella.Cuando ambos llegaron a la manta, Briana tomó a Maya y comenzó a jugar con ella mientras Ethan la miraba de forma intensa. Era evidente que Briana no fingía con la chica, además, estaba loca por estar cerca de ella todo el tiempo.No sabía a ciencia cierta cuál era el verdadero motivo, porque si él tuviera que pasar por todas las condiciones que él le estaba colocando a ella, de inmediato renunciaría a la bebé, por más rudo que se escuchara.Enton
—¿Quieres jugo de naranja? —Briana llamó a Ethan y él tuvo que parpadear varias veces para volver al presente.—No… estoy bien.—Parecías perdido en tus pensamientos.Y él asintió.—Estoy pensando en la copa…—¿Es tu vida no es así?—Literalmente… he trabajado y entrenado toda mi vida para ello… incluso cuando estudiaba sacrificaba horas de sueño para aprender cada vez más. Era mi meta desde niño… siempre lo quise…Briana sonrió de forma natural y acarició el cabello de Maya.—Ustedes dos… parecen muy diferentes…—¿Dos? —Briana asintió.—Me refiero a ti y a Eliot…Ethan frunció el ceño un poco y apretó la mandíbula. Imaginaba que conocía a Eliot lo suficiente como para decirlo y compararlos. Le revolcaba el alma incluso.—No sé si recuerdas que Eliot está muerto, Briana… así que no hay punto de comparación ahora.—No yo… no quise… —Ethan le quitó la mirada y luego comenzó a buscarle juego a Maya como si la ignorara y ella no pudo sino soltar el aire ante su frustración.Pasaron las ho
Estaban comenzando junio, un tiempo climático bueno para los entrenamientos, aunque Briana se aseguró de que Maya llevara ropa calientica por si había algunos vientos.Ella escogió unos pantalones cómodos de color piel y una blusa de color azul oscuro que contrastara con sus sandalias. Se hizo una coleta alta, y luego se subió con Maya y la niñera, al auto que Ethan había dejado para ellas.Ethan ya le había comentado que Montreal, la ciudad donde vivían, básicamente era para los entrenamientos generales, aunque era también una de las sedes de la copa. Pero cuando comenzaran el tour, él debía trasladarse a diferentes países, donde se suscitaba básicamente todo el recorrido durante cuatro meses aproximadamente.Eran las nueve de la mañana cuando llegaron, y los hombres encargados la recibieron para meterlas en una zona privilegiada, llenas de pantallas de diferentes ángulos, y un gran vidrio que daba a la pista larga.Briana vibró ante los sonidos de los motores, y vio cómo los autos p
Los entrenamientos oficiales siguieron su curso a lo largo de las semanas que transcurrieron, mientras Briana se sentía más unida a Ethan. Literalmente él dejaba las tardes para ellas, y todo el tiempo paseaban a un lugar diferente, siempre y cuando ella no tuviera clases particulares.Maya estaba comenzando a gesticular sonidos diferentes, y fue un día de piscina cuando los tres estaban rociando agua, cuando Maya dijo la palabra “Pelota” de forma atropellada.Tanto para Briana como para Ethan fue emocionante escucharla, progresar, y fue Briana la que dejó a Maya en un inflador seguro, mientras se giró hacia Ethan.—En dos días, Maya cumplirá los nueve meses… —Ethan parpadeó lento acercándose a ella, y negó.—¡Qué rápido! Pronto ya no será una bebé… —se acercó lo suficiente como para poner nerviosa a Briana mientras ella trató de parecer normal.—¿Crees que podamos hacer algo especial? Quiero decir, sé que estás ocupado, pero podemos…—Tengo una idea… —Ethan interrumpió—. He escuchado
La Psicóloga infantil llegó a la casa de Ethan con cita previa, y Briana fue la primera en llegar a la sala para prepararse.—Hola… bienvenida… —La mujer se levantó con su maletín y le sonrió a Briana.—Hola… soy Elizabeth Hayes, psicóloga infantil.—Sí, Ethan me ha hablado de usted.—¡Qué bueno! ¿Cómo van las cosas?La mujer tenía un aspecto mecánico, como si todas las líneas estuvieran perfectamente estructuradas para cada respuesta. Briana estaba por contestar cuando la niñera entró con Maya, que, acabada de comer, y estaba recién bañada como si quisiera relucir ante la visita.—Hola, chica… ¿Cómo te va? —Maya abrió los ojos detallando a la doctora y luego miró a Briana—. Ok… está buscando la aceptación contigo… ¿Puedes decirle que soy una amiga…?Briana asintió ante su petición.—Maya… ella es nuestra amiga… dile hola…—La… —Maya fue tan obediente que la psicóloga parpadeó.—Puedo entender que tiene una conexión muy fuerte contigo.—Sí… y yo con ella.La mujer asintió.—Eso es gen