Briana sintió los dedos de Ethan en su cintura y no pudo evitar retroceder un poco, porque, aunque ella siempre se sentía atraída por él, los toques íntimos le daban escalofríos.Pasó un trago y lo miró, y luego le dijo:—Todo depende de ti… si estás jugando o no… —Ethan le sonrió y tomó un paño de su mano para seguir limpiándose.—Miedosa… Comamos algo y sigamos divirtiéndonos… debes relajar los hombros… porque estás muy tensa —Ethan tomó sus mejillas y las besó, mientras Briana apretó los ojos para sacudir la cabeza.Él se burlaba de ella.Cuando ambos llegaron a la manta, Briana tomó a Maya y comenzó a jugar con ella mientras Ethan la miraba de forma intensa. Era evidente que Briana no fingía con la chica, además, estaba loca por estar cerca de ella todo el tiempo.No sabía a ciencia cierta cuál era el verdadero motivo, porque si él tuviera que pasar por todas las condiciones que él le estaba colocando a ella, de inmediato renunciaría a la bebé, por más rudo que se escuchara.Enton
—¿Quieres jugo de naranja? —Briana llamó a Ethan y él tuvo que parpadear varias veces para volver al presente.—No… estoy bien.—Parecías perdido en tus pensamientos.Y él asintió.—Estoy pensando en la copa…—¿Es tu vida no es así?—Literalmente… he trabajado y entrenado toda mi vida para ello… incluso cuando estudiaba sacrificaba horas de sueño para aprender cada vez más. Era mi meta desde niño… siempre lo quise…Briana sonrió de forma natural y acarició el cabello de Maya.—Ustedes dos… parecen muy diferentes…—¿Dos? —Briana asintió.—Me refiero a ti y a Eliot…Ethan frunció el ceño un poco y apretó la mandíbula. Imaginaba que conocía a Eliot lo suficiente como para decirlo y compararlos. Le revolcaba el alma incluso.—No sé si recuerdas que Eliot está muerto, Briana… así que no hay punto de comparación ahora.—No yo… no quise… —Ethan le quitó la mirada y luego comenzó a buscarle juego a Maya como si la ignorara y ella no pudo sino soltar el aire ante su frustración.Pasaron las ho
Estaban comenzando junio, un tiempo climático bueno para los entrenamientos, aunque Briana se aseguró de que Maya llevara ropa calientica por si había algunos vientos.Ella escogió unos pantalones cómodos de color piel y una blusa de color azul oscuro que contrastara con sus sandalias. Se hizo una coleta alta, y luego se subió con Maya y la niñera, al auto que Ethan había dejado para ellas.Ethan ya le había comentado que Montreal, la ciudad donde vivían, básicamente era para los entrenamientos generales, aunque era también una de las sedes de la copa. Pero cuando comenzaran el tour, él debía trasladarse a diferentes países, donde se suscitaba básicamente todo el recorrido durante cuatro meses aproximadamente.Eran las nueve de la mañana cuando llegaron, y los hombres encargados la recibieron para meterlas en una zona privilegiada, llenas de pantallas de diferentes ángulos, y un gran vidrio que daba a la pista larga.Briana vibró ante los sonidos de los motores, y vio cómo los autos p
Los entrenamientos oficiales siguieron su curso a lo largo de las semanas que transcurrieron, mientras Briana se sentía más unida a Ethan. Literalmente él dejaba las tardes para ellas, y todo el tiempo paseaban a un lugar diferente, siempre y cuando ella no tuviera clases particulares.Maya estaba comenzando a gesticular sonidos diferentes, y fue un día de piscina cuando los tres estaban rociando agua, cuando Maya dijo la palabra “Pelota” de forma atropellada.Tanto para Briana como para Ethan fue emocionante escucharla, progresar, y fue Briana la que dejó a Maya en un inflador seguro, mientras se giró hacia Ethan.—En dos días, Maya cumplirá los nueve meses… —Ethan parpadeó lento acercándose a ella, y negó.—¡Qué rápido! Pronto ya no será una bebé… —se acercó lo suficiente como para poner nerviosa a Briana mientras ella trató de parecer normal.—¿Crees que podamos hacer algo especial? Quiero decir, sé que estás ocupado, pero podemos…—Tengo una idea… —Ethan interrumpió—. He escuchado
La Psicóloga infantil llegó a la casa de Ethan con cita previa, y Briana fue la primera en llegar a la sala para prepararse.—Hola… bienvenida… —La mujer se levantó con su maletín y le sonrió a Briana.—Hola… soy Elizabeth Hayes, psicóloga infantil.—Sí, Ethan me ha hablado de usted.—¡Qué bueno! ¿Cómo van las cosas?La mujer tenía un aspecto mecánico, como si todas las líneas estuvieran perfectamente estructuradas para cada respuesta. Briana estaba por contestar cuando la niñera entró con Maya, que, acabada de comer, y estaba recién bañada como si quisiera relucir ante la visita.—Hola, chica… ¿Cómo te va? —Maya abrió los ojos detallando a la doctora y luego miró a Briana—. Ok… está buscando la aceptación contigo… ¿Puedes decirle que soy una amiga…?Briana asintió ante su petición.—Maya… ella es nuestra amiga… dile hola…—La… —Maya fue tan obediente que la psicóloga parpadeó.—Puedo entender que tiene una conexión muy fuerte contigo.—Sí… y yo con ella.La mujer asintió.—Eso es gen
El paseo de los 9 meses de Maya fue un éxito y un aire para las asperezas de Briana y Ethan. Los días de entrenamiento de Ethan siguieron mientras a la vez, estos dos se acercaban mucho más.Las semanas pasaron entre los juegos de Maya, las nuevas cosas que hacía, y unos días divertidos que de cierta forma alegraban los de Briana. Y para cuando estaba terminando junio por fin, Ethan le propuso a Briana darse un respiro y salir a cenar sin Maya.Él caminó por la sala esperándola y cuando escuchó que ella bajaba las escaleras en un vestido color azul ceñido a su cuerpo, sus fibras se expandieron por todo su cuerpo. Caminó hacia ella, y le tomó la mano para besarla.—Te ves… hermosa… —Briana sonrió y dio otro paso más.—Gracias… puedo decir lo mismo de ti.—¿Maya?—Está dormida…—Perfecto… vamos…Briana asintió enredando sus dedos con los de él, y luego se subieron a un auto que tenía un chofer.—Nunca estuve preparada para tu lado romántico…—Calla… —Briana se rio.—¿Si eres un conducto
Ethan abrió los ojos cuando escuchó un balbuceo, y en el momento en que pestañeó un poco, vio a Maya encima de su torso.—Ti… ti… —ella golpeó su pecho y él se adelantó a tomar sus manitas.—Hola, chica… qué bella de vez hoy… —Maya sonrió mientras una baba caía en su piel—. Ammm eso no es muy agradable para nuestras citas… ¿No crees? —Y Maya metió las manos en su boca y luego dijo:—Bii…Ethan sonrió tratando de sentarse, y pudo notar a la niñera arreglando la ropa de Maya en la nueva habitación, pero un fuerte dolor se gestó en su sien.Recordaba lo mucho que había bebido y se reprendió mentalmente por su estupidez. Esto le costaría rendimiento en sus entrenamientos. De un momento a otro su teléfono resonó y lo tomó de inmediato de sus pantalones, para acercarlo a su oreja.Aún tenía la ropa de anoche, y era su agente deportivo.—¡Ethan! —él se despegó el teléfono un poco.—No grites…—¿Qué hacías en un bar ayer a media noche? ¡Eres una figura deportiva por amor a Dios!Ethan arrugó
—Señor… —Ethan miró al abogado y extendió su mano.—Hola…—Bienvenido, señor Crawford… usted puede revisar toda la casa, y después de eso colocar a la venta las cosas…—Lo haré… —el abogado le pasó las llaves, y luego indicó.—Ya tiene mi número, llámeme a la brevedad posible…—Claro, lo haré—Bien, señor… una cosa más… —el abogado pidió a su asistente, y este le pasó una bolsa, que parecía tener algunas cosas dentro de ella—. Estas son las cosas personales de su hermano. Celular, tarjetas… cosas que tenía en el momento.Ethan frunció el ceño y lo recibió.—¿Las de Claire también están aquí?—No… ella parecía no llevar ni siquiera su identificación cuando iba en el auto…—¿Cómo? Se supone que iba manejando…—Lo sé… pero, no se encontró nada de ella.Ethan apretó la mandíbula ante la extrañeza, pero, aun así, asintió.—Gracias… El hombre se fue de la casa dejando solo a Ethan y este tomó el aire cuando recordó algunas visitas a este lugar que nunca le había agradado.Inmediatamente, s