Bueno cómo ya han leído nuestra Reagan sigue vivita y coleando. ? Ella y Reich tendrán su historia que será publicada en Diciembre en esta app y se llamará "Cómo volver loco a mi guardaespaldas", para saber un poquito más en f b (Paula Da Rocha o Novelas Paula Da Rcoha). Nos leemos en esta próxima aventura. Muchos beshitos!!
Ava estaba sentada debajo de la ducha mirando sus manos, sus brazos, piernas…todo su cuerpo lleno de hematomas que eran la prueba de que aquella terrible noche no había sido una pesadilla y junto con el agua se iba mezclando la sangre que todavía estaba pegada en su piel, y sabía que no era solo la suya. Era repulsivo ver su sangre mezclada con la de Otto Anderson, el hombre que había intentado matarla horas antes. Ella se llevó las manos a la cabeza y empezó a llorar, porque jamás en su vida había temido tanto por su vida y tampoco había tenido que luchar para seguir respirando. Ella solo quería olvidar todo lo que había vivido en aquel callejón, pero un par de horas más tarde, cuando estaba en su cama, escondida debajo de las mantas y de su colcha como una niña, alguien entró a la habitación, sentándose a su lado en la cama y supo de inmediato quien era.–Mírame a los ojos Ava. –Pidió Scott Hoffman viendo como su hija se agarraba a la colcha que su abuela había hecho para ella cuan
Unos años después.Derek estaba sentado en el sillón que había en su oficina. Debía estar revisando los libros de contabilidad que había dejado su secretaria sobre el escritorio, pero sólo podía pensar en su venganza… en su maldit* venganza, esa que nunca llegaba.Desde la muerte de su hermano era lo único en lo que podía centrar su atención. El tiempo pasaba y nada de lo que hacía contra sus enemigos daban resultados y lo peor es que frecuentemente tenía que ver la cara de la asesina de su hermano, ya que el almacén de la Fundación dirigida por los Hoffman estaba a escasos metros de su destilería, eso solo servía para aumentar su ira y su sed de sangre. La familia Hoffman iba creciendo cada vez más, uno de sus mellizos se había casado recientemente y todos se regocijaban en felicidad mientras que él estaba cada vez más solo, más muerto en vida, así era como se sentía. Solamente su organización le daba fuerzas para continuar. Para Derek hubiera sido muy fácil mandar matar a todos, v
Regresar a sus actividades diarias fue el único camino que Ava encontró para intentar olvidar el incendio, aunque no quería olvidar todos los detalles. Algunas cosas habían quedado muy grabadas en su memoria, Derek se había ganado un lugar en sus recuerdos favoritos.–Todavía me cuesta entender como te habías quedado dormida en almacén Ava. –Rezongó su madre dando vueltas por su despacho en la Fundación.–Tenía que llevar más cajas con ropa para enviar a Madagascar, pero cuando me di cuenta ya era muy tarde mamá…ya sabes como soy. A veces me olvido de las cosas. –Respondió cruzándose de brazos en la silla.–¡¿A veces?! –Preguntó su madre mirándola con reproche y Ava giró los ojos.–Muchas veces, así que por eso decidí ir después de terminar mi trabajo para estar segura de que no me olvidaría de nada más. Entonces me entró sueño y no me pareció una mala idea pasar la noche allí, así estaría por la mañana cuando llegara el camión para recoger todas las donaciones. –Se explicó Ava y su m
Dos meses después Derek estaba arrodillado delante de la tumba de su hermano pequeño. Otto era lo único que le había quedado después de la muerte de sus padres, lo que le había mantenido aferrado a la época en que era feliz al lado de su familia, pero hasta eso le habían arrebatado.—Cuándo éramos niños siempre hacíamos pactos de sangre, ¿lo recuerdas? —Murmuró Derek pasando la yema de los dedos por el nombre de su hermano en la lápida. —Mamá nos regañaba cada vez que lo hacíamos, pero tú siempre decías que jamás dejarías de hacerlo porque nuestra sangre era lo más valioso que teníamos, lo que nos hace superiores a los demás. En ella está nuestra fuerza y por la sangre que corre en mis venas hoy te prometo que la mujer que te ha quitado la vida llorará lágrimas de sangre. Haré sufrir a los Hoffman por todo lo que nos han quitado, por la muerte de nuestros padres, por el suicidio de la tía Nicole, por la forma como murió nuestro abuelo. Todos ellos sufrirán hermano. — Se hizo un corte
Sangre…la sangre marcaba el empiece de aquel oscuro día en el que se celebraría la boda entre una inocente y su verdugo, y como no podía ser diferente empezó con el peor de los presagios provocando el odio de la mayor enemiga que Ava Hoffman llegaría a conocer en su vida.Los labios de Vera Braun temblaban, su mano agarraba con fuerza el borde del camisón empapado en la sangre que ella podía sentir como bajaba por sus muslos y también veía las gotas cayendo sobre el pequeño charco de color rojo que se forma en suelo del baño entre sus piernas. Otro bebé, el cuarto que perdía desde que había empezado su relación con Derek, otro que su cuerpo no había sido capaz llevar.Junto con las lágrimas que mojaban su rostro iba la ira que se mezclaba con la sangre que había en pulcro suelo blanco.Vera había estado segura de que aquel bebé si llegaría a nacer, que finalmente le daría un hijo a Derek y le devolvería la familia que le habían arrebatado, pero no fue así y pensaba que aquel aborto en
El hermoso camisón de seda diseñado especialmente para ella, un conjunto de lencería con cristales incrustados y sus adoradas medias clásicas. Ava estaba perfecta y ansiosa, preparada para tener su primera noche de amor con su marido. Ella recordó el día en el que había perdido la virginidad y se dio cuenta de que no había sido tan importante para ella como aquella noche y que tampoco había estado tan nerviosa como en aquel momento mientras esperaba por Derek en la habitación. —Ava Anderson. —Se dijo a sí misma mirando su reflejo en el espejo emocionada. —Te has casado con tu amor platónico de la juventud Ava y vas a pasar la primera noche en su cama… no, su cama no. ¡Nuestra cama! –Suspiró enamorada. — De repente llega una notificación en su teléfono móvil. Ava abre el mensaje que le había enviado uno de sus mejores amigos y excompañero de la Universidad, Tobias Brown que era uno de los mejores periodistas de investigación de su generación. Como buen amigo no se había resistido a
El dorado de sus cabellos rubios había desaparecido casi por completo por la sangre que goteaba de ellos. El hermoso rostro de Derek estaba empapado por la sangre del hombre que estaba tirado a sus pies con el cráneo aplastado mientras que él estaba sentado en una silla intentando limpiarse sus manos ensangrentadas con un pulcro pañuelo blanco, pero había tanta que era casi imposible hacerlo. De su rostro no se borraba la mueca de asco que tenía mientras veía la cara casi irreconocible del hombre moreno que había matado con sus propias manos, pero lo que le revolvía el estomago no era el cadáver, sino que haber manchado su carísimo traje con una persona que él consideraba inferior. –Que asco. –Escupió Derek mientras que la sangre deslizaba por su rostro formando pequeñas gotas en la barbilla que terminaban cayendo al suelo. –Con lo fácil que hubiera sido utilizar una pistola, pero insistes en matar con tus propias manos. Entonces no puede quejarse jefe. –Bromeó Reich después de habe
Ava abrió los ojos por unos segundos, pero al sentir la claridad de los rayos de sol que entraban por la ventana volvió a cerrarlos, después volvió a abrirlos parpadeando para adaptarse a la luz preguntándose donde estaba, cuando los recuerdos de la noche anterior volvieron a su memoria de golpe y se levantó de la cama sobresaltada. Pero sus movimientos fueron demasiado bruscos y sintió un dolor intenso por todo su cuerpo haciendo una mueca.Ella recordaba absolutamente todo, el encuentro con Eva, como la había llevado al sótano, cuando la empujó…todo, Ava recordaba todo. Entonces la angustia y el pánico de estar encerrada empezaron a dominarla otra vez mientras miraba alrededor dándose cuenta de que estaba en la habitación sin saber cómo había llegado allí.A pesar de las molestias que sentía, del intenso dolor, Ava salió de la habitación para buscar ayuda, la ayuda de su marido que la había dejado sola con una loca como Vera Braun.–¡¡Derek!! –Gritó Ava caminando por el pasillo inte