+Amelia+
Tengo la cabeza perdida en mil pedazos y la desesperación por acabar con mi vida están rápido como un suspiro. Hace un par de minutos mi hermana me envió un mensaje diciéndome que en menos de una semana necesitará las mensualidades de la universidad.Dios, no encuentro las palabras adecuadas para decirle que no he cumplido ni quince días en la empresa como ayudante de la secretaria de presidencia. Ya sé que debo agradecer que el novio de mi hermana sea el que me consiguiera este trabajo, ya que antes trabajaba como camarera en la cafetería.Esta es mi vida, soy una mujer de veintiocho años y sin un futuro prometedor. Vivo con mi hermana menor de dieciocho años porque mamá decidió dejarnos por un hombre que le endulzo el oído prometiendo el cielo y la tierra, no obstante todo tiene su precio y la condición era dejarnos sin casa, comida y dinero.Mi hermana y yo llevamos cinco años viviendo solas, y… Na-ah, ya no quiero recordar mis penas, es mejor respirar profundo y terminar de sacar estás copias.—Oye, niña, ¿en qué andas pensando? —sin previo aviso sentí un manotazo en mi brazo, sacándome un quejido y provocando que el café expreso que tenía en mis manos se derramara sobre mi camisa blanca—, necesitamos esas copias, el jefe no deja de gritar, ¡quiere tu cabeza!—¡No me jod…! ¿Qué hiciste? —puse los ojos en blanco y resoplé.Esto tiene que ser una pesadilla, ¿cómo arreglaré este desastre?Respira…, tomate un segundo y respira como las grandes ayudantes de secretarías.¡Dios, solo estoy sacando copias, la máquina es la fotocopiadora, no yo…!Ese hombre está acabando con mi paciencia, soy solo la asistente de la secretaria, ¿por qué me quiere ver?—Él me despedirá si tú no estás en su oficina, por favor… Necesito que corras, que lleves las copias de una vez, ¡niña, tengo tres hijos y cinco nietos!¿Y yo tengo la culpa?—Nueva, el jefe te llama y por la desesperación de la señora Rocío, tienes que apresurarte —aparece el chico risueño, Andrés es la persona que no se toma todo a pecho—, ¡muchacha! ¿Qué te sucedió? Pareces toda una pordiosera—corre hacia mí al mismo tiempo sacándose un pañuelo para intentar limpiar y quitar la mancha del café de mi camisa blanca.—Gracias, pero no hay tiempo, tengo que entregar las copias —lo interrumpí y bruscamente me alejo de él.Dejo todo el desastre que ocasionó la señora Rocío. Me apresuro, agarro las copias y corro hacia la oficina del jefe.Juro por Dios que soy una chica con mucha paciencia, pero ahora que ella se ha escapado, y dudo que desee regresar. ¿Quiero gritar? Sí, y aún más, cuando escucho las carcajadas de algunos empleados.No puedo evitar maldecir una y otra vez en mi mente. ¿Por qué ese monstruo no puede ser igual que el novio de mi hermana?¡Es odioso, engreído, prepotente, detestable y arrogante! No importa su físico, para muchas es un hombre atractivo, guapo, pero para mí es todo lo contrario.No le presto atención a todos esos susurros; el jefe griego, el jefe guapo y poderoso, el jefe musculoso o de esos ojos grises. Puff… Todo eso es una mentira.Al llegar a la puerta de la oficina de ese monstruo malhumorado me detengo, doy el último suspiro y sin mirar el desastre de camisa, alzo la mirada y doy dos toques a la puerta para entrar.—¡Ya estoy aquí! —exclamé desesperada y a la vez enfadada.No llevo ni una semana trabajando para esta empresa y ya me siento agotada, ¡esto es una explotación!Dios, solo quiero que termine esta semana y quedarme el domingo de descanso sobre la cama, viendo N*****x.Es una semana muy dura, y no es excusa en decir que me cuesta llevar el ritmo. ¿Por qué ese hombre quiere volverme loca? ¿Será que no quería contratarme?Con el enfado a mil por hora, mi respiración se encontraba agitada. Seriamente, lo miré a los ojos y maldije por mi suerte.El monstruo se acomodó en su silla para luego inclinarse hacia delante y dejar caer sus brazos sobre el escritorio. Él me observa de arriba hacia abajo, provocando que me intimidara y que mi enojo incrementara.¿Qué espera de mí? Solo soy una simple ayudante.Enarcó una ceja en el momento que sus ojos se detuvieron en mi camisa. Apretó la mandíbula y yo, para mi sorpresa y desgracia, tuve que esforzarme en gritarle de una vez por todas que esto es su culpa.—¿Comes primero antes de hacer tu trabajo?, ¿no desayunas en tu casa? ¿No tienes tiempo? —y sus preguntas empezaron a invadirme, por el tono de su voz puedo detectar mucho enfado de su parte, ¿por qué me odia?—Accidentes de los que no pude evitar —sisee entre dientes—, lo importante es que las copias están listas.A pesar de que mis piernas temblaban, caminé hacia su escritorio, dejando las copias cerca de su computadora.—No…—¿No?—Es tarde, esas copias las quería para ayer, ya en este momento no me sirven, así que por su culpa perderé más de una inversión —gruñó.Uno… Dos… Tres…Maldit…, esto tiene que ser una broma, no me puede decir que… No, las copias son una reforma y no contratos importantes.Este hombre es un idiot… Quiere volverme loca, de una u otra forma quiere castigarme.Me obligué agarrar aire, no hay ninguna duda de que él quiere acabar con mi paciencia y aunque me cueste aceptar me tengo que quedar porque tengo que pagar la mensualidad de mi hermana. Yo no llegué a la universidad por falta de dinero y apoyo, lo único que pude hacer fue tomar un curso de secretaria y por eso estoy donde estoy.—¿Me despedirá? —mis ojos se abren de golpe—, siento que no es mi culpa, lo del contrato, ya que las copias están aquí y la reunión no ha empezado.—Debería hacerlo, pero…Aaaahhh… Este hombre no me soporta, es evidente que no me quiere cerca. Debería de renunciar y volver a la cafetería, ahí al menos nadie me trataba como perro.—¿Me llevo las copias? —y me muerdo la lengua, no puedo tirar todo, todo es por mi hermana.—No puedo despedirte porque tu contrato es de seis meses, así que tendrás que soportarme y mejorar, ya que las sanciones están en el reglamento, tienes que ser eficiente.Oh, se me había olvidado de ese contrato, pero de las sanciones, no…Pero… Todo esto es injusto, en ningún momento le estoy faltando el respeto y todas las cosas que la señora Rocío me ha enseñado lo he hecho al pie de la letra, ¡No soy una inútil!—Entonces me retiro —bajo la mirada por unos segundos para luego dar media vuelta.—No le he dicho que se retire —me detengo en seco al escucharlo—, quiero que se quede, siéntese—ordenó sin titubear.—Señor, Johnson, ¿puedo pasar?Justo cuando estaba por darme media vuelta para obedecer al señor caprichoso, alguien decide aparecer.Alzo la mirada y automáticamente puse mi cuerpo con firmeza al momento que vi que el de recursos humanos se hacía presente.—Apareces en mal momento —el monstruo le responde de modo grotesco—, ya que estás adentro, puedes decirme que es lo que se te ofrece.—Waooo... No pensé que estuvieses ocupado —me regala una sonrisa—, es un placer verla, señorita.¿Verme?Ja, este hombre, si me cae bien, es demasiado simpático, en cambio, el ogro de mi jefe es detestable.—Gracias —asiento, sin poder evitarlo me sonrojo.—¿Qué le sucedió? —su mirada fue directo a la mancha de café.—Un pequeño accidente, en un momento lo arreglaré, solo que ahora…+Alex+Esto debe ser una broma de mal gusto, esta chica acabará con mi paciencia, por mi hermano…«Deja de pensar, deja de ser un maldit… Alfa, recuerda que estamos rodeados de muchos humanos. Alex Johnson, eres el dueño de todo y si quieras esta ciudad tenemos que ser como ellos y estar con ellos, no… Ella es la hermana del mate de tu hermano, no lo olvides… Otra cosa, tú tienes siglos de antigüedad y ella apenas veintiocho años, una vida tierna»«Beta, no tienes que recordarme lo inevitable, a pesar de que no me gusta estar rodeados de humanos, debemos estar con ellos.»«Espera… Siento que el problema es con ella y no con los humanos.»—Eh, señor, Johnson, creo que ella se debe retirar.Y el abogado de los humanos ha hablado, no puedo entender como es soportar la ineficiencia de ellos. ¡Son frágiles e incompetentes!Ah, qué agotador, ahora me encuentro en un dilema, ¿un humano puede ser tu mate? Al principio me costó creer que mi hermano encontrara a su mate y que ella terminara sie
+Amelia+Aaaaah… Aaaah… Aaaah…Quiero gritar a todo pulmón, sí, que todo el mundo sepa de una vez que el energúmeno del dueño de esta empresa es un infeliz.Ya fuera de la oficina de ese cretino, el aire regresó a mis pulmones lentamente.Bajo mi mirada hacia mi camisa, ¡estoy hecha un desastre! ¿Podré sobrevivir? No traje una camisa de repuesto, ni modo, tendré que ir al tocador y lavar la camisa. ¿Se me verán los pechos?—Ssshhh… Shhh… Shhh… Niña, pero niña, ¿dónde te encuentras? ¿Por qué no me prestas atención? —sacudo mi cabeza, volviendo a mi realidad, ya que la señora Rocío está muriendo por saber que me ha dicho el jefe.Me acerqué a ella, no quiero que sus nervios provoquen que se descompense, ya que eso sería culparme a mí misma por… ¡No, no soy culpable de nada! Resoplé y me acerqué lo suficiente para decirle que el jefe me ha aceptado los documentos y que no hay ningún problema.Su rostro cambió radicalmente, y de la tristeza se fue a la felicidad extrema de lo que me alivi
~Ufff… De lo que me salvé, fue un momento incómodo para todos o más bien para mí. Los teléfonos resonando como locos fueron los que me salvaron de las interrogaciones del novio de mi hermana. Sí, sé como se llama, pero por cariño le digo; novio de “my sister”. Es algo anticuado, pero es lo único que se me ocurrió para establecer una conexión de familia temporal. Al final de todo es que no quiero llamarlo por su nombre; Alejandro, es que es el mismo nombre del infeliz que engatusó a la ilusa de mi madre.Obviamente que aproveché la oportunidad y en seguida le di la espalda, como una toda cazadora que soy agarré el teléfono y contesté. Él no tuvo de otra que asentir con una sonrisa y decirme que me espera en mi hora de salida.Justo cuando lo vi que entraba a la oficina de gruñón malhumorado, colgué la llamada; era la recepcionista avisando que el hermano del dueño estaba en camino. Hmmm… Muy tarde me avisó.Aprovechando el tiempo corrí al tocador con la camisa manchada de café, sintie
~Por gracia de Dios, se llegó las doce del medio día; con emoción me levanté de la silla y anime a la señora Rocía que se apresurara, ya que Andrés nos estaba esperando en la cafetería.Luego de ver que los minutos avanzaban, agarré la mano de la señora Rocío, jalándola hacia el ascensor. ¡Era tarde!No podía desaprovechar la oportunidad, ¡es una invitación!Una vez en la cafetería, nos apresuramos a la mesa que eligió Andrés. ¡Sí…! La mesa está justo a la ventana, disfrutando de la agradable brisa que se filtra por ella. Hmmm… El aroma del café recién hecho y los deliciosos platillos.Le pedimos una y otra disculpas a Andrés, todo por llegar tarde. Bueno, no quería echarle toda la culpa a la señora Rocío.Un camarero amable se acercó para tomar nuestra orden.Andrés, con su característico sentido del humor, decidió pedir una ensalada con pollo frito y una Coca-Cola bien fría.—¡Es hora de cargar energías con estilo! —exclamó mientras guiñaba un ojo. Rocío y yo no pudimos evitar reír
+Alex+~Mi paz ha desaparecido por culpa de esa humana. Desde que salí del trabajo, me encerré como un lunático en mi habitación, dejando a mi hermano con la palabra en la boca. Estoy perdiendo la cabeza y todo por esa mujer. No puedo detenerme, camino de un lugar a otro dentro de mi habitación. ¡No tengo cabeza para presentarme con la manada!¿Por qué no puedo sacarla de mi mente? Esta pregunta ha rondado mi cabeza desde que nuestros caminos se cruzaron. Ella ha invadido mis pensamientos, mis sueños y hasta mi forma de ser. Es como si un hechizo se hubiera apoderado de mí y no puedo romperlo.A pesar de que le hago la vida imposible, ella siempre sonríe. Me mira con esos ojos brillantes y esa sonrisa encantadora, como si mi actitud fuera solo una broma para ella. No entiendo cómo puede mantener esa calma frente a mis constantes desplantes. Es como si estuviera a otro nivel de comprensión, como si supiera algo que yo ignoro.Hace unas horas discutí con mi hermano porque no tuve la ge
+AMELIA+¡Día de pago!Oh, debería estar feliz; sin embargo, no lo estoy porque todo el dinero que me he ganado se lo debo a mi exjefe; el de la cafetería. Con mucha vergüenza le pedí prestado, no tenía otra opción. Eh, por otro lado, estoy respirando porque mi hermana se encuentra al día con las mensualidades de la universidad y por el otro… ¡Estoy pobre! No es que sea rica, para nada, solo que ahora no podré comprar un pastel para celebrar el cumpleaños de mi hermana. ¿Debería volver a prestar dinero? No, debo tomarme las cosas con calma, primero debo pagar el dinero que me prestaron y luego veré que hago con el cumpleaños de mi hermana.Lo importante ahora es que estoy a punto de terminar mi jornada y eso no es todo, el odioso del jefe tiene varios días de no presentarse a la empresa. ¿Estará enfermo?Ah-ah, eso no me importa, no debería ni siquiera gastar mi tiempo en especulaciones, menos en intentar preguntar. Gracias a su ausencia, mi semana ha sido la más relajante que he teni
∼Volteo a ver hacia la entrada del ascensor… Me ha quedado claro que la curiosidad mata al gato, no obstante, no es pecado ver quién es el segundo desesperado que quiere salir corriendo de la empresa.Oh… —El de recursos humanos —lo último lo dije en voz alta y es obvio que me di cuenta, ya que quiero desaparecer del planeta—, lo siento—baje la mirada de lo apenada que me encuentro—, no recuerdo su nombre—fue lo primero que se me vino a la mente, debía de excusarme.—Tranquila, no tienes por qué disculparte, mi nombre es Carlos y soy el abogado de la empresa, a veces me confunden con el jefe de recursos humanos porque me mantengo más ahí que en mi oficina —esboza una sonrisa grande, de esas que provoca que mi corazón quiera salirse—. Me han dado un poder de que sea una de las personas que maneja más de una posición en esta empresa y no tengo problema alguno, ya que es lo que me gusta.Este hombre, si me sorprende, me agrada su belleza; su empatía a los empleados, su carisma y su int
~A unos metros de llegar al apartamento, las luminarias de la calle se apagaron como arte de magia, y mi cuerpo se erizó por completo. El miedo empezó a apoderarse de mí, aunque la luna llena iluminaba parte del camino. ¡Oh, cielo! La niebla se elevaba alrededor de la iluminación, creando una atmósfera inquietante.Intenté agarrar mi móvil para alumbrar y, como era de esperar, se me cayó al suelo. Me agaché a recogerlo, y una ráfaga de viento helado golpeó mis mejillas, llamando mi atención. Aun agachada, levanté la mirada y me encontré con un par de ojos rojos que parecían penetrar en mi alma.En ese momento, no sabía si estaba frente a un ser sobrenatural o si mi mente me estaba jugando una mala pasada. Pero esos ojos… esos ojos me atraían de una manera extraña, a pesar del terror que sentía. Fue entonces cuando escuché un sutil gruñido, y mis sospechas se confirmaron: ¡era un lobo!—Eh, no me lastimes —dije tímidamente, intentando ocultar el pavor que sentía.El lobo se acercó len