Asimilando...

Mi cuerpo sigue temblando mientras me dejo caer al suelo. Las lágrimas que habían estado contenidas comienzan a fluir con mayor intensidad, arrastrando consigo cada pedazo de mi confusión y desesperación. Estoy en una especie de torbellino emocional, donde la realidad y el miedo se entrelazan en una danza frenética. Cada vez que cierro los ojos, la imagen del lobo regresa a mi mente, y me resulta casi imposible entender cómo es que la realidad se ha vuelto tan surrealista.

El lobo—Alex—se mantiene a una distancia prudente, sus ojos, ahora de un color más humano, miran hacia mí con una mezcla de arrepentimiento y preocupación. Su rostro está pálido y sudoroso, como si la transformación le hubiera costado mucho más que solo un cambio físico. A medida que sus músculos se relajan y su piel se ajusta a su forma humana, la angustia en sus ojos se hace más evidente. Me doy cuenta de que, aunque su apariencia ha cambiado, la expresión de dolor y remordimiento sigue siendo la misma.

El aire en
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP