75.

A pesar de que yo sabía que aquello podía pasar, de que lo más probable es que para eso me hubiese citado Nicolás, algo dentro de mí me inmovilizó.

Era un extraño miedo, una sensación punzante de ansiedad que hizo que me temblaran las rodillas. Como siempre, escuchar mi propio nombre en su boca era agobiante y doloroso, pero escuchar cómo lo decía mientras ponía en tela de juicio mi propia lealtad como Elisa producía más ansiedad de la que hubiese querido admitir. Esta vez ya no había marcha atrás, pero yo debía intentar salvar, aunque fuera un poco, la situación, porque tal vez había alguna forma de hacerlo.

— ¿Tú ex esposa? — le pregunté.

— Entiende, Elisa,

— ¿qué crees que tengo que ver yo con tu ex esposa? ¡Eso es ridículo!

— ¿Entonces qué estabas haciendo ayer, espiando las cámaras de seguridad de mi empresa? — dijo él.

Yo levanté el mentón.

— ¿Me viste husmeando en tus cámaras de seguridad y lo primero que pensaste fue en tu ex esposa? Eso no tiene ningún sentido.

— Lo tien
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP