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La habilidad que tenía Elisa para ser maquiavélica y sangrienta era proporcional a su nula habilidad para desplumar. La pequeña ave pasó casi 40 minutos arrancando pluma por pluma mientras yo terminaba de encender el fuego que se había apagado durante la noche. Al final, logramos hacer un pequeño asado con el ave y luego comimos de las bayas. No era mucho, pero al menos servía para calmar un poco el hambre mientras encontrábamos la forma de salir de aquel lugar.

— Lo mejor es regresar hacia donde está el oso — le dije — . No sé mucho de supervivencia, pero si logramos encontrar alguna ruta que nos lleve hacia el lago, podremos salir fácilmente. Estando en el lago, podemos encontrar las rutas que utilizan los turistas para conocerlo.

Elisa lo pensó por un largo minuto.

— Tal vez... Pero si encontramos una zona alta, podemos hacer algún tipo de señal de humo. Mis hombres van a encontrarnos. Estoy segura de que deben estarnos buscando en este momento. Solo necesitamos algo que los llev
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