171.

Mi cuerpo se sacudió levemente por el bamboleo de la camioneta sobre los huecos y las piedras que había en la carretera. La noche había caído y no podía distinguirse mucho alrededor. Nicolás conducía adelante, y otra de las camionetas con hombres iba atrás. En el asiento trasero, Elisa estaba en medio de dos hombres que sostenían sus armas con firmeza.

Ella estaba ahí, observando fijamente hacia el frente sin mover uno solo de sus músculos. Y yo no podía apartar mi mirada del retrovisor. Estaba segura de que, en cualquier momento, intentaría algún movimiento para liberarse, y eso me mantuvo fuertemente concentrada gran parte del camino.

Ya llevábamos una hora de viaje cuando Nicolás estiró su mano hacia mí y me apretó la pierna, indicándome que todo estaba bien, que todo *estaría* bien. Y yo asentí. Tenía que confiar en él, ¿no era así? Pero también tenía que confiar en mis instintos. Había pasado tiempo con Elisa. Habíamos peleado, nos habíamos insultado y nos habíamos intentado mata
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP