140.

— ¿Cómo encontraste esa información? — preguntó intrigado Nicolás.

Kevin soltó un fuerte suspiro.

— Bueno, de hecho, la encontré gracias al contacto que me diste. Al parecer, no fue para nada fácil, pero logramos encontrar una cuenta de ahorros extranjera que creó Elisa bajo el nombre de un testaferro. Esta cuenta, mes con mes, sin falta, deposita una buena suma de dinero a esta anciana.

Tenía un papelito en la mano que le tendió a Nicolás. El hombre lo tomó y leyó la dirección en el papel.

— Esto es relativamente cerca de acá. Nos tomará una hora llegar, cuando mucho. Estuve tratando de encontrar en las bases de datos quién podría ser, pero la verdad es que no pude conseguirlo.

Yo me puse de pie y me senté junto a Kevin, tomando el computador de sus piernas y observando la pantalla.

— Solo necesito un segundo — dije, comenzando a teclear en ella — . Evidentemente, necesitamos más que una dirección. Me tomó un momento entrar al sistema de seguridad del ancianato.

Nicolás me observó
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