Capitulo 39.

Mes y medio después...

Observo a todas las modelos recoger sus cosas para marcharse, hoy tuve una sesión de fotos en una montaña, todo ha sido para la empresa de Stephen.

Sinceramente está sesión no fue muy de mí gusto, los atuendos me encantaron, Stephen ha estado innovando, la ropa que tengo puesta es ropa que va a lanzar a la venta, pero caminar en la montaña y con tacones de aguja, altos y ropa así, es demasiado complicado, lo bueno es que no me caí, les juro que se me hubiese visto todo y que vergüenza.

La cabaña que nos dieron para cambiarnos es un poco complicada, no tiene ni una sola ventana, sólo en el techo y la puerta se ha trabado demasiado, hace rato dos chicas se quedaron encerradas y fue todo un caos.

- ¿Te podrías quedar unos minutos? Necesito hablar contigo - Dice Stephen entrando a la cabaña.

- Sin problema, igual aún no guardo mis cosas y no me he cambiado. - Respondo.

- Sabes que puedes quedarte con la ropa, todas se han quedado con los atuendos que modelaron.

- Gracias. - Respondo sonriendo un poco.

- Dejaré que guardes tus cosas mientras despido a las demás personas. - Dice y sale de la cabaña.

Entro a el cuarto en donde puse todas mis pertenencias, comienzo a meter cosas en mí pequeña maleta, tuve que traer algunas cosas porque uno nunca sabe que puede hacer falta o que imprevisto puede salir.

Escucho un fuerte portazo en la cabaña y salgo rápidamente, veo a Stephen frente a mi, al parecer se paralizó con el portazo.

- ¿Qué paso? - Pregunto asustada.

- El aire, entre y seguido se cerró la puerta.

- Casi me da un infarto - Digo poniendo mi mano en mí pecho.

- ¡Jenny! Esta puerta se traba.

Stephen se acerca rápidamente a la puerta y trata de abrirla pero no lo logra.

- ¿Qué vamos a hacer? Ya está haciéndose de noche.

- Mí celular está en mí carro, ¿En donde tienes el tuyo? - Pregunta alterado.

Entro al pequeño cuarto y tomo mí celular, trato de hacer una llamada a Leila pero mí celular no tiene señal.

- Sin señal - Digo nerviosa.

- No podemos tener tan mala suerte Jenny. - Dice nervioso también.

- ¿Qué vamos a hacer Stephen?

Veo a Stephen caminar nervioso de un lado a otro, puedo notar sus manos temblar, sus ojos buscan desesperadamente alguna manera de salir, pero realmente no hay manera de salir, sólo es posible por la puerta y bueno, gracias al aire no será posible.

- ¿Estás bien Stephen? - Pregunto al ver como se deja caer recargado en una pared.

- Soy claustrofóbico, estoy tratando de controlarme pero no puedo.

Veo como abraza sus piernas y entierra su cabeza entre sus brazos. ¿Qué carajo se hace en estos casos?

Tomo mi celular y comienzo a buscar un poco de señal.

- ¡Sí! - Grito cuando he encontrado señal.

Escribo un mensaje para Leila en donde le doy la ubicación, le pido que no le diga a James, no creo que le agrade encontrarme encerrada con Stephen y de noche.

Espero hasta que el mensaje sea enviado y bajo de la pequeña silla en la que me subí para encontrar señal.

- Pude m****r un mensaje, pronto vendrán por nosotros Stephen.

Me siento a su lado y comienzo a acariciar su cabello, puedo ver como su espalda se va relajado poco a poco, hasta que escucho un pequeño ronquido.

■■■■

- ¿Qué hora es? - Pregunta Stephen despertando.

- Las diez de la noche y estoy muriendo de frío. - Digo sentada aún a su lado.

- Ya llevamos mucho tiempo aquí, espero la ayuda no tarde.

Stephen se quita el suéter que traía puesto y me lo entrega, me lo pongo sin pensarlo y es curioso pero me queda casi del mismo largo que la falda que tengo puesta.

- Gracias. - Digo y Stephen asiente.

- A todo esto, dijiste que querías hablar conmigo. ¿Qué sucede?

- Es verdad, lo que quería decirte es que estamos comenzando a meter cosas nuevas a nuestra línea de ropa. Paulina quiere que comencemos a meter vestidos, pero quiere una línea completa de vestidos con brillos y esas cosas.

- Entiendo, pero yo no soy diseñadora. - Digo confundida.

- Lo sé y no te necesito como diseñadora, te necesito como modelo. Paulina quiere hacer los vestidos y que tu seas como su maniquí.

- Ahora sí ya entiendo, es lo más pesado que me han pedido hasta ahora.

- Lo sé, son demasiadas horas de dedicación, también es como trabajar al ritmo de Paulina. No siempre está inspirada, a veces está de malas, es complicado trabajar con ella, por eso pensamos específicamente en ti.

- Claro, la que va a sufrir seré yo. - Respondo riendo.

- Técnicamente sí. - Dice riendo también.

- Pues sí, sin problema puedo hacerlo. Sólo me gustaría hablar con Paulina para que podamos llegar a un acuerdo de horarios, no es como que quiera estar parada a las cuatro de la mañana. - Digo observando a Stephen.

- Suerte con eso. - Dice y ríe un poco.

Escucho el sonido de algunos autos, espero que sea Leila que vino con ayuda, de verdad ya no quiero estar aquí.

Escucho algunas voces fuera, los golpes en la puerta tratando de abrirla se hacen presentes.

- Pensé que moririamos aquí. - Dice Stephen ya mucho más tranquilo.

- Seguramente nadie lo notaría. - Respondo riendo.

- Dirás de ti por que a mí me buscarían por cielo, mar y tierra. - Dice y ríe.

- Uy sí, Stephen la persona más importante del mundo ¿no?

Ambos reímos y la puerta es abierta de golpe, veo a James observandonos a ambos, su rostro es bastante serio al ver las sonrisas que tenemos Stephen y yo.

- ¡Por fin libres! - Grita Stephen y me da un abrazo.

- A descansar. - Digo y ambos nos alejamos.

James no dice nada y sólo nos observa, veo a las personas que James trajo para poder abrir, Stephen se acerca y agradece a todos por habernos sacado de ahí. 

- Le diré a Paulina y te llamo después. - Dice sonriente.

- Hasta pronto. - Digo y Stephen sube a su auto.

Yo entró al pequeño cuarto para sacar ahora sí mis cosas, puedo sentir los pasos de James detrás de mí.  ¿Alguien entiende su seriedad? Por que realmente yo no entiendo absolutamente nada.

- ¿Y bien? - Pregunta serio.

- ¿Qué quieres que diga? Realmente estoy agradecida contigo por sacarme de aquí pero no entiendo la molestia en tu rostro.

- ¿No la entiendes? Resulta que estoy en la oficina y a Leila le llega un mensaje en donde claramente le pides que no me diga que estas aquí sola con ese tal Stephen.

- ¿Por qué agarras el celular de Leila?

- Coincidió porque ella me estaba mostrando los diseños que mandaron las personas de una construcción. Y ese no es el punto de esto Jenny.

- Sólo nos quedamos encerrados James, realmente no es para que te pongas de esa manera. Le pedí a Leila que no te dijera precisamente porque sabía que te pondrías así, ya sabía que te enojarias.

- ¿Y con que pensabas justificar tu asusencia está noche? ¿Pensabas esperar a que los reporteros se enterarán de esto y me hicieran quedar como un idiota con cuernos? - James grita esto último y lo observó.

- James, de verdad relajate mucho, estoy muy cansada y no tengo ganas de estar discutiendo contigo.

Salgo de la cabaña y me subo a la camioneta de James con mis cosas, seguido sube James y arranca para que podamos ir a casa a descansar.

- ¿Y por qué tienes puesto el suéter de el? - Pregunta en un tono de reclamo.

- ¡Porque tenía frío James! - Respondo furiosa y el lo nota. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo