Capitulo 37.

Observo al precioso de Stephen mientras tomamos nuestro desayuno, hasta ahorita no hemos tenido mucha conversación pero venga, tampoco es como que la necesitemos, el hombre es demasiado precioso por donde se le vea. Tiene unos ojos preciosos, sus tatuajes lo hacen ver malo y su mirada también, su voz es gruesa y demasiado sensual; me derrito cada que dice mí nombre. 

- Y dime ¿comó te trata la vida de casada? - Pregunta mientras me observa con atención. 

- Bueno, soportar a James, es lo peor que puede pasar. - Respondo y cierro los ojos al darme cuenta de lo que acabo de decir. 

- ¿Comó dices? Se supone que la gente se casa por amor. - Responde y deja sus cubiertos en el plato para dedicarme toda su atención. 

- Sí obvio, solo bromeaba. James tiene un carácter bastante raro, a veces esta de buenas y a veces esta de malas; supongo que es lo normal en los empresarios. - Respondo restando importancia y vuelvo a mi desayuno. 

- ¿Nos juzgas por igual? Yo también soy empresario. 

- Oh no, para nada. Por lo poco que te conozco, me atrevo a decir que son totalmente distintos. 

- ¿De verdad? Dame un ejemplo. 

- Mira, tú me regalas varias sonrisas mientras conversamos, James me regala a lo mucho, una sonrisa a la semana. 

- Vaya, veo que realmente es complicado. - Dice dandome una sonrisa. ¡Se ve hermoso! 

....

Llego a casa tranquilamente, James me avisó que su familia ya no estará en su casa. Obvio eso me da mucho gusto, ya no tendré que dormir con el, luego por eso pasan cosas raras en la noche y se nos olvida quienes somos. 

- ¿En dondé te escondes insecto? - La voz de Leila en mí sala se hace presente. 

- ¡En el cuarto! - Grito desde mí cama. 

- Jenny, es muy temprano y tú estas acostada. 

- ¿Puedes culparme? Ser la esposa de James es demasiado agotador, además, que te interesa niña. 

- Vine por ti, tengo ganas de salir de fiesta. - Dice acostandose a mí lado. 

- ¿Fiesta? Leila, podemos quedarnos mejor en casa, comer pizza, helado y botanas deliciosas. - Digo con fastidio, no quiero ir de fiesta. 

- No seas así Jenny, es mucho mejor el alcohol, los chicos y la música a todo volumen. 

- La ultima vez no salio nada bien, casi me voy con un chico a su casa. - Digo ofendida. 

- Pero tu principe llego y lo arruino todo. 

- Asi es Leila y no quiero que esta vez pasé lo mismo, tengo la mala suerte de que se entera de todo. 

- Bien, entonces invitemoslo a ir con nosotras y asi no llegará a interrumpir nada. - La sonrisa en su rotro me da miedo y me levanto para ir a darme un baño. 

¿Saben? No es muy bueno llevarle la contraria a Leila, a veces puede hacer muchas locuras que la gente normal no se imagina, por lo tanto, prefiero aceptar a ir con ella de fiesta; aunque para ser sincera, yo prefería cenar y dormir temprano. 

Me coloco un top negro de manga larga y una falda negra y brillosa a juego, unas botas largas y lista. Salgo y veo a Leila sentada en mí cama; ella ya venía arreglada o de lo contrario, también se hubiese dado un baño y usado mí ropa. 

- ¿Nos vamos? - Pregunto tomando mí bolsa. 

- Cambio de planes amiga, iremos al cine. 

Se pone de pie y camina hasta salir, la observo incrédula y salgo detras de ella. 

- ¿Por qué el cambio de planes? 

- Ya verás. - Responde con una sonrisa. 

Terminamos de bajar y salimos, veo el carro de James estacionado, James se encuentra parado a un lado y nos observa tranquilamente. 

- Nos vemos mañana jefe. - Dice Leila cuando llegamos a James. 

- ¿Qué? A ver Leila, no estoy entendiendo nada de esto. - Digo nerviosa, por favor, díganme que no me va a dejar sola con James.

- James te explicará lo necesario, un chico lindo me esta esperando. Nos vemos luego, te amo. - Deposita un beso en mi mejilla y se va para tomar un taxi. 

- Hola. - Digo volteando a ver a James. 

- Por tu vestimenta, deduzco que no tenías ni la más miníma idea de que vendría por ti para ir al cine y llevarte a cenar.

- Pues no, no sabía y me gustaría cambiarme, no me siento comoda para hacer estas actividades.  

- Bien, puedes ir a cambiarte. 

Salgo corriendo a mí departamento, al entrar, busco algo comodo entre toda mí ropa, me decido por un pantalon negro, un playera blanca y un abrigo largo color menta, unos tenis blancos y mi bolsa. Lidta y bastante comoda, salgo de nurvo y veo a James aun parado a lado de su auto. 

- ¿Te sientes más segura? - Pregunta en cuanto llego a su lado. 

- Bastante. - Digo sonriendo. 

- Entonces vamos, me muero de hambre. 

Subimos juntos a su auto, no entiendo quien tuvo la gran idea de ir al cine el y yo solos, pero creo que no es buena idea dejar a Leila y a James que se junten, dos dementes juntos, no son lo mejor para la humanidad. 

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