El silencio de la madrugada fue roto por el sonido de botas marchando y armas cargándose. En lo profundo del pueblo que Danika gobernaba, su ejército improvisado se reunía bajo la luz de antorchas y faroles. Danika, con una mirada fría y calculadora, observaba a sus hombres desde una plataforma elevada. Había convocado a todos los aliados que había ganado a lo largo de los años, enemigos de Raffil que ella había manipulado para que confiaran en ella. Ahora, con su prima Victoria llevándose a Raffil bajo sus narices, Danika estaba lista para tomar represalias.—¡Escuchen! —gritó, su voz resonando sobre el murmullo de los hombres reunidos—. Raffil Leopaldo y su mujer han osado desafiarme, humillarme y robar lo que es mío. ¡No permitiré que se salgan con la suya!Los hombres rugieron en respuesta, levantando sus armas al aire. Algunos eran mercenarios, otros antiguos enemigos de Raffil que habían sido derrotados por él en el pasado, y otros simplemente hombres leales a Danika, dispuestos
Raffil alcanzó a Danika en una colina cercana, donde ella intentaba escapar en un vehículo. La confrontación fue intensa, con ambos intercambiando golpes y disparos. Finalmente, Raffil logró desarmarla, pero no antes de que Danika sacara un cuchillo y lo atacara.—No puedes ganar, Raffil —dijo ella, con una sonrisa desquiciada—. Incluso si me matas, siempre habrá alguien más dispuesto a destruirte.Raffil, jadeando, la miró con una mezcla de furia y lástima.—Tal vez. Pero tú no vivirás para verlo.Con un movimiento rápido, la desarmó y la inmovilizó. Danika, finalmente derrotada, cayó de rodillas, mirando a Raffil con odio.—Esto no ha terminado… —murmuró.—Sí, lo ha hecho —respondió él, antes de dejarla inconsciente.Cuando regresó a la base con Danika como prisionera, la batalla había terminado. Los hombres de Victoria habían logrado repeler al ejército enemigo, aunque a un alto costo. Victoria corrió hacia Raffil, abrazándolo con fuerza.—Lo logramos —dijo ella, con lágrimas en lo
El tiempo había pasado como un río que nunca se detiene, y la familia Leopaldo se encontraba en un lugar de paz y estabilidad que parecía un sueño después de todo lo que habían vivido. Ciudad C, que había sido escenario de tantos conflictos y traiciones, ahora era un lugar donde la familia podía prosperar. La empresa de Raffil estaba en su mejor momento, liderada por él y su hijo Rafael, quien había demostrado ser un digno heredero del imperio familiar. Viola se había convertido en una joven brillante, llena de sueños y ambiciones, decidida a dejar su propia huella en el mundo. Y Victoria... Victoria era el corazón de todo, la mujer que había sostenido a su familia en sus peores momentos y que ahora disfrutaba de la paz que tanto había merecido.Una tarde, mientras el sol se ponía sobre las colinas de su hogar, la familia se reunió en el jardín para celebrar un momento especial. Era el cumpleaños de Victoria, y sus seres queridos habían planeado una pequeña reunión para honrarla. Las
_ ¡Victoria, por Dios, debes enfocarte en ti y en este trabajo! Te está consumiendo, ¡mírate!Rodé los ojos, detesto que esta mujer tenga razón, pero es mi mejor amiga. Ámbar Wister, mi confidente, mi protectora, mi madre sustituta. Ha sido mi roca en momentos difíciles, aunque a veces su exigencia se asemeja demasiado a la de mi jefe, ese demente desquiciado._ Sí, tienes razón. Gracias por venir, necesitaba verte._ ¿Y esperas que te dé un cumplido por venir al bar?Me mira fijamente y arquea una ceja, pareciendo un panda cuando lo hace._ Si no quieres que esté aquí, me marcho. Además, tengo cosas que hacer._ Escúchame bien, toma asiento en este taburete y no te muevas hasta que yo diga que está bien.Esa mujer es muy mandona, pero de la buena. Me pasa una cerveza, frunzo el ceño y ella la cambia por un vodka. Esa es otra de las razones por las que la aprecio, siempre sabe cómo alegrarme.Mientras saboreaba un delicioso trago de mi vokca, que sinceramente necesitaba más que un novi
¡Vaya, qué situación más complicada! Tu rostro refleja una palidez inusual, como si hubieras enfrentado a un demonio recién. "¡Estamos en problemas!" Exclamé sin titubear. Ella me ve con cara de demonio"¿Victoria, alguna vez podrás evitar meterte en problemas?" Me reprochó con razón. Siempre parezco estar envuelta en algún lío, a veces hasta me planteo cambiar mi nombre a "problema" en lugar de Victoria."No, me metí voluntariamente", mentí. Fue mi impulso de sanvarguardiana el que me llevó a actuar."¿Puedes contarme qué sucedió por qué estemos en problemas?" Inquirió con preocupación."Bueno, te salvé la piel, evité que mataran al tipo que acaba de entrar", expliqué. Observé cómo ella perdía el equilibrio momentáneamente y se aferraba con fuerza a la barra."¿Ámbar, es algo grave?" Preguntó con inquietud."Victoria, gracias por salvarme de un desastre mayor", expresó con gratitud."Está bien, si te salvé, ¿a quién diablos ofendí ahora?" Repliqué con frustración."De todas formas, n
Victoria Por la mañana, como todos los días, me despierto y sigo mi rutina. Me baño, me arreglo y tomo un taxi, ya que mi auto está en mantenimiento. Al llegar a la empresa, camino hacia la entrada, pero siento una mirada que quema mi espalda. Odio ese sentimiento, me recuerda la noche en que mis padres fueron ultimados por bandidos después de que me secuestraran.Desde entonces, me he convertido en toda una fiera. No permito que nada ni nadie me venza. He aprendido karate y a conducir, incluso he participado en varias carreras callejeras. Soy Victoria Daville, y doy una vuelta para ver si encuentro algún auto negro siguiéndome, pero no hay ninguno. Qué crédula fui.Al entrar a la empresa, saludo a los demás como siempre y me dirijo a mi oficina. Sin embargo, me topo con mi jefe, Vicente Rulo. Intento escabullirme y cambiar de ruta, pero él me conoce como la palma de su mano y me llama."Vic, que ni se te ocurra", me dice."Buenos días, Vicente. Solo iba por una taza de café", miento
VictoriaConduje hasta llegar a un callejón, donde decidí detenerme por un buen rato. Aproveché ese momento para cambiar de ropa, salí del coche y crucé la calle, observando atentamente a mi alrededor en busca de cualquier señal sospechosa. Parece que logré dejar atrás el caos, pero sigo sin poder respirar bien. El susto que viví hoy fue algo que nunca antes me había enfrentado. Me pregunto, ¿a quién ofendí? ¿Quiénes eran esas personas que me siguieron? ¿Será que alguien me mandó seguir a ese hombre? ¿Quiénes quieren hacerme daño?Caminé hasta llegar a un taxi que estaba cerca, tomé uno y le di la dirección de un hotel. Al llegar, reservé una habitación y me escondí. Una vez dentro de la habitación, cerré la puerta y caminé hasta la ventana. A simple vista no había nadie, pero no lograba estar tranquila. Mi respiración seguía agitada. ¿Cómo le contaré a Ámbar que unas camionetas me siguieron? ¿Cómo puedo evitar involucrarme en problemas? Mis rodillas flaquean, siento que se convierten
VictoriaLa luz del sol me despertó con una energía inusual. A pesar de lo que pasó ayer, me sentí llena de ánimo. Me vestí con mi nuevo conjunto y me di cuenta de lo bien que me quedaba. ¿Acaso todo el mundo notaría el cambio? No, es obvio que no. Al bajar, entregué la llave y me detuve a mirar en varias direcciones al mismo tiempo. Subí a mi coche y encendí el motor. Me dirigí a la empresa, dejando un mensaje para Ámbar en el estacionamiento sin preocupación. Sin embargo, una corriente eléctrica parecía cobrar vida en mí, aunque no veía nada al voltear.Me quedé parada, sin imaginar que alguien se tomaría la molestia de venir a la empresa para crear problemas. ¿Realmente esperan que baje la guardia? Sonreí con una carcajada enorme mientras subía en el ascensor. Recordé las palabras de mi madre: "cuando sientes que el miedo cobra vida en ti, solo sonríe en grande y sentirás cómo desaparece".Al llegar al lobby, sentí muchas miradas sobre mí, lo que me hizo desear cubrirme, aunque no e