Victoria
Por la mañana, como todos los días, me despierto y sigo mi rutina. Me baño, me arreglo y tomo un taxi, ya que mi auto está en mantenimiento. Al llegar a la empresa, camino hacia la entrada, pero siento una mirada que quema mi espalda. Odio ese sentimiento, me recuerda la noche en que mis padres fueron ultimados por bandidos después de que me secuestraran.
Desde entonces, me he convertido en toda una fiera. No permito que nada ni nadie me venza. He aprendido karate y a conducir, incluso he participado en varias carreras callejeras. Soy Victoria Daville, y doy una vuelta para ver si encuentro algún auto negro siguiéndome, pero no hay ninguno. Qué crédula fui.
Al entrar a la empresa, saludo a los demás como siempre y me dirijo a mi oficina. Sin embargo, me topo con mi jefe, Vicente Rulo. Intento escabullirme y cambiar de ruta, pero él me conoce como la palma de su mano y me llama.
"Vic, que ni se te ocurra", me dice.
"Buenos días, Vicente. Solo iba por una taza de café", miento descaradamente y sé que él lo sabe.
"Aún usas ese truco, tienes una cafetera y un asistente. ¿De qué café hablas?", responde con tono mandón, como Ámbar. Me dan ganas de dejarle una patada en el trasero. Veo que se estremece, como si acabara de recibir un cosquilleo.
"Vic, estás hablando mal de mí", respondo con sarcasmo. Por un segundo, creo que se ha dado cuenta de mis vibras. Je, je, je, ahora sí le haré la vida un infierno maldiciéndolo. Él me mira y yo giro la cabeza como si nada hubiera pasado.
Recibo un informe y al leerlo no puedo evitar rodar los ojos. "¡Nuestro director general visitará la empresa en unos días y quiero que organices todo", me dice.
Los miro como si no entendiera nada. "¡Deja de mirarme así!", me reprende.
Pero tengo que mantener esa mirada hasta que recoja la carpeta de mi mano y la dejen en mi oficina. Esa mirada siempre funciona, tengo que admitirlo.
"¡Vic, deja esa mirada que no es nada placentera!", me dice, pero ya no hay forma de pelear.
"Vale, ahora iré a trabajar en esto", respondo.
"¡Buena chica!", me dice, pero en mi mente pienso: "Buena, prepárate para lo que venga, viejo bridón escoria".
"¡Victoria, deja de maldecirme!", me reprende.
"Eh, no estoy haciendo eso, será que le debes a alguien y te está maldiciendo", bromeo para mí misma. Él se marcha y yo entro a mi despacho.
Miro los documentos y siento un dolor de cabeza que se apodera de mí. Devora, entra y me mira, luego observa los documentos. Ella es mi asistente y sabe lo que está sucediendo. No tenemos tabúes, somos casi de la misma edad, solo que ella es mi asistente.
"Jefa, me parece que necesitas mucha ayuda, ¿en qué puedo ayudarte?"
"Solo necesito una taza de café y que me traigas los diseños para echarles una última mirada".
"¡Claro, enseguida! Jefa, escuché que el presidente vendrá a la empresa en unos días. ¿Ya lo conoces?""¡No! ¿Crees que será guapo y fuerte, o un viejo calvo con panza?" -
Me reí, nunca he visto al supuesto presidente, nunca viene a la empresa y nunca me he topado con él. No tengo ni idea de quién es.
"Ve y haz tu trabajo, deja los chismes."
Ella se va y mis ojos vuelven al documento. Siento las sienes fruncirse. ¿Quién será este jefe? Me pongo a trabajar en el asunto, olvidando todo lo que había pasado.
Raffil Leopardo se encontraba en su empresa, revisando la carpeta que Matías le había entregado con la información de la chica. Al ver su foto, no pudo evitar notar su belleza y se detuvo por un momento para contemplarla. Victoria Daville, veinticuatro años, soltera. Pero lo que más llamó su atención fue el hecho de que sus padres habían fallecido en un ataque de bandidos y que vivía con su amiga Ámbar Wister, quien también trabajaba en su empresa. Eso sin duda era mucho mejor.
Mientras estaba inmerso en sus pensamientos, Matías entró con su café favorito y varios archivos, sumergiéndolo aún más en su trabajo. Revisó algunos documentos, pero su mente seguía vagando hacia esa chica. ¿Qué demonios estaba pasando? Volvió a mirar la foto en el archivo y llamó a Matías.
_ ¿Mandaste a seguir a esa chica? - preguntó con sorpresa.
_ Sí, señor. Esta mañana entró a trabajar. En unos días tienes una revisión en esa empresa - respondió Matías.
Raffil escuchó atentamente y dejó salir un suspiro antes de volver a sumergirse en su trabajo. Sin embargo, su teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos.
_ Sindy, estoy ocupado, ¿qué quieres? - dijo con molestia.
_ ¡Raffil, así le hablas a tu novia! Te extraño, quiero verte - respondió Sindy.
_ Sindy, no estoy disponible. Te veré otro día - contestó con firmeza.
_ Si no vienes, iré donde estés - amenazó Sindy. Raffil se frustró al recordar cómo había aceptado involucrarse con esa mujer desquiciada por el bien de los negocios de su familia.
_ No te atrevas, estoy ocupado y no me hagas enojar - advirtió.
Finalmente, Sindy aceptó de mala gana y colgó. Raffil reflexionó sobre su relación con ella, impuesta por sus padres para favorecer los negocios familiares. Sin embargo, su éxito empresarial había crecido exponencialmente y ya no necesitaba de esa alianza. La familia Hill, socios menores que se jactaban de su posición, necesitaba ser controlada. Pero, ¿quién sería capaz de hacerlo?
Victoria Daville salió de la empresa exhausta, después de un largo día de trabajo. Sentía cada hueso de su cuerpo adolorido por pasar tanto tiempo sentada en esa m*****a silla. Decidió tomar un taxi para dirigirse al garaje y recoger su auto. Sin embargo, al salir se percató de que un carro negro la estaba siguiendo. Esa sensación desagradable de ser perseguida la puso en alerta máxima, pero también despertó su determinación de salvar su trasero a toda costa.
Sin dudarlo, pisó el acelerador y salió a toda velocidad. Miró por el retrovisor y confirmó que el carro negro seguía justo detrás de ella. "¡Ni loca permitiré que me alcancen!", pensó para sí misma mientras el espíritu del demonio de la carrera de autos se apoderaba de ella. Aumentó aún más la velocidad, desafiando a sus perseguidores.
Para su sorpresa, a esa hora de la noche había muy pocos carros en los carriles. Sin embargo, otro vehículo se aproximaba en sentido contrario a toda velocidad. "¡Maldición, vienen por mí esta noche!", exclamó en medio de la adrenalina que recorría su cuerpo. Aceleró con determinación, consciente de que parecería una locura chocar con el otro carro. Pero lo que ellos no sabían era que Victoria tenía la habilidad de esquivarlos y hacer que se estrellaran entre ellos mismos.
El momento llegó, el carro estaba a punto de impactar contra ella. Frenó bruscamente y giró el volante noventa grados, pasando al lado de los dos vehículos en sentido contrario. Logró cruzar el otro carril con éxito, dejando atrás a sus perseguidores y al otro carro que venía directo hacia ella.
La respiración agitada, el corazón latiendo a mil por hora, Victoria se sentía viva y victoriosa. Había logrado evadir a quienes intentaban atraparla, demostrando su destreza al volante y su determinación para sobrevivir.
VictoriaConduje hasta llegar a un callejón, donde decidí detenerme por un buen rato. Aproveché ese momento para cambiar de ropa, salí del coche y crucé la calle, observando atentamente a mi alrededor en busca de cualquier señal sospechosa. Parece que logré dejar atrás el caos, pero sigo sin poder respirar bien. El susto que viví hoy fue algo que nunca antes me había enfrentado. Me pregunto, ¿a quién ofendí? ¿Quiénes eran esas personas que me siguieron? ¿Será que alguien me mandó seguir a ese hombre? ¿Quiénes quieren hacerme daño?Caminé hasta llegar a un taxi que estaba cerca, tomé uno y le di la dirección de un hotel. Al llegar, reservé una habitación y me escondí. Una vez dentro de la habitación, cerré la puerta y caminé hasta la ventana. A simple vista no había nadie, pero no lograba estar tranquila. Mi respiración seguía agitada. ¿Cómo le contaré a Ámbar que unas camionetas me siguieron? ¿Cómo puedo evitar involucrarme en problemas? Mis rodillas flaquean, siento que se convierten
VictoriaLa luz del sol me despertó con una energía inusual. A pesar de lo que pasó ayer, me sentí llena de ánimo. Me vestí con mi nuevo conjunto y me di cuenta de lo bien que me quedaba. ¿Acaso todo el mundo notaría el cambio? No, es obvio que no. Al bajar, entregué la llave y me detuve a mirar en varias direcciones al mismo tiempo. Subí a mi coche y encendí el motor. Me dirigí a la empresa, dejando un mensaje para Ámbar en el estacionamiento sin preocupación. Sin embargo, una corriente eléctrica parecía cobrar vida en mí, aunque no veía nada al voltear.Me quedé parada, sin imaginar que alguien se tomaría la molestia de venir a la empresa para crear problemas. ¿Realmente esperan que baje la guardia? Sonreí con una carcajada enorme mientras subía en el ascensor. Recordé las palabras de mi madre: "cuando sientes que el miedo cobra vida en ti, solo sonríe en grande y sentirás cómo desaparece".Al llegar al lobby, sentí muchas miradas sobre mí, lo que me hizo desear cubrirme, aunque no e
Luego de llevarme a un restaurante muy elegante, me di cuenta de que tiene un gusto sexy. Sus ojos me hipnotizan y me siento nerviosa. Su mirada parece clavarse en mí y siento una extraña electricidad recorriendo mi cuerpo. El desayuno que pidió era exquisito y se me hizo agua la boca. De repente, su voz me distrajo y me mojé de nuevo, ¡maldición! Me dije a mí misma que debía calmarme, después de todo, Victoria es mi jefe.«Santo demonio cálmate, Victoria es tu jefe»Sus ojos marrones y su porte imponente hacen que cualquier mujer quiera estar con él. Tengo que contarle a Ámbar sobre esto. Habló con mi jefe por un largo rato y luego se levantó para atender una llamada. Su aura me dejó con escalofríos y una sensación de peligro. Su asistente, sentado cerca de mí, me miraba con una sonrisa en los labios. Es apuesto y tiene un aura de poder y nobleza, pero no se compara con su jefe. Él es magnífico.Terminé el desayuno en silencio, pero la curiosidad me estaba matando. ¿Por qué no regresó?
Lo cierto es que la oferta no era nada despreciable. Trabajar en una nueva sucursal significaba que mis proyectos tendrían mejores oportunidades de desarrollo. Sin embargo, no podía evitar tener un presentimiento con respecto a mi nuevo jefe. ¿Por qué de repente me presenta esta oportunidad? Ser la diseñadora principal de la sucursal suena tentador, pero algo en su actitud me hace dudar. Aunque, frente a ese hombre atractivo, no hay nada de malo en aceptar la oferta. Debo salir de aquí y encontrar una excusa para escapar, siento que me desmayaré con el aroma embriagador que emana de él.Estoy en pleno horario laboral, ¿qué excusa puedo inventar para salir de aquí? ¡Por el amor de Dios, Victoria, piensa rápido! Si bien soy buena para meterme en problemas, también soy buena para encontrar soluciones. Mi mente está en blanco, pero debo encontrar una salida antes de desmayarme.Mi tata siempre decía que el mismo que te trae te lleva. Pero en este momento siento que me lleva el diablo con e
NarradorVictoria despertó con un fuerte dolor de cabeza después de una noche de excesos. Había bebido tanto que se sentía completamente ebria, junto con su amiga Ámbar. A pesar de la hora, regresaron a sus casas para descansar, sabiendo que al día siguiente tenían que enfrentarse a sus responsabilidades laborales. Victoria se sentía ansiosa por volver al trabajo, a pesar de no estar completamente cómoda en ese entorno. Además, tendría que enfrentarse a un nuevo jefe que le había hecho una propuesta inesperada.Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta, y sabía que tendría que encontrarlas en la empresa al día siguiente. Observar a su nuevo jefe y a sus compañeros le generaba inquietud, ya que no quería cometer errores en su nueva posición como diseñadora principal. No quería ser el centro de problemas, sino destacarse por su trabajo. Aunque la idea de aventar a alguien por la ventana cruzó fugazmente su mente, sabía que eso no era una opción._¡¿Victoria, caso no te vas a levan
En la planta baja, todos se quedaron mirándolo como si fuera el último Dios del planeta. Aunque, si es un hombre fuerte y hermoso, con esos ojos, por el amor de Dios, esos ojos. Ese perfume, me estoy volviendo loca. "Si contrólate Victoria, por el amor de Dios". Para matarme y dejarme más pasmada, el tipo sigue su camino y cuando llega justo a la puerta, sus ojos giran hacia mí, y varias miradas también lo hacen. "¿Qué carajo pasa que las chicas me miran con disimulo? Dios Santo, en qué me metí". Deja a sus hombres y camina hacia mi dirección. Eso no es normal, de seguro, que no lo es. Como si me conociera de toda la vida y yo ahora que siento que me mojé las bragas. No creo que así lo traje._¡Buenos días, ha llegado temprano!Veo cómo todas las demás montan sus ojos donde nosotros estamos, somos el centro de espectáculos. Ahora yo no sé qué responderle. "Como quisiera mandarlo al diablo o simplemente también respondo los buenos días qué hago"._"¡Buenos días!" "¡Sí, llegué temprano,
VictoriaDespués de una larga conversación, me proporcionó información detallada sobre su empresa y el área en la que trabajaría._ Matías, ¿podrías darle un recorrido por la empresa?_ ¡Por supuesto, señor!Descendimos al primer piso, donde todo comenzó. Matías me mostró desde el departamento de limpieza hasta la oficina de su jefe. Cuando llegamos al departamento de diseño, me presentó una oficina espaciosa y hermosa, con toques en mi color. Me resultó extraño, ¿cómo sabía cuál era mi color?_ ¡Saludos chicos, aquí les presento su nueva compañera de diseño, la subdirectora Victoria Daville! _ ¿Subdirectora? Dijo una chica en un escritorio. _ ¡Si su subdirectora, y estará a cargo de los nuevos proyectos! Desde allí, note las miradas mal formadas. Tengo experiencia en esto. Bastante, para ser justa. Salió otra chica, de algún lado, y me pregunto._ ¿Señorita, subdirectora, es usted, muy amiga del presidente? Esa mujerzuela parece querer insinuar algo, pero sería prudente que guard
¡_ Señor, presidente!Nadie, podía hablar, tampoco podían explicar, que tanto era mi poder. Hasta para mover a Raffil de su oficina.¿_ Firmaste la autorización de la salida de esto cierto?Ella temblaba, me di cuenta a qué nivel, ellos le tenían pánico a Raffil en la empresa. Los miré a todo que buscaban una respuesta justa pata entregar. La chica, tomo la tableta y quedó aún más perpleja. Con cara de asombro._ Señor, este es un clon de otro diseño, si enviamos, un diseño, pero no esto. ¿Algo anda mal aquí?_ ¿Sí, algo anda muy mal, porque alguien de tu departamento querría arruinar, su trabajo señorita? _ dije yo con cara de enojo¿_ Pues, alguien de su departamento lo cambio apropósito, para inculparnos? Raffil, estuvo a punto de decir algo, cuando le tome el codo y él me miró.¿_ Señorita, quien fue el de su departamento, que se encargó de enviar, los documentos?_ Hernando, es quien envía los documentos.Raffil, se enoja más. Yo le dije el nombre de la persona antes. La chica ll