Victoria
La luz del sol me despertó con una energía inusual. A pesar de lo que pasó ayer, me sentí llena de ánimo. Me vestí con mi nuevo conjunto y me di cuenta de lo bien que me quedaba. ¿Acaso todo el mundo notaría el cambio? No, es obvio que no. Al bajar, entregué la llave y me detuve a mirar en varias direcciones al mismo tiempo. Subí a mi coche y encendí el motor. Me dirigí a la empresa, dejando un mensaje para Ámbar en el estacionamiento sin preocupación. Sin embargo, una corriente eléctrica parecía cobrar vida en mí, aunque no veía nada al voltear.
Me quedé parada, sin imaginar que alguien se tomaría la molestia de venir a la empresa para crear problemas. ¿Realmente esperan que baje la guardia? Sonreí con una carcajada enorme mientras subía en el ascensor. Recordé las palabras de mi madre: "cuando sientes que el miedo cobra vida en ti, solo sonríe en grande y sentirás cómo desaparece".
Al llegar al lobby, sentí muchas miradas sobre mí, lo que me hizo desear cubrirme, aunque no estaba nada indecente. Estaba bien vestida, pero el conjunto resaltaba mis caderas y mi pecho, atrayendo demasiadas miradas. Fruncí el ceño y aquellos que me observaban desviaron la mirada. Sentí una energía extraña en el lugar, una vibra muy fuerte. Al subir a mi piso, pasé directo antes de encontrarme con mi jefe.
Una vez que me senté, mi secretaria entró y me entregó una carpeta. La dejé en la mesa sin mirarla y continué con lo que había dejado pendiente el día anterior. Sin embargo, algo extraño invadía el ambiente, una sensación de que algo no estaba bien. Traté de no prestarle mucha atención, pero resultaba imposible.
Entonces recordé que aún no había tomado mi taza de café. Me levanté y me acerqué a la cafetera, dejando que se llenara mi taza. Mientras observaba por la ventana, vi la animada actividad en la ciudad del otro lado de la calle. Al regresar a mi asiento con mi taza de café, me puse mis gafas y ojeé unos diseños que me habían enviado. No estaban mal, pero necesitaban modificaciones.
En ese momento, mi secretaria entró nuevamente y me sobresaltó al llamar mi nombre.
"¿Quieres matarme del susto?", le dije.
"Pues te llamé y no respondías", respondió ella.
"¿Qué pasa?", pregunté.
"Llegaron", dijo ella.
"¿Quiénes?", pregunté confundida.
"¡El presidente llegó!", exclamó.
"¿El presidente?", repetí para tratar de asimilar la información.
"Sí, el presidente de la empresa. Viene hoy y justo estás aquí. ¿En serio se te olvidó eso?", cuestionó ella.
"Bueno, mi mente anda en muchas otras cosas y eso no me llegó", respondí.
"Pero te acabo de entregar la carpeta para que la mires y decidas qué presentarle al presidente", señaló ella.
Me quedé en shock. Maldición, hoy vendría el presidente, quien no visitaba nuestra sucursal desde hacía mucho tiempo, justo después de lo que me pasó ayer. Miré a la chica y le sonreí, aunque en realidad estaba fuera de lugar. Sí, me entregó el documento, pero ni siquiera lo había tocado.
"Está bien, avísame lo antes posible de la reunión. Déjame terminar esto para tener todo listo", le dije.
"Vale, está bien. Te avisaré", respondió ella.
Revisé la carpeta y pensé que ese presidente tenía que aparecer justo cuando no estaba en mi mejor momento. Solté una palabrota. Estaba al borde de explotar por esa energía que invadía mi privacidad. No entendía por qué todo tenía que pasarme a mí en ese momento. Esta vida me tenía preparados demasiados juegos sucios.
Perdida en los documentos, mi secretaria entró nuevamente para decirme que ya era hora. Me preparé y caminé junto a ella hacia la junta. Cuando se abrió la puerta, un olor delicioso y fragante invadió mis sentidos, casi perdiendo el equilibrio. Mis ojos se posaron en un hombre increíblemente guapo: moreno, ojos marrones profundos y cejas fruncidas. Su cabello era negro y corto, con una presencia varonil. Alto, sin medir su altura, pero seguro, con más de dos metros de estatura y hombros anchos. Su traje le quedaba perfecto.
No sabía quién llevaba ese perfume, pero supuse que era él. Nadie más tenía ese perfume allí. Era un jefe imponente. Sacudí la cabeza para mantenerme consciente, pero me sentía débil. El perfume parecía hacerme flotar en el aire. Tragué saliva y me recompuse. El vicepresidente nos presentó al terminar la reunión y su mano tomó la mía. Una corriente eléctrica nos atravesó y tiré inconscientemente de mi mano, pero él la sostuvo fuerte y me miró a los ojos.
Dios mío, era guapo. Me sentí avergonzada al darme cuenta de que no estaba tan tranquila como debería estar en esa situación. Me soltó la mano cuando finalmente nos liberamos de esa corriente eléctrica, pero las miradas celosas de los demás no se hicieron esperar.
Caminamos hacia su oficina que ya estaba preparada para la ocasión. Él se sentó y pidió un café al hombre a su lado. Me miró y sonreí, preguntándole cómo le gustaba su café.
"Con leche", respondió él.
Escuché su voz y traté de recordar dónde la había escuchado antes, pero no logré ubicarla. Me concentré en lo que él decía y luego mencionó que bajara con él porque necesitaba hablar conmigo. Mi jefe nos acompañó y al bajar todas las miradas estaban sobre mí, como si pudieran matarme con solo mirarme fijamente.
La presencia del presidente y toda esta situación inesperada me tenían completamente fuera de lugar. La vida me estaba jugando sucio en ese momento tan inoportuno.
Luego de llevarme a un restaurante muy elegante, me di cuenta de que tiene un gusto sexy. Sus ojos me hipnotizan y me siento nerviosa. Su mirada parece clavarse en mí y siento una extraña electricidad recorriendo mi cuerpo. El desayuno que pidió era exquisito y se me hizo agua la boca. De repente, su voz me distrajo y me mojé de nuevo, ¡maldición! Me dije a mí misma que debía calmarme, después de todo, Victoria es mi jefe.«Santo demonio cálmate, Victoria es tu jefe»Sus ojos marrones y su porte imponente hacen que cualquier mujer quiera estar con él. Tengo que contarle a Ámbar sobre esto. Habló con mi jefe por un largo rato y luego se levantó para atender una llamada. Su aura me dejó con escalofríos y una sensación de peligro. Su asistente, sentado cerca de mí, me miraba con una sonrisa en los labios. Es apuesto y tiene un aura de poder y nobleza, pero no se compara con su jefe. Él es magnífico.Terminé el desayuno en silencio, pero la curiosidad me estaba matando. ¿Por qué no regresó?
Lo cierto es que la oferta no era nada despreciable. Trabajar en una nueva sucursal significaba que mis proyectos tendrían mejores oportunidades de desarrollo. Sin embargo, no podía evitar tener un presentimiento con respecto a mi nuevo jefe. ¿Por qué de repente me presenta esta oportunidad? Ser la diseñadora principal de la sucursal suena tentador, pero algo en su actitud me hace dudar. Aunque, frente a ese hombre atractivo, no hay nada de malo en aceptar la oferta. Debo salir de aquí y encontrar una excusa para escapar, siento que me desmayaré con el aroma embriagador que emana de él.Estoy en pleno horario laboral, ¿qué excusa puedo inventar para salir de aquí? ¡Por el amor de Dios, Victoria, piensa rápido! Si bien soy buena para meterme en problemas, también soy buena para encontrar soluciones. Mi mente está en blanco, pero debo encontrar una salida antes de desmayarme.Mi tata siempre decía que el mismo que te trae te lleva. Pero en este momento siento que me lleva el diablo con e
NarradorVictoria despertó con un fuerte dolor de cabeza después de una noche de excesos. Había bebido tanto que se sentía completamente ebria, junto con su amiga Ámbar. A pesar de la hora, regresaron a sus casas para descansar, sabiendo que al día siguiente tenían que enfrentarse a sus responsabilidades laborales. Victoria se sentía ansiosa por volver al trabajo, a pesar de no estar completamente cómoda en ese entorno. Además, tendría que enfrentarse a un nuevo jefe que le había hecho una propuesta inesperada.Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta, y sabía que tendría que encontrarlas en la empresa al día siguiente. Observar a su nuevo jefe y a sus compañeros le generaba inquietud, ya que no quería cometer errores en su nueva posición como diseñadora principal. No quería ser el centro de problemas, sino destacarse por su trabajo. Aunque la idea de aventar a alguien por la ventana cruzó fugazmente su mente, sabía que eso no era una opción._¡¿Victoria, caso no te vas a levan
En la planta baja, todos se quedaron mirándolo como si fuera el último Dios del planeta. Aunque, si es un hombre fuerte y hermoso, con esos ojos, por el amor de Dios, esos ojos. Ese perfume, me estoy volviendo loca. "Si contrólate Victoria, por el amor de Dios". Para matarme y dejarme más pasmada, el tipo sigue su camino y cuando llega justo a la puerta, sus ojos giran hacia mí, y varias miradas también lo hacen. "¿Qué carajo pasa que las chicas me miran con disimulo? Dios Santo, en qué me metí". Deja a sus hombres y camina hacia mi dirección. Eso no es normal, de seguro, que no lo es. Como si me conociera de toda la vida y yo ahora que siento que me mojé las bragas. No creo que así lo traje._¡Buenos días, ha llegado temprano!Veo cómo todas las demás montan sus ojos donde nosotros estamos, somos el centro de espectáculos. Ahora yo no sé qué responderle. "Como quisiera mandarlo al diablo o simplemente también respondo los buenos días qué hago"._"¡Buenos días!" "¡Sí, llegué temprano,
VictoriaDespués de una larga conversación, me proporcionó información detallada sobre su empresa y el área en la que trabajaría._ Matías, ¿podrías darle un recorrido por la empresa?_ ¡Por supuesto, señor!Descendimos al primer piso, donde todo comenzó. Matías me mostró desde el departamento de limpieza hasta la oficina de su jefe. Cuando llegamos al departamento de diseño, me presentó una oficina espaciosa y hermosa, con toques en mi color. Me resultó extraño, ¿cómo sabía cuál era mi color?_ ¡Saludos chicos, aquí les presento su nueva compañera de diseño, la subdirectora Victoria Daville! _ ¿Subdirectora? Dijo una chica en un escritorio. _ ¡Si su subdirectora, y estará a cargo de los nuevos proyectos! Desde allí, note las miradas mal formadas. Tengo experiencia en esto. Bastante, para ser justa. Salió otra chica, de algún lado, y me pregunto._ ¿Señorita, subdirectora, es usted, muy amiga del presidente? Esa mujerzuela parece querer insinuar algo, pero sería prudente que guard
¡_ Señor, presidente!Nadie, podía hablar, tampoco podían explicar, que tanto era mi poder. Hasta para mover a Raffil de su oficina.¿_ Firmaste la autorización de la salida de esto cierto?Ella temblaba, me di cuenta a qué nivel, ellos le tenían pánico a Raffil en la empresa. Los miré a todo que buscaban una respuesta justa pata entregar. La chica, tomo la tableta y quedó aún más perpleja. Con cara de asombro._ Señor, este es un clon de otro diseño, si enviamos, un diseño, pero no esto. ¿Algo anda mal aquí?_ ¿Sí, algo anda muy mal, porque alguien de tu departamento querría arruinar, su trabajo señorita? _ dije yo con cara de enojo¿_ Pues, alguien de su departamento lo cambio apropósito, para inculparnos? Raffil, estuvo a punto de decir algo, cuando le tome el codo y él me miró.¿_ Señorita, quien fue el de su departamento, que se encargó de enviar, los documentos?_ Hernando, es quien envía los documentos.Raffil, se enoja más. Yo le dije el nombre de la persona antes. La chica ll
RaffilMe sorprendió ver cómo ella tomó su trabajo con tanta determinación. Sin embargo, ¿por qué demonios hicieron eso? Tengo que darle una lección al departamento de planificación; jugar con el trabajo no está permitido.Observé cómo ella entró a mi oficina desafiante, sin temor a mis miradas. Aunque debo admitir que me gustó su actitud al reclamar su puesto. Me impresionó su valentía al no temer a nada de lo que yo pudiera hacer o decir. Logró calmarme para no despedir a los empleados. No es de extrañar que sea la persona indicada para el puesto, pero siento un presentimiento negativo, como si alguien me estuviera maldiciendo. ¿Quién demonios podría ser? No sé qué estará tramando ella, pero creo que actuó por instinto y no está involucrada con esos malditos.Moleno, no te encontré, pero al contrario, mandas a que me maten. Tienes que tener muchas agallas y desesperación corriendo por tus venas, porque es imposible que quieras matarme. Te juro que es imposible. Tú no tienes ese poder
Sentada en mi oficina, pensando una manera de rechazar su oferta de ir y almorzar con él, aunque no tendría nada de malo. pero evitó muchos murmullos a mi llegada, ya me han tachado en mi primer día. Miro el reloj, y es mi hora de almuerzo, sintiendo un peligro andante, miro a mi puerta y él estaba parado en ella. No me di cuenta, ni cuando llego, o cuando lleva allí, parado. Pero, me llevé tremendo susto, que mi lapicero se cayó, haciendo un ruido crujiente en mis oídos. Trayéndome a la realidad de que no podía escapar aunque quisiera de este enredo. Pero bien, mi nombre es victoria y debo obtener la victoria. No puedo quedarle mal, no tengo nada que perder. Bueno, sí, mi nuevo puesto, pero bueno, él fue quien me busco, yo no lo llame. ¿_ Cuando trabajas, sueles estar muy concentrada? Qué pregunta es esa, soy una mujer comprometida con su trabajo, acaso no fue eso lo que lo atrajo a traerme a esta empresa. _ "Suelo, estar en mi trabajo, cuando es debido. No puedo distraerme, no me