Nota: Hola, hola mis amores. Espero se encuentren muy bien.
Aquí vengo con el segundo libro de la Serie Walsh. Espero les guste como el primero y me puedan dar todo su apoyo como siempre. Sé que quedaron muchas dudas e incógnitas en Holden, que aquí y en los siguientes libros se van a resolver.
Advertencia de contenido violento, vocabulario soez, violaciones, torturas, una trama que se desenvuelve en el bajo mundo. Como les había dicho en la anterior, Holden era la más suave porque él ya no hacía parte del mundo de sus hermanos, pero aquí ya se verá más violencia. Y pues nada, espero que disfruten del libro y de su desarrollo.
No tengo día establecido para publicar capítulos, así que les pido mucha paciencia.
¡Les deseo una lectura apoteósica!
¡Los adoro!
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Introducción
Por más que Holden me había advertido para su partida, no estaba para nada preparada para verlo marchar. Hoy no es un día común y corriente en esta m*****a casa, es uno de los peores días que he podido vivir luego de la muerte de mis padres. Mi apoyo, mi confidente, mi alma gemela, mi otra mitad se va de mi lado y no sé cuándo podemos estar juntos nuevamente. Lo peor de su partida, es saber que se va con su mejor amigo.
Mis padres decían que no querían que su familia se derrumbara tras la muerte de uno de ellos, pero eso era tan inevitable, pues ¿qué se puede esperar al estar involucrado en un mundo de crimen y droga? Ellos eran conscientes de que todo iba ir de mal en peor en cuanto les dieran de baja, es por ello que nos prepararon desde que éramos unos niños. Nos enseñaron toda la maldad del mundo, antes que allá fuera nos la hicieran conocer. Ellos sabían que no había mayor legado que la descendencia, de ese modo, el negocio crecería cada vez más.
Mis hermanos mayores son de témpanos de hielo, uno es más agradable y sociable que el otro, pero ambos son demasiado fríos cuando se lo proponen. Son calculadores, silenciosos y mortales. Nacieron por separado, pero es como si hubieran nacido el mismo día y a la misma hora. No suelen equivocarse y no dan un paso sin estar precavidos.
Holden siempre se mostró ajeno al mundo en el que nacimos. Mientras era obligado a usar un arma para aprender a defenderse, en su mente no veía la hora para poder escapar y no ser encontrado por mis padres. Mientras yo me sumergía en aprender a cazar y a matar, él se perdía entre cientos de libros. Compartimos vientre, un físico que lo único que nos hace diferente es lo que tenemos entre el medio de las piernas, pero a la vez somos tan opuestos.
Mi hermano mellizo quiere paz, yo quiero ver muertos a todos aquellos que participaron en la muerte de mis padres y no descansaré hasta tenerlos de rodillas, suplicando un perdón que nunca les daré. La m****a italiana quedará hecha añicos, de eso puedo jurarlo.
No solo mi hermano se va de mi lado, sino aquel chico que, desde la primera vez que vi, supe que quería como compañero de vida. He tenido sentimientos muy fuertes por Tanner desde que tengo uso de razón, pero jamás me he atrevido a confesárselos por temor a su rechazo. Aparte es un mujeriego sin remedio que tiende a cambiar de mujer cada vez que puede o se aburre, por lo que he mantenido todo lo que siento por él en secreto. Nadie, ni siquiera Holden, sabe sobre mis sentimientos.
Me conformé con tenerlo cerca. Era feliz verlo día a día, así fuese para discutir con él y llevarle la contraria. De cierta manera, incordiar con él, me hacía sentir que iba tomada de su mano y no detrás suyo. Pero ahora que se va, ¿qué se supone que voy a hacer con todo lo que tengo en mi corazón? No quiero que se vaya, es más, me encantaría irme con ellos, ser valiente y confesar mis sentimientos, pero tengo una misión muy importante que no puedo dejar atrás por nada del mundo. Sé que está Aedus y Maxwell para cumplirla, pero yo también quiero ser parte de esa venganza.
—Te hallaba lloriqueando, como la mocosa fastidiosa que eres —Tanner me sacó de mis pensamientos, entrando a mi habitación como si se tratase de la suya—. Ya sabes, con eso de que me voy, debes estar en la más honda pena.
—Sigue soñando, idiota —sonreí—. No te imaginas lo feliz que estoy al saber que no tendré que verte la cara de payaso nunca más.
—Sé que me extrañarás —pellizcó mi mejilla, antes de tomarme del mentón y hacerme mirarlo a los ojos—. Aunque lo niegues, sé que lo harás.
Mi corazón se saltó un latido, no solo por su repentina acción, sino también por su cercanía. Sentía el aroma de su perfume calarse en mis sentidos y no pude evitar aspirarlo, grabando en mi memoria el aroma que desprende todo su ser.
Sus ojos brillaban de una manera tan intensa, que no fui capaz de sostenerle la mirada por más tiempo. Supe que estaba jugando conmigo cuando soltó una risita y retrocedió, dejándome en claro que todo lo que yo sentía por él no era correspondido de la misma forma.
—¿Qué quieres? —ignoré la punzada de dolor que se plantaba en mi pecho y le di una mirada de fastidio, escondiendo mi verdadero sentir en lo más profundo de mí—. ¿No deberías estar haciendo tus maletas, despidiéndote de todos los empleados o cogiendo con la cocinera? ¿Por qué tienes que venir a fastidiarme a mí, habiendo tantas personas en esta casa?
—A mí me gusta mucho más venir a molestarte a ti, es que ninguna me rebate como tú. Además —guardó las manos en los bolsillos de su pantalón y sonrió ladeado—, quería que diéramos un pequeño paseo por la playa antes de irme.
—¿Y por qué conmigo? Dile a Aedus que te lleve de la manito porque quizás te puedes ahogar en la orilla de la playa.
—¡Joder, solo di que sí y ven conmigo! —vociferó—. ¿Por qué carajos eres tan complicada?
—No entiendo para qué quieres que vaya contigo a la orilla de playa.
—Porque sí, punto final. No preguntes más.
Pensaba responderle una vez más, pero me tomó de la mano y me llevó arrastras por toda la casa hasta la playa. Mi corazón latía muy deprisa y la emoción que sentía correr por mi cuerpo jamás la había sentido antes. ¿Cómo algo tan simple como estar a solas e ir de su mano puede causarme tanta emoción? No recuerdo haberme sentido de esta manera cuando tuve sexo por primera vez con uno de los guardaespaldas de mi padre. Es más, mi primera experiencia en la cama fue tan triste y vacía, porque en mi mente tenía a un idiota y entre mis piernas a otro.
Tanner me hizo sentar en el muelle antes de hacerse a mi lado y entregarme una cadenita de oro. El silencio reinaba entre los dos, pero podía sentir como se iba acercando a mí, algo que me mantenía con el pulso a mil. Estaba siendo muy difícil ocultar mis emociones, cuando todo lo que soñé estaba a mi lado y lo podía palpar.
—¿Y esto a qué se debe? —pude formular—. ¿Hay una bomba oculta o qué?
Soltó una risita, observando la inmensidad del mar que se abría frente a nosotros.
—Si quisiera matarte, primero te amarraría muy bien de pies y manos, porque eres muy escurridiza. Luego marcaría cada centímetro de tu piel para después hacerte picadillo y darte a los tiburones como ofrenda de paz. Aunque con tu maldad, dudo mucho que te acepten.
—Eres un imbécil con todas sus letras.
—Y tú muy lenta para captar mis palabras —murmuró y golpeé su brazo.
—Explícame lo que quieres decirme, porque no te entiendo absolutamente nada de lo que estás diciendo. Hablas puras incoherencias.
—Déjame ponerte el collar —antes que le dijera que sí, me lo arrebató de las manos y me lo puso, acariciando mi piel con total sutileza—. El dije hace juego con tus ojos.
Sentí el rostro caliente y que mi corazón se aceleraba más de lo que se encontraba. ¿Por qué hace todo esto?
—En el interior del dije hay un chip, con el que puedes acceder a mi ubicación sin importar lo lejos que me encuentre y tener acceso a una línea telefónica que solo tú conocerás.
—¿Por qué me estás diciendo esto?
—Porque confío en ti si algo llega a salir mal.
—No te vayas —fue imposible contener mi boca—. No quiero que lo hagas.
—Ven con nosotros, Blair —me hizo mirarlo, girando mi rostro con sus manos—. No tienes que quedarte si no quieres. Podemos hacer la vida que tanto queremos y ser lo que un día soñamos y aquí no podemos ser.
—No puedo irme y lo sabes.
—Tanto odio y venganza en el corazón no son buenos —acarició mi mejilla con suavidad, estremeciendo todo mi ser de pies a cabeza—. Olvídate de todo y ven conmigo. con Holden.
Una punzada en mi pecho me hizo abrir los ojos y notar que Tanner estaba a centímetros de mí, acariciando mi rostro con una lentitud agonizante y mirándome fijamente, esperando una respuesta de mi parte. Jamás había visto una mirada tan profunda en él.
—Me enamoré de ti desde que te vi por primera vez, y en este cambio de vida que estoy a punto de emprender, quiero que seas tú la mujer que vaya de mi mano —cortó con el poco espacio que nos separaba y me besó, paralizando el mundo entero a mi alrededor.
El beso duró lo que tenía que durar, hizo que todos mis secretos salieran a la luz, aseguró que su corazón era muy compatible con el mío y que mis deseos e ilusiones pertenecían únicamente a él, pero lo dejé ir, porque no podía ser tan egoísta y pedirle que se quedara conmigo a cumplir con una venganza que no es suya, cuando él tenía tantos sueños por delante que cumplir.
Me recosté en la silla giratoria en el despacho de mi padre y solté un largo suspiro, acariciando con suavidad la cadenita que hace un tiempo Tanner me había dado. No sé hace cuánto se fue de casa, pues no me he dejado gobernar por la tristeza y he tratado de no pensarlo tanto, pero su presencia me hace muchísima falta. Extraño discutir con él por cualquier cosa, cuando entrenábamos cada atardecer o trazábamos alguna ruta en conjunto, pero más que todo, su compañía. Y, aunque hemos hablado un par de veces, no es lo mismo. Quiero verlo, tenerlo cerca y sentir el aroma de su perfume.A pesar de todo lo malo, de ser conscientes de la vida que llevamos, su compañía me hacía bien. Mi amor por él estaba guardado en una cajita, pero bastó un beso y una confesión para que mis ilusiones despertaran con gran fuerza. Aunque he querido ir a buscarlo, la sed de venganza que corre por mis venas no me permite dejar solos a mis dos hermanos mayores en esta guerra. Ellos me necesitan tanto como yo, pa
TannerMi padre sirvió para una familia poderosa hasta el fin de sus días, algo que aborrecía cuando no sabía a lo que se dedicaba realmente.En el peor momento de mi vida, cuando mi madre murió por causa de una enfermedad que la atacó silenciosamente y sin escrúpulos, supe el esfuerzo que hacía para que no nos hiciera falta nada en casa, arriesgando su vida y, de paso, la nuestra. Mi padre fue un hombre que, aunque fuera un asesino a sangre fría, era muy recto. Fue leal a quien le tendió la mano cuando más desesperado y en el fondo del abismo se encontraba.Gracias a los Walsh, mi madre pudo vivir sus últimos años de vida medianamente bien, en casa con nosotros y no recluida en una clínica. Aunque no se podía hacer nada por ella, hicieron lo que estuvo a su alcance para que el cáncer no se la llevara por completo, pero ni pagando los mejores médicos se pudo hacer algo.Jamás me alcanzará la vida para agradecerles a esa familia todo lo que hicieron por nosotros. Nos brindaron techo, c
BlairMeses después...—¿Alguna novedad importante? —inquirió Aedus, viendo al abogado de la familia hacernos una visita que ninguno se esperaba.Compartí una mirada confusa con Maxwell, antes de que el hombre canoso soltara un profundo suspiro y le entregara a nuestro hermano mayor un folder.—Holden presentó una solicitud de matrimonio.Abrí los ojos algo sorprendida, pues no esperaba una noticia de esas tan pronto. Sabía de antemano de su relación con la profesora de artes porque Tanner me lo había contado, mas no que las cosas entre ellos fuesen así de serias.—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —fue lo que mi hermano mayor respondió, saliendo de su sorpresa para volver a tornarse frío y distante—. Supongo que casarse estaba en sus planes de una vida común y corriente. Déjalo jugar a la vida perfecta, que mientras no haga nada estúpido o sea fichado por los putos italianos, puedo aceptar incluso que se case sin invitarnos.El abogado soltó otro suspiro lleno de cansancio. Se veía s
Aunque traté de persuadir a Aedus para que viniera con nosotros a la boda de Holden, él se negó rotundamente a intervenir en la vida que ahora lleva en otro país. Maxwell no tuvo más opción porque le exigí hacerme compañía, pero sabía que no me dejaría viajar sola, menos cuando puede existir la posibilidad de que nuestros enemigos decidan atacar a mi mellizo en el día más feliz de su vida. El viaje fue largo, y por más que traté de descansar un poco, no pude hacerlo. No he dejado de pensar en Tanner ni un solo segundo. Jamás me había sentido tan nerviosa y ansiosa como ahora.Le entregué la ubicación a uno de los guardaespaldas y nos llevó hasta un conjunto de edificios que no tenían buena pinta, pero tampoco se veía tan malo para vivir. Pasaban desapercibidos en medio de calles poco concurridas y un sector común y corriente, justo lo que él deseaba.—Vaya, teniendo tanto dinero bajo el colchón, no puedo creer que nuestro hermanito esté viviendo en una pocilga. —No se ve tan malo co
¿Cómo hubiera sido mi vida si hubiese aceptado venir con ellos?A veces me hago la misma pregunta, pero en busca de respuestas, no hay una que me diga a ciencia cierta lo que hubiese pasado si le hubiera tomado la palabra a Holden y a Tanner cuando me dijeron que fuera con ellos a vivir nuevos sueños lejos de casa y del mundo que nos vio nacer.No tengo ni la menor idea de lo que sería de mí, si fuese feliz como ellos, si mi relación con Tanner hubiese tenido forma o, por lo contrario, nos hubiésemos dado cuenta de que no existía nada entre nosotros. Nunca lo sabré, porque escogí un camino donde el amor y la felicidad no tiene ni la más mínima oportunidad de salir ganador.Elegí cumplir con mi venganza, hacerle pagar a aquellos que asesinaron a sangre fría a mis padres. En este mundo, la felicidad y el amor son sentimientos inservibles, que lo único que hacen es estorbar y entorpecer mis planes.Holden es mi hermano y él más que nadie merecía ser feliz y vivir esa vida que tanto soñó
Me encontré con Maxwell en la noche, en el momento que los novios se encontraban en un restaurante cenando en familia.Se encontraba Tanner, la madre de Greta y su amiga. No era que fuera la gran cosa, sino que me hacía sentir amargura el hecho de que no nos tomara en cuenta en lo absoluto. Me hubiera gustado saber por la propia boca de mi hermano que estaba enamorado y se casaría, así no nos invitara a compartir su día especial con él.—¿Dónde estuviste todo el día?—Investigando, buscando información y asegurándome de que la mierda italiana no esté pisando nuestros talones.—¿Qué encontraste? —indagué, viendo desde lejos lo feliz que se veía la nueva familia de Holden.—No hay nada de lo que debamos preocuparnos —lo oí suspirar y giré el rostro hacia él—. Hol es feliz.—Lo es —concordé—. Se lo merece, después de todo, era lo que tanto quería.—¿No lo vamos a felicitar? —dijo con un dejo de diversión y negué.—No, lo mejor que podemos hacer es cuidarlo desde las sombras.Bufó y reí,
No sé qué es peor, si ver de lejos a mi mellizo casarse o ver al hombre que más he amado de la mano de otra mujer. He querido mantenerme fuerte, pero entre más recuerdo la cercanía que tuve anoche con él y después verlo amoroso con su novia, más miserable me siento.Solté un suspiro al ver a Holden. Su sonrisa deja entrever su felicidad y lo nervioso que está. El hecho de que no nos haya invitado a su matrimonio lo puedo perdonar, pues entiendo que en su nueva vida quiere estar lo más lejos posible de nosotros y de todos los riesgos que ser un Walsh conlleva.—¿Te aseguraste de la seguridad, Harry? —pregunté.—Sí, señora. Todos los guardias están en sus lugares.—Mantente alerta, no sé por qué tengo el presentimiento de que los Barone están más cerca de lo que creemos.Asintió, observando cada persona que entraba a la iglesia con suspicacia.Vi a Tanner hablando con Holden en la entrada de la iglesia y Maxwell soltó uno de sus comentarios sátiros y poco graciosos sobre nuestro hermano
Nunca quise que nada de esto pasar, pero Holden sabía el riesgo que corría en el instante que se reveló en Irlanda. Sabía que nuestros enemigos estaban al acecho y que no perderían oportunidad alguna para atacarnos en nuestro punto de quiebre. Informé a Aedus en un escueto mensaje y me dijo que tan pronto se supiera algo de Holden y estuviera en condiciones, lo lleváramos de vuelta a casa. Tenía la cabeza hecha un desastre, pensando en mi hermano y en toda esta situación, y no ayudaba en lo absoluto el incesante llanto de su esposa y sus constantes preguntas.Debía mantenerme frívola y a raya, pero pensar que algo malo podía pasarle a uno de los míos, no me permitía tener calma alguna. Ni siquiera tuve noción cuando dejé escapar unas cuantas lágrimas y maldije sin cesar esta vida de mierda. En cuanto vi llegar a Tanner con la madre de Greta mi corazón sintió calma. Al parecer nadie más que Holden había salido herido.Mi hermano solo quería ser feliz y estar lo más lejos posible de e