¿Cómo hubiera sido mi vida si hubiese aceptado venir con ellos?
A veces me hago la misma pregunta, pero en busca de respuestas, no hay una que me diga a ciencia cierta lo que hubiese pasado si le hubiera tomado la palabra a Holden y a Tanner cuando me dijeron que fuera con ellos a vivir nuevos sueños lejos de casa y del mundo que nos vio nacer.
No tengo ni la menor idea de lo que sería de mí, si fuese feliz como ellos, si mi relación con Tanner hubiese tenido forma o, por lo contrario, nos hubiésemos dado cuenta de que no existía nada entre nosotros. Nunca lo sabré, porque escogí un camino donde el amor y la felicidad no tiene ni la más mínima oportunidad de salir ganador.
Elegí cumplir con mi venganza, hacerle pagar a aquellos que asesinaron a sangre fría a mis padres. En este mundo, la felicidad y el amor son sentimientos inservibles, que lo único que hacen es estorbar y entorpecer mis planes.
Holden es mi hermano y él más que nadie merecía ser feliz y vivir esa vida que tanto soñó de niño. Su felicidad es la mía, así que verlo con esa profesora de arte es un aliciente para mi alma.
Puedo amar a Tanner y desearlo todo a su lado, pero el mundo en que vivo me devuelve a la realidad, asegurándome que nunca habrá felicidad para mí. Además de que él no quiere volver a ser parte de esa m*****a y desgraciada vida y lo entiendo, si estar involucrado en la mafia es como estar con un pie en la tumba.
—¿Dónde diablos estás? —le pregunté a Maxwell en cuanto respondió mi llamada—. ¿a qué hora saliste de la casa que no me di cuenta?
—Dormías cuando salí —soltó una risita—. Tendrás que vigilar a Holden con Harry.
—¿Qué estás haciendo?
—¿Realmente quieres saber lo que estoy haciendo, hermanita? —vaciló y rodé los ojos.
—¿No puedes dejar tu miembro dentro de tus pantalones, joder? Estamos aquí para asegurarnos de que nada suceda con Holden, no a divertirnos.
—Debo irme, pero no dudes en llamarme por si las cosas se ponen tensas —colgó antes de que pudiera decirle más.
Gruñí molesta antes de subir al auto y marchar con Harry hacia el apartamento de Holden. Apenas salía el sol y Maxwell ya estaba enredándose entre las piernas de alguna chica. ¿Por qué no se puede tomar las cosas en serio? Siempre es así, tomándose la vida a la ligera.
Mañana es la boda de mi mellizo, y aunque me gustaría estar con él e incordiarlo hasta fastidiarlo, debo permanecer en las sombras, brindándole seguridad y compañía. Me encantaría abrazarlo y felicitarlo, mas él no desea que esté presente. Ni siquiera se ha comunicado conmigo desde el día que se marchó.
Duele que se haya olvidado de mí, que soy su hermana melliza y compartimos más de lo que hubiéramos deseado.
Hasta el momento no ha habido ningún movimiento extraño que nos indique que corren peligro, pero algo me dice que no nos podemos confiar demasiado. Esos putos italianos son muy escurridizos, siempre han sabido como burlar nuestra seguridad.
Mi corazón se aceleró al ver salir a Tanner del apartamento, vestido con una sudadera y una camisa blanca, dando a entender que haría ejercicio. Se veía muy atractivo con su cabello rubio desenfadado. Quise bajar del auto e ir hasta él, pero a punto de hacerlo, me detuve cuando Holden salió tras él.
Hablaron por unos cuantos minutos en el corredor antes de que la esposa de Holden saliera de su apartamento, enfundada en un vestido azul ceñido a su cuerpo.
En cuanto mi hermano le discutía a su mujer y ella lo abrazaba y reía, Tanner se apoyó de las barandas, contemplando la vista desde allí. El sol pegó en su rostro y más sexi no pudo verse. Necesito que pase mucho tiempo para arrancarlo por completo de mi corazón y, aun así, no creo que deje de amarlo nunca.
La amiga de Greta llegó minutos después, por lo que la rubia se apresuró a ir con ella, partiendo las dos solas hacia un lugar desconocido mientras eran observadas por ambos hombres.
No me importa saber cómo funciona la relación entre Tanner y su novia, pero me sorprendió que no se dieran ni un solo beso como saludo, ¿Acaso están discutiendo?
—Eso no es asunto mío —murmuré, jugueteando con la cadenita que me regaló—. Harry, ve con ellas. No las pierdas de vista ni un solo instante.
—No puedo dejarla sola, Srta. Blair.
—No te preocupes por mí, yo me sé cuidar sola.
—Sí, señora —bajó del auto y tomó el primer taxi que pasó por la calle.
Me mantuve en el asiento trasero antes de que Holden subiera en su auto y se marchara. Me pasé al frente, al siento del piloto y encendí el auto, pero un par de golpes en el cristal me hicieron tensar y girar la cabeza hacia la ventana.
Tanner se encontraba cruzado de brazos, a la espera de que bajara la ventanilla y entabláramos una conversación, pero mi corazón latía con mucha fuerza y rapidez. Estaba tan cerca, pero me sentía tan lejos de él.
—Sé que hay alguien en el interior —dijo, dando golpecitos suaves al cristal—. Si no bajas y me das cara, me veré en la penosa obligación de arruinar tu auto.
Miré sus hermosos ojos por unos cuantos segundos y solté un profundo suspiro, ajustando el cinturón de seguridad alrededor de mi cuerpo. Si él me ve seguramente formará un escándalo, y ahora no puedo perder el tiempo con él. Necesito ir detrás de Holden.
—Te extraño mucho —susurré, dejando mi mano sobre el cristal y su ceño se profundizó—. Aunque pase el tiempo, sigo queriéndote, pedazo de idiota.
—¡Dame la cara!
Antes de que diera un paso más, encendí el auto y aceleré de un solo golpe, dejándolo en medio de la calle y con una expresión que conocía muy bien. Mi corazón latía sin ritmo ni secuencia y sentía la necesidad de devolverme y arrebatar esos labios que tanto deseaba degustar una vez más, pero mi prioridad en este momento es Holden. Además, no quiero involucrarme en su nueva vida y arruinarla con mi presencia.
Me encontré con Maxwell en la noche, en el momento que los novios se encontraban en un restaurante cenando en familia.Se encontraba Tanner, la madre de Greta y su amiga. No era que fuera la gran cosa, sino que me hacía sentir amargura el hecho de que no nos tomara en cuenta en lo absoluto. Me hubiera gustado saber por la propia boca de mi hermano que estaba enamorado y se casaría, así no nos invitara a compartir su día especial con él.—¿Dónde estuviste todo el día?—Investigando, buscando información y asegurándome de que la mierda italiana no esté pisando nuestros talones.—¿Qué encontraste? —indagué, viendo desde lejos lo feliz que se veía la nueva familia de Holden.—No hay nada de lo que debamos preocuparnos —lo oí suspirar y giré el rostro hacia él—. Hol es feliz.—Lo es —concordé—. Se lo merece, después de todo, era lo que tanto quería.—¿No lo vamos a felicitar? —dijo con un dejo de diversión y negué.—No, lo mejor que podemos hacer es cuidarlo desde las sombras.Bufó y reí,
No sé qué es peor, si ver de lejos a mi mellizo casarse o ver al hombre que más he amado de la mano de otra mujer. He querido mantenerme fuerte, pero entre más recuerdo la cercanía que tuve anoche con él y después verlo amoroso con su novia, más miserable me siento.Solté un suspiro al ver a Holden. Su sonrisa deja entrever su felicidad y lo nervioso que está. El hecho de que no nos haya invitado a su matrimonio lo puedo perdonar, pues entiendo que en su nueva vida quiere estar lo más lejos posible de nosotros y de todos los riesgos que ser un Walsh conlleva.—¿Te aseguraste de la seguridad, Harry? —pregunté.—Sí, señora. Todos los guardias están en sus lugares.—Mantente alerta, no sé por qué tengo el presentimiento de que los Barone están más cerca de lo que creemos.Asintió, observando cada persona que entraba a la iglesia con suspicacia.Vi a Tanner hablando con Holden en la entrada de la iglesia y Maxwell soltó uno de sus comentarios sátiros y poco graciosos sobre nuestro hermano
Nunca quise que nada de esto pasar, pero Holden sabía el riesgo que corría en el instante que se reveló en Irlanda. Sabía que nuestros enemigos estaban al acecho y que no perderían oportunidad alguna para atacarnos en nuestro punto de quiebre. Informé a Aedus en un escueto mensaje y me dijo que tan pronto se supiera algo de Holden y estuviera en condiciones, lo lleváramos de vuelta a casa. Tenía la cabeza hecha un desastre, pensando en mi hermano y en toda esta situación, y no ayudaba en lo absoluto el incesante llanto de su esposa y sus constantes preguntas.Debía mantenerme frívola y a raya, pero pensar que algo malo podía pasarle a uno de los míos, no me permitía tener calma alguna. Ni siquiera tuve noción cuando dejé escapar unas cuantas lágrimas y maldije sin cesar esta vida de mierda. En cuanto vi llegar a Tanner con la madre de Greta mi corazón sintió calma. Al parecer nadie más que Holden había salido herido.Mi hermano solo quería ser feliz y estar lo más lejos posible de e
Aunque Holden estaba reacio a ir a Irlanda, terminó por aceptar de mala gana. Sabía que no había lugar más seguro para ellos en el mundo que la isla, además de que así podría tener mejor recuperación luego del ataque. Mis hermanos y yo hemos hecho hasta lo indecible para encontrar a esos malditos italianos que se atrevieron a tocar a uno de los nuestros una vez más, pero son demasiado escurridizos. Siempre han sabido sortearnos de manera efectiva y audaz. Este juego del gato y el ratón ya me está fastidiando.Miré la pantalla de mi computador y maldije en voz alta en cuanto perdí la señal y en la pantalla salió "Error". Por más que intente infiltrarme en su red, no he podido. Su sistema de seguridad es demasiado bueno, y al segundo filtro, me expulsa de inmediato como si me tratara de un virus. —Cuando los encuentre no habrá nadie que los proteja, cabrones de mierda —murmuré de malhumor, cerrando de golpe la laptop. Me recosté en mi silla, tratando de pensar en una mejor opción
No abrí los ojos ni emití palabra alguna, pues su perfume se filtró en mi interior y aceleró aún más los latidos de mi corazón.—¿Qué sucede? —me giró hacia él y abrí los ojos, viéndolo con fijeza—. ¿Puedo saber por qué estás de malhumor?—Eso no te importa —me zafé de su agarre y puse el collar en su pecho—. Esto ya no debe estar bajo mi poder. Te lo entrego, para que cuando te vayas, no tengas el pensamiento de que seguiré tus pasos. No me importa dónde estés y lo que pase con tu vida.Recibió el collar sin apartar su mirada de la mía. Podía ver en sus ojos claros un millar de emociones y contradicciones.—¿Es así como te deshaces de lo que te molesta en la vida? Dime, ¿alguna vez significó algo para ti? —inquirió.—¿Acaso debía tener algún significado? —ataqué de vuelta, esbozando una sonrisa ladeada—. Me diste el collar por si algo sucedía, ¿no? Pues sucedió y no pude salvarle el culo a mi hermano, pero después de esto, cuando regrese a casa, me mantendré lejos de su vida. Holden
Tanner—¿Pudiste hablar con Blair? —inquirió Jana y resoplé, bebiéndome de golpe el trago que acababa de servir—. No quiero que piense que entre tú y yo existe algo, lo que menos quiero es causarles problemas. Reí, rellenando el vaso una vez más. —Antes ya teníamos problemas, así que no te sientas mal por nuestras constantes discusiones y malas miradas. —Es que siento que le caigo muy mal. Cada vez que me mira siento frpio por todo el cuerpo. Tiene una mirada muy intimidante. —Eso es pura pantalla —le resté importancia—. No le prestes atención, ella está loca. Soltó una risita, sentándose a mi lado. es curiosa la amistad que ha surgido entre nosotros. Aunque al principio intentamos tener algo, lo cierto es que no pudimos y lo dejamos por la paz. Ahora nos llevamos muy bien, nos aconsejamos cuando es necesario y estamos ahí para apoyar el otro. Con Jana me siento en calma, quizá porque trasmite ternura y bondad. —No me dijiste si hablaste con ella y limaron las asperezas —inqu
Enredó su mano en mi camisa y me empujó con la furia y el deseo latiendo en su mirada, por lo que mordí mis labios ocultando la sonrisa que patinaba en mi rostro.Me gusta y me enciende a más no poder cada vez que discutimos, pero debía confesar que dejarla sin palabras me generaba gran satisfacción y despertaba esos deseos locos de besarla hasta gastar sus labios.Subimos al yate en completo silencio y mi mente se llenó de recuerdos del pasado. Recordé cuando navegamos Blair, Holden y yo hasta que fuimos un punto diminuto y muerto en medio de la inmensidad del mar. Ese momento quizá fue el más natural y corriente que tuvimos antes de que la muerte del Sr. Walsh llegara y arrasara con todo a su paso.Allí me enamoré más de ella si era posible, tal vez se debía a la preciosidad que mostraba su mirada al perderse en el horizonte, luciendo tranquila y riendo por las bromas que salían sin parar de mis labios. Quizás fue la forma en que nuestras miradas hicieron una sublime conexión cuando
BlairCerré los ojos y solté un largo suspiro de satisfacción, llevando la cabeza hacía atrás para darle el mayor acceso posible de mi cuello a su boca cuando dejó la mía y descendió sus labios por mi barbilla, con tal suavidad haciéndome estremecer. No quería abrir los ojos y caer en la realidad, quizá porque estaba tan embriagada como excitada por esas caricias tan suaves y poderosas que Tanner dejaba con sus labios que no quería arruinar este momento con algunas de mis estupideces.No iba a permitirme arruinar nada, no cuando había pasado tanto tiempo deseando que llegara este momento.Si me dejaba gobernar por la razón, dejaría de sentir todo el fuego que me quemaba con fiereza y, a decir verdad, estaba disfrutando como jamás lo había hecho de una caricia dominante y suave. Siempre pensé cómo sería el sexo con Tanner. Me preguntaba si sería dulce y comprensivo o salvaje y dominante, pero teniendo en cuenta de que era un hombre completamente cazador y ególatra, la segunda opción