Laura Rabel, es una mujer madura y divorciada que se desempeña como profesora de arte en una de las universidades más prestigiosas del país. Su vida da un giro inesperado cuando conoce a Alejandro Altamiranda, un joven carismático que, a pesar de su juventud, queda cautivado por la belleza y la sabiduría de Laura desde el primer momento. A medida que pasan los días, un coqueteo sutil entre ellos se transforma en una conexión intensa y apasionada. Sin importar los prejuicios ni la diferencia de edad, Laura y Alejandro se convierten en amantes, disfrutando de momentos robados llenos de pasión y complicidad. Sin embargo, la pesadilla comienza cuando Valentina, la hija de Laura, decide presentarle a su prometido. Para su sorpresa, Laura descubre que se trata del mismo joven con el que ha mantenido una aventura durante meses. Desconcertada y abrumada, Laura considera la posibilidad de ocultar la verdad a su hija, pensando que tal vez las cosas se podrían resolver sin que Valentina se entere de la relación. Pero la situación se complica aún más cuando, para su sorpresa, Laura descubre que está embarazada de Alejandro. Atrapada entre el amor que siente por Alejandro y la responsabilidad de ser madre, Valentina, enfrenta un dilema desgarrador.
Leer másLaura se había levantado muy temprano para irse antes de que Alejandro y Valentina salieran de la habitación. Había pasado una noche realmente perturbadora en donde no había podido conciliar el sueño. La sirvienta que se había dado cuenta de la presencia de Laura a punto de salir de la casa, enseguida se acercó a ella mientras le decía con mucha amabilidad:— Buenos días señora Laura, ¿Se va a ir sin tomar el desayuno? — Sí, la verdad es que quiero llegar a casa para poder descansar en mi cama porque no he podido dormir nada en toda la noche. — ¿Pero quiere un café o un té antes de irse? — No gracias, prefiero tomarlo cuando esté en casa. Cuando estaba a punto de salir por la puerta enseguida escuchó la voz de su hija la cual venía bajando las escaleras con una sonrisa en el rostro:— ¿Madre a dónde vas? — Voy a casa. — Pensé que ibas a desayunar con nosotros y después acompañarnos al hospital para ver a mi suegro. — La verdad es que no he desc
Laura al ver llorar a Ámbar desconsoladamente, sintió la necesidad de acercarse a ella; en el fondo sentía remordimientos por todo lo que estaba pasando, a pesar de que no se habían esclarecido aún cuales fueron las verdaderas causas que le habían provocado el infarto a Gustavo. — Lo siento mucho Ambar, la verdad es que ha sido muy doloroso que haya sucedido esto en un día tan importante. — Sí, siempre tuve miedo a que llegara este momento, porque sé que Gustavo está enfermo, pero tenía la esperanza de que pudiera aguantar su enfermedad por más tiempo. — Bueno… creo que es mejor que nos marchemos a casa, no podemos hacer nada por ahora. Valentina y Alejandro enseguida se acercaron a donde estaban ambas— Madre creo que la señora Laura tiene razón, es mejor que vayamos a casa a descansar y mañana regresemos a primera hora para saber si nos dejan ver a papá. — Pero es que yo no quiero moverme de aquí, no quiero dejar a tu padre solo y que de pronto despierte
En vista de los gritos desesperados de Ambar, a Laura y a Alejandro, no les quedó otra alternativa que salir de la habitación y enfrentar la dura realidad que les esperaba.Cuando llegaron a las escaleras, se encontraron con una escena desgarradora, el padre de Alejandro se encontraba tirado en el piso completamente inconsiente, mientras que Ámbar gritaba en medio del llanto y la desesperación:— ¡Alejandro ayuda a tu padre! Llama una ambulancia, se ha puesto muy mal, no sé que le pasó.Cuando ambos escucharon a Ámbar decir que no sabía qué le había pasado, inmediatamente se dieron cuenta de que Gustavo, no habia alcanzado a decirle la verdad. Fue en ese momento que Laura se atrevió a acercarse, estaba muy nerviosa y los gritos de Ámbar desataron la alarma de los invitados que también se acercaron a ver qué estaba sucediendo.Ámbar no paraba de llorar mientras decía desesperada:— ¡Se murió! ¡Se murió!— ¡No madre! No está muerto, aun respira, ya la ambulancia viene en camino.Ámbar s
Laura se sentía angustiada porque veía que todo estaba completamente perdido, ya que el padre de Alejandro se encontraba indignado con lo que acababa de descubrir.— No voy a permitir este tipo de inmoralidades en mi propia casa, esta no es la educación que tu madre y yo te enseñamos, me has decepcionado por completo Alejandro.Alejandro estaba muy nervioso y preocupado por la salud de su padre, ya que el cáncer que tenía estaba muy avanzado y es por esa razón que él apresuró que Alejandro se casara para poder morir tranquilo y así dejar toda su herencia en sus manos ya con una familia establecida.Pero en vista de esto que acababa de descubrir, estaba dispuesto a cambiar su testamento para sacarlo de su herencia, era evidente que Alejandro no merecía un solo centavo de todo el dinero que a fuerza de trabajo había logrado construir.— Papá por favor, te lo pido al menos sentémonos a hablar y así puedo explicarte todo lo que pasó, no me creas un irresponsable, te aseguro que yo….— ¡No
Momentos después…El jefe civil había concluido con la ceremonia nupcial diciendo las tradicionales palabras:“Con el poder que me otorga la ley yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia”.En el fondo se escuchó el aplauso y la algarabía de todos los que se encontraban allí presentes, felicitándo a los nuevos esposos, mientras que lo que debió haber sido el día más feliz para Laura, para ella fue una verdadera pesadilla el tener que ver a su hija el ser que más amaba en el mundo, casarse con el hombre del cual estaba profundamente enamorada y además esperando un hijo. Alejandro miró a su alrededor y cruzó su mirada con la de Laura, estaba realmente contrariado y muy confundido con todo lo que estaba pasando, además tenía la presión por parte de sus padres y de toda la gente que estaba esperando que besara a su ahora esposa, sin embargo, se sentía incómodo con la presencia de Laura, nunca antes había besado a Valentina enfrente de ella y hacerlo en ese momento sabiendo por
Valentina se había ido con el chofer acompañada de su padre y de la enfermera, mientras que Laura decidió ir sola en su auto, estaba demasiado nerviosa y necesitaba poder estar a solas y así tratar de controlarse cuando llegara a casa de los padres de Alejandro en donde se iba a celebrar la ceremonia civil.Iba conduciendo el auto y era inevitable el temblor de sus manos, las cosas se habían salido de control ya que no esperaba volver a tener la debilidad de caer de nuevo en los brazos de Alejandro después de haberle dejado en claro que no quería continuar con esa relación.Pero lo que la tenía aún más preocupada era el hecho de que Sandra se había dado cuenta de la presencia de Alejandro en su habitación, a pesar de haberle inventado lo del supuesto regalo sorpresa que él le tenía a su hija, no dejaba de perturbarle la forma como ella le había hablado, sentía que había algo en Sandra que no terminaba de gustarle y que aún no sabía qué era.(..)Valentina había entrado en la casa de A
Laura ya estaba lista para asistir a la boda de su hija. A pesar del dolor que sentía al saber que no volvería a estar con Alejandro y de tener que ocultarle que esperaba un hijo de él, no podía negar que se veía realmente hermosa.A pesar de ser una mujer madura, aún se conservaba muy joven, y no cabía la menor duda de que no aparentaba la edad que realmente tenía. En cierto modo, esa era la razón por la cual Alejandro se había enamorado perdidamente de ella.Se vistió con un traje elegante que resaltaba su figura, pero al mirarse en el espejo notó que su vientre se veía algo abultado, aunque aún no se notaba su embarazo. Había notado algunos cambios en su cuerpo, pero los había atribuido al desorden en su alimentación y a la posible menopausia. Por eso, al principio había creído que solo se trataba de unos kilos de más; sin embargo, el médico le había confirmado su embarazo, algo que aún no podía asimilar.Mientras se miraba en el espejo y acariciaba su vientre, pensaba en el amor q
Había llegado el día de la boda de Valentina y Alejandro, Laura aun guardaba el secreto sobre su embarazo. Tenía miedo de contarle la verdad a Alejandro, porque no sabía de lo que era capaz de hacer, y no se podía arriesgar a causarle un dolor tan grande a su hija que destruyera lo que para ella era el día más importante de su vida.— Madre pero aun no te has vestido, falta muy poco para la boda, mi suegra me pidió que estuviéramos una hora antes en su casa. También necesito que me ayudes a ponerme el vestido. —le dijo Valentina ansiosa—¿Pero se puede saber qué te está pasando? Te estoy hablando y estás en otro mundo.— Sí, ya te escuché Valentina, pero no me siento bien, tengo una fuerte jaqueca y tengo muchas náuseas,— Sí no fueras una vieja, pensaría que estás embarazada, jejejee pero a tu edad, es o es imposible, estoy segura que debe ser la menopausia. —dijo en tono de burla.— ¡Ya basta Valentina! No te voy a permitir que me faltes el respeto de esa forma, además soy todavía un
El doctor observaba a Laura con una mirada comprensiva. La conocía desde hacía muchos años y, tras una breve pausa, sonrió y le dijo:— Laura, no se trata de la menopausia. Creo que aún te falta mucho para que eso suceda. A partir de ahora, tendrás que reconsiderar algunos aspectos de tu vida.— ¿Cómo? Si estos malestares no son de menopausia, ¿entonces me estás diciendo que tengo algo grave? No me digas que estoy enferma; eso sería lo último que necesito ahora.— Cálmate, Laura. No se trata de ninguna de esas cosas. Lo que sucede es que estás embarazada.Laura palideció, mirando al doctor con incredulidad.— ¿Qué has dicho? ¿Embarazada? ¿Estás bromeando, verdad?— ¡No, Laura! Recuerda que soy un profesional y tomo muy en serio mi trabajo. Jamás bromearía con algo tan serio como la posibilidad de tener un hijo.— ¡No! ¡No puede ser! Esto no me puede estar pasando. No puedo estar embarazada; esto es imposible. ¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? ¡No lo acepto!Laura comenzó a c