Luego de dos días, Bell sigue dando vueltas en su cabeza del por qué su profesor se comporta de esa forma, se sienta en su escritorio que da a su venta para analizar las cosas, deja su móvil a un lado y apaga la música, el silencio le llena de dudas y su mente sigue dándole vueltas, el recuerdo de su profesor hace que cierre los ojos y muerda su labio inferior.
Pero abre los ojos e intenta concentrarse, no se explica la aparición de su amiga y de este chico Lahn, es como si todo fuese una conspiración o le gana la paranoia. La tarde es muy joven así que decide dar una vuelta al instituto, llega muy rápido a paso ligero, al entrar mucho estudiantes hacen vida, las cosas van como si nada, se dirige al comedor principal y hay mucho allí estudiando y tomando algo para comer, el instituto es muy elegante.La ropa de otoño de Bell hace contraste con las paredes del lugar, ve pasar a varios hombres de traje a su lado sin mirarla, además de profesores, personal administrativo y demás personas de la institución, camina por el pasillo de las áreas de los directivo y ve en los rótulos, Decano, Estudios, y demás información, toma otro pasillo y se encuentra con un rótulo más, Asistencia, en su mente, la sonrisa de Lahn le va a la mente, Bell se asusta y al dar media vuelta, se lo encuentra, junto con cuatro chicas de traje e igual que él.—Señorita Bell, veo que ha tenido una velada pintoresca. —las cuatro chicas llevan lentes de sol como él.
Es como si le escoltaran, las chicas no dan ni una sonrisa, sus miradas están fijas en ella, y vaya que producen miedo.
—Solo viene a dar una vuelta. —dijo sin parecer estar nerviosa.
—Cuidado con lo que busca señorita, mucho cuidado, le estoy observando. —Lahn y las chicas siguen camino a su oficina.La joven, al oír dichas palabras, comenzó a sentir mucho temor, tomándolas como muy suaves y directas.
El teléfono móvil de Bell suena, era un mensaje de Amelia, “¿Dónde estás?”. Ella no tenía ni ganas de responder, así que decide irse del lugar. De repente, siente como si todo se paralizara, no puede moverse, todos los recuerdos giran a su alrededor, y ya no sabe si siente algo o si se trata de la lujuria que siente por su profesor, menos se explica la aparición del asistente de la Decano y el extraño comportamiento de su amiga. Bell camina lo más rápido que puede hasta la salida.—Señorita Bell. —una voz femenina, hace que se detenga in fraganti, al voltear ve a una chica con cabello corto, negro y de traje ajustado con las manos en los bolsillos, el traje hace notar mucho su trasero y sus pechos, ella respira profundamente y se coloca en frente de ella. —el señor Schweitz le da esto —le entrega una carpeta. —es su progreso de estudio, sabemos de sus estudios con el profesor M— se siente un poco asustada. —así que, estas son sus evaluaciones hasta ahora. —la chica se despide haciendo una reverencia con su cabeza y se retira.
Al llegar a su casa, toca su timbre. Ya casi son las seis de la tarde y el viento frio del otoño hace ondear su cabello. Creyendo que no hay nadie, vuelve a tocar el timbre y, está vez aparece.
—Buenas tardes profesor. —él esboza una sonrisa ligera pero fija su mirada en ella. —mire, me dieron esto son mis…—le quita de las manos la carpeta y la mira hojeando las papeles.
Mientras revisaba minuciosamente, se queda un rato mirando los papales sin expresar nada.
—Sí, todo está bien, lo has hecho muy bien, recuerda que debo pasar tu progreso al instituto, ellos te darán al final tu diploma. —la voz del profesor se le notaba diferente.
Lo que nota Bell, es como si estuviera actuando muy nervioso, algo muy extraño en él que definitivamente ella no esperaba que sucediera.
—¿Puedo pasar? Quiero decirle algo... —la voz de Bell tiembla un poco y su mirada se nota algo preocupante.
Su teléfono móvil comienza a vibrar pero ella sabe que es un mensaje, lo ignora y se queda mirando al profesor, lo sigue mirando y lo que siente realmente es que solo lo desea a él únicamente, sintiéndose poseída por él, además de que quiere dejar todo esto y quedarse con él.
—No, por hoy no, ven mañana. —él sonríe echando un vistazo rápido. —Mañana iniciaremos la nueva lección. —guiña su ojo y, así sin más cierra la puerta.
Se retira del lugar dando ligeros pasos, y de repente toca su mentón y comienza a preguntarse qué está pasando, comienza a sentir que todo le es extraño, siempre podía ir a su casa y hacer el amor con él, pero las cosas son complicadas.
Camina por el vecindario y se sienta en uno de los bancos del parque, dos niños juegan a saltar la cuerda, siente que le es muy raro ver esto por el vecindario, luego de nuevo, como si fuera casualidad; vuelve a ver ese auto negro de la vez anterior.¿Qué será lo que sucede? ¿Y por qué de repente comenzó a sucederle? De inmediato, como si de un relámpago se tratara, recuerda el mensaje que de su teléfono móvil comenzó a sonar antes, así que decide verlo.“Hola señorita Bell, es Schweitz, pero llámeme Lahn, espero que todo le este yendo bien, ya que hay ciertos rumores sobre usted, no se descuide, solo yo y el diablo sabemos todo, pero no se preocupe, no es nada malo, recuerde que todo tenemos secretos, y usted es muy ejemplar para nosotros, que tenga una feliz tarde”.
¿Es que no puede ser más pesado? Pensó después de leer el mensaje, siente muchas ganas de gritar, además, presiente que le caen encima, todo esto le es molesto.
Se levanta del banco de donde estaba sentada y camina rápidamente a casa, al entrar, cierra bien la puerta con llave y todas las ventanas de abajo, solo deja la luz de la sala principal y de la cocina encendida.Toma varias botanas de comida y refresco y sube a su habitación, cierra la puerta con seguro y va directamente hasta el baño, se sienta en el inodoro y se lleva las manos a la cabeza, suelta un largo suspiro. Quiere intentar relajarse, todo esto es una situación complicada. Toma un baño caliente y se pone ropa cómoda, se sienta en la cama con su laptop portátil mirando una película romántica, siempre le ha gustado verlas. Come unas papas fritas y observa la película. En ella hay una escena explícita de sexo, la chica tendrá su primera vez con su amante. Se siente identificada con la escena que enfoca bien su vista para ver la escena que comienza a excitarse muchísimo, extraña a su amante, quiere estar en su cama.La escena es muy intensa que se comienza a mojar, no resiste la tentación que, actuando algo desesperada, usa su mano derecha para penetrarse ella misma, al ver la escena comienza a quedarse cegada, ella misma escucha los gemidos de la chica en la película, cierra los ojos, y se deja llevar por los recuerdos que tiene de su profesor. Comienza a tocarse más rápido, tan rápido que por fin, logra venirse, suelta un resoplido mientras que la película continúa avanzando, la pausa y observa mi mano toda mojada, siento que todo esto hace que sienta de que se está volviendo loca. Se va directo al baño a limpiarme y regresa para quitar la película.Se sienta de nuevo en la cama abrazando su almohada, relee el mensaje del Asistente y me vuelven las dudas.—Cálmate Bell, cálmate... —se dice a sí misma llevándose las manos a la cabeza.
Suelta otro largo resoplido y ve la laptop portátil de la web de la institución de nuevo y, se dirige a la lista de profesores.
Lo ve allí, mirando una foto donde sale muy elegante y sonriente, profesor M, graduado con honores, el mejor de su clase. Muchos premios y diplomas, solo eso, los comentarios de elogio son mucho, incluso de algunos profesores, más abajo ve algo interesante, recomendaciones, y allí aparece, Lahn Falk Schweitz, le da clic y en su foto aparece sentado en un escritorio, sin lentes de sol, como suele llevar siempre, solo que esta vez, está mirando a la cámara con el mentón arriba.En la descripción se mencionan muchos logros, medallas, trofeos, diplomas, pero son de muy baja categoría, lo que lo elevó a su puesto según Bell seguía leyendo, fue su capacidad de oratoria, discursos políticos, y su influencia en personajes muy poderosos, mencionan otras medallas otorgadas por el país y el presidente, del resto no hay comentarios ni nada, el artículo es muy corto, la etiqueta esta en Personal Directivo.—Así que él no es muy aclamado que el profesor... —decide leer más, va al buscador y teclea el nombre de Lahn Falk Schweitz.
Muchos artículos de política, influencia en el país y demás cosas, dándose cuenta de que ha estado en reuniones de importantes universidades del país y demás cosas, baja más y encuentra un artículo, ¿RIÑA O ANTIGUA RIVALIDAD? Le da otro clic y veo una fotografía editada a partir de dos, una foto del profesor M y otra de Lahn, el profesor se ve sonriendo junto con una persona dándose la mano, y en la otra, Lahn con lentes de sol y de fondo la bandera del país.
—¿Qué es todo esto? —Bell se da cuenta de que ya es muy tarde.
Prácticamente ya era la hora de dormir. Apaga y cierra su laptop portátil y la deja sobre el escritorio, apaga las luces y se mete a su cama.
Comienza a pensar que es eso que Lahn quisiera de él, y por qué el profesor le estará ignorando. Pero aquello le hace sentir muy incómoda, decide ya por fin dormir, ya es tarde, esperando a que mañana sea un mejor día para que las aguas se calmen después de haber enfrentado una situación complicada.En aquellos pasillos de una pequeña institución, una joven de cabellos marrones estaba leyendo una carta que su director le había entregado. Parecía que las noticias no se oían no sonaban nada bien. Su semblante cambió y pasó de estar emocionada por querer aprender más sobre el área de psicología, pero en la institución no podían cederle tal permiso, debido a que, por sus absurdas políticas; una mujer no podía acceder ni darse el lujo de aprender o enseñar psicología. Era, además de ridículo, un poco decepcionante que una mujer no pudiera estudiar o acceder a las bibliotecas de la institución de la universidad para leer sobre el tema. Sólo podían leer un sinfín de otros temas. Pero, lo que sea que tuviera relación con la psicología, comportamiento, o más allá de la medicina humana, les tenían a pocas de las mujeres que estudiaban allí, que no tenían de otra si deseaban con todo su corazón, aprender más allá del compo
—¡Bell!—, ella despierta con un suspiro, tuvo un sueño muy extraño que no podía considerar o pesadilla o una visión, pero ya era casi la hora, despertó muy temprano para el otro día en el instituto, se levanta olvidando que debe hacer su cama, el portátil esta siempre encendido y las hojas de los ensayos que debe entregar hoy están desordenados, Bell se dirige al baño de su habitación y toma una ducha fría ignorando que el día estaba helado, su piel estaba caliente y se refrescaba cuando el agua caía de la ducha por su piel blanca y suave, en su mente seguía dándole vueltas sobre esa persona, ese profesor, pero lo ignora y decide que este día será divertido y pacífico, sale de la ducha y se viste con ropa de otoño, hace un lindo día frío de otoño en la ciudad, mientras seca su cabello recoge sus cosas, pero dejand
Dentro de la aulas de la institución, Bell estaba tranquila sentada en su asiento, las últimas clases las había anotado en sus cuadernos correspondientes, pero sintió curiosidad de buscar en la biblioteca, libros relacionados a la psicología. Le parecía extraño que el tema no fuera tocado en ninguno de los salones. Ni siquiera los profesores les daban permiso o le permitían siquiera enseñar esa área.Bell junto con una compañera —y ahora amiga— que también se hacía esa pregunta, aprovecharon de ir —durante la hora libre— directamente a la biblioteca. Apenas llegaron, entraron y procedieron a observar todos los estantes que se veían entre un pasillo y otro. Curiosamente, Bell se sintió motivada a entrar. Su compañera le siguió el paso, le sorprendía la gran cantidad de libros que habían, todos organizados desde la "A
Los dos almorzaban, a veces el profesor M, miraba su comida y comía de a pocos bocados, era un hombre con mucho decoro a la hora de comer, Bell lo veía y detallaba su mirada, sus ojos, su cabello y su barba, su ropa aún estaba intacta, mantenía la cordura incluso luego de bajar de su motocicleta, un vehículo de alta cilindrada puede ser difícil de usar, pero para Bell fue una experiencia magnifica.—¿Que áreas quieres abarcar si tomas la psicología? —Bell se puso a pensar y contestó rápidamente.—Tal vez, ayudar a niños, jóvenes, personas jóvenes, que necesitan ayuda para mejorar su salud mental. —lo menciona la joven, sin quitar los ojos de su profesor.—¿Sabías que, las enfermedades mentales se han multiplicado exponencialmente estos últimos años?, ser psicóloga te convierte en una doctora
Bell salió de su casa esa tarde, miró la hora que en su teléfono dictaba y cuando ya estaba por irse a la casa del profesor a recibir la tutoría de psicología, su amiga pasó por allí y la vió. Notando un peculiar cambio en su amiga. Aunque, era mínimo, no dijo nada.Sólo pareció notar, un ligero cambio en la manera de vestir, pero, seguro fue porque no conocía los exóticos gustos de vestimenta de su amiga de descendencia asiática.—Hola. —sonrió su amiga. —¿Qué ha pasado contigo en éstas últimas semanas? —preguntó preocupada, su compañera y amiga.—Oh, no te lo he comentado ¿cierto? —su amiga negó. —Pues... he decidido dejar la universidad, no puedo aprender allí el área de psicología, y para mí es fundamental aprende
El profesor M se queda un rato atrás con la mirada en sus zapatos, como si tratase de adentrar esas sombras de su mente, pero al ver a Bell tímida e indefensa, su mirada cambia, se acerca lentamente hacia ella, con su mirada cautivadora del Profesor la toma de la mejilla, ella tímida y un poco asustada tiembla pero luego cierra los ojos y siente su cálida mano, Bell sigue asustada y tiembla pero al sentir su mano en su mejilla y su dedo pulgar acariciando ésta, la mirada del Profesor se clava en los ojos de ella, él se acerca a la joven a pasos lentos y suaves para besarla, sus labios se tocan suavemente, ambos sienten el calor del beso, Bell le sigue pero se siente aturdida y cegada, no se explica que está sucediendo pero por alguna razón no puede detenerse, no abre sus ojos, solo deja que el deseo que va fluyendo le siga suavemente su beso. El profesor se separa de ella y clava su afilada visión en los ojos de ella, Bell abre los ojos lentamente para mirarle. &
Bell luego de haberse sentido mal por haber recordado que había abandonado la universidad, miró su reflejo en el espejo. Se quedó sentada sobre aquella silla de terciopelo, mirándose a sí misma con una expresión ligeramente neutral, sus labios no estaban en su típico tono natural. Sus mejillas estaban rojas, sus ojos estaban algo rojos, había llorado toda esa noche anterior, su profesor lejos de consolarla sólo le dijo una que otra palabra alentadora.Esa noche ni se molestó en abrazarla, sólo la consoló poniendo sus manos sobre sus hombros. Haciéndole un masaje para quitarle supuestamente el "estrés" que ella, en teoría, comenzó a presentar y besando su cuello, Bell no quería ceder, pero aquellos ojos de deseo de su profesor la hacían ir en otra dirección, sentir su tacto, su piel chocar ahora con la suya comenzó a hacerla temblar.
—Bell, Bell, Bell... —Bell despierta a mitad de la noche, esa voz la estaba llamando de nuevo, Bell se coloca la mano en su pecho para calmar su agitada respiración. No pudo recordar su sueño, solo veía una mujer con vestido rojo y una voz extraña en su mente, no dio importancia y se dirigió al baño de su habitación, se lavó el rostro y se miró al espejo, mirando su rostro recuerda lo que hizo con su profesor, como si destellos de esos recuerdos le vinieran a la mente, Bell se acerca al espejo para mirarse bien, al enfocar su vista nota sus labios más rojos que antes, se toca sus labios y revisa que no tiene nada malo, en definitiva solo estaban algo rojos. —Profesor... —susurra Bell, cierra los ojos y lo recuerda de manera involuntaria Bell se pinta los labios de un rojo carmesí. No sabe por qué lo hace, pero quería sentirse hermosa esa noche, aunque estaba despeinada, las cosas le recordaban a él, nunca había sen