El profesor M se queda un rato atrás con la mirada en sus zapatos, como si tratase de adentrar esas sombras de su mente, pero al ver a Bell tímida e indefensa, su mirada cambia, se acerca lentamente hacia ella, con su mirada cautivadora del Profesor la toma de la mejilla, ella tímida y un poco asustada tiembla pero luego cierra los ojos y siente su cálida mano, Bell sigue asustada y tiembla pero al sentir su mano en su mejilla y su dedo pulgar acariciando ésta, la mirada del Profesor se clava en los ojos de ella, él se acerca a la joven a pasos lentos y suaves para besarla, sus labios se tocan suavemente, ambos sienten el calor del beso, Bell le sigue pero se siente aturdida y cegada, no se explica que está sucediendo pero por alguna razón no puede detenerse, no abre sus ojos, solo deja que el deseo que va fluyendo le siga suavemente su beso.
El profesor se separa de ella y clava su afilada visión en los ojos de ella, Bell abre los ojos lentamente para mirarle.&
Bell luego de haberse sentido mal por haber recordado que había abandonado la universidad, miró su reflejo en el espejo. Se quedó sentada sobre aquella silla de terciopelo, mirándose a sí misma con una expresión ligeramente neutral, sus labios no estaban en su típico tono natural. Sus mejillas estaban rojas, sus ojos estaban algo rojos, había llorado toda esa noche anterior, su profesor lejos de consolarla sólo le dijo una que otra palabra alentadora.Esa noche ni se molestó en abrazarla, sólo la consoló poniendo sus manos sobre sus hombros. Haciéndole un masaje para quitarle supuestamente el "estrés" que ella, en teoría, comenzó a presentar y besando su cuello, Bell no quería ceder, pero aquellos ojos de deseo de su profesor la hacían ir en otra dirección, sentir su tacto, su piel chocar ahora con la suya comenzó a hacerla temblar.
—Bell, Bell, Bell... —Bell despierta a mitad de la noche, esa voz la estaba llamando de nuevo, Bell se coloca la mano en su pecho para calmar su agitada respiración. No pudo recordar su sueño, solo veía una mujer con vestido rojo y una voz extraña en su mente, no dio importancia y se dirigió al baño de su habitación, se lavó el rostro y se miró al espejo, mirando su rostro recuerda lo que hizo con su profesor, como si destellos de esos recuerdos le vinieran a la mente, Bell se acerca al espejo para mirarse bien, al enfocar su vista nota sus labios más rojos que antes, se toca sus labios y revisa que no tiene nada malo, en definitiva solo estaban algo rojos. —Profesor... —susurra Bell, cierra los ojos y lo recuerda de manera involuntaria Bell se pinta los labios de un rojo carmesí. No sabe por qué lo hace, pero quería sentirse hermosa esa noche, aunque estaba despeinada, las cosas le recordaban a él, nunca había sen
Querida señorita Bell: Es de mi agrado informarle que en la mansión de los Wallter, le invitamos a que venga vestida formal con un hermoso vestido a nuestra primera fiesta. Le aseguramos que todo estará y saldrá bien, cuidaremos de su seguridad y despreocupese de la cantidad moderada que ingiera usted de alcohol. Usted es nuestra invitada y la trataremos bien como a una. Esperemos su llegada, y si quiere traer a un acompañante. Con todo gusto, lo recibiremos con los brazos abiertos a él y a usted. Atentamente; el misterioso rey del baile. —¿Un baile aquí en nuestra ciudad? —preguntó la madre de Bell sorprendida después de haber leído la carta. —Es maravilloso, querida. ¿No te gustaría ir? —le muestra la carta.—Mmmm... —Bell miró la carta con algo de timidez. —¿Y si mejor no voy? —dejó la hoja sobre su mesa de noche y se tapó con sus dos manos el
El profesor llevó a Bell a mirar y conocer la mansión de los Wallter, en la sala principal se podía oír a todos los invitados tomar los tragos y bailando, muchos sonríen y comparten y hablan de cualquier tema trivial, el profesor M se asegura de que nadie les siga, toma a Bell y le muerta el vestíbulo y los ornamentos de la mansión, Bell se queda asombrada mientras el profesor M le guía por cada lugar, es como si el profesor conociera todo el recinto, como si ha estado allí antes, puede notar que han remodelado un poco el lugar.Al ir caminando se acerca a un pasillo transitado, ambos se esconden detrás de la armadura ornamental, esa zona es de las despensas y la cocina, muchas sirvientas y camareros sirven a la fiesta, toda la velada es muy elegante, el olor de los vino y de los bocadillos son de primera calidad y estilo gourmet, ambos siguen ocultos, una vez que el camarero pasa con la bandeja de vi
En aquella madrugada donde todavía estaban celebrando aún en la fiesta, Bell se había quedado a las afueras de la mansión esperando a que el sol se asomara. Estaba mirando las estrellas y la brillante luna como si de una niña pequeña se tratara. Se había quedado allí durante un buen esto hasta que, el profesor la encontró. Se sintió angustiado porque no recordaba que Bell era demasiado curiosa, y podía perderla con demasiada facilidad. Y claro, procedió a acercarse hasta donde estaba, y la luz de la luna fue quién le enseñó donde estaba precisamente. Cuando ya estuvo por fin cerca suyo, Bell miró en dirección hacia la derecha, y allí estaba; era él otra vez.Él la acarició suavemente de ambos hombros, sin despeinar su precioso y largo cabello. Estaba disfrutando también del momento con ella, y Bell aún tratando
Por fin había amanecido y Bell despertó, miró a su alrededor y se dio cuenta de que había dormido toda la noche en la cama de su profesor. Él no se encontraba allí, por lo que Bell; de manera instintiva, agarra la almohada que estaba a su lado para olerla. Aquel aroma, impregnado sobre la tela, le pertenecía a él. Abraza ésta como si realmente se imaginara que es él a quién está abrazando. Ella, estando aún desnuda, se encontraba arropada de la cintura hacia abajo en aquellas sábanas.Su tono de piel, que parecía fundirse con el del color de la cama del profesor, era una completa obra de arte. Bell se despierta por fin y comienza a bostezar y a quitar sus cabellos lentamente para poder ver. Se levantó de la cama para irse directamente al baño y tomar una ducha. Observa y se da cuenta de que en unos ganchos de ropa están expuestas para secarse, su
Estaba comenzando a amanecer, Bell se despertó lentamente sintiendo una respiración sobre su cuello. Era caliente pero a la vez cálida. Se dio cuenta de que, era con quién tanto había anhelado despertar, miró con cuidado sin moverse mucho de la cama y miró el rostro de su profesor, aquello le dejaba una sensación de cosquilleo y a la vez, su piel emitía algunos movimientos leves pero nerviosos.La respiración de su profesor le producía tales cosquilleos, y por supuesto, miraba con curiosidad su cuerpo tonificado, un hombre fuerte que cuidó su físico desde que cumplió la mayoría de edad, rodeaba la cintura de Bell con una mano que a la vez se posicionaba en uno de sus senos, no recordaba porqué él llegó a posar su mano allí sin antes decírselo. Pero, supuso que lo hizo de forma involuntaria mientras dormía a su lado.Aq
Los padres de Bell habían anunciado a su hija de que llegarían en algunos días. No anunciaron el día específico, por lo que; a Bell se le había ocurrido la brillante idea de irse a quedar en casa del profesor. Aunque sea, con tal de no sentirse sola y le haría compañía a su amante, ya que, ahora que podía salir con él. Debía mantener las apariencias aún, ya que si se descuidaba; así fuera por el más mínimo error. Cometería una de las fallas más graves. Por lo que, debe considerar que era por su bien mantener una apariencia, como ya se mencionó, acorde a la ya establecida que mantenía desde que comenzó a recibir las clases de manera formal. Arruinar las clases sería una falta de su parte, no solo en juego la confianza de sus padres, sino también su educación, su futuro, Bell comienza a sentir ese nerviosismo, como aque