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CAPÍTULO 17. CAMPO DE LIRIOS

En aquella tarde, Bell se encontraba en su habitación, dándole daba vueltas al asunto, pensado si su amiga había descubierto todo aquello, leía y releía la carta una y otra vez, desea estar con su amante de nuevo, Bell sacude su cabeza y abre la ventana, el viento sopla levemente y muy frio, cierra las ojos y recuerda cuando era niña, cuando iba con su familia de paseo al campo, la niña Bell corría por los campos de lirios, tomaba las flores y se hacía una corona de flores, se encantaba del olor de las mismas, Bell extraña aquellos recuerdos que le vienen a su memoria, se siente extraña al llegar a estas situaciones, es una etapa marcada y muy emocionante en su vida, sus encuentros sexuales son más evidentes y el deseo y la pasión por su profesor le hace querer desearlo más, Bell se abraza a si misma recordándolo a él, pero solo le llegar el recuerdo de las flores cuando era niña.

Es todo muy misterioso, se siente con mucho temor por la carta, duda de que le hayan descubierto, siente la presión en su pecho y la tentación de ir a investigar, pero no sabe por dónde comenzar, sacude su cabeza y decide darle el beneficio de la duda a su amante, le ama mucho y lo deseo una y otra vez, no sabe si se está convirtiendo en una ninfómana, pero es lo menos que le preocupa, para ella, su cuerpo le pertenece a su amante, Bell decide terminar sus deberes para poder relajarse, pero eso no evita que lleguen muchas ideas confusas sobre lo que está sucediendo, así que decide caminar un rato por el vecindario, se coloca un abrigo muy femenino para el otoño que está muy entrante y sale a caminar, sigue pensando en las cosas que están en la carta, la lleva consigo, camina de forma desprevenida y se acerca al parque del vecindario, los arboles comienzan a dejar caer sus hojas, de verdad, Bell extraña ver una flor, luego recuerda que cerca está la floristería, se dirige hacia allá para ver unas cuantas, por la temporada solo hay flores artificiales en su mayoría, pero logra ver algunos lirios, su olor sigue siendo el mismo de cuando era niña.

Misteriosamente su móvil suena, Bell se espanta y toma el móvil con temor, con el corazón en el pecho, ve que es de un número extraño, Bell toma la llamada.

—¿Hola?—

—Necesito hablar con usted señorita Bell... —la voz de un hombre con un tono afilado le habla desde el móvil, es como si sonara amenazante. —es importante, más para mí que para usted—

—¿Quién es usted?—

—Cómo puede olvidarlo tan rápido, recordará si viene a la dirección que le envió, créame, es importante, por su bien. —la voz del hombre suena muy similar a la del profesor pero más afilada y directa.

—¿Cómo puedo confiar en usted? —dice con algo de duda.

—Soy el único de esta ciudad que se le pueden confiar cosas, desde su punto de vista, volveremos a hablar, venga a la dirección marcada en quince minutos señorita. —la voz suena un poco amenazante.

Pero ella ni sabe quién puede ser, ¿significaba todos pueden llamarla sin previo? ¿quién puede tener mi número de móvil? Aquello de alguna u otra forma preocupó a Bell.

—Debe prometer que no me hará daño. —digo muy directamente, mi puño derecho tiembla, mis labios también, estoy como si alguien me estuviese siguiendo.

—Déjese de dramas, venga le he dicho, es importante. —de inmediato cuelga.

Bell sintiéndose un poco extrañada, mira su teléfono móvil y está el mensaje de la dirección, descubriendo que se encuentra muy cerca. Es el café Italiano de la calle seis, comienza a sentir miedo, de lo cual ella no sabe si todo aquello que está pasando es por la carta, pero decide tomar un poco valor y se dirige hasta allí.

Al llegar, el café es pequeño y ve que hay mesas con sillas afuera, es todo muy romántico, allí hay un chico tomando un café grande, con traje negro, y lentes de sol, comienza a sentir algo de temor, ya que me mira fijamente y se quita los lentas, su mirada da mucho miedo.

—He llegado. —la voz de Bell se oía temblorosa.

—Por favor, —el chico la invita a sentarse enfrente de él y ella accede. —¿le gusta el café? —la voz del chico es muy afilada y directa pero se comporta de forma amable con ella.

—No quiero nada. —negó moviendo la cabeza.

—De acuerdo. —el chico se molesta un poco y dice unas palabras en alemán al dueño de la tienda. —no habrá café para ti. —dijo sin mostrar su peculiar sonrisa.

—¿Por qué me llamaste? ¿Qué es lo que quiere?—decía Bell con un tono directo y molesto la situación se volvió incómoda para ella, además de tensa.

—Cálmese, no la voy a matar, solo vengo a decirle que su promedio ha rebasado el estipulado, es usted ahora una de las mejores estudiantes del instituto. —el chico bebe su café y lo tira casi completo a la b****a. —Agh... odio el café. —el chico le da unos papeles de sus calificaciones.

Bell al notar esto, le comienza a parecer sumamente extraño, yo no tengo esas evaluaciones, esto es muy extraño, las calificaciones llegan siempre a ella con el correo incluido y con copia al decanato.

—¿Quién es usted? —Bell pregunta algo desesperada.

Mira al chico sorprendida y asustada, de verdad su rostro es muy frio y afilado, además tiene los brazos cruzados.

—Soy el asistente de la Decano, Lahn, Lahn Schweitz, solo puedo decirle que soy como el segundo oficial al mando del instituto, y como usted ve clases particulares, siempre estoy al tanto de todos sus movimientos. —esto pone más nerviosa a Bell. —Ya cálmese señorita, o prefiere que… —el chico me ve de pies a cabeza y cambia su mirada.

—Ya váyase... —le dice directamente al chico.

Y éste al notar su peculiar comportamiento, sin cambiar su expresión, la mira seriamente y formando una leve sonrisa se levanta, se abrocha el saco elegante y se despide, sin mover demasiado sus brazos.

—Nos volveremos a hablar. —se coloca los lentes de sol y se retira silenciosamente.

Ya no estaba allí, Bell comienza a sentir mucho miedo, es extraño, el viento vuelve a soplar un poco fuerte, se siente mucho el frio. A lo que a la joven le parecía raro que ese chico no tenía puesto siquiera un abrigo, de seguro que es por donde procede, en la mesa donde estoy sentada. El viento sigue soplando y le trae una flor, específicamente un lirio cae sobre la mesa, haciendo que ella mire a ambos lados pero no hay nadie, solo el dueño de la tienda está, adentro, se encuentra solo. Sale para anunciarle a Bell que va a cerrar.

Ella procede para retirarse, toma los documentos y la flor, saliendo de una vez de la tienda, al caminar de regreso a casa, ella huele la flor, recuerda a su amado, su carta y los documentos de ese chico están todos en el bolsillo de su chaqueta, llega de prisa a casa para verlos con más tranquilidad. Sube a su habitación y deja la flor hacia un lado, descubre que en aquella carpeta está su nombre, junto con sus datos.

Nada fuera de lo común pero las notas no son de Bell. Y de repente, una voz resuena en su mente pero como si la escuchara “Volveremos a hablar”, ese chico comienza a darle muy mala espina, y comienza a sentir el temor de que la descubran, ya que, siente que aquella relación debería de mantenerla discreta, o en estos casos; debería de hacer algo.

Cae la noche, y se siente un poco más tranquila, la flor está un tanto arrugada, Bell no deja de ver la carta ni los documentos de las notas, pero a los segundos. Decide dejarlo para otro momento para almorzar, así que va por un bocadillo ligero y un vaso de agua.

Normalmente prepara café por la temporada, pero el café comienza a recordarle a ese chico, de cabello negro y grueso, ojos negros y de tez blanca sin barba, su mirada era muy, desafiante. Ella toma un respiro y confia en su profesor, termina de hacer los deberes. Y va para tomar su teléfono móvil para escribirle, estando la pantalla encendida del móvil, algo le dice que no lo moleste, ya casi es tarde, abre el portátil y busca la web del instituto, está muy bien hecha, descubre que hay un video, es ese chico, reproduce éste ya que, le ganó la curiosidad.

“Somos aquellos que venimos aquí no solo para formarnos, sino para renovar y crear una nueva manera de ver las cosas, aquí creamos el mañana, un nuevo comienzo…”

Descubre curiosamente que parece todo un político, al lado de él está la Decano, muchos estudiantes le siguen. Más abajo ve su perfil en la red social, entra y se sorprende por la cantidad de seguidores que posee, ve un poco más abajo para ver sus fotos.

Lo ve con personas importantes, el alcalde de la ciudad y el gobernador, se ve alguien muy respetado. Todavía con la curiosidad encima, procede a escribir su nombre en G****e y le aparece su perfil en la red social y sus vídeos, más abajo se da cuenta de que hay un artículo de periódico, estilo titular: “Schweitz gana de nuevo otro caso, ¿qué secreto esconde?”

Bell mira la hora desde su portátil y se da cuenta de que ya es tarde para seguir indagando. Apaga y cierra su portátil para ponerla a un lado, se acomoda en su cama para poder dormir, abraza la almohada pensando en su amante, observa la flor en la mesa y siente como le vienen los recuerdos del campo.

Aquellos recuerdos de niña que jamás olvidaría debido a lo bonitos que fueron para ella.

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