Lunaicy

Ni siquiera podía concentrarme en las clases. Mi mente estaba atrapada en todo lo que estaba sucediendo. Mi madre había cometido el peor error que una madre podía cometer: involucrarse con un hombre más joven que ella, un tipo con una mentalidad sucia, alguien que con cada mirada y cada gesto lograba hacernos sentir incómoda. Me aterraba lo que pudiera hacerle a Estrellita, pero también temía por mí.

Ojalá pudiera desaparecer por un momento y dejar de pensar en todo. No tenía idea de cuáles eran sus planes, si realmente creía que ese hombre sería alguien que nos protegería o si solo se estaba aferrando a una relación absurda. Pero lo que sí sabía era que ella no tenía la menor idea de la basura con la que se había metido.

Unas palmaditas en el hombro me sacaron de mis pensamientos. Giré la cabeza y vi a Jair sentado a mi lado.

—¿Qué tienes? —preguntó con el ceño fruncido.

Negué rápidamente.

—No tengo nada.

—¿Segura? Te veo muy distraída… Como si no quisieras estar aquí. —Me mir