LIBRO 2 DE LA SERIE - Luego de divorciarse de Pía Cavalcanti, Marco Russo inicia el proceso de redimirse de todo el daño que causó, pero el dolor acumulado por años más las nuevas heridas, lo llevarán al borde del abismo. Pero no todo está perdido para él, porque llega a su vida una chica de carácter. ¿Podrá Daniela ayudarlo a sanar y a Aprender a Amar?
Leer másEra un día de lluvia bastante agitado en la ciudad. El viento había botado árboles, lo que dejó sectores sin luz, semáforos apagados y retraso en el tránsito.La pobre Aurora salió treinta minutos antes se casa para evitar llegar con retraso a la universidad, pero mi siquiera esa previsión le ayudó con el inicio de su día.Miraba desde el asiento trasero el tráfico atestado de autos, los que se quejaban con bocinas histéricas por la tardanza en el avance, pero esa acción es inútil antes un accidente que ocupa dos de tres calzadas.En otro lugar de la ciudad, aunque no muy lejos de ella, un chico se prepara para una exposición ante varios de los alumnos de la universidad, en donde debe explicar a las carreras humanistas y de ciencias la ventaja de ser tu propio jefe en una economía donde las pequeñas y medianas empresas representan
Tres años después…-Aurora, hija por favor, ayúdame con tu hermano – estamos atrasados para llegar a la ceremonia de titulación de Daniela, al fin mi chica será una gran doctora -.- ¿Qué necesitas, papi? – mi pequeña, que ya tiene seis años y medio, está sentada en el sofá de la sala leyendo un libro de anatomía -.-Hija, deja ese libro y ayúdame a buscar a tu hermano -.-Papi, eres muy poco observador – con sus labios apunta bajo la mesa de centro frente a ella -. Pero no importa – se pone de pie, dejando el libro en la mesa -. Vámonos sin César, él se perderá las fotos y la celebración.- ¡No, quí toy! - sale de inmediato, despeinado y con la ropa revuelta -.-Ay, César, hijo mío… vámonos, en el camino te arreglamos la ropa.Salimo
Tras cuatro años de disfrutar a mi esposa, de recibir a nuestra Aurora en casa, verla crecer y hacer travesuras, sonrío apoyado en la puerta al ver a mis mujeres felices en la biblioteca.Daniela le está enseñando anatomía a Aurora, mi pequeña hija está sentada en su sillita muy atenta a lo que su mamá le dice, de pronto Daniela da un respingo, me acerco a ella porque se lleva la mano al vientre de cuatro meses.-Vengan… pongan su mano aquí – toma nuestras manos y las coloca sobre su ombligo-. Las primeras pataditas de tu hermano, mi niña.-Pega fuerte, ¿mami, te duele?-No, a veces hace cosquillas.-Yo hice lo mismo, ¿verdad?-Sí – respondo yo, alzando a mi pequeña en brazos -. En especial cuando papi te hablaba y acariciaba el vientre de mamá.- ¿Puedo hacer lo mismo con mi hermano?-Claro, mi ni&
Me miro al espejo y consigo ver el brillo de ese niño lleno de sueños, el adolescente con esperanzas de hacer grandes cosas, el joven abriéndose camino para lograr sus metas, y, al fin, el adulto que siempre debí ser.Pero de los errores se aprende, y bastante.Me arreglo la pajarita, José se ríe de mí porque me dice que parezco pingüino, Francisco me dice que me veo bien. Yo digo que no importa cómo me vea, aquí el centro de atención es la novia y sé que se verá hermosa.No quisimos esperar, por lo que luego de llegar a casa el día que le propuse matrimonio y hacer el amor el resto de la tarde y toda la noche, decidimos que casarnos en un mes era tiempo suficiente. Así mi bella podría lucir el vestido de novia que quisiera e irnos de luna de miel.Los síntomas del embarazo han remitido un poco, ya no son tan frecuentes. Daniela, afortunada
Miro las calles buscando la indicada por mi hermana, lo hago con apuro, esperando que Daniela no vuelva a escaparse de mí. Luego de casi chocar a un tarado que se estacionó repentinamente, doy con la calle y busco la tienda. Lo gracioso, es que hay muchas por aquí.Varias están cerradas, lo que me facilita un poco la búsqueda. Casi al llegar a la esquina la veo a través del aparador, está vistiendo un maniquí. Busco dónde detenerme y me bajo, pensando si entro a la tienda o si llamo su atención desde fuera.-Mejor desde fuera, Marco, recuerda que sabe defenderse.Camino hasta frente el vidrio, está de espaldas tratando de arreglar una linda blusa. Cuando termina se queda admirando unos segundos su trabajo, veo que sonríe un poco, pero lo que hace después me provoca miles de sensaciones: baja la vista y acaricia su vientre.Es verdad. Yo tenía razón y e
Estoy preocupado por Daniela, nadie sabe nada de ella. No está con Max, de hecho al ir hasta allá me mostró la habitación vacía, no siquiera la cama estaba tendida.Magaly, luego de decir que haría desaparecer a Claudia de la faz de la tierra, me aseguró que no sabía dónde estaba y que contactaría viejos amigos para que la buscaran. No me pude negar, porque cada hora que pasa me preocupo más.Cinco días sin saber de ella ya me están volviendo loco, tanto así que los síntomas se han intensificado, el famoso cambio de dieta resultó ser un fiasco, porque no he dejado de sentirme igual.Por lo mismo, he decidido visitar al doctor nuevamente para que me haga nuevos análisis o me recete vitaminas, lo que sea. Por ahora, no me queda más remedio que seguir buscando a mi mujer y un reemplazo para Claudia.Finalmente, despedirla luego de su
Luego de una semana con las indicaciones del doctor Sánchez, quien me regañó por usar los suplementos y me advirtió que, si los seguía usando, se me caería todo lo que tenía entre las piernas. Con semejante advertencia, ¿quién no hace caso?Ahora espero al pie de la escalera a mi mujer, le he dicho que la llevaré a cenar a un lugar muy elegante, yo llevo un traje de tres piezas, con una pajarita negra de satén. Ella se fue a la que era mi habitación para vestirse, ni siquiera me dejó ver el vestido.Miro la hora, más de nervios que por el retraso, porque estamos a tiempo. De reojo veo una figura de color rojo parada arriba, miro hacia ella y me quedo con la boca abierta.Cabello recogido en un moño en el lado izquierdo, maquillaje claro, labios rojos, unos pendientes que llegan casi hasta su cuello, el que se encuentra descubierto al igual que sus hombros. El
Solo en el despacho de la casa, porque Daniela no me deja salir de la casa, y como buen hombre obediente de su mujer, estoy realizando todas las tareas desde aquí.Ella, en cambio, fue a su último turno, desde mañana se quedará conmigo, iremos por sus cosas al departamento de su amigo para que se mude conmigo. Algunas de las secuelas de mi intento de suicidio son las pesadillas, sin embargo, estos días que ella ha estado durmiendo conmigo he conseguido dormir.Hoy, luego de que salga de su trabajo, irá por los resultados de mis exámenes y mañana el doctor nos estará esperando para decirnos que rayos es lo que tengo, aunque las náuseas han remitido un poco, los mareos y la somnolencia no me dejan tranquilo.Luego de unos días de indecisi&oac
Me despierto con mi mujer al lado, hoy es su segundo día de reposo y despertar con ella es un sueño, lo más divino de la vida.Pero al igual que desde hace unos días, debo correr al baño producto de las fuertes ganas de vomitar. Como tengo el estómago vacío, solo bilis y aire salen de mí, los espasmos me tiran al suelo, donde me siento para respirar. Dejo ir el agua del excusado y ese par de ojos bellos se asoman por la puerta.- ¿Otra vez?-Sí, pero no te preocupes.-Me preocupo, bobo. ¿Cuántos días tienes así? – se agacha para tocarme la frente y el cuello -. Al menos no tienes fiebre. Contesta.-Desde el lunes – le