Boga caminaba lentamente a no más de cinco metros del hombre al que seguía desde hacía más de una hora. Sonrió mostrando varios dientes de oro, tenía un aspecto feroz, no era demasiado corpulento pero se notaba que era fuerte sus casi uno ochenta metros de altura eran suficientes para amedrentar a cualquiera. Tenía mucha fuerza y por eso utilizaba ese apodo en turco, porque “boga” significaba “toro”, no recordaba a nadie que lo hubiera vencido en una lucha a mano limpia, o con cuchillo. Era un experto con casi cualquier tipo de armas y era también sumamente ágil en cada situación, podía pasar desapercibido y matar silenciosamente si era necesario.Por eso había podido matar a la mujer que le habían encargado un par de semanas atrás, en realidad había sido muy fácil y eso que, según le habían dicho, ella era muy diestra con las armas, pero la había sorprendido en la cama de su hotel, se echó sobre ella y aunque luchó con fuerza finalmente la sofocó con cierta facilidad. Salió de la os
Un año atrás…Eran tantos los años de haber servido para diferentes grupos, países y diversos grupos secretos, que parecía que había vivido su vida a salto de mata, sin poder tener un hogar, hijos y por supuesto, sin una mujer. La imagen de Tatiana cayendo al río herida de muerte le atormentaba con bastante frecuencia, eso no habría tenido que suceder.En su cómodo apartamento en Londres tenía todas las comodidades, tantas que le abrumaba, pero no hubiera podido negarse a vivir una vida tranquila,tenía casi todo lo que podía necesitar, al menos de las cosas materiales, había ahorrado bastante dinero desde joven, pensando siempre en el retiro. Su peligrosa profesión no dejaba espacio para los errores y el retiro no era algo que alcanzaba casi ninguno. Pero él se había esforzado por ser el mejor entre los mejores y lo había demostrado en todo momento. Ahora a sus cuarenta y ocho años se encontraba en buena forma, podía correr a toda velocidad mucho más de un centenar de metros sin agot
—¿Robert? —contestó mientras miraba el reloj sobre su mesita, eran las 5:30 de la madrugada, ¿para qué lo llamaba a esa hora?—Hola Velkan, disculpa que te moleste a ésta hora, pero no podía dormir y me dediqué a entretenerme un rato en el internet y encontré una noticia que, creo que te interesará —terminó diciendo.—Muy amable —la respuesta irónica de Velkan no molestó a Robert— Veamos, ¿De qué se trata?—Se trata de Nikolos Gasanov —dijo escuetamenteNikolos Gasanov, el nombre vino a terminar de desencadenar los recuerdos de Velkan, el hombre fuerte del servicio secreto Geotgiano, quien había sido su enlace en el caso de los documentos del gobierno y alguien en quien no confiaba completamente, por no decir que no confiaba en nada.—¿Qué le sucedió al viejo Nikolos, lo nombraron presidente de la confederación rusa? —preguntó en tono irónico—No exactamente, pero al menos tiene la aspiraciónÉsta sencilla declaración de Robert lo puso en sobreaviso, ¿Era lo que había escuchado o esta
Eran cerca de las ocho de la mañana cuando el deportivo de Velkan entraba en los jardines de la mansión de los Lanford. Detuvo el auto y le dió las llaves al valet parking que se acercaba. Robert lo miraba desde arriba y una sonrisa se dibujó en su boca.Por lo menos ya estaba "civilizando" al viejo, ese apodo cariñoso con el que ellos trataban a Velkan. Cuando recién tenía el carro, le incomodaba mucho el valet, en especial de que se viera tan sumiso. Le costó mucho acostumbrarse a dejarse servir.Velkan entró en la casa y se dirigió al estudio del segundo piso, luego, sin llamar, empujó una hermosa puerta de madera labrada finamente. Dentro lo esperaba Robert.—¿Qué tenemos? —preguntó después de darle a Robert un cariñoso abrazo.—Aun nada —respondió Robert— No he podido localizar a Giorgi por ningún lado, si alguien sabe algo de las intenciones de Nikoloz es él.—¿Y de Elene? —indagó—Me están averiguando por dónde anda, después que dejó el servicio en Armenia se ha sabido poco de
La puerta se abrió dejando pasar a un sirviente que le anunció a Velkan que el desayuno estaba listo y que los señores lo esperaban en el comedor.Velkan bajó por las amplias escaleras hasta la parte baja de la casa donde se encontraba el comedor, ya se encontraban allí Robert y Mary con el bebé. Con entusiasmo se acercó a la silla del bebé, que ya tenía un año, y lo llenó de besos, el niño reía al reconocer al abuelo.—Hola Mary —saludó a la muchacha dándole un beso en la mejilla y un tierno abrazo.—Hola viejo —respondió ella muy cariñosamente, en realidad amaba a ese hombre que los había ayudado tanto mientras escapaban de la hermandad en Turquía. Era como un padre para ellos y un abuelo para el niño.—Siéntate, Velkan —le dijo Robert— Desayunemos, que hoy tenemos bastante que hacer.Él se sentó y de inmediato el servicio de desayuno fue puesto a la mesa por un grupo de eficientes empleados de la mansión. Degustaron el desayuno conversando cosas intrascendentes. Cuando terminaron
Soltó el maletín que traía sujeto con una cadena y lo empujó sobre el escritorio hacia Gasanov. Acto seguido volvió a sentarse pero sin relajar sus músculos.Nikoloz revisó los papeles con atención por unos momentos, luego suspiró, al parecer satisfecho. Los sujetos que entraron se acercaron al escritorio y uno de ellos le dijo algo al oído. Éste asintió y le hizo una seña para que se alejara, se alejaron un poco pero no salieron de la oficina.—Supongo que les diste una ojeada —no era una pregunta sino una aseveración.—Sip, para revisar los sellos y la autenticidad, tú sabes cómo es eso.—Lo sé —dijo lacónico— Solo que está vez no era muy buena idea.Al decir esto los tres guardias que estaban en el salón se acercaron a Velkan. Lo rodearon poco a poco con toda la intención de capturarlo, pero él no se inmutó, al menos por fuera. Por dentro su cerebro había hecho los cálculos de lucha que tendría que hacer y sus músculos estaban tensos y preparados.Su reacción primaria fue mirar a G
Velkan se acercó a la pantalla para leer mejor, ya que su vista no era tan buena, los años y el desgaste habían tomado algo de terreno y le costaba un poco leer la letra pequeña.En la pantalla la noticia se destacaba y no por los colores sino por el nombre que aparecía en ella, al igual que las circunstancias. La noticia, en turco y georgiano decía:"Muere el director adjunto de la hidroeléctrica en Turquía, Baric Valiev al caer accidentalmente en la Estación Hidroeléctrica de Ilisu, la más grande de Turquía y una de las más grandes de Europa, las circunstancias no son muy claras pero la policía investiga…" La noticia seguía, pero para Velkan era suficiente, era quizás un indicio, pero para él era suficiente para saber que la muerte de Baric no había sido natural para comenzar a sospechar que una extraña "limpieza" había comenzado. Y si era de mano de Gasanov no dudaba que ésta fuera dura, cruel y despiadada.Tenía que recordar cuántos sabían de los fulanos papeles, pues todos estab
Velkan Rottemberg, ese nombre de origen rumano y el apellido de origen europeo confundía a la mayoría de conocidos y enemigos, especialmente a éstos últimos que siempre habían querido averiguar de dónde había salido ese fulano tan letal, con las armas y sin ellas.Algunos lo conocían como “la sombra” otros le decían “el espectro” y alquinos más lo llamaban “el implacable” Después de liquidar a Boga desapareció tan rápido que cuando llegaron algunos carabineros y encontraron el cuerpo, aún tibio de Boga, se desplegaron por todos los alrededores y no pudieron encontrar a nadie, a pesar de las huellas que partían de allá la avenida principal,. pero cuando llegaron allí las huellas simplemente desaparecieron… por eso a Velkan lo llamaban la sombra.No tardó en llegar la noticia a Kadir Yildirim, el jefe de la mafia turca, de que su mejor hombre había sido liquidado por el fulano a quien quería desaparecer de la tierra de los vivientes. No escatimaría ningún esfuerzo para hacer pagar car