A la mañana siguiente todos se levantaron muy animados Tatiana y Velkan habían salido temprano para comprar algunas cosas entre ellas provisiones y también ropa elegante porque el evento donde asistirían sería de gala.Ese día lo pasaron tranquilamente descansando y hablando entre ellos pero sin descuidar en la comunicación con los contactos que lo harían entrar sin ningún problema a la recepción. También Tatiana estaba en permanente comunicación con Morozov, de manera que este estaba al tanto de los planes y podría echarles una mano si acaso la necesitaban.Al llegar la noche salieron todos elegantemente vestidos, y esperaron a la limusina que había llamado Tatiana fingiendo ser una empresaria que iba a un gran evento en ese hotel. Por fortuna en ese momento se estaba llevando a cabo una recepción en un piso intermedio mientras que la recepción donde asistiría su enemigo sería en la terraza superior del hotel.Cuándo llegaron al hotel presentaron sus invitaciones las cuales les había
Cuando las cuatro personas con aspecto de turistas extranjeros descendieron del avión y salieron hasta la terminal se encontraron con un recibimiento particular. En la parte de recepción estaban una radiante pareja con un hermoso bebé de unos tres años, y junto a ellos un individuo con aspecto de mafioso italiano, por supuesto que no podía ser otro que "El Griego" uno de los hombres que lucharon junto con Velkan y Robert en el affaire de Turquía, quién había estado en Grecia visitando a su familia.El niño al ver a los que se acercaban sin dudarlo estiró los brazos y de su boca salieron dos palabras.—¡Nono! ¡Nona! —dijo mirando fijamente a Velkan y Tatiana.Ellos se acercaron y tomaron al niño entre sus brazos, primero lo cargó Tatiana y luego Velkan lo sostuvo en sus aún poderosos brazos. Pero luego este se volteó hacia los dos hombres que habían llegado con Tatiana y Velkan.—Tío Tamaz, tío Luri —dijo extendiendo sus tiernos bracitos hacia ellos también, y estos no dudaron ni un mo
Boga caminaba lentamente a no más de cinco metros del hombre al que seguía desde hacía más de una hora. Sonrió mostrando varios dientes de oro, tenía un aspecto feroz, no era demasiado corpulento pero se notaba que era fuerte sus casi uno ochenta metros de altura eran suficientes para amedrentar a cualquiera. Tenía mucha fuerza y por eso utilizaba ese apodo en turco, porque “boga” significaba “toro”, no recordaba a nadie que lo hubiera vencido en una lucha a mano limpia, o con cuchillo. Era un experto con casi cualquier tipo de armas y era también sumamente ágil en cada situación, podía pasar desapercibido y matar silenciosamente si era necesario.Por eso había podido matar a la mujer que le habían encargado un par de semanas atrás, en realidad había sido muy fácil y eso que, según le habían dicho, ella era muy diestra con las armas, pero la había sorprendido en la cama de su hotel, se echó sobre ella y aunque luchó con fuerza finalmente la sofocó con cierta facilidad. Salió de la os
Un año atrás…Eran tantos los años de haber servido para diferentes grupos, países y diversos grupos secretos, que parecía que había vivido su vida a salto de mata, sin poder tener un hogar, hijos y por supuesto, sin una mujer. La imagen de Tatiana cayendo al río herida de muerte le atormentaba con bastante frecuencia, eso no habría tenido que suceder.En su cómodo apartamento en Londres tenía todas las comodidades, tantas que le abrumaba, pero no hubiera podido negarse a vivir una vida tranquila,tenía casi todo lo que podía necesitar, al menos de las cosas materiales, había ahorrado bastante dinero desde joven, pensando siempre en el retiro. Su peligrosa profesión no dejaba espacio para los errores y el retiro no era algo que alcanzaba casi ninguno. Pero él se había esforzado por ser el mejor entre los mejores y lo había demostrado en todo momento. Ahora a sus cuarenta y ocho años se encontraba en buena forma, podía correr a toda velocidad mucho más de un centenar de metros sin agot
—¿Robert? —contestó mientras miraba el reloj sobre su mesita, eran las 5:30 de la madrugada, ¿para qué lo llamaba a esa hora?—Hola Velkan, disculpa que te moleste a ésta hora, pero no podía dormir y me dediqué a entretenerme un rato en el internet y encontré una noticia que, creo que te interesará —terminó diciendo.—Muy amable —la respuesta irónica de Velkan no molestó a Robert— Veamos, ¿De qué se trata?—Se trata de Nikolos Gasanov —dijo escuetamenteNikolos Gasanov, el nombre vino a terminar de desencadenar los recuerdos de Velkan, el hombre fuerte del servicio secreto Geotgiano, quien había sido su enlace en el caso de los documentos del gobierno y alguien en quien no confiaba completamente, por no decir que no confiaba en nada.—¿Qué le sucedió al viejo Nikolos, lo nombraron presidente de la confederación rusa? —preguntó en tono irónico—No exactamente, pero al menos tiene la aspiraciónÉsta sencilla declaración de Robert lo puso en sobreaviso, ¿Era lo que había escuchado o esta
Eran cerca de las ocho de la mañana cuando el deportivo de Velkan entraba en los jardines de la mansión de los Lanford. Detuvo el auto y le dió las llaves al valet parking que se acercaba. Robert lo miraba desde arriba y una sonrisa se dibujó en su boca.Por lo menos ya estaba "civilizando" al viejo, ese apodo cariñoso con el que ellos trataban a Velkan. Cuando recién tenía el carro, le incomodaba mucho el valet, en especial de que se viera tan sumiso. Le costó mucho acostumbrarse a dejarse servir.Velkan entró en la casa y se dirigió al estudio del segundo piso, luego, sin llamar, empujó una hermosa puerta de madera labrada finamente. Dentro lo esperaba Robert.—¿Qué tenemos? —preguntó después de darle a Robert un cariñoso abrazo.—Aun nada —respondió Robert— No he podido localizar a Giorgi por ningún lado, si alguien sabe algo de las intenciones de Nikoloz es él.—¿Y de Elene? —indagó—Me están averiguando por dónde anda, después que dejó el servicio en Armenia se ha sabido poco de
La puerta se abrió dejando pasar a un sirviente que le anunció a Velkan que el desayuno estaba listo y que los señores lo esperaban en el comedor.Velkan bajó por las amplias escaleras hasta la parte baja de la casa donde se encontraba el comedor, ya se encontraban allí Robert y Mary con el bebé. Con entusiasmo se acercó a la silla del bebé, que ya tenía un año, y lo llenó de besos, el niño reía al reconocer al abuelo.—Hola Mary —saludó a la muchacha dándole un beso en la mejilla y un tierno abrazo.—Hola viejo —respondió ella muy cariñosamente, en realidad amaba a ese hombre que los había ayudado tanto mientras escapaban de la hermandad en Turquía. Era como un padre para ellos y un abuelo para el niño.—Siéntate, Velkan —le dijo Robert— Desayunemos, que hoy tenemos bastante que hacer.Él se sentó y de inmediato el servicio de desayuno fue puesto a la mesa por un grupo de eficientes empleados de la mansión. Degustaron el desayuno conversando cosas intrascendentes. Cuando terminaron
Soltó el maletín que traía sujeto con una cadena y lo empujó sobre el escritorio hacia Gasanov. Acto seguido volvió a sentarse pero sin relajar sus músculos.Nikoloz revisó los papeles con atención por unos momentos, luego suspiró, al parecer satisfecho. Los sujetos que entraron se acercaron al escritorio y uno de ellos le dijo algo al oído. Éste asintió y le hizo una seña para que se alejara, se alejaron un poco pero no salieron de la oficina.—Supongo que les diste una ojeada —no era una pregunta sino una aseveración.—Sip, para revisar los sellos y la autenticidad, tú sabes cómo es eso.—Lo sé —dijo lacónico— Solo que está vez no era muy buena idea.Al decir esto los tres guardias que estaban en el salón se acercaron a Velkan. Lo rodearon poco a poco con toda la intención de capturarlo, pero él no se inmutó, al menos por fuera. Por dentro su cerebro había hecho los cálculos de lucha que tendría que hacer y sus músculos estaban tensos y preparados.Su reacción primaria fue mirar a G