—¿Robert? —contestó mientras miraba el reloj sobre su mesita, eran las 5:30 de la madrugada, ¿para qué lo llamaba a esa hora?
—Hola Velkan, disculpa que te moleste a ésta hora, pero no podía dormir y me dediqué a entretenerme un rato en el internet y encontré una noticia que, creo que te interesará —terminó diciendo.
—Muy amable —la respuesta irónica de Velkan no molestó a Robert— Veamos, ¿De qué se trata?
—Se trata de Nikolos Gasanov —dijo escuetamente
Nikolos Gasanov, el nombre vino a terminar de desencadenar los recuerdos de Velkan, el hombre fuerte del servicio secreto Geotgiano, quien había sido su enlace en el caso de los documentos del gobierno y alguien en quien no confiaba completamente, por no decir que no confiaba en nada.
—¿Qué le sucedió al viejo Nikolos, lo nombraron presidente de la confederación rusa? —preguntó en tono irónico
—No exactamente, pero al menos tiene la aspiración
Ésta sencilla declaración de Robert lo puso en sobreaviso, ¿Era lo que había escuchado o estaba equivocado?
—¿Puedes ser más claro? —le dijo, ésta vez sin ironía alguna
—Al hombre lo están candidateando para ser el próximo premier de Georgia —dijo simplemente.
Al escuchar esto el cuerpo de Velkan se envaró automáticamente, su cerebro se puso en actividad frenética considerando las posibilidades. No, en definitiva no eran buenas noticias.
—La cosa se va a poner buena entonces —dijo
—Eso parece —respondió Robert.
—Ajá, tendremos que buscar a los viejos amigos, a los antiguos contactos.
—Bien, te esperamos para desayunar.
—Allí estaré —lacónico.
Ambos colgaron los receptores, y Velkan se recostó de nuevo en la cama, aunque el sueño había huido de sus ojos. Ésta noticia cambiaba todas las cosas, significaba que su relativa tranquilidad podía desaparecer.
Sus recuerdos volvieron al momento en que fue interrumpido por la llamada de Robert….
Zurab estaba en verdad sorprendido de la reacción de Velkan así como la de su muy seria prima Tatiana
—En serio, ¿Qué les pasa? —dijo con un gesto de extrañeza — Cuando llegué se veían tan divertidos y ahora parecen chicos sorprendidos en una travesura.
—Ya déjalo, Zurab —dijo Tatiana, con su suave voz de terciopelo— A veces eres molesto, ¿sabes?
El sorprendido Zurab se quedó callado por unos largos minutos y luego muy elegantemente cambió de tema.
—¿Cómo estuvo la cacería, Velkan? —preguntó, dejando espacio a su prima.
—No estuvo mal, aunque el clima está empeorando —hablaba a Zurab, pero su mirada se escapaba hacia Tatiana a cada momento.
—Y por cierto, ¿De dónde la conoces? —le preguntó señalando a su prima
—Nos acabamos de conocer aquí, Zurab. ¡No seas tan metiche! —El tono molesto de Tatiana lo sorprendió, de pronto se escuchó un portazo al salir ella por una puerta detrás del mostrador que daba al interior de la casa, que estaba pegada al local donde trabajaba Zurab.
—Lo siento, Velkan —dijo éste— ¡A veces es impredecible!
—No te preocupes —dijo riendo— ¡A mí me parece genial!
Luego se dedicaron a hablar de las cosas que ambos estaban investigando, las cosas aún no estaban claras, les faltaba bastante que investigar y no era sencillo descubrir alguna pista sobre los dichosos documentos.
Mientras seguían las investigaciones y escudriñaban cuánta pista e indicio descubrieran, Velkan seguía yendo a reunirse con Zurab en su local, lo que propiciaba también un acercamiento con la hermosa Tatiana, con el correr del tiempo le quedó claro a Velkan que se estaba enamorando perdidamente de la chica.
Ella también había descubierto ese sentimiento al experimentar una súbita alegría cuando escuchaba que Velkan llegaba a la tienda de su primo. En ocasiones escuchaba con atención a través de la puerta de comunicación entre la casa y el local para saber si había llegado, lo extrañaba cuando en ocasiones duraba hasta una semana cazando.
Definitivamente se estaban enamorando el uno del otro. Velkan sabía que una de las reglas más importantes que tenía un mercenario era que no debería tener puntos débiles y una mujer de la que se estaba enamorando era uno, y uno bastante grande; pero no quería evitarlo.
Cuánto se había arrepentido de no haber tenido sentido común, de no haber hecho caso de los años de experiencia de otros y de él mismo, que le decían que no dejará que eso pasara… quizás ella estuviera viva, y él también… cuando murió Tatiana, una parte dentro de sí mismo había muerto también…
El sonido del reloj despertador lo trajo de nuevo al presente, se levantó y luego de hacer sus ejercicios se dirigió al baño a tomar una buena ducha… el estar en forma era una premisa necesaria para cualquiera de su profesión, de la buena forma y los reflejos, físicos y mentales, dependía que siguieras vivo o no.
Luego de ducharse se vistió y salió hacia el estacionamiento del edificio donde vivía. Ahora tenía un hermoso deportivo para desplazarse, ya no estaba en las estepas y se había alejado un poco más del pasado. Aunque ni por asomo se sentía viejo o cansado, se mantenía en buena forma y se esforzaba por estarlo. Sus reflejos estaban intactos y sus habilidades físicas y mentales estaban en excelente forma.
Incluso se había enfrentado a un grupo de asaltantes en un barrio bajo de las afueras de Londres después de haberse perdido en los primeros días de haberse mudado. Al principio vivía con Robert y Mary, pero luego se sintió mejor viviendo solo…. Porque eso era, un solitario.
El recuerdo de los jóvenes asaltantes lo tenía bastante fresco en la mente. Recordaba que recién había ido con Mary a una agencia de autos deportivos de gama alta, duraron bastante rato probando los diferentes autos hasta que se decidió por el Porsche 911 Carrera.
Cuando supo el precio del carro casi le da un infarto y se negaba a que ella gastara semejante cantidad de dinero en un carro, y menos para él. Pero Mary era dura como el pedernal y a fuerza de ruegos y amenazas al fin aceptó…
Cuando más o menos se acostumbró a la ciudad y se había aprendido los caminos básicos a dónde quería ir, decidió salir solo de allí en adelante, igual era andar solo, el griego lo acompañaba a veces pero éste sabía menos que él de la ciudad.
Un día se equivocó en una salida de la autopista y terminó en un barrio que era bastante peligroso por las pandillas y el tráfico de drogas y de blancas. Todos los habitantes del sector lo miraban con algo de asombro, no todos los días se veía un auto como ese por los contornos, a menos que estuviese escoltado por un montón de matones.
Un Porsche de lujo conducido por un solo hombre, y éste ya de edad era algo muy poco común por estos bajos fondos. Velkan dió varias vueltas tratando de orientarse pero le ganó la ciudad. Decidió detenerse frente a una especie de cafetería de aspecto gastado y sucio para preguntar.
Por supuesto que no dejaron de acercarse un grupo de jóvenes y de no tan jóvenes vagabundos que rodearon su auto mientras él se acercó al mostrador donde pedía instrucciones a la señora, ésta trataba de orientarlo con indicaciones verbales y señas. De pronto Velkan notó las nerviosas miradas que la señora lanzaba por encima de su hombro. Decidió volverse en el momento que uno de los malvivientes subía a su auto como si fuera a probarlo.
Velkan agradeció a la señora y se volvió para ir a su auto, no dejo de escuchar la advertencia que la señora, con preocupación, le daba.
—Tenga mucho cuidado señor, esa banda es muy peligrosa, no los enfrente…
Se volvió lentamente para agradecerle.
—No se preocupe, señora. Sólo razonaré un poco con ellos —le dijo y siguió su camino hacia su auto.
Eran seis sujetos, dos parecían muy jóvenes de 19 años o menos y los demás parecían tener entre 22 y 28 años, menos el que parecía el jefe, que en ese momento revolvía cuánto podía del coche, éste aparentaba unos 39 o 40 años y aparentemente se veía peligroso.
Al acercarse Velkan los sujetos lo rodearon de inmediato, y uno de ellos lo apuntó con un revólver 38, otro tenía una automática y los demás sacaron sendos cuchillos de sus ropas. El "jefe" bajó del coche y se le acercó, poniendo su cara a milímetros de la de Velkan para amenazar.
—Muy bien, viejo —dijo con petulancia— éste es el momento en que me entregas las llaves del coche y todo lo que llevas encima, incluyendo esos elegantes zapatos.
Velkan dejó que una sonrisa se dibujara en su rostro, lo miró con atención al mismo tiempo que media la distancia y probabilidades de ataque.
—No, —le dijo en voz alta— Realmente éste es el momento que tú y la cuerda de imberbes que te siguen desaparecen de mi vista.
Todos se echaron a reír a carcajadas y el jefe creyendo descuidado a Velkan sacó un largo puñal para herirlo. Lo que sucedió después fue algo que se contó por todo el lugar, porque había bastantes testigos, y fue algo asombroso.
En segundos el jefe estaba en el suelo retorciéndose del dolor con el brazo fracturado en un extraño ángulo, los dos sujetos que estaban armados con pistola y revólver se vieron heridos en sus manos en segundos.
Velkan tenía su pistola en la mano y veía atentamente a los demás chicos, estos se miraron entre sí y a continuación se alejaron a toda carrera de aquel peligroso sujeto.
Subió tranquilamente a su coche y se marchó sin otro problema, dirigiéndose rápidamente por donde le había dicho la amable señora.
Eran cerca de las ocho de la mañana cuando el deportivo de Velkan entraba en los jardines de la mansión de los Lanford. Detuvo el auto y le dió las llaves al valet parking que se acercaba. Robert lo miraba desde arriba y una sonrisa se dibujó en su boca.Por lo menos ya estaba "civilizando" al viejo, ese apodo cariñoso con el que ellos trataban a Velkan. Cuando recién tenía el carro, le incomodaba mucho el valet, en especial de que se viera tan sumiso. Le costó mucho acostumbrarse a dejarse servir.Velkan entró en la casa y se dirigió al estudio del segundo piso, luego, sin llamar, empujó una hermosa puerta de madera labrada finamente. Dentro lo esperaba Robert.—¿Qué tenemos? —preguntó después de darle a Robert un cariñoso abrazo.—Aun nada —respondió Robert— No he podido localizar a Giorgi por ningún lado, si alguien sabe algo de las intenciones de Nikoloz es él.—¿Y de Elene? —indagó—Me están averiguando por dónde anda, después que dejó el servicio en Armenia se ha sabido poco de
La puerta se abrió dejando pasar a un sirviente que le anunció a Velkan que el desayuno estaba listo y que los señores lo esperaban en el comedor.Velkan bajó por las amplias escaleras hasta la parte baja de la casa donde se encontraba el comedor, ya se encontraban allí Robert y Mary con el bebé. Con entusiasmo se acercó a la silla del bebé, que ya tenía un año, y lo llenó de besos, el niño reía al reconocer al abuelo.—Hola Mary —saludó a la muchacha dándole un beso en la mejilla y un tierno abrazo.—Hola viejo —respondió ella muy cariñosamente, en realidad amaba a ese hombre que los había ayudado tanto mientras escapaban de la hermandad en Turquía. Era como un padre para ellos y un abuelo para el niño.—Siéntate, Velkan —le dijo Robert— Desayunemos, que hoy tenemos bastante que hacer.Él se sentó y de inmediato el servicio de desayuno fue puesto a la mesa por un grupo de eficientes empleados de la mansión. Degustaron el desayuno conversando cosas intrascendentes. Cuando terminaron
Soltó el maletín que traía sujeto con una cadena y lo empujó sobre el escritorio hacia Gasanov. Acto seguido volvió a sentarse pero sin relajar sus músculos.Nikoloz revisó los papeles con atención por unos momentos, luego suspiró, al parecer satisfecho. Los sujetos que entraron se acercaron al escritorio y uno de ellos le dijo algo al oído. Éste asintió y le hizo una seña para que se alejara, se alejaron un poco pero no salieron de la oficina.—Supongo que les diste una ojeada —no era una pregunta sino una aseveración.—Sip, para revisar los sellos y la autenticidad, tú sabes cómo es eso.—Lo sé —dijo lacónico— Solo que está vez no era muy buena idea.Al decir esto los tres guardias que estaban en el salón se acercaron a Velkan. Lo rodearon poco a poco con toda la intención de capturarlo, pero él no se inmutó, al menos por fuera. Por dentro su cerebro había hecho los cálculos de lucha que tendría que hacer y sus músculos estaban tensos y preparados.Su reacción primaria fue mirar a G
Velkan se acercó a la pantalla para leer mejor, ya que su vista no era tan buena, los años y el desgaste habían tomado algo de terreno y le costaba un poco leer la letra pequeña.En la pantalla la noticia se destacaba y no por los colores sino por el nombre que aparecía en ella, al igual que las circunstancias. La noticia, en turco y georgiano decía:"Muere el director adjunto de la hidroeléctrica en Turquía, Baric Valiev al caer accidentalmente en la Estación Hidroeléctrica de Ilisu, la más grande de Turquía y una de las más grandes de Europa, las circunstancias no son muy claras pero la policía investiga…" La noticia seguía, pero para Velkan era suficiente, era quizás un indicio, pero para él era suficiente para saber que la muerte de Baric no había sido natural para comenzar a sospechar que una extraña "limpieza" había comenzado. Y si era de mano de Gasanov no dudaba que ésta fuera dura, cruel y despiadada.Tenía que recordar cuántos sabían de los fulanos papeles, pues todos estab
Velkan Rottemberg, ese nombre de origen rumano y el apellido de origen europeo confundía a la mayoría de conocidos y enemigos, especialmente a éstos últimos que siempre habían querido averiguar de dónde había salido ese fulano tan letal, con las armas y sin ellas.Algunos lo conocían como “la sombra” otros le decían “el espectro” y alquinos más lo llamaban “el implacable” Después de liquidar a Boga desapareció tan rápido que cuando llegaron algunos carabineros y encontraron el cuerpo, aún tibio de Boga, se desplegaron por todos los alrededores y no pudieron encontrar a nadie, a pesar de las huellas que partían de allá la avenida principal,. pero cuando llegaron allí las huellas simplemente desaparecieron… por eso a Velkan lo llamaban la sombra.No tardó en llegar la noticia a Kadir Yildirim, el jefe de la mafia turca, de que su mejor hombre había sido liquidado por el fulano a quien quería desaparecer de la tierra de los vivientes. No escatimaría ningún esfuerzo para hacer pagar car
Velkan suspiró mientras regresaba al tiempo presente, se dió cuenta que Robert había salido, quizás hacía bastante rato. Arriba del escritorio cerca de él habían puesto una bandeja con unas galletas y unas bebidas. Sonrió, ni siquiera se dio cuenta, algo muy peligroso para él en las actuales circunstancias, sin embargo él sabía que después de hacer catarsis con los recuerdos todo volvería a la normalidad.Mientras no sacara todos esos sentimientos que venían atados a sus recuerdos no podría vivir tranquilo. Todo este asunto de Gasanov había removido viejos recuerdos, viejas heridas, algunas de las cuales no estaban completamente curadas.Decidió seguir recordando, era tan especial recordarla viva, llena de esa energía maravillosa que llenaba todo lo que hacía. Además, tenía una intuición única, era capaz de percibir cosas que nadie más notaría. Eso, al final, sería lo que le salvaría la vida a él esa vez. Lo recordaba como si hubiera sido hace poco tiempo.*******Después de salir de
Velkan se despertó con las primeras luces del alba, el frío era fuerte así que después de su respectivo aseo puso a calentar café que llevaba preparado en un termo, de esta manera no tenía que prepararlo en condiciones tan poco cómodas.Luego de desayunar recogió todas sus cosas y desarmó la tienda de campaña para seguir su camino. Todavía le quedaba un trecho bastante largo de camino y éste no era precisamente uno fácil. En esa zona era bastante inclinado y escarpado.Tardó varias horas en la primera etapa de su viaje, Se sentía cansado cuando se detuvo a acampar, lo que era necesario porque ya comenzaba a ser el sol, mañana a primera hora llegaría a la cabaña.Esa noche pasó sin ningún problema, arregló su refugio con cuidado y luego preparaba café, comía algo y se acostaba. Pasaba casi todo el tiempo pensando en Tatianana hasta que se dormía, no podía dejar de pensar en sus últimas palabras antes de que él saliera de viaje en esta misión. "Eres muy importante para mí" tendría que
Zurab se quedó mirando a su prima como si ella se estuviera volviendo loca.—¿Pero qué estás diciendo? —en verdad parecía que estaba desvariando.—Te estoy hablando de Velkan, no me siento tranquila —tenía una cara de preocupación y angustia que hizo que Zurab se contagiara— Creo que ésta corriendo grave peligro —terminó—Pero, ¿Cómo demonios sabes eso? —No lo sé. Pero es real, ¡Lo puedo sentir! —y lo dijo con una angustia tan auténtica que convenció a Zurab para salir de inmediato a buscarlo.—Está bien, saldremos apenas preparemos lo necesario —Se levantó y comenzó a buscar cosas en la tienda para prepararse y salir— Igual yo tampoco estoy tranquilo —dijo al comenzar a guardar las cosas en una mochila.Tatianana también se levantó y buscó su mochila en la casa, se juntó con Zurab buscando las cosas necesarias para emprender el viaje. Él al verla se extrañó.—¿Qué haces? —le dijo.—Preparándome —contestó— Yo iré contigo, ni creas que me vas a dejar aquí muerta de la angustia.Él no