—Está blofeando, Velkan —se escuchó la voz de Dogan, cada vez más insegura porque gritaba más cada vez que hablaba, como para darse y dar ánimo a los suyos— Además, para cuando lleguen los militares, si no te rindes ahora, no quedarán más que los cadáveres de ustedes para comida de los lobos, creo que ni siquiera podrán identificarlos.—Yo no dije que necesitara a los militares, Dogan —les gritó de nuevo, mientras hacía esto miraba con cuidado por la trampilla y por la ventana— Solo quería advertirles que si de casualidad queda alguno vivo al final tendrá que enfrentarse con los ellos y una larga condena por relaciones con mafiosos.De nuevo un profundo silencio acogió sus palabras. Mientras ellos estaban allí indecisos, Velkan abrió una muy bien disimulada puertecilla dejando ver un panel con varios interruptores, Velkan fue presionando cada uno de ellos, hasta que casi todos estuvieron encendidos, menos los últimos tres.Ella se le quedó mirando con la interrogación en la cara y él
El caos reinaba alrededor de la cabaña, Velkan y Tatiana sólo sabían que alguien había activado una de las minas que resguardaban la parte de atrás de la cabaña, pero no sabían si se habían lastimado uno o varios hombres.Velkan le hizo una seña para que estuviera atenta por si alguno de ellos se dejaba ver para dispararle. Ella se puso a mirar por la mirilla mientras tenía lista su arma para disparar, Velkan también estaba concentrado en la mira de su fusil.De repente un sujeto entró en su campo visual, el sujeto estaba bañado en sangre y que le faltaba una buena porción de su brazo. Velkan no se preocupó por dispararle, el sujeto caminaba erráticamente de un lado al otro y era solo cuestión de tiempo hasta que cayera al suelo y perdiera el sentido hasta morir.Uno de los sujetos trató de acercarse al caído y Velkan disparó haciéndolo caer también. Tatiana estaba barriendo la parte lateral de la cabaña cuando vio a otro individuo caminar poco a poco hacia la cabaña, ella dejó que se
A la mañana siguiente todos se levantaron muy animados Tatiana y Velkan habían salido temprano para comprar algunas cosas entre ellas provisiones y también ropa elegante porque el evento donde asistirían sería de gala.Ese día lo pasaron tranquilamente descansando y hablando entre ellos pero sin descuidar en la comunicación con los contactos que lo harían entrar sin ningún problema a la recepción. También Tatiana estaba en permanente comunicación con Morozov, de manera que este estaba al tanto de los planes y podría echarles una mano si acaso la necesitaban.Al llegar la noche salieron todos elegantemente vestidos, y esperaron a la limusina que había llamado Tatiana fingiendo ser una empresaria que iba a un gran evento en ese hotel. Por fortuna en ese momento se estaba llevando a cabo una recepción en un piso intermedio mientras que la recepción donde asistiría su enemigo sería en la terraza superior del hotel.Cuándo llegaron al hotel presentaron sus invitaciones las cuales les había
Cuando las cuatro personas con aspecto de turistas extranjeros descendieron del avión y salieron hasta la terminal se encontraron con un recibimiento particular. En la parte de recepción estaban una radiante pareja con un hermoso bebé de unos tres años, y junto a ellos un individuo con aspecto de mafioso italiano, por supuesto que no podía ser otro que "El Griego" uno de los hombres que lucharon junto con Velkan y Robert en el affaire de Turquía, quién había estado en Grecia visitando a su familia.El niño al ver a los que se acercaban sin dudarlo estiró los brazos y de su boca salieron dos palabras.—¡Nono! ¡Nona! —dijo mirando fijamente a Velkan y Tatiana.Ellos se acercaron y tomaron al niño entre sus brazos, primero lo cargó Tatiana y luego Velkan lo sostuvo en sus aún poderosos brazos. Pero luego este se volteó hacia los dos hombres que habían llegado con Tatiana y Velkan.—Tío Tamaz, tío Luri —dijo extendiendo sus tiernos bracitos hacia ellos también, y estos no dudaron ni un mo
Boga caminaba lentamente a no más de cinco metros del hombre al que seguía desde hacía más de una hora. Sonrió mostrando varios dientes de oro, tenía un aspecto feroz, no era demasiado corpulento pero se notaba que era fuerte sus casi uno ochenta metros de altura eran suficientes para amedrentar a cualquiera. Tenía mucha fuerza y por eso utilizaba ese apodo en turco, porque “boga” significaba “toro”, no recordaba a nadie que lo hubiera vencido en una lucha a mano limpia, o con cuchillo. Era un experto con casi cualquier tipo de armas y era también sumamente ágil en cada situación, podía pasar desapercibido y matar silenciosamente si era necesario.Por eso había podido matar a la mujer que le habían encargado un par de semanas atrás, en realidad había sido muy fácil y eso que, según le habían dicho, ella era muy diestra con las armas, pero la había sorprendido en la cama de su hotel, se echó sobre ella y aunque luchó con fuerza finalmente la sofocó con cierta facilidad. Salió de la os
Un año atrás…Eran tantos los años de haber servido para diferentes grupos, países y diversos grupos secretos, que parecía que había vivido su vida a salto de mata, sin poder tener un hogar, hijos y por supuesto, sin una mujer. La imagen de Tatiana cayendo al río herida de muerte le atormentaba con bastante frecuencia, eso no habría tenido que suceder.En su cómodo apartamento en Londres tenía todas las comodidades, tantas que le abrumaba, pero no hubiera podido negarse a vivir una vida tranquila,tenía casi todo lo que podía necesitar, al menos de las cosas materiales, había ahorrado bastante dinero desde joven, pensando siempre en el retiro. Su peligrosa profesión no dejaba espacio para los errores y el retiro no era algo que alcanzaba casi ninguno. Pero él se había esforzado por ser el mejor entre los mejores y lo había demostrado en todo momento. Ahora a sus cuarenta y ocho años se encontraba en buena forma, podía correr a toda velocidad mucho más de un centenar de metros sin agot
—¿Robert? —contestó mientras miraba el reloj sobre su mesita, eran las 5:30 de la madrugada, ¿para qué lo llamaba a esa hora?—Hola Velkan, disculpa que te moleste a ésta hora, pero no podía dormir y me dediqué a entretenerme un rato en el internet y encontré una noticia que, creo que te interesará —terminó diciendo.—Muy amable —la respuesta irónica de Velkan no molestó a Robert— Veamos, ¿De qué se trata?—Se trata de Nikolos Gasanov —dijo escuetamenteNikolos Gasanov, el nombre vino a terminar de desencadenar los recuerdos de Velkan, el hombre fuerte del servicio secreto Geotgiano, quien había sido su enlace en el caso de los documentos del gobierno y alguien en quien no confiaba completamente, por no decir que no confiaba en nada.—¿Qué le sucedió al viejo Nikolos, lo nombraron presidente de la confederación rusa? —preguntó en tono irónico—No exactamente, pero al menos tiene la aspiraciónÉsta sencilla declaración de Robert lo puso en sobreaviso, ¿Era lo que había escuchado o esta
Eran cerca de las ocho de la mañana cuando el deportivo de Velkan entraba en los jardines de la mansión de los Lanford. Detuvo el auto y le dió las llaves al valet parking que se acercaba. Robert lo miraba desde arriba y una sonrisa se dibujó en su boca.Por lo menos ya estaba "civilizando" al viejo, ese apodo cariñoso con el que ellos trataban a Velkan. Cuando recién tenía el carro, le incomodaba mucho el valet, en especial de que se viera tan sumiso. Le costó mucho acostumbrarse a dejarse servir.Velkan entró en la casa y se dirigió al estudio del segundo piso, luego, sin llamar, empujó una hermosa puerta de madera labrada finamente. Dentro lo esperaba Robert.—¿Qué tenemos? —preguntó después de darle a Robert un cariñoso abrazo.—Aun nada —respondió Robert— No he podido localizar a Giorgi por ningún lado, si alguien sabe algo de las intenciones de Nikoloz es él.—¿Y de Elene? —indagó—Me están averiguando por dónde anda, después que dejó el servicio en Armenia se ha sabido poco de