Es el primer día de primavera las niñas están como locas está noche se celebrará la fiesta de los faroles, es una fiesta multitudinaria toda la aldea acudirá a encender su farol y a pedir su deseo. Tengo que tener todo listo para poder llevarlas hoy, he arreglado varios vestidos míos de cuando era pequeña, han quedado perfectos espero que a ellas también les gusten.
— Micaela, Mariam vengan les tengo una sorpresa—
Las niñas se acercan han crecido tanto el último tiempo que ya tengo unas señoritas en casa, Micaela cumple 15 años y Marian 13 este año.
— Están super lindos Aless, cuál es el mío?— pregunta Mariam feliz.
Se lo entrego y miro como Micaela frunce el ceño.
— Que pasa Mica no te gusta el vestido?—
— Estoy cansada de llevar ropa usada, mis amigas llevarán algo nuevo y yo esté viejo vestido. — dice tirando el vestido al suelo y marchandose enfadada.
— Creo que la culpa es mía, la he mimado demasiado no te preocupes hablare con ella— dice papá desde la entrada.
Tengo la comida casi lista, como no me he dado cuenta de que no tengo ninguna cebolla, salgo disparada hacia el mercado gracias a Dios está muy cerca de casa, voy distraída y choco contra algo levanto la cabeza y veo que es un noble o alguien del servicio, pero de lo que sí estoy segura es que su nivel social es más alto que el mío.
— Lo siento señor, no pretendía molestar— digo levantandome del suelo y recogiendo un sobre rojo con un gran sello negro.
— No importa señorita, pero de aquí en adelante tenga más cuidado—
Al final el señor a sido amable debe de ser un criado, si hubiera sido un noble me podría haber dado un buen castigo.
Hago mis recados y vuelvo a casa, termino la comida y pongo la mesa.
— ¡Otra vez sopa de patata y huevos! Estoy harta de comer siempre lo mismo— dice quejándose Micaela.
— Mañana harás tú la comida si te parece bien, yo mientras tanto me quedará mirando por la ventana a...—
— No sigas Aless, ya no me volveré a quejar.—
— Me ha traído una carta de Duque de Orleans voy a qué me la lea el medico— dice papá.
— Espera papá Micaela y yo te la podemos leer hemos avanzado mucho en la lectura y en ls escritura— dice Mariam.
— En otra ocasión esto parece ser importante— dice papá saliendo de la casa.
Me encantaría leer como lo hacen mis hermanas, pero ellas han aprendido gracias a que yo he estado trabajando un poco más para conseguir el dinero que pide la escuela. Me encanta que me lean libros me hace soñar despierta...
Vamos chicas es hora de arreglarse, caliente agua en unos cubos para que puedan lavarse, arreglo sus cabellos con sendas trenzas, les pongo pequeñas flores blancas y saco un frasquito de perfume.
— ¡Esto no puede ser real! Di que no... De donde lo ha sacado! esto vale una fortuna— dice Micaela emocionada.
— He ahorrado durante un año, sabía que les encantaría— digo poniendo unas gotitas detrás de sus orejas.
— Vamos y tu vestido, el festival empieza en un rato—
— No ya saben que a mí no me gusta esto, yo voy a ir así— digo sonriendo pero no es una sonrisa real, con lo que trae papá a casa apenas nos llega para comer y con lo que yo gano pago sus estudios y les doy algún capricho. Ya no queda nada más... Quizás algún día yo también lleve un vestido hermoso como el suyo.
— Eres muy rara hermana, aún así déjame que te arregle el pelo, te dejare muy bella. Di que si, di que si...— insiste Mariam.
Yo asiento con la cabeza y me dejé hacer, el resultado es óptimo mi pelo cae en una cascada de ondas decoradas con pequeñas flores blancas.
— Tienes un pelo precioso y unos ojos encantadores ojalá yo los hubiera heredado también de mamá— dice Micaela triste.
— Tu pelo y tus ojos son los más bonitos del reino y hay cierto jardinero que opina lo mismo...—
Micaela se sonroja al instante
— Esperarme fuera, cojo los chales y estoy con vosotras en un momento—
Mis hermanas salen a la calle emocionadas, y se porque! en esta fiesta se reúnen todos los jóvenes...
Me miro al espejo y puedo ver qué estoy bonita mi pelo rojo y mis ojos azules resaltan mi piel blanca como la nieve, el vestido bueno... Dejemos el vestido y los zapatos para otra ocasión...
— Alessandra espera un momento, tengo algo que contarte— dice papá muy serio.
— ¿Papá ha pasado algo? ¿Está todo bien?— pregunto preocupada.
— Todo está bien, seré rápido, el Duque de Orleans ha pedido tu mano en matrimonio, con la dote que me da tus hermanas podrán vivir cómodamente hasta que se casen...—
—Supongo que te habrás negado—
— No, es una oportunidad muy buena no la puedo desaprovechar—
— Pero papá yo no soy una mercancía, soy una persona...—
— No sigas con esas ideas, eres una mujer y solo debes obedecer, seguro que tendrás una vida y ahora vete con tus hermanas, la boda será mañana—
Casi me ha echado a empujones de casa, ¿quién se supone que es ese hombre y por qué quiere casarse conmigo? Si soy una simple plebeya...
— Deseo que todo lo que ha dicho papá sea un sueño— digo surrurando mientras dejo mi farolillo en el agua.
La música comienza a sonar, mis hermanas bailan con dos chicos se las ve tan felices, ojalá lo sigan siendo cuando yo no esté para cuidarlas.
Me siento en una de las sillas, a mi ya nadie me saca a bailar las chicas de mi edad ya están casadas y las que no es porque tienen algún defecto así para mí es normal, nunca he tenido tiempo de buscar el amor, siempre he estado trabajando.
— Dicen que el Duque de Orleans ha vuelto de la guerra, nadie lo ha visto nunca solo se sabe que es un hombre cruel y sanguinario. Cuentan que le apodan el Duque del Infierno...—
— Seguro que es viejo y feo por eso nadie lo ve. Jajaja—
Escucho como hablan dos mujeres a mi espalda, un escalofrío recorre mi columna, estaba tentada a escapar pero si lo hago seguro que matará a mi familia.
En menos de doce horas mi vida cambiará.
— No llores Mariam, seguro que puedo venir a verlas pronto— digo intentando consolar a mi hermana.Veo como varios criados traen baúles a casa, supongo que ese el precio que valgo.— Señorita es hora de irnos— dice el cochero desde el carruaje.Doy un beso a mis hermanas y me marcho sin mirar atrás, estoy enfadada con papá, me ha vendido por un puñado de monedas espero que al menos halla valido la pena y puedan vivir mejor.Es la primera vez que viajo en carruaje, me siento un poco mareada me preguntó cuánto tiempo tardaremos en llegar, no se en que momento me quedo dormida. Me despertaron las voces de varias mujeres.— Señorita despierte—Abro los ojos y bajo del carruaje, olvidó que hay que bajar el escalón y caigo de bruces contra el suelo. El cochero se acerca para ayudarme, rechaza su ayuda y me incorpora.El sabor de mi boca es metálico, saco mi pañuelo y limpio mi boca, el pañuelo se mancha con mi sangre, supongo que me he partido el labio.Bien empezamos, digo para mis adentro
Me despierta una luz cegadora, apenas puedo abrir los ojos...Me siento en la cama y de nuevo veo a las sirvientas, a ver es bueno tener gente que te cuide pero no es necesario que estén aquí a todas horas, puedo hacer las cosas sola.Bueno hoy intentaré no ponerles las cosas difíciles, así que voy a tratar de coperar, me dan un baño de rosas con aceites de azahar y peinan mi cabello en una trenza.— Señora y su ropa?— dice una de las chicas.— Solo tengo un vestido debe de estar en silla, allí lo deje anoche— Estoy pensando que ayer todos me llamaban señorita en cambio hoy es señora será qué ya saben que estoy casada?Veo moverse a la chica de un lado a otro, su cara está roja y sus ojos vidriosos.— Lo siento señora, yo no sabía... Tire su vestido por favor perdóneme.— — No importa señorita, usted no lo sabía bueno de momento no podré bajar a desayunar así que me pueden servir aquí. También necesito aguja, hilo y unas tijeras— Busco algo con lo que poder hacerme un vestido, abro
Me despiertan el trinar de los pájaros, me desperezo y me siento en la cama. Miro y no hay nadie doy un suspiro, quizás solo fue un sueño y anoche él no vino a mi habitación.Llegan las chicas de todas las mañanas, no me voy a bañar y ni siquiera voy a bajar a desayunar. Ayer dijo bien claro que no debía usar más mi vestido por lo tanto no tengo nada más para ponerme.— Podrían servirme el desayuno en la habitación— — Señora no se encuentra bien, desea que infórmenos al Duque?— — No, no hace falta me encuentro bien solo es que deseo descansar un poco mas— Veo como las chicas abandonan la habitación, como les iba a decir lo de la ropa ya es bastante vergonzoso no tener ropa para encima decir que me ha prohibido usar la que yo misma confeccione.He desayunado tranquila, la mañana pasa lentamente, no tengo nada que hacer por primera vez en toda mi vida me siento una inútil. Me acerco a la librería cojo uno de los libros lo abro y me fijo en las ilustraciones, me gustaría tanto saber q
Otro día y la misma rutina, está mañana cuando me desperté el Duque ya no estaba en la cama, no es que no lo agradeciera pero me hubiera gustado ver su lindo rostro por la mañana aunque he de decir que me aterra y me gusta partes iguales. Supongo que soy rara.La misma sirvienta que trajo ayer un camisón hoy me ha traído un vestido sencillo, he descubierto que se llama Rita estaré agradecida a Rita por mucho tiempo, aunque tengo ropa no tengo zapatos pero lo mismo me da si no puedo salir de la habitación hasta que el señor de la orden, me siento como un pájaro en una jaula, una jaula de oro pero al fin de al cabo una jaula. Un poco antes de la comida ha llegado la modista era una mujer un tanto extravagante y no solo en la forma de vestir sino que también poseía una personalidad arrolladora.De los vestidos que ha traído solo me he quedado con dos los demás necesitan arreglos, en una semana me traera todo un vestidor, yo no lo veía necesario pero el Duque le insistió en que no me podí
Despierto muy cansada, es como si me hubiera pasado un día entero en el huerto, intento levantarme pero en verdad me siento cansada, me incorporo y destapó mis piernas.— A dónde crees que vas?— dice una voz a mi espalda.— Yo, yo... me ha asustado solo quería ir al baño— digo en voz baja.— No te voy a regañar por ahora ya hablaremos cuando estés mejor, yo te llevaré al baño— dice cogiendome en brazos.— Pero que haces, por favor déjame sola necesito intimidad— digo avergonzada.— Si te preocupa que te vea desnuda ya lo he hecho, así que no debes sentir tanto reparo —Cómo? Cuándo me ha visto desnuda? Siento como mis mejillas arden por la vergüenza.— Eres un pervertido—— Bueno quizás un poco pero no veo que hay de malo en ello al fin de al cabo eres mi esposa así que tengo derecho a ver lo que es mío y a tomarlo cuando desee aunque para eso deberás recuperarte primero...—Tapo mi cara con mis manos avergonzada, el sale del baño un momento y yo hago mis necesidades cuando estoy li
Tengo sentimientos encontrados por una parte estoy feliz de que ya puedo levantarme y por otra parte siento un sentimiento de melancolía que poco a poco invade mi cuerpo. Se, que como ya estoy recuperada el dejar de estar a mi lado. Sabía que tarde o temprano llegaría ese momento solo que no estaba preparado, me han dado un baño, me han peinado y por fin ya tengo unas zapatillas que me sirven, los vestidos aún tardarán unos días más en llegar pero por algo se empieza. No puedo pedir nada más.Quiero hacer tantas cosas que creo que voy a colapsar.— Alessandra si no te lo tomas con más calma no te dejare salir al jardín y recuerda que nada de baños en el arroyo— — Está bien señor, comeré más despacio y no me bañare. — digo agachando mi cabeza. Es algo que no me importa si me pongo altiva me prohibirá salir así que un rato callada no me hará ningún mal.— Señor he terminado puedo salir al jardín ya?— pregunto nerviosa— Si pero no te alejes, no hagas que me arrepienta.He recorrido to
Está mujer es odiosa, sabía que tarde o temprano vendría a verme, no se puede negar que es bonita pero su personalidad y su carácter consiguen tapar esa belleza. Ha intentado que nos prometieranos en innumerables ocasiones, a que habrá venido hoy.Paso a mi despacho y ella me sigue, me siento tras mi mesa y ella se queda de pie poniendo cara de pena.— ¿Qué se le ofrece a la Condesa de Ségur?— digo con sarcasmo.— Flavio nos conocemos desde hace años porque insiste en llamarme por mi título estaría bien que me llamaras Sophie— — Está bien a qué debo tu presencia Sophie?— — Escuche que había regresado de la guerra, tenía ganas de verte, pensaste en mi propuesta?— — Ya te dije que no, Sophie te dije que no me casaría si no era por amor...— — Pero Flavio yo te amo y si me dejas estoy seguro de que me amaras también, además si unimos nuestros títulos seremos más poderosos que el rey.— — No sigas y no vuelvas a decir eso jamás, no quiero que me acusen de traición, ya deja de humillart
Abro los ojos, estoy en una cama, igual todo ha sido un sueño y estoy en mi casa! Trato de enfocar mi vista todo está oscuro, intento sentarme pero al apoyar mi brazo siento un dolor que me hace retroceder.— No trates de levantarte— dice una voz a mi lado.Definitivamente esto no a sido un sueño, suspiro y me recuesto en la cama.El Duque se levanta y enciende una lámpara de aceite, se acerca a mí y toca mi frente, el tacto de su mano sobre mi piel hace que mi cuerpo se estremezca.-— Señor podría darme un vaso de agua— digo a duras penas me escuece mucho la garganta y mi voz apenas es audible.El me sirve un vaso, me lo bebo casi de un trago, el me regaña y me pide que tome agua a sorbos no de golpe. Yo asiento con la cabeza y le obedezco.Miro mi brazo y lo veo vendado,a mí mente llegan las imágenes de mi hueso sobresaliendo de la carne, un escalofrío recorre mi cuerpo.— Señor puedo ir al baño yo necesito...— no puedo seguir me da vergüenza decirle que necesito hacer pis pero la