Está mujer es odiosa, sabía que tarde o temprano vendría a verme, no se puede negar que es bonita pero su personalidad y su carácter consiguen tapar esa belleza. Ha intentado que nos prometieranos en innumerables ocasiones, a que habrá venido hoy.
Paso a mi despacho y ella me sigue, me siento tras mi mesa y ella se queda de pie poniendo cara de pena.
— ¿Qué se le ofrece a la Condesa de Ségur?— digo con sarcasmo.
— Flavio nos conocemos desde hace años porque insiste en llamarme por mi título estaría bien que me llamaras Sophie—
— Está bien a qué debo tu presencia Sophie?—
— Escuche que había regresado de la guerra, tenía ganas de verte, pensaste en mi propuesta?—
— Ya te dije que no, Sophie te dije que no me casaría si no era por amor...—
— Pero Flavio yo te amo y si me dejas estoy seguro de que me amaras también, además si unimos nuestros títulos seremos más poderosos que el rey.—
— No sigas y no vuelvas a decir eso jamás, no quiero que me acusen de traición, ya deja de humillarte, pierdes tu tiempo porque ya estoy casado.—
— No me lo creo llevo aquí bastante rato y no la he visto aún...—
— Wilson ve a buscar a Alessandra lleva mucho tiempo en el jardín, y es hora de comer—
— Señor la he buscado por todo el jardín y no doy con ella...—
Me levanto de la silla y dejé a Sophie allí, salgo al jardín, voy hasta el arroyo, no hay ni rastro de ella, reúno a todo el servicio y pregunto si la han visto.
— Señor yo la vi llegar a la casa cuando llego la Condesa ella se había echo una diadema de flores y se la vio muy feliz— dice uno de los jardineros.
Me acerco a la casa, donde se habrá métido, desde que está aquí no deja de provocarme dolores de cabeza. Miro hacia el suelo y veo la diadema de flores en un charco de barro.
La cojo ente mis manos, esto no puede ser seguro que no! Corro hacia el interior de la casa. Me acerco a Sophie la acorraló contra la pared en estos momentos creo que podría sacarle los ojos.
— Sophie dime ¿cómo era la mujer que te molestaba?— digo ardiendo por la ira.
— Qué importa era solo una criada y muy torpe mira q pisar a mi Fufu...—
La cojo del cuello, olvidó que es una dama en estos momentos no puedo ver solo me ciega la rabia.
— No me hagas perder la paciencia, ¿qué me digas cómo era? No me hagas olvidar que eres una dama...—
— Nose... Llevaba un vestido de esos que utilizan las criadas verde, su pelo era rojo y creo que sus ojos azules. No se qué quieres que te diga una campesina común como cualquier otra...—
La suelta de golpe, tengo que buscarla ahora mismo, seguro que piensa que no me importa, se humillará, soy un estúpido ni si quiero mire a quien se refería a Sophie, estaba tan enfadado por su visita que no presté atención. Escucho truenos se avecina tormenta y ella está fuera y sola...
— Wilson llama a mis hombres, los quiero aquí antes de que llegue la tormenta. Que preparen mi caballo salimos ya—
— Está bien, como desea el señor pero salir con la tormenta no será peligroso?—
— Ella está sola ahí fuera y yo soy el responsable, no quiero oír ni una sola queja más, he sido claro?—
— No se a que tanto jaleo por una sirvienta...— dice Sophie con desdén.
— ¡A esa a la que tú llamas sirvienta es mi mujer! te quiero fuera de mi casa y de mi vida ya, agradece que no te hago lo que tú le has hecho a ella y reza para que esté bien porque de lo contrario olvidaré quién eres y te haré desaparecer. No te quiero aquí cuando regrese— digo cegado por la ira.
— Pero Flavio...—
— Ya me has oído Sophie si te encuentro cuando vuelva no me hago responsable de lo que te pueda pasar...—
Salgo de la casa, mi caballo está preparado y mis hombres están aquí, doy las órdenes y comenzamos a rastrear toda la propiedad.
Ha caído la noche, no somos capaces de dar con ella, no ha podido llegar muy lejos a pie y con esta tormenta solo se me ocurre que ella se halla pudo resguardar en algún sitio pero ¿dónde? Casi está amaneciendo al menos a dejado de llover mi capa está calada y mi caballo está agotado.
— Señor deberíamos regresar y volver más tarde, los caballos necesitan descansar— dice uno de mis hombres al cual le dedico una mirada de odio y el retrocede.
Seguimos buscando, pero no damos con ningún rastro, donde demonios estás Alessandra!
— Señor mire allí se ve humo— dice otro de mis hombres.
Ahora lo recuerdo allí hay una pequeña cabaña de caza, bajo de mi caballo y corro hacia allí, paso al interior, en la chimenea aún hay ascuas pero ella no está solo hay ratas, animales asquerosos y rastreros.
Tiene que estar cerca de eso estoy seguro, nos dividimos en varios grupos, dejamos los caballos en la cabaña. A partir de aquí la vegetación es más frondosa, se que hay desnivel así que hay que tener cuidado por donde se pisa.
Escucho un grito, corro en la dirección del grito, no puedo creer lo que veo, es Alessandra está tirada en el suelo ha debido de caer ladera abajo, bajo con cuidado de no caer también, llegó hasta su altura está cubierta de barro, también puedo ver sangre no se de donde procede pero hay bastante.
Miro todo su cuerpo y veo como un hueso le sobresale de la carne, tiene una fractura en el brazo izquierdo, rompo mi camisa y tapo la herida, también le practicó un torniquete no quiero que se desangre. Uno de mis hombres llega a mi altura, le seguramente que corra a buscar al médico, que todo debe estar preparado en casa para cuando llegue, que lo haga como quiera pero que si llego y el no está allí rodarán cabezas. El se marcha a toda prisa.
Levanto a Alessandra y la llevo en brazos, es tan liviana, se ve tan frágil, su pulso es débil pero constante.
— Alessandra no me dejes, lucha no te vayas de mi lado—
Abro los ojos, estoy en una cama, igual todo ha sido un sueño y estoy en mi casa! Trato de enfocar mi vista todo está oscuro, intento sentarme pero al apoyar mi brazo siento un dolor que me hace retroceder.— No trates de levantarte— dice una voz a mi lado.Definitivamente esto no a sido un sueño, suspiro y me recuesto en la cama.El Duque se levanta y enciende una lámpara de aceite, se acerca a mí y toca mi frente, el tacto de su mano sobre mi piel hace que mi cuerpo se estremezca.-— Señor podría darme un vaso de agua— digo a duras penas me escuece mucho la garganta y mi voz apenas es audible.El me sirve un vaso, me lo bebo casi de un trago, el me regaña y me pide que tome agua a sorbos no de golpe. Yo asiento con la cabeza y le obedezco.Miro mi brazo y lo veo vendado,a mí mente llegan las imágenes de mi hueso sobresaliendo de la carne, un escalofrío recorre mi cuerpo.— Señor puedo ir al baño yo necesito...— no puedo seguir me da vergüenza decirle que necesito hacer pis pero la
Me despierto al sentir el abrazo de alguien, en un principio me asusto, pero su aroma entra por mis fosas nasales ya se que es Flavio.— Qué tal tu viaje a la ciudad?— — Aburrido, siento haberte despertado— — No importa, hoy no me has leído lo he echado de menos...— — Mañana te leeré el doble— Me doy la vuelta emocionada, no me doy cuenta de que mi cuerpo está totalmente pegado al suyo, siento que mi corazón está desbocado. Mi respiración se acelera. Intento separarme de él, pero el pasa sus brazos por mi cintura.Agachó mi cabeza y la entierro en su pecho, creo que está decisión es todavía peor porque sentir su aroma tan cerca hace mi cuerpo se vuelva loco. Suelta una mano y levanta mi cabeza, mis ojos están clavados en los suyos, siento que voy a desfallecer, se acerca lentamente posa sus labios sobre los míos, la calidez y la suavidad de sus labios me hacen enloquecer, en mi estómago hay una lucha de cientos de mariposas intentando salir, comienza a mover sus labios, besa repet
Bajo a desayunar Flavio está sentado ya en la mesa, lo miro de reojo y no puedo evitar sonrojarme al recordar los besos de anoche.— Buenos días señor— el frunce el ceño y rectifico.— Buenos días Flavio— Ahora sí me sonríe, me siento y comienzo a desayunar, miro mi brazo vendado suelto un suspiro, al menos lo tengo! Ojalá y el dolor cese pronto y pueda volver a utilizarlo.Flavio termina su desayuno y sale hacia su despacho, supongo que tendrá mucho trabajo si ha estado durante una semana cuidándome tendrá mucho atrasado. Salgo al jardín con mi dama de compañía, — Marie tu sabes dónde tenemos la hombría?— A ella le da la tos y por nada se ahoga.— Señora que preguntas tiene! Las mujeres no tenemos hombría eso solo lo tienen los varones...— — Y donde está? Y qué es? Para que sirve?— lleno de preguntas a Marie.— Señora creo que eso será mejor que se lo explique su esposo...— Insisto un poco más pero ella no parece dispuesta a resolver mis dudas, es una pena que nadie me halla ex
Hemos salido temprano, el palacio está bastante lejos de aquí, me siento nerviosa y preocupada por hacer las cosas bien. Ahora se que el siente algo por mi, no le puedo decepcionar.Me portare bien y pasare desapercibida, seguro que así nada sale mal.Nunca había estado tanto tiempo sentada en un carruaje, bueno tampoco es que halla viajado mucho! Está es la segunda vez que monto en uno de estos.Flavio está muy callado, eso me está haciendo sentir incómoda, solo me mira y de una manera extraña desde que hemos montado al carruaje, ni siquiera se ha sentado a mi lado, no sé si alguna vez seré capaz de entender a este hombre.Después de varias horas de viaje, llegamos al palacio, los jardines son impresionantes, paramos cerca de la entrada, Flavio baja y me ayuda a bajar cogiendome en brazos eso hace que me sonroje.Me deposita en el suelo con cuidado y arregla mi vestido. Coge mi mano y promete no soltarla, no me dejara sola y promete que nadie me faltará el respeto. Una sensación de s
FlavioNunca pensé encontrarme a mi hermanita aquí, ni siquiera me avisó de que vendría al reino, cuando me cogieron de la mano y me arrastraron a la pista de baile estaba encendido por la cólera quién se atrevía a tocar mi mano y más a sacarme a bailar. Pero levante la cabeza y y pude ver esos ojos grises que me miraban con dulzura. A partir de ahí toda mi ira desapareció. He hablado tanto con ella que he perdido la noción del tiempo, también he estado hablando un rato con con mi cuñado, nos hemos estado poniendo al día sobre unos asuntos importantes, he prometido que pronto viajaré a sus tierras y resolveremos varios de sus problemas.Miro hacia mi derecha no veo a Alessandra, volteo mi cabeza y tampoco la logro encontrar, a la que si veo es a la víbora de Sophie, está sonriendo y hablando con otras damas. Pero dónde demonios se ha metido? Es que no puede obedecer una orden simple. Esta mujer es un verdadero dolor de cabeza!— Hermano qué pasa? Se te ve preocupado a quién buscas co
— Alessandra vamos no puedes dormir ahí métete en la cama— Me levanto del sofá y voy a la cama con los ojos medio cerrados, no replico nada, simplemente obedezco.Me despiertan los primeros rayos del día, me siento en la cama con cuidado, miro hacia la derecha y veo a Caterina, había olvidado que estaba en su habitación, me levanto y voy al baño, mi vestido esta súper arrugado y mi pelo es una maraña parece un nido de pájaros.— Que bien que ya estés despierta, cómo has dormido?— — Bien, muchas gracias señora por dejarme dormir con usted— — No seas tan formal y llámame Caterina, llamaré para que te ayuden a vestirte— — No hace falta, además no sé dónde puede estar mi baúl...— — Ya todo está solucionando ahora te contaré, me arreglo y pido todo lo que pueda hacerte falta.— Caterina sale de la habitación dejándome sola, me acerco al pequeño balcón. Desde ahí puedo ver a los sirvientes corriendo de un lado a otro, a algunos nobles abandonando el palacio sus carruajes, esto es un po
🌡️🔥Llevo toda la tarde nerviosa, Caterina me ha pedido que me relaje en varias ocasiones pero es que no es tan sencillo como ella se cree. Nunca he visto a un hombre desnudo quieto saber en qué nos diferenciamos.Caterina también me ha explicado que no debo de ser tan directa que eso no es propio de una dama pero que lo puedo hacer en la intimidad, dice que parezco una niña en muchos aspectos, no entiendo muy bien a qué se refiere pero ella es tan buena conmigo que no le he replicado.Hemos cenado Caterina y yo solas, Flavio ha cenado algo en su despacho Wilson nos ha dicho que tenía mucho trabajo. Es la hora de retirarnos no veía el momento de marcharme, aunque no se cuando vendrá Flavio a descansar.— Alessandra toma— dice Caterina entregándome un camisón. Lo miro y lo remiro, es casi transparente y no cubre apenas nada. Esto no es práctico para dormir...— Agradezco tu regalo pero no creo que sea cómodo para dormir.— digo levantando una ceja— Niña no es para dormir es para que
Me despierto y Flavio me está mirando, en sus ojos puedo sentir amor y un brillo extraño.— Te despiertas feliz por lo que veo— digo sonriendo.— Por que lo soy, por qué no debería ser feliz si estoy con la mujer a la que amo y ayer ella me entrego su más preciado tesoro...— Me deja un suave beso sobre los labios, se levanta y se marcha desnudo al baño. La verdad es que vm gusta lo que veo...Hoy tendré que aceptar el baño, me siento pegajosa y sudada después de lo de anoche. Si lo pienso fríamente no fue tan malo pero si dolió demasiado no sé si le volveré a dejar hacerlo no me gusta sentir dolor.Me levanto de la cama y siento una punzada de dolor ahí abajo, camino con dificultad, definitivamente no le dejaré hacerlo más.— Alguien no puede caminar bien, por lo que veo— dice sonriendo desde la puerta del baño.— Todo es por tu culpa, si no hubieras hecho eso no habría sentido dolor y podría caminar con facilidad, ya no te dejaré hacerlo nunca más— digo frunciendo el ceño.— No, ya