Otro día y la misma rutina, está mañana cuando me desperté el Duque ya no estaba en la cama, no es que no lo agradeciera pero me hubiera gustado ver su lindo rostro por la mañana aunque he de decir que me aterra y me gusta partes iguales. Supongo que soy rara.
La misma sirvienta que trajo ayer un camisón hoy me ha traído un vestido sencillo, he descubierto que se llama Rita estaré agradecida a Rita por mucho tiempo, aunque tengo ropa no tengo zapatos pero lo mismo me da si no puedo salir de la habitación hasta que el señor de la orden, me siento como un pájaro en una jaula, una jaula de oro pero al fin de al cabo una jaula. Un poco antes de la comida ha llegado la modista era una mujer un tanto extravagante y no solo en la forma de vestir sino que también poseía una personalidad arrolladora.
De los vestidos que ha traído solo me he quedado con dos los demás necesitan arreglos, en una semana me traera todo un vestidor, yo no lo veía necesario pero el Duque le insistió en que no me podía faltar de nada.
He pedido un vastidor y tela para para bordar, si no puedo hacer nada al menos me mantendré ocupada.
Sin darme cuenta la tarde ha llegado, he visto como el Duque partía en su caballo acompañado por otros dos caballeros, miro por la ventana y veo una enredadera, no lo pienso dos veces me cuelgo de la enredadera y bajo por la pared, llegó al jardín no hay nadie cerca. Esto es como un sueño siento la libertad bajo mis pies. Es hora de que todos estén en sus camas, y por lo que escuche el Duque no regresará hasta mañana, así que está es la mejor oportunidad.
He corrido, he saltado, he descubierto un pequeño arroyo que pasa por la propiedad, he estado tentada de bañarme pero al ser de noche seguro que estaría muy frío, empiezo a ver como los primero rayos del sol asoman por el firmamento, llegó a la enredadera y comienzo a subir. Cierro las cortinas y me meto en la cama.
Me han despertado tantas veces que ni lo recuerdo, creo que tengo el desayuno y la comida servidos en la mesa, he preguntado por el Duque, Wilson me ha dicho que no volverá hasta dentro de dos noches por lo tanto tengo tiempo para disfrutar de mi libertad.
Este tiempo ha pasado tan rápido que me apena que mañana todo vuelva a la normalidad, siento que este no es mi mundo y dudo mucho que algún día lo será. No necesito joyas, riquezas, ni atenciones ahora me he dado cuenta que era feliz con lo que tenía y lo que hacía.
Está noche me estado bañando en el arroyo, me he cortado en el pie con algo por lo que tengo que volver a casa, quizás vuelva a tener algún día otra oportunidad. Camino mal, me duele! pero no puedo permitir que me descubran. Mi camisón está empapado dejando ver todo mi cuerpo, al menos no hay nadie cerca que me pueda ver.
Comienzo a trepar me siento un poco mareada y tengo frío, aveces debería pensar un poco las cosas antes de hacerlas pero en fin si hiciera eso no sería yo.
Siento como caigo al vacío, no tengo fuerzas para agárrame, cierro los ojos y espero el impacto, uno, dos, tres...
Abro mis ojos, no estoy en el suelo estoy en los brazos del Duque.
El me mira, no sé si con odio o con preocupación, me atrevería a decir que un poco de las dos.
— Qué se supone que mirais recordar que os puedo sacar los ojos de un solo movimiento?— dice enfadado.
Wilson viene corriendo y me tapa con una capa, voy a pedirle que me baje pero noto como mis ojos se cierran y todo a mi alrededor se vuelve oscuro.
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— Wilson llama al médico lo quiero aquí ya, diles a las doncellas que preparen la bañera, está helada tenemos que conseguir que recupere calor—
En verdad está niña es exasperante y digo niña porque si fuera una mujer no haría estás tonterías. Subo con ella en mis brazos quito el camisón y la sumerjo en la bañera.
— Señor la Duquesa está desnuda ya lo hacemos nosotras—
— Ella es mi esposa puedo verla sin ropa, retirense a partir de ahora yo me encargo de ella—
La llevo a la cama, la tapo con las mantas, busco en su armario, aún no tiene ropa veo un camisón casi transparente, no quiero que el médico la vea así, solo de pensar que otro hombre que no sea yo la puede ver desnuda hace que me hierva la sangre.
Llamo a Wilson y le pido que traiga una de mis camisas, al menos está más cubierta.
— Señor deberia dejar a las sirvientas que vistan a la señora, no es decoroso que usted la vea desnuda si piensa disolver el matrimonio—
— Porque debería hacer eso?— Pregunto de mala gana.
— Bueno el señor lleva más de una semana de casado y no ha consumado el matrimonio, todo el mundo sabe que si no se consuma es porque el esposo no está conforme, siento no haber buscado una dama adecuada y haberle traído una simple plebeya— dice Wilson tratándose de disculpar.
— Puedes marcharte Wilson, sube cuando llegue el doctor—
No pienso romper mi matrimonio, reconozco que esperaba una dama no una fierecilla, no es solo su belleza lo que me atrae de ella, su falta de modales, decoró y su manera de hablar, es la primera mujer que no me tiene miedo y si lo tiene lo disimula muy bien.
Miro como sus labios se tornan rosados, está comenzando a su subirle la fiebre. Si tan solo obedeciera y se quedará en su habitación esto no habría pasado.
— Señor el doctor ha llegado— dice Wilson dejando pasar al médico.
Me retiro un poco de la cama pero no demasiado, será médico pero no deja de ser un hombre! La descubre y la comienza a la examinar. Veo que se para en uno de sus pies. Con unas pinzas retira lo que parece una astilla, le cura el pie y se lo venda.
— La señora se recuperará ella ha perdido bastante sangre debido a su herida deben cambiarle todos los días las vendas y aplicarle está pomada además seguramente de que tome estas medicinas, durante tres días no podrá moverse de la cama, es muy importante que se quede en cama para que su recuperación sea la adecuada, debería despertar en unas horas—
Me despido de el y le pago sus honorarios.
— El señor no bajara a desayunar?—
— No, trae mis papeles para que pueda trabajar desde aquí, no pienso moverme de aquí en los próximos tres días—
Despierto muy cansada, es como si me hubiera pasado un día entero en el huerto, intento levantarme pero en verdad me siento cansada, me incorporo y destapó mis piernas.— A dónde crees que vas?— dice una voz a mi espalda.— Yo, yo... me ha asustado solo quería ir al baño— digo en voz baja.— No te voy a regañar por ahora ya hablaremos cuando estés mejor, yo te llevaré al baño— dice cogiendome en brazos.— Pero que haces, por favor déjame sola necesito intimidad— digo avergonzada.— Si te preocupa que te vea desnuda ya lo he hecho, así que no debes sentir tanto reparo —Cómo? Cuándo me ha visto desnuda? Siento como mis mejillas arden por la vergüenza.— Eres un pervertido—— Bueno quizás un poco pero no veo que hay de malo en ello al fin de al cabo eres mi esposa así que tengo derecho a ver lo que es mío y a tomarlo cuando desee aunque para eso deberás recuperarte primero...—Tapo mi cara con mis manos avergonzada, el sale del baño un momento y yo hago mis necesidades cuando estoy li
Tengo sentimientos encontrados por una parte estoy feliz de que ya puedo levantarme y por otra parte siento un sentimiento de melancolía que poco a poco invade mi cuerpo. Se, que como ya estoy recuperada el dejar de estar a mi lado. Sabía que tarde o temprano llegaría ese momento solo que no estaba preparado, me han dado un baño, me han peinado y por fin ya tengo unas zapatillas que me sirven, los vestidos aún tardarán unos días más en llegar pero por algo se empieza. No puedo pedir nada más.Quiero hacer tantas cosas que creo que voy a colapsar.— Alessandra si no te lo tomas con más calma no te dejare salir al jardín y recuerda que nada de baños en el arroyo— — Está bien señor, comeré más despacio y no me bañare. — digo agachando mi cabeza. Es algo que no me importa si me pongo altiva me prohibirá salir así que un rato callada no me hará ningún mal.— Señor he terminado puedo salir al jardín ya?— pregunto nerviosa— Si pero no te alejes, no hagas que me arrepienta.He recorrido to
Está mujer es odiosa, sabía que tarde o temprano vendría a verme, no se puede negar que es bonita pero su personalidad y su carácter consiguen tapar esa belleza. Ha intentado que nos prometieranos en innumerables ocasiones, a que habrá venido hoy.Paso a mi despacho y ella me sigue, me siento tras mi mesa y ella se queda de pie poniendo cara de pena.— ¿Qué se le ofrece a la Condesa de Ségur?— digo con sarcasmo.— Flavio nos conocemos desde hace años porque insiste en llamarme por mi título estaría bien que me llamaras Sophie— — Está bien a qué debo tu presencia Sophie?— — Escuche que había regresado de la guerra, tenía ganas de verte, pensaste en mi propuesta?— — Ya te dije que no, Sophie te dije que no me casaría si no era por amor...— — Pero Flavio yo te amo y si me dejas estoy seguro de que me amaras también, además si unimos nuestros títulos seremos más poderosos que el rey.— — No sigas y no vuelvas a decir eso jamás, no quiero que me acusen de traición, ya deja de humillart
Abro los ojos, estoy en una cama, igual todo ha sido un sueño y estoy en mi casa! Trato de enfocar mi vista todo está oscuro, intento sentarme pero al apoyar mi brazo siento un dolor que me hace retroceder.— No trates de levantarte— dice una voz a mi lado.Definitivamente esto no a sido un sueño, suspiro y me recuesto en la cama.El Duque se levanta y enciende una lámpara de aceite, se acerca a mí y toca mi frente, el tacto de su mano sobre mi piel hace que mi cuerpo se estremezca.-— Señor podría darme un vaso de agua— digo a duras penas me escuece mucho la garganta y mi voz apenas es audible.El me sirve un vaso, me lo bebo casi de un trago, el me regaña y me pide que tome agua a sorbos no de golpe. Yo asiento con la cabeza y le obedezco.Miro mi brazo y lo veo vendado,a mí mente llegan las imágenes de mi hueso sobresaliendo de la carne, un escalofrío recorre mi cuerpo.— Señor puedo ir al baño yo necesito...— no puedo seguir me da vergüenza decirle que necesito hacer pis pero la
Me despierto al sentir el abrazo de alguien, en un principio me asusto, pero su aroma entra por mis fosas nasales ya se que es Flavio.— Qué tal tu viaje a la ciudad?— — Aburrido, siento haberte despertado— — No importa, hoy no me has leído lo he echado de menos...— — Mañana te leeré el doble— Me doy la vuelta emocionada, no me doy cuenta de que mi cuerpo está totalmente pegado al suyo, siento que mi corazón está desbocado. Mi respiración se acelera. Intento separarme de él, pero el pasa sus brazos por mi cintura.Agachó mi cabeza y la entierro en su pecho, creo que está decisión es todavía peor porque sentir su aroma tan cerca hace mi cuerpo se vuelva loco. Suelta una mano y levanta mi cabeza, mis ojos están clavados en los suyos, siento que voy a desfallecer, se acerca lentamente posa sus labios sobre los míos, la calidez y la suavidad de sus labios me hacen enloquecer, en mi estómago hay una lucha de cientos de mariposas intentando salir, comienza a mover sus labios, besa repet
Bajo a desayunar Flavio está sentado ya en la mesa, lo miro de reojo y no puedo evitar sonrojarme al recordar los besos de anoche.— Buenos días señor— el frunce el ceño y rectifico.— Buenos días Flavio— Ahora sí me sonríe, me siento y comienzo a desayunar, miro mi brazo vendado suelto un suspiro, al menos lo tengo! Ojalá y el dolor cese pronto y pueda volver a utilizarlo.Flavio termina su desayuno y sale hacia su despacho, supongo que tendrá mucho trabajo si ha estado durante una semana cuidándome tendrá mucho atrasado. Salgo al jardín con mi dama de compañía, — Marie tu sabes dónde tenemos la hombría?— A ella le da la tos y por nada se ahoga.— Señora que preguntas tiene! Las mujeres no tenemos hombría eso solo lo tienen los varones...— — Y donde está? Y qué es? Para que sirve?— lleno de preguntas a Marie.— Señora creo que eso será mejor que se lo explique su esposo...— Insisto un poco más pero ella no parece dispuesta a resolver mis dudas, es una pena que nadie me halla ex
Hemos salido temprano, el palacio está bastante lejos de aquí, me siento nerviosa y preocupada por hacer las cosas bien. Ahora se que el siente algo por mi, no le puedo decepcionar.Me portare bien y pasare desapercibida, seguro que así nada sale mal.Nunca había estado tanto tiempo sentada en un carruaje, bueno tampoco es que halla viajado mucho! Está es la segunda vez que monto en uno de estos.Flavio está muy callado, eso me está haciendo sentir incómoda, solo me mira y de una manera extraña desde que hemos montado al carruaje, ni siquiera se ha sentado a mi lado, no sé si alguna vez seré capaz de entender a este hombre.Después de varias horas de viaje, llegamos al palacio, los jardines son impresionantes, paramos cerca de la entrada, Flavio baja y me ayuda a bajar cogiendome en brazos eso hace que me sonroje.Me deposita en el suelo con cuidado y arregla mi vestido. Coge mi mano y promete no soltarla, no me dejara sola y promete que nadie me faltará el respeto. Una sensación de s
FlavioNunca pensé encontrarme a mi hermanita aquí, ni siquiera me avisó de que vendría al reino, cuando me cogieron de la mano y me arrastraron a la pista de baile estaba encendido por la cólera quién se atrevía a tocar mi mano y más a sacarme a bailar. Pero levante la cabeza y y pude ver esos ojos grises que me miraban con dulzura. A partir de ahí toda mi ira desapareció. He hablado tanto con ella que he perdido la noción del tiempo, también he estado hablando un rato con con mi cuñado, nos hemos estado poniendo al día sobre unos asuntos importantes, he prometido que pronto viajaré a sus tierras y resolveremos varios de sus problemas.Miro hacia mi derecha no veo a Alessandra, volteo mi cabeza y tampoco la logro encontrar, a la que si veo es a la víbora de Sophie, está sonriendo y hablando con otras damas. Pero dónde demonios se ha metido? Es que no puede obedecer una orden simple. Esta mujer es un verdadero dolor de cabeza!— Hermano qué pasa? Se te ve preocupado a quién buscas co