Despierto muy cansada, es como si me hubiera pasado un día entero en el huerto, intento levantarme pero en verdad me siento cansada, me incorporo y destapó mis piernas.
— A dónde crees que vas?— dice una voz a mi espalda.
— Yo, yo... me ha asustado solo quería ir al baño— digo en voz baja.
— No te voy a regañar por ahora ya hablaremos cuando estés mejor, yo te llevaré al baño— dice cogiendome en brazos.
— Pero que haces, por favor déjame sola necesito intimidad— digo avergonzada.
— Si te preocupa que te vea desnuda ya lo he hecho, así que no debes sentir tanto reparo —
Cómo? Cuándo me ha visto desnuda? Siento como mis mejillas arden por la vergüenza.
— Eres un pervertido—
— Bueno quizás un poco pero no veo que hay de malo en ello al fin de al cabo eres mi esposa así que tengo derecho a ver lo que es mío y a tomarlo cuando desee aunque para eso deberás recuperarte primero...—
Tapo mi cara con mis manos avergonzada, el sale del baño un momento y yo hago mis necesidades cuando estoy lista lo llamo, el abre la puerta y me vuelve a llevar en brazos.
Puedo notar su aroma mi cabeza está junto a su pecho me emborracho en su olor. Me deja en la cama y me arropa, me abraza fuertemente y me pega contra su cuerpo.
— Ahora a dormir que estoy cansado y no repliques si no quieres que me olvidé que estás enferma y te haga mía ahora mismo—
Esas palabras me pillan totalmente desprevenida esta vez no replico tengo demasiado miedo hacerlo aunque sé que tarde o temprano tiene que ocurrir. Pero mejor tarde cuánto más tarde mejor.
— Vamos dormilona es hora de tomar tus medicinas— dice mientras vierte un líquido viscoso en una cuchara.
— Agg... Eso está malísimo— digo haciendo muecas de desagrado.
— Yo no he dicho que tenga buen sabor solo que te lo tomes, ah y por cierto no intentes levantarte aún te fala un día entero más para poder hacerlo.—
— Pero porqué? No te conformas con mantenerme encerrada que también me prohíbes levantarme de la cama! En serio que es lo que quieres de mi?—
Está vez no he podido mantenerme callada, se levanta de la silla deja unos papeles sobre la mesa y se acerca a mí puedo ver en sus ojos que está enfadado y creo que la culpable de ese enfado soy yo!
— Veo que eres una temeraria te gusta el peligro! Veo que nadie te ha enseñado como se ha de comportar una esposa, quizás quieras que te lo enseñe ahora mismo— dice situandose sobre mi.
Está situación me pone demasiado nerviosa está muy cerca, más de lo que debería está pegado a mi cuerpo.
— Ahora no puedes hacerlo es de día?—
Veo como comienza a reírse, me mira y está vez no veo rabia en sus ojos.
— Puedo hacerlo cuando quiera ya sea de día, de noche o en la tarde, al igual que puedo hacerlo en la cama, en un establo o en el jardín—
Tapo mi cara avergonzada con la sábana.
— Pero ellas dijeron que solo se hacía en la noche, en el dormitorio y con la luz apagada— digo con la voz temblorosa.
— Jajaja... Mi pequeña eres tan inocente a la par que hermosa hay tantas cosas que desconoces... Y ahora comportate si no quieres que acabe lo que he empezado— dice acariciando mi pelo. Se levanta y vuelve a la mesa con los papeles.
En serio es que no se va a mover de aquí! Ha desayunado en la habitación y por lo que veo no se piensa marchar, estoy aburrida no tengo sueño y le he pedido permiso para bordar pero me ha dicho que no que con lo torpe que soy seguro que me pincho con la aguja!
— Me podrías leer un libro, bueno si mi lord tiene un momento y no le molesta claro— digo con humildad hecho tanto de menos escuchar a Mariam leyendo. Siento morriña espero que estén bien.
— Se levanta de la silla se acerca a la librería y trae un libro entre sus manos, se sube a la cama y se acerca a mi. Mi corazón se acelera al tenerlo tan cerca.
El me lee varias páginas, sin poder evitarlo las lágrimas caen de mis ojos.
— No llores no voy a hacerte nada, no me gusta que llores— dice limpiando las lágrimas de mi cara
— Es tan bonita la historia que no he podido evitarlo—
— Bueno por hoy está bien mañana volveré a leerte.— dice levantándose de la cama
Lo agarró de la camisa y el vuelve la cabeza.
— Solo un poco más mi señor prometo que no volveré a llorar.—
— Está bien un capítulo más y lo guardamos—
Sin darme cuenta el día ha pasado me estoy acostumbrado a verlo aquí, ya no me incómoda como al principio bueno siempre y cuando se mantenga alejado unos metros de mí.
El hace un rato que se ha metido en la cama por raro que parezca hoy no me ha abrazado creo que lo hace cuando está enfadado. No es que me moleste pero creo que me estoy acostumbrando a dormir entre sus brazos.
Comienzo a cerrar mis ojos cuando siento que me abraza y me pega a su cuerpo, me relajo con cada una de sus respiraciones.
— ¿Te gustaría aprender a leer?—
— Si, me encantaría— respondo bajito—
— Está bien en cuanto te recuperas contrataré un maestro para ti y ahora a dormir—
No puedo creer lo que ha dicho, igual no es tan malo como todos creen, en estos días que llevo encerrada me ha cuidado con dedicación y hoy se ha mostrado amable.
Estoy tan nerviosa que ni si quiero se si voy a poder dormir! Empiezo a removerme inquieta, esto es algo que ni siquiera habia podido soñar. Yo aprenderé a leer, podré leer lo que quiera, me siento feliz muy feliz!
— Alessandra deja de restregar tu trasero contra mi hombría, si vuelves a hacerlo no podrás contenerme y sabes lo que pasará después—
¡Hay Dios pero que he hecho! Ya no me muevo más, ahora que lo pienso es la primera vez que me llama por mi nombre. ¿Cuál será el suyo? Si se lo pregunto se enfadará?
—¡Alessandra!—
— Lo siento, lo siento ya me duermo—digo tan bajito que apenas si yo mismo me escucho.
Tengo sentimientos encontrados por una parte estoy feliz de que ya puedo levantarme y por otra parte siento un sentimiento de melancolía que poco a poco invade mi cuerpo. Se, que como ya estoy recuperada el dejar de estar a mi lado. Sabía que tarde o temprano llegaría ese momento solo que no estaba preparado, me han dado un baño, me han peinado y por fin ya tengo unas zapatillas que me sirven, los vestidos aún tardarán unos días más en llegar pero por algo se empieza. No puedo pedir nada más.Quiero hacer tantas cosas que creo que voy a colapsar.— Alessandra si no te lo tomas con más calma no te dejare salir al jardín y recuerda que nada de baños en el arroyo— — Está bien señor, comeré más despacio y no me bañare. — digo agachando mi cabeza. Es algo que no me importa si me pongo altiva me prohibirá salir así que un rato callada no me hará ningún mal.— Señor he terminado puedo salir al jardín ya?— pregunto nerviosa— Si pero no te alejes, no hagas que me arrepienta.He recorrido to
Está mujer es odiosa, sabía que tarde o temprano vendría a verme, no se puede negar que es bonita pero su personalidad y su carácter consiguen tapar esa belleza. Ha intentado que nos prometieranos en innumerables ocasiones, a que habrá venido hoy.Paso a mi despacho y ella me sigue, me siento tras mi mesa y ella se queda de pie poniendo cara de pena.— ¿Qué se le ofrece a la Condesa de Ségur?— digo con sarcasmo.— Flavio nos conocemos desde hace años porque insiste en llamarme por mi título estaría bien que me llamaras Sophie— — Está bien a qué debo tu presencia Sophie?— — Escuche que había regresado de la guerra, tenía ganas de verte, pensaste en mi propuesta?— — Ya te dije que no, Sophie te dije que no me casaría si no era por amor...— — Pero Flavio yo te amo y si me dejas estoy seguro de que me amaras también, además si unimos nuestros títulos seremos más poderosos que el rey.— — No sigas y no vuelvas a decir eso jamás, no quiero que me acusen de traición, ya deja de humillart
Abro los ojos, estoy en una cama, igual todo ha sido un sueño y estoy en mi casa! Trato de enfocar mi vista todo está oscuro, intento sentarme pero al apoyar mi brazo siento un dolor que me hace retroceder.— No trates de levantarte— dice una voz a mi lado.Definitivamente esto no a sido un sueño, suspiro y me recuesto en la cama.El Duque se levanta y enciende una lámpara de aceite, se acerca a mí y toca mi frente, el tacto de su mano sobre mi piel hace que mi cuerpo se estremezca.-— Señor podría darme un vaso de agua— digo a duras penas me escuece mucho la garganta y mi voz apenas es audible.El me sirve un vaso, me lo bebo casi de un trago, el me regaña y me pide que tome agua a sorbos no de golpe. Yo asiento con la cabeza y le obedezco.Miro mi brazo y lo veo vendado,a mí mente llegan las imágenes de mi hueso sobresaliendo de la carne, un escalofrío recorre mi cuerpo.— Señor puedo ir al baño yo necesito...— no puedo seguir me da vergüenza decirle que necesito hacer pis pero la
Me despierto al sentir el abrazo de alguien, en un principio me asusto, pero su aroma entra por mis fosas nasales ya se que es Flavio.— Qué tal tu viaje a la ciudad?— — Aburrido, siento haberte despertado— — No importa, hoy no me has leído lo he echado de menos...— — Mañana te leeré el doble— Me doy la vuelta emocionada, no me doy cuenta de que mi cuerpo está totalmente pegado al suyo, siento que mi corazón está desbocado. Mi respiración se acelera. Intento separarme de él, pero el pasa sus brazos por mi cintura.Agachó mi cabeza y la entierro en su pecho, creo que está decisión es todavía peor porque sentir su aroma tan cerca hace mi cuerpo se vuelva loco. Suelta una mano y levanta mi cabeza, mis ojos están clavados en los suyos, siento que voy a desfallecer, se acerca lentamente posa sus labios sobre los míos, la calidez y la suavidad de sus labios me hacen enloquecer, en mi estómago hay una lucha de cientos de mariposas intentando salir, comienza a mover sus labios, besa repet
Bajo a desayunar Flavio está sentado ya en la mesa, lo miro de reojo y no puedo evitar sonrojarme al recordar los besos de anoche.— Buenos días señor— el frunce el ceño y rectifico.— Buenos días Flavio— Ahora sí me sonríe, me siento y comienzo a desayunar, miro mi brazo vendado suelto un suspiro, al menos lo tengo! Ojalá y el dolor cese pronto y pueda volver a utilizarlo.Flavio termina su desayuno y sale hacia su despacho, supongo que tendrá mucho trabajo si ha estado durante una semana cuidándome tendrá mucho atrasado. Salgo al jardín con mi dama de compañía, — Marie tu sabes dónde tenemos la hombría?— A ella le da la tos y por nada se ahoga.— Señora que preguntas tiene! Las mujeres no tenemos hombría eso solo lo tienen los varones...— — Y donde está? Y qué es? Para que sirve?— lleno de preguntas a Marie.— Señora creo que eso será mejor que se lo explique su esposo...— Insisto un poco más pero ella no parece dispuesta a resolver mis dudas, es una pena que nadie me halla ex
Hemos salido temprano, el palacio está bastante lejos de aquí, me siento nerviosa y preocupada por hacer las cosas bien. Ahora se que el siente algo por mi, no le puedo decepcionar.Me portare bien y pasare desapercibida, seguro que así nada sale mal.Nunca había estado tanto tiempo sentada en un carruaje, bueno tampoco es que halla viajado mucho! Está es la segunda vez que monto en uno de estos.Flavio está muy callado, eso me está haciendo sentir incómoda, solo me mira y de una manera extraña desde que hemos montado al carruaje, ni siquiera se ha sentado a mi lado, no sé si alguna vez seré capaz de entender a este hombre.Después de varias horas de viaje, llegamos al palacio, los jardines son impresionantes, paramos cerca de la entrada, Flavio baja y me ayuda a bajar cogiendome en brazos eso hace que me sonroje.Me deposita en el suelo con cuidado y arregla mi vestido. Coge mi mano y promete no soltarla, no me dejara sola y promete que nadie me faltará el respeto. Una sensación de s
FlavioNunca pensé encontrarme a mi hermanita aquí, ni siquiera me avisó de que vendría al reino, cuando me cogieron de la mano y me arrastraron a la pista de baile estaba encendido por la cólera quién se atrevía a tocar mi mano y más a sacarme a bailar. Pero levante la cabeza y y pude ver esos ojos grises que me miraban con dulzura. A partir de ahí toda mi ira desapareció. He hablado tanto con ella que he perdido la noción del tiempo, también he estado hablando un rato con con mi cuñado, nos hemos estado poniendo al día sobre unos asuntos importantes, he prometido que pronto viajaré a sus tierras y resolveremos varios de sus problemas.Miro hacia mi derecha no veo a Alessandra, volteo mi cabeza y tampoco la logro encontrar, a la que si veo es a la víbora de Sophie, está sonriendo y hablando con otras damas. Pero dónde demonios se ha metido? Es que no puede obedecer una orden simple. Esta mujer es un verdadero dolor de cabeza!— Hermano qué pasa? Se te ve preocupado a quién buscas co
— Alessandra vamos no puedes dormir ahí métete en la cama— Me levanto del sofá y voy a la cama con los ojos medio cerrados, no replico nada, simplemente obedezco.Me despiertan los primeros rayos del día, me siento en la cama con cuidado, miro hacia la derecha y veo a Caterina, había olvidado que estaba en su habitación, me levanto y voy al baño, mi vestido esta súper arrugado y mi pelo es una maraña parece un nido de pájaros.— Que bien que ya estés despierta, cómo has dormido?— — Bien, muchas gracias señora por dejarme dormir con usted— — No seas tan formal y llámame Caterina, llamaré para que te ayuden a vestirte— — No hace falta, además no sé dónde puede estar mi baúl...— — Ya todo está solucionando ahora te contaré, me arreglo y pido todo lo que pueda hacerte falta.— Caterina sale de la habitación dejándome sola, me acerco al pequeño balcón. Desde ahí puedo ver a los sirvientes corriendo de un lado a otro, a algunos nobles abandonando el palacio sus carruajes, esto es un po