Me despierta una luz cegadora, apenas puedo abrir los ojos...
Me siento en la cama y de nuevo veo a las sirvientas, a ver es bueno tener gente que te cuide pero no es necesario que estén aquí a todas horas, puedo hacer las cosas sola.
Bueno hoy intentaré no ponerles las cosas difíciles, así que voy a tratar de coperar, me dan un baño de rosas con aceites de azahar y peinan mi cabello en una trenza.
— Señora y su ropa?— dice una de las chicas.
— Solo tengo un vestido debe de estar en silla, allí lo deje anoche—
Estoy pensando que ayer todos me llamaban señorita en cambio hoy es señora será qué ya saben que estoy casada?
Veo moverse a la chica de un lado a otro, su cara está roja y sus ojos vidriosos.
— Lo siento señora, yo no sabía... Tire su vestido por favor perdóneme.—
— No importa señorita, usted no lo sabía bueno de momento no podré bajar a desayunar así que me pueden servir aquí. También necesito aguja, hilo y unas tijeras—
Busco algo con lo que poder hacerme un vestido, abro los cajones y solo hay sábanas, miro las cortinas pero son demasiado pesadas, vuelvo al cajón y saco un juego de sábanas en un tono salmón, bueno quizás con esto...
Gracias a una de las chicas he conseguido confencionar un vestido sencillo, como todavía hace fresco lo he hecho de manga larga, bueno después de todo es bonito tiene un poco de vuelo y me queda justo por las rodillas, se que debería ser más largo pero no había más tela.
Bajo a cenar, Wilson me mira de arriba abajo.
— Señora se encuentra bien no ha bajado a desayunar ni a comer, estaba un poco preocupado—
— No se preocupe Wilson estoy bien solo un pequeño problema con mi vestido pero ya me he hecho otro—
Está es la segunda noche en la que ceno sola, la verdad es que no se está tan mal, solo que aveces me siento un poco sola.
Termino de cenar y voy a la cocina, todos me hacen una reverencia y dejan de cenar.
— No por favor sigan cenando, yo me sentía un poco sola y quería conversar—
— Señora este no es lugar para una dama...—
Vaya, salgo de la cocina y miro hacia el jardín, salgo un momento y recorro solo unos metros, Wilson me llama desde la puerta eso me asusta y caído al suelo, me levanto y corro hacia el interior, pierdo los zapatos en la carrera.
Llegó a la puerta y Wilson me regaña.
— Señora no puede salir sola a estas horas y sus zapatos?—
— Los he perdido, digo agachando mi cabeza—
— Está bien señora, mandaré a alguien para que los busque.—
— Gracias—
— Ahora pase a la sala el Duque
desea conocerla—
Paso a la casa, me cruzo con un hombre alto, musculoso de unos veinticinco años, su pelo es rubio y alborotado, sus ojos azules como el cielo y una barba de varios días me miran con curiosidad. Es guapo supongo, saludo y paso de largo.
— Wilson desde cuándo el servicio se pasea por casa como si nada, además por si no te has dado cuenta iba descalza, a qué tipo de gente contratas!— dice el Duque un tanto molesto.
— Señor ella no es del servicio, ella es su esposa—
Estoy sentada en un sillón, me está entrandado sueño pero Wilson me ha dicho que tengo que esperar, miro mis rodillas y puedo ver barro y sangre seca, mis pies también están sucios. Soy un desastre miro mi vestido al menos no se ha manchado ni se ha roto. Algo es algo.
El mismo hombre de antes pasa a la sala, yo no me muevo de mi sitio.
— Veo que no te han enseñado modales, cuando alguien pasa a una sala el que está dentro debe de levantarse...— dice molesto.
— Perdóneme pero modales si tengo lo que no tengo es etiqueta, o algo así no recuerdo cómo dijo Wilson que se decía— digo frunciendo el ceño.
— No sabes quién soy verdad?—
Niego con la cabeza.
— Wilson explícame una cosa de que familia proviene está señorita—
— Señor ella es una plebeya, usted no dijo nada de clases sociales solo pidió casarse con la chica más bonita de toda la comarca. —
Él, el es mi marido, creo que le he causado una mala impresión, quizás halla sido bueno y ya no quiera estar casado conmigo.
— Apenas hice ayer unas rayas en el papel, solo Wilson me vio si quiere puede romperlos y yo me iré de su casa y no diré nada— digo con la mirada alta.
Veo como se acerca a mi y me examina, su presencia me incómoda está demasiado cerca eso me pone muy nerviosa.
— Wilson porque lleva esto puesto, parecen unas sábanas...—
— Señor es porque lo son, ella trajo un solo vestido y una de las criadas lo tiró pensando que eran trapos viejos, también ha perdido los zapatos cuando ha salido al jardín— dice Wilson un tanto avergonzado.
— Entonces puedo irme a mi casa?—
— Ya estás en tu casa, no eres precisamente lo que buscaba pero al menos eres bonita—
Siento que la sangre me hierve estoy apunto de darle una cachetada pero recuerdo lo que dijeron esas mujeres, si le pegó igual me mata o me hace algo peor así que está vez optó por quedarme en silencio.
— Señor puedo retirarme a mi dormitorio?— digo agachando mi cabeza.
— Si puedes marcharte y haz el favor de no usar la ropa de cama como vestimenta.—
Pues no sé que seguirá que me ponga si no tengo otra cosa.
Subo a la habitación y otra vez tengo el baño preparado, en serio que no entiendo que les pasa con la limpieza está vez no me quejo ya que lo necesito.
— Alguna de vosotras esta casada?—
— Yo soy viuda y ella está recién casada— dice una chica no mucho más mayor que yo.
— Quiero saber que es consumir el matrimonio— Pregunto disfrutando de mi baño.
Ellas se miran entre si y se sonrojan.
Poco a poco me van explicando en que consiste, mi cara pierde el color, yo no puedo hacer eso...
Me meto en la cama esperando que él no venga a hacerme eso, se que no me puedo negar pero no quiero hacerlo.
Estoy medio dormida cuando la puerta de la habitación se abre, y cierro los ojos todo lo fuerte que puedo.
Me despiertan el trinar de los pájaros, me desperezo y me siento en la cama. Miro y no hay nadie doy un suspiro, quizás solo fue un sueño y anoche él no vino a mi habitación.Llegan las chicas de todas las mañanas, no me voy a bañar y ni siquiera voy a bajar a desayunar. Ayer dijo bien claro que no debía usar más mi vestido por lo tanto no tengo nada más para ponerme.— Podrían servirme el desayuno en la habitación— — Señora no se encuentra bien, desea que infórmenos al Duque?— — No, no hace falta me encuentro bien solo es que deseo descansar un poco mas— Veo como las chicas abandonan la habitación, como les iba a decir lo de la ropa ya es bastante vergonzoso no tener ropa para encima decir que me ha prohibido usar la que yo misma confeccione.He desayunado tranquila, la mañana pasa lentamente, no tengo nada que hacer por primera vez en toda mi vida me siento una inútil. Me acerco a la librería cojo uno de los libros lo abro y me fijo en las ilustraciones, me gustaría tanto saber q
Otro día y la misma rutina, está mañana cuando me desperté el Duque ya no estaba en la cama, no es que no lo agradeciera pero me hubiera gustado ver su lindo rostro por la mañana aunque he de decir que me aterra y me gusta partes iguales. Supongo que soy rara.La misma sirvienta que trajo ayer un camisón hoy me ha traído un vestido sencillo, he descubierto que se llama Rita estaré agradecida a Rita por mucho tiempo, aunque tengo ropa no tengo zapatos pero lo mismo me da si no puedo salir de la habitación hasta que el señor de la orden, me siento como un pájaro en una jaula, una jaula de oro pero al fin de al cabo una jaula. Un poco antes de la comida ha llegado la modista era una mujer un tanto extravagante y no solo en la forma de vestir sino que también poseía una personalidad arrolladora.De los vestidos que ha traído solo me he quedado con dos los demás necesitan arreglos, en una semana me traera todo un vestidor, yo no lo veía necesario pero el Duque le insistió en que no me podí
Despierto muy cansada, es como si me hubiera pasado un día entero en el huerto, intento levantarme pero en verdad me siento cansada, me incorporo y destapó mis piernas.— A dónde crees que vas?— dice una voz a mi espalda.— Yo, yo... me ha asustado solo quería ir al baño— digo en voz baja.— No te voy a regañar por ahora ya hablaremos cuando estés mejor, yo te llevaré al baño— dice cogiendome en brazos.— Pero que haces, por favor déjame sola necesito intimidad— digo avergonzada.— Si te preocupa que te vea desnuda ya lo he hecho, así que no debes sentir tanto reparo —Cómo? Cuándo me ha visto desnuda? Siento como mis mejillas arden por la vergüenza.— Eres un pervertido—— Bueno quizás un poco pero no veo que hay de malo en ello al fin de al cabo eres mi esposa así que tengo derecho a ver lo que es mío y a tomarlo cuando desee aunque para eso deberás recuperarte primero...—Tapo mi cara con mis manos avergonzada, el sale del baño un momento y yo hago mis necesidades cuando estoy li
Tengo sentimientos encontrados por una parte estoy feliz de que ya puedo levantarme y por otra parte siento un sentimiento de melancolía que poco a poco invade mi cuerpo. Se, que como ya estoy recuperada el dejar de estar a mi lado. Sabía que tarde o temprano llegaría ese momento solo que no estaba preparado, me han dado un baño, me han peinado y por fin ya tengo unas zapatillas que me sirven, los vestidos aún tardarán unos días más en llegar pero por algo se empieza. No puedo pedir nada más.Quiero hacer tantas cosas que creo que voy a colapsar.— Alessandra si no te lo tomas con más calma no te dejare salir al jardín y recuerda que nada de baños en el arroyo— — Está bien señor, comeré más despacio y no me bañare. — digo agachando mi cabeza. Es algo que no me importa si me pongo altiva me prohibirá salir así que un rato callada no me hará ningún mal.— Señor he terminado puedo salir al jardín ya?— pregunto nerviosa— Si pero no te alejes, no hagas que me arrepienta.He recorrido to
Está mujer es odiosa, sabía que tarde o temprano vendría a verme, no se puede negar que es bonita pero su personalidad y su carácter consiguen tapar esa belleza. Ha intentado que nos prometieranos en innumerables ocasiones, a que habrá venido hoy.Paso a mi despacho y ella me sigue, me siento tras mi mesa y ella se queda de pie poniendo cara de pena.— ¿Qué se le ofrece a la Condesa de Ségur?— digo con sarcasmo.— Flavio nos conocemos desde hace años porque insiste en llamarme por mi título estaría bien que me llamaras Sophie— — Está bien a qué debo tu presencia Sophie?— — Escuche que había regresado de la guerra, tenía ganas de verte, pensaste en mi propuesta?— — Ya te dije que no, Sophie te dije que no me casaría si no era por amor...— — Pero Flavio yo te amo y si me dejas estoy seguro de que me amaras también, además si unimos nuestros títulos seremos más poderosos que el rey.— — No sigas y no vuelvas a decir eso jamás, no quiero que me acusen de traición, ya deja de humillart
Abro los ojos, estoy en una cama, igual todo ha sido un sueño y estoy en mi casa! Trato de enfocar mi vista todo está oscuro, intento sentarme pero al apoyar mi brazo siento un dolor que me hace retroceder.— No trates de levantarte— dice una voz a mi lado.Definitivamente esto no a sido un sueño, suspiro y me recuesto en la cama.El Duque se levanta y enciende una lámpara de aceite, se acerca a mí y toca mi frente, el tacto de su mano sobre mi piel hace que mi cuerpo se estremezca.-— Señor podría darme un vaso de agua— digo a duras penas me escuece mucho la garganta y mi voz apenas es audible.El me sirve un vaso, me lo bebo casi de un trago, el me regaña y me pide que tome agua a sorbos no de golpe. Yo asiento con la cabeza y le obedezco.Miro mi brazo y lo veo vendado,a mí mente llegan las imágenes de mi hueso sobresaliendo de la carne, un escalofrío recorre mi cuerpo.— Señor puedo ir al baño yo necesito...— no puedo seguir me da vergüenza decirle que necesito hacer pis pero la
Me despierto al sentir el abrazo de alguien, en un principio me asusto, pero su aroma entra por mis fosas nasales ya se que es Flavio.— Qué tal tu viaje a la ciudad?— — Aburrido, siento haberte despertado— — No importa, hoy no me has leído lo he echado de menos...— — Mañana te leeré el doble— Me doy la vuelta emocionada, no me doy cuenta de que mi cuerpo está totalmente pegado al suyo, siento que mi corazón está desbocado. Mi respiración se acelera. Intento separarme de él, pero el pasa sus brazos por mi cintura.Agachó mi cabeza y la entierro en su pecho, creo que está decisión es todavía peor porque sentir su aroma tan cerca hace mi cuerpo se vuelva loco. Suelta una mano y levanta mi cabeza, mis ojos están clavados en los suyos, siento que voy a desfallecer, se acerca lentamente posa sus labios sobre los míos, la calidez y la suavidad de sus labios me hacen enloquecer, en mi estómago hay una lucha de cientos de mariposas intentando salir, comienza a mover sus labios, besa repet
Bajo a desayunar Flavio está sentado ya en la mesa, lo miro de reojo y no puedo evitar sonrojarme al recordar los besos de anoche.— Buenos días señor— el frunce el ceño y rectifico.— Buenos días Flavio— Ahora sí me sonríe, me siento y comienzo a desayunar, miro mi brazo vendado suelto un suspiro, al menos lo tengo! Ojalá y el dolor cese pronto y pueda volver a utilizarlo.Flavio termina su desayuno y sale hacia su despacho, supongo que tendrá mucho trabajo si ha estado durante una semana cuidándome tendrá mucho atrasado. Salgo al jardín con mi dama de compañía, — Marie tu sabes dónde tenemos la hombría?— A ella le da la tos y por nada se ahoga.— Señora que preguntas tiene! Las mujeres no tenemos hombría eso solo lo tienen los varones...— — Y donde está? Y qué es? Para que sirve?— lleno de preguntas a Marie.— Señora creo que eso será mejor que se lo explique su esposo...— Insisto un poco más pero ella no parece dispuesta a resolver mis dudas, es una pena que nadie me halla ex