El rector no parecía prestarles atención,al contrario,se miraba exhausto,excepto por cuando entraron que les había mirado por un breve segundo. En este momento parecía concentrado en los documentos que tenía en sus manos y firmaba con total elegancia.
El escritorio era de caoba,se notaban los detalles,tras de él estaban las persianas que asomaban al patio de la universidad. Al lado del taburete tenía una pequeña plantita en una maceta, parecía bien cuidada pero no tenía ningún tipo de flor que pudiera identificarla. Tras de ellas,había un sofá de cuero. En tanto lo vio sintió deseos de sentarse en él,se veía cómodo. Abril,no le dio mucha importancia a lo que hacía,quería creer que era solo papeleo absurdo. Lo que no podía evitar mirar era los labios y cada parte del pelinegro. Que a sus veintinueve años había logrado convertirse en director de una universidad privada. Según lo que sabían,el anterior director era padre del chico y en tanto terminó la universidad heredó la responsabilidad después de que su padre falleciera. Abril suspiró,no podía dejar de pensar en ello. Heredar una responsabilidad tan grande siendo tan joven,debió ser difícil,aún más perder a su padre. Aunque ella no se llevara bien con su propio padre,que muriera le surgiría un despertar de emociones. —¿Maestra Gutiérrez? La escucho. —Dijo sin separar la vista de sus papeles—. ¿Qué la trae a mi oficina? La maestra hizo una mueca disimulada. Era obvio que no le gustaba tener que darle explicaciones a una persona tan joven. —Solo hay que mirar para saber porque la traje. Merece una expulsión inmediata. —Opinó elevando un poco el tono de voz. Abril se giró alarmada. No tenía idea del porqué decía algo así; sabía que tenía un mal carácter pero no creyó que se enzañaría tanto con ella por haber llegado tarde—. Solo hay que ver las pintas que trae,el señor Santana es una persona indispensable pero no podemos permitir estos actos en nuestra institución,seremos el hazmerreír. Abril quedó atónita en cuanto se observó; llevaba puesto nada más que unos shorts azules y un polo blanco. En definitiva era la ropa de dormir y ni siquiera tenía zapatos,lo que explicaba el naciente dolor en las plantas de sus pies. Su pelo rubio desarreglado le caía hasta los hombros e incluso llegaba a sus senos,uno que otro cabello. Carrasco levantó la cabeza un milisegundo para observarla. Abril notó la mirada lasciva del pelinegro sobre ella pero no le prestó atención, creyendo que solo se trataba de su imaginación. Incluso ignoró haberlo visto reír mientras que la maestra seguía diciendo todo lo que se le cruzaba en la mente sobre la moral. —Descuide. Yo me haré cargo. —Sentenció el pelinegro. Dicho esto,la maestra se marchó a regañadientes de la oficina—. Señorita Abril. La pelirubia pasó saliva e hizo un gesto afirmativo para indicar que prestaba atención. —¿Acaso no tiene un examen que tomar el día de hoy? —Preguntó sereno,volviendo a fijar su atención en los documentos que había en su escritorio. Abril asintió y suspiró creyendo que todo quedaría en una advertencia. —Puedo ir a tomarlo ahora,todavía tengo tiempo. —Dijo apresurada, señalando la puerta de salida. —Primero respóndame algo, ¿Cree que merece esta beca? ¿O siquiera tomar el examen? —Inquirió esta vez ignorando los papeles,mirándole directo a los ojos. Sus ojos negros se incrustaban en sus marrones, Abril no podía evitar que se vieran acuosos. De una u otra manera,se sentía avergonzada. —Y-yo.... No sabía qué responder,es que ¿Qué se necesitaba para merecer una beca universitaria? ¿Pobreza? No la tenía, su padre era un hombre más que pudiente. ¿Inteligencia? Por poco estaba por encima del promedio base para ser un niño sobresaliente pero todo había sido a base de esfuerzos inconmensurables,día tras día. Así que no podía decir que merecía la beca por su intelecto,pero sí que la merecía por todo el empeño que había puesto en su educación. Aunque no era algo que se atreviera a decir frente a alguien. —He llamado a su casa,el otro día para comprobar si estaba enferma, por supuesto no era cierto —Afirmó sin dejar de verla. Parecía analizarla y eso solo la hacía sentir más nerviosa—. Me pregunto si todas sus excusas han sido inexplicables y solo se ha aprovechado del buen nombre de su padre. Su boca se hizo un cero y algo dentro suyo se rompió,le dolía que alguien pensara así sobre ella. Jamás había hecho uso del nombre de su padre para obtener nada,ni siquiera cuando casi la arrestan junto a Mayo por invadir una iglesia,que según su amiga tendría una vista del cielo increíble. Se quedaron toda la noche comiendo churros con chocolate blanco mientras veían las estrellas y contaban historias más que de terror, absurdas. La policía llegó tiempo después cuando unas monjas las encontraron dormidas en el tejado. Abraham recibió una llamada de la comisaría y manejó todo en secreto,en total silencio para que nadie manchara su preciada reputación. —Aunque debo reconocer que Lombardi ha cumplido su rol a la perfección. —Espetó—. Nadie podría sospechar de usted si tiene como testigo a su vecina ¿No es así? Esa chica hace homenaje a ser la hija de la estrella de madrid. Indudablemente es hija de una actriz. —No parecía preguntar nada,mas bien parecía querer enojar a la fémina por alguna razón. Abril nunca se enojaba pero él estaba dando en todos sus clavos sensibles. Primero,lo de su apellido y segundo,su mejor amiga/hermana. —Cállate! —Exclamó enfurecida. Explotando sin remedio. En un momento se acercó tanto que terminó inclinada hacia él—. ¡No sabes nada sobre Mayo o sobre mí! ¡No eres quién para hablar sobre nosotras o nuestros padres! —Sé que soy el director- —¡Eso no te da derecho a meterte en nuestras vidas privadas! —Sentenció en un grito. El pelinegro se inclinó hacia adelante y juntó las manos sobre la mesa, sosteniendo su barbilla con ellas. —Pero tengo derecho de sacarlas a ambas de la institución si me da la gana. —Concluyó con plena confianza. Los ojos de Abril se cristalizaron. El pelinegro suspiró y se reclinó en su asiento. Abril irguió el cuerpo y se quedó de pie,muda. Consciente de que podía haber arruinado no sólo la beca que deseaba conseguir a toda costa,si no también el año escolar de Mayo y de sí misma. Era su primer año de psiquiatría y el primero de derecho para Mayo. Se suponía que después de terminar sus carreras universitarias se mudarían juntas pero por la actitud del rector sus planes deberían esperar. El director abrió una gaveta de su escritorio y sacó una funda transparente que dejaba denotar un color grisáceo. Lo puso sobre el escritorio esperando que Abril lo tomara. La chica dudosa lo abrió,era un pantalón jean de color gris,junto a una camisa blanca y zapatos rojos. —Son de objetos perdidos,te servirán por el momento. Toma el examen y ve directo a casa. —Abril sonrió. —No pienso expulsarte,ni a Lombardi. Pero tienes que hacer algo por mí. —Advirtió sin expresión,en un suspiro. Abril asintió sonriendo. —¡Haré lo que me pida! Respondió aliviada. El pelinegro no dijo nada más,solo se limitó a escribir en su agenda y después de doblar el papel cuidadosamente y cuidar los detalles,se lo entregó a Abril,quién lo tomó dudosa—. No lo abras hasta que haya terminado el examen. —Pidió al ver a Abril inspeccionarlo con curiosidad—. Ve a clase,debes tomar tu examen. Abril asintió y salió corriendo con una sonrisa en su rostro,luego de dar las gracias repetidamente.Caminar a casa se había convertido en una utopía para Abril. Primero; porque le avergonzaba que alguno de sus vecinos la hubiera visto correr en pijama. No quería imaginar lo que pensarían de ella. Segundo; porque desde que salió de clases,imaginaba ver al director por todos los lugares por los que transitaba. Tercero y más importante; la ropa que llevaba se sentía ajena a su cuerpo. Debía agradecer por tenerla y no regresar en pijama,ni pasarse las horas en clase con ella,pero no le agradaba el olor a ropa guardada. El claxon de un auto tras ella le provocó un susto de muerte. Estaba en la acera pero no sabía con qué clase de locos se podría encontrar hoy en día. Suspiró al ver que se trataba de Mayo, en su auto descapotable. Un BMW, serie 5,de color rosa. El mismo automóvil con el que siempre había soñado. —¿Te asusté? —Preguntó bajando sus lentes de sol,estacionando el coche en la acera. Abril la observó por un momento. Mientras mantenía las manos en el volante,se podía v
—¿Qué haces ahí? —Preguntó el director abriendo la puerta,una vez que Abril había decidido marcharse. La chica se giró tímidamente—. Entra. Para Abril esas palabras fueron una orden. Sin decir nada se acercó a él. Javier se hizo a un lado dejándola pasar. Se quedó de pie,trás él,mientras el mayor cerraba la puerta. Observó el lugar; había un recibidor con muebles de caoba con algunos cojines color blanco y negro y una chimenea detrás. Sobre la encimera de granito habían varias fotos enmarcadas que no podía ver a simple vista. Y un jarrón debajo de ella. En la mano derecha de la sala estaba el mástil de una puerta de color caoba,con cortinas colgantes y unas escaleras del mismo color,del otro lado de la sala que no pasaban desapercibidas. —Toma asiento. —Pidió quitando el abrigo de la chica—. ¿Quieres algo de tomar? —Preguntó amablemente. No parecía tener el típico tono altanero de siempre. Por un momento, mientras quitaba el abrigo,su dedo tocó la piel de Abril. Pero se apartó u
Era lunes por la mañana, habían pasado cuatro días desde que vio al pelinegro,no fue a la escuela el viernes,día después de la "Fantasía" la había nombrado así porque no quería darle más importancia de la que él le había dado,agradeció que no hubiera tocado su pureza,tal vez lo pensaría mejor la próxima vez, antes de liarse con alguien. Al menos eso se repetía a sí misma,porque su cuerpo no lo entendía,haber sido tocada por él se aquella manera había tenido las mismas consecuencias que si hubieran hecho el amor. Desde aquel día, se sentía diferente sus pechos dolían,su parte íntima se sentía extraña,al igual que su cavidad trasera. Su cuerpo en general había cambiado. —No juegues con la comida. —Ordenó sereno,una voz masculina desde el otro lado del comedor. Abril asintió sin poder contradecir a su padre. Envolvió el espagueti con el tenedor que segundos antes usaba para golpear la mesa y se lo llevó a la boca. No le apetecía comer y aún menos si era junto a su padre. Lo amaba,era
Giró al ver el causante de sus latidos acelerados, definitivamente era él,el guapísimo director con el que había estado hace varias noches. —¿Quieres que te lleve a casa? Tu chófer ya se ha marchado. —Le susurró Javier en el oído izquierdo para que Mayo no lo oyera, había escuchado la conversación de ambas chicas. No había enojo ni burla en su voz,sino preocupación. Sabía que el hecho de que Abril estuviera tan distraída como para no recordar el día festivo,era su culpa en gran manera. La chica seguía estática,sin poder articular palabra. De pie,con las manos del mayor rodeando sus caderas y el teléfono en su oreja derecho. No sabía qué hacer con su mano izquierda,si golpear a Javier y salir corriendo de allí a toda velocidad o rodearlo y besarlo de nuevo. Porque de algo estaba segura, quería probar sus labios una vez más. Miró su atuendo,llevaba el mismo top que de costumbre;una camisa de seda, blanca,manga corta,desabrochada y unos pantalones negros de seda,junto con unos zapato
Ya había anochecido cuando Javier estacionó el automóvil en la entrada de su casa y se dispuso a bajar,no apagó el motor ni las luces, simplemente cerró la puerta. Caminó hasta estar cerca de la casa y tocando un botón que previamente había sacado de su bolsillo, levantó el techo trasero de madera,como si de una puerta corrediza se tratara,dejando notar una puerta de metal en el interior. Resultaba ser una puerta que guardaba una puerta levadiza de hierro en su interior. Abrió la segunda puerta luego de introducir la llave y elevarla,entonces se visualizó la marquesina donde guardaba su coche. Regresó a la entrada y abrió el automóvil,al estar dentro condujo nuevamente hasta ingresarlo en ella. Salió del auto y de la marquesina, repitió el proceso hasta dejar el lugar cerrado. Guardó las llaves en su bolsillo derecho y se encaminó a la casa. Debía mentalizarse lo que haría a partir de ahora,lo último que deseaba era herir a la chica pero ya lo había hecho,lo sabía perfectamente.
—¡Que me prestes atención! —Exclamó Mayo,molesta con su mejor amiga. Habían estado estudiando toda la tarde desde que Abril llegó a su casa. Ni siquiera la saludó antes de entrar a la ducha y ahora que habían hecho una pijamada para quedarse estudiando. Ni siquiera le prestaba atención. —¿Eh? —¡Joder Abril! —La rubia miró a su amiga,había olvidado por completo que estaban estudiando para la práctica de psicología jurídica de Abril y como siempre, Mayo prometió ayudarle a estudiar—. te he estado hablando durante dos horas sobre esta m****a. Ya sabes que yo soy la que ignora la tarea, tú eres la luchona que ve por su futuro desde ahorita y no se perdería una oportunidad de quemarse las pestañas estudiando. —Se quejó la castaña. La rubia estaba estática. Mayo suspiró. Trataba de descifrar a su amiga pero ni siquiera ella lo entendía,no era la versión distraída de Abril ordinaria, tenía un semblante de alegría—. ¡dime ya! ¿Qué te pasa? —No es nada,solo no he podido dormir bien desde aye
¡Hola,hola! no os preocupéis este es un comunicado breve. Primero que nada; gracias por darte una pasadita por acá y llegar hasta aquí,te invito a seguir leyendo,te aseguro que no te arrepentirás, pero primero hay ciertos puntos que deberías saber antes de continuar: Esta historia no está dirigida a todo público, especialmente por su contenido delicado. Las acciones y algunos de los pensamientos de mis personajes no deben ser tomados como forma de ‘expresión’ o ‘estilo’ ni mucho menos puestos en práctica porque muchas son incorrectas, aveces un tanto insensatas e incluso,me atrevería a decir, precipitadas. Cómo ya debieron notar toca temas sensibles, cómo el suicidio,la aceptación personal,la homosexualidad, las autolesiones y la discriminación social,además de cierto contenido erótico,por lo que es solo apta para mayores de edad. En algunos capítulos la historia tiene referencias a la cultura japonesa (ya que varios de los personajes son Otakus/fujoshis/fudanshi,etc…) Por lo que
Era lunes por la mañana y Abril debía ir a clases,no le apetecía después de todo lo que había pasado pero quería ver a Javier y según Mayo, él también lo querría. Pese a que su razón le indicaba que vistiera cómo normalmente lo haría, algo en ella la animaba a vestirse más femenina. Excepto por la mochila en su hombro,no parecía que fuera a estudiar. Sobre todo por la blusa corta que dejaba notar su abdomen. Tenía puesto sus audífonos, mientras se dirigía a la universidad. Se los quitó cuando vio un Mercedes Benz idéntico al de Mayo pero en lugar del color rosa pastel que solía llevar,este automóvil tenía un letrero bastante llamativo con distintos personajes de animes e historietas Yaoi,con la cara sonrojada y miradas sugerentes. Abril chilló emocionada al ver algo como eso,se apresuró a sacar su móvil y tomar todas las fotografías que pudiera antes de que el auto siguiera su camino. —Te dejaré tomar todas las fotos que quieras,no tienes que apresurarlo. —Chilló Mayo tras ell