Era lunes por la mañana,habĂan pasado cuatro dĂas desde que coincidiĂł con Javier en aquel encuentro erĂłtico y pasional que solo quedĂł entre las cortinas de la habitaciĂłn y ellos mismos.No fue a la escuela al dĂa siguiente de la «FantasĂa» la habĂa nombrado asĂ porque no querĂa darle más importancia de la que Ă©l le habĂa dado,agradeciĂł que no hubiera tocado su virginidad, tal vez lo pensarĂa mejor la prĂłxima vez, antes de liarse con alguien.Al menos eso se repetĂa a sĂ misma porque su cuerpo no lo entendĂa,haber sido tocada por Ă©l de aquella manera tan lasciva, habĂa tenido las mismas consecuencias que sĂ hubieran hecho el amor. Desde aquel dĂa, se sentĂa diferente sus pechos imploraban atenciĂłn al igual que su parte Ăntima. Su cuerpo en general habĂa cambiado. —No juegues con la comida. —OrdenĂł sereno,una voz masculina desde el otro lado del comedor. Abril asintiĂł sin poder contradecir a su padre. EnvolviĂł el espagueti con el tenedor que segundos antes usaba para golpear la mesa, y
GirĂł al ver el causante de sus latidos acelerados, definitivamente era Ă©l, el guapĂsimo director con el que habĂa estado hace varias noches. —¿Quieres que te lleve a casa? Tu chĂłfer ya se ha marchado. —Le susurrĂł Javier en el oĂdo izquierdo para que Mayo no lo oyera, habĂa escuchado la conversaciĂłn de ambas chicas. No habĂa enojo ni burla en su voz,sino preocupaciĂłn. SabĂa que el hecho de que Abril estuviera tan distraĂda cĂłmo para no recordar el dĂa festivo,era su culpa en gran manera. La rubia seguĂa estática,sin poder articular palabra,de pie,con las manos del mayor rodeando sus caderas y el telĂ©fono en su oreja derecha. No sabĂa quĂ© hacer con su mano izquierda, si golpearlo y salir corriendo de allĂ a toda velocidad o rodearlo y besarlo de nuevo porque de algo estaba segura, querĂa probar sus labios una vez más. MirĂł su atuendo,llevaba un top casual; suĂ©ter de cuello alto gris oscuro debajo de una chaqueta deportiva de tweed del mismo color. Con pantalĂłn de pana negro y zapatos
Ya habĂa anochecido cuando Javier estacionĂł el automĂłvil en la entrada de su casa y se dispuso a bajar,no apagĂł el motor ni las luces, simplemente cerrĂł la puerta. CaminĂł hasta estar cerca de la casa y tocando el botĂłn de las llaves automáticas que previamente habĂa sacado de su bolsillo, levantĂł el techo trasero de madera, cĂłmo si de una puerta corrediza se tratara,dejando notar una puerta de metal en el interior. Resultaba ser una puerta que guardaba una puerta elevadiza de hierro en su interior.AbriĂł la segunda puerta luego de introducir la llave y elevarla,entonces se visualizĂł la marquesina donde guardaba su coche. RegresĂł a la entrada y abriĂł el automĂłvil,al estar dentro condujo nuevamente hasta ingresarlo en ella. SaliĂł del auto y de la marquesina, repitiĂł el proceso hasta dejar el lugar cerrado. GuardĂł las llaves en su bolsillo derecho y se encaminĂł a la casa. DebĂa mentalizarse lo que harĂa a partir de ahora,lo Ăşltimo que deseaba era herir a la chica pero ya lo habĂa hecho
—¡Que me prestes atenciĂłn! —ExclamĂł Mayo, molesta con Abril. HabĂan estado estudiando toda la tarde desde que la rubia llegĂł a su casa. Ni siquiera la saludĂł antes de entrar a la ducha y ahora que habĂan hecho una pijamada para quedarse estudiando. Ni siquiera le prestaba atenciĂłn. —¿Eh? —¡Joder, Abril! —Dijo exasperada. La rubia mirĂł a su amiga,habĂa olvidado por completo que estaban estudiando para su práctica de psicologĂa jurĂdica y que cĂłmo siempre, Mayo se habĂa ofrecido a ayudarle a estudiar—. Te he estado hablando durante dos horas sobre esta m****a. Ya sabes que yo soy la que ignora la tarea, tĂş eres la luchona que ve por su futuro desde ahorita y no se perderĂa una oportunidad de quemarse las pestañas estudiando. —Se quejĂł la castaña. Abril quedĂł estática. Mayo suspirĂł, tratando de descifrar a su amiga pero ni siquiera ella lo entendĂa. Esa no era la versiĂłn distraĂda de Abril ordinaria, tenĂa un semblante de alegrĂa—. ¡dime ya! ÂżQuĂ© pasa? —No es nada,solo no he podido dor
Madrid,España. Año 2008. —Buenos dĂas,niños. Hoy tenemos a una nueva compañera en la clase. —AnunciĂł la maestra de preescolar a su clase, mirando a la niña de pelo pĂşrpura que se encontraba a su lado,todos miraron a la niña que al darse cuenta se irguiĂł con firmeza. —Mi nombre es Marjorie Lombardi. Tengo nueve años y soy nueva en la ciudad, mis padres y yo nos mudamos desde Italia hace poco. —ExplicĂł con total serenidad. —¿Tienen alguna pregunta para Marjorie? —PreguntĂł la maestra y más de uno levantĂł la mano. —¿Has estado en el Fomanta do trene? —PreguntĂł una niña de cabello castaño. La pelipĂşrpura negĂł. —Quieres decir el “Fontana di’ Trevi”. Y sĂ,he estado allá. —ContestĂł tajante. —SĂ,eso. Fui allá el año pasado con mi mamá y mi papá. —AfirmĂł la niña que habĂa preguntado. —¿CĂłmo es? —PreguntĂł otro niño. —Es nevado,mucho. Siempre hay mucho frĂo pero hay muchĂsimas flores. Es un lugar muy bonito. —RespondiĂł la niña con una sonrisa. La pelipĂşrpura negĂł con ceño fruncido. —Es i
Era lunes por la mañana y Abril debĂa ir a clases, no le apetecĂa despuĂ©s de todo lo que habĂa sucedido, pero querĂa ver a Javier y segĂşn Mayo, Ă©l tambiĂ©n lo querrĂa. Pese a que su razĂłn le indicaba que vistiera cĂłmo normalmente lo harĂa, algo en ella la animaba a vestirse más femenina. Excepto por la mochila en su hombro,no parecĂa que fuera a estudiar. Sobre todo por la blusa corta que dejaba notar su abdomen.TenĂa puesto sus audĂfonos, mientras se dirigĂa a la universidad. Se los quitĂł cuando vio el automĂłvil de Mayo pero en lugar de la placa ordinaria que solĂa llevar, ahora tenĂa una placa bastante llamativa “I love BL”. Abril chillĂł emocionada al leerlo, se apresurĂł a sacar su mĂłvil y tomar todas las fotografĂas que pudiera antes de que el auto siguiera su curso. —Te dejarĂ© tomar todas las fotos que quieras,no tienes que apresurarlo. —Dijo Mayo tras ella con la misma emociĂłn. —Mayo,esta placa es genial... —ComentĂł asombrada. Mayo asintiĂł emocionada. Ambas se abrazaron,era a
Abril recostĂł la cabeza contra la mesa regañandose a sĂ misma. Estaba demasiado avergonzada para reaccionar. —¿De verdad hice todo eso? —PreguntĂł en un suspiro lleno de frustraciĂłn. Mayo asintiĂł. —¡Venga,fue tu primera borrachera y ha sido de coña. DeberĂais estar feliz, tia! —TratĂł de animarla Gabriel —Soy una zorra. —Se lamentĂł en un susurro. El pelinegro sonriĂł. —Para mĂ fue una noche divertida. —AsegurĂł Javier recordando la noche anterior. Abril sonriĂł un poco,ante la respuesta del director. No sabĂa quĂ© tanto habĂa hecho pero Javier parecĂa feliz con ello y eso la hacĂa sentir que alguno de los muros que los separaban habĂan colapsado.—Gracias. —Dijo con la misma sonrisa. El mayor le sonriĂł. —Muy bien,es hora de irnos. —Dijo Mayo poniĂ©ndose de pie—. Hoy es tu cumpleaños Abril, asĂ que elige el lugar al que iremos ahora. —No lo sĂ©,Mayo. No conozco este lado de la ciudad, no tengo ni idea de a dĂłnde podrĂamos ir. —RespondiĂł la rubia. El pelinegro sonriĂł al escuchar a Abril,l
Gabriel tomĂł asiento en su lugar y resoplĂł, no tenĂa idea de porquĂ© se habĂa comportado cĂłmo un cobarde pero el simple hecho de la cercanĂa de ese chico le ocasionaba un sinfĂn de emociones y la vergĂĽenza era mayor al saber que sus amigos se encontraban tan cerca y posiblemente los observaban.—Olvidaste tu desayuno. —Dijo el pelirrojo apareciendo de la nada frente a Ă©l. Gabriel se estremeciĂł cuando al colocar el plato en la mesa, su piel rozĂł con la suya. El otro chico no pareciĂł notarlo y se limitĂł a colocar otro plato frente a Javier que continuaba absorto en su telĂ©fono celular.HabĂa ordenado pasta a la riojana para Javier y para Ă©l una vegana. Todo lucĂa en extremo apetecible pero bajo la atenta mirada del apuesto mesero que le servĂa ni siquiera se atrevĂa a probarlo.Luego de agradecer a quiĂ©n para Ă©l solo era un simple mesero,Javier tomĂł un sorbo de la bebida que acompañaba el menĂş, sin apartar su mirada del mĂłvil. Hizo una mueca,era una mezcla entre Kiwi y aguacate. AarĂłn son