Mayo y Abril estaban en el balcón de la terraza,de la enorme casa de la castaña. Sonó un pitido prominente del celular de Mayo. Era un texto de Gabriel. Días antes se había apuntado el número registrado en los datos que tenía Javier sobre Abril. Pensó en escribirle para ponerse de acuerdo en cuanto a la fiesta,pero disipó la idea imaginando un escenario en donde Mayo se enteraba, tomaba su número y le escribía,con el pretexto de que ella coordinaba todo con relación a eso. Aunque suponía que no era del todo incierto, él se molestaría pero no lo daría a entender. Se había decidido a no escribirles porque no le apetecía tener que dar explicaciones sobre sí mismo,ni ilusionar a Mayo. Pero ella no era alguien que tomara un no como respuesta. Mayo desbloqueó el móvil y entró a su chat. Encontró una notificación; era un nuevo mensaje de Gabriel. Hola, Mayo. Soy Gabriel. Me he agendado tu número del directorio de Javi. Estamos cerca de la casa pero el frío de mi primo no puede llegar m
Barcelona,España. Año 2018. —El desayuno está listo, joven. —Informó una voz masculina detrás de la puerta,luego de haber dado unos breves toques. —Lo sé. En un momento bajo. —Afirmó el chico desde su habitación, mientras sostenía una mochila atada a una soga. En tanto escuchó los pasos aislados del mayordomo se encaminó a abrir la ventana cristalina que se vislumbraba al otro lado de las cortinas azules que pregonaban en lo blanco de su habitación. Al abrirla dejó caer la mochila por la ventana, amarrando la soga a la cortina. Se acicaló un poco el cabello y haciendo uso de la soga,salió por la ventana. Cayó sobre el césped del jardín trasero de la casa. Y dio un último vistazo atrás recordando su pasado; la fuente frente a la casa que se había acostumbrado a ver,el jardín en el que tantas veces jugó y la enorme casa en la que había nacido y crecido hasta sus diecinueve años actuales. Para algunos sería un privilegio vivir en una familia adinerada y no habría motivo alguno para es
Abril despertó por los rayos de sol que se filtraban por las ventanas de un lugar totalmente extraño para ella, sentía un gran dolor en la cadera y todo le daba vueltas, se sentó sobre la cama tratando de recordar,pero nada. Se llevó la mano hacia su parte baja, estaba cubierta de algo pegajoso,lo que supuso,la dejó boquiabierta,se lamentó a sí misma por haber perdido su virginidad y no recordarlo. Caminó hacia la puerta cristalina que se vislumbraba del otro lado de la habitación. Al abrirla supo que era el baño, tenía una bañera blanca sobre la ducha y un inodoro del mismo color al frente. Era pequeño pero detallado incluso en el piso y los olores. Se duchó tan pronto como entró. Al salir buscó su ropa pero no la encontraba por ningún lado. Optó por usar un T-shirt que reconocía a la perfección ya que Javier lo había usado la noche de la fiesta. Lo olfateó, notando que conservaba el olor varonil del pelinegro. Buscó en las gavetas hasta dar con un bóxer de él. Encontró uno rojo
Madrid,España. Año 2008. —Buenos días,niños. Hoy tenemos a una nueva compañera en la clase. —Anunció la maestra de preescolar a su clase, mirando a la niña de pelo púrpura que se encontraba a su lado,todos miraron a la niña que al darse cuenta se irguió con firmeza. —Mi nombre es Marjorie Lombardi. Tengo nueve años y soy nueva en la ciudad, mis padres y yo nos mudamos desde Italia hace poco. —Explicó con total serenidad. —¿Tienen alguna pregunta para Marjorie? —Preguntó la maestra y más de uno levantó la mano. —¿Has estado en el Fomanta do trene? —Preguntó una niña de cabello castaño. La pelipúrpura negó. —Quieres decir el “Fontana di’ Trevi”. Y sí,he estado allá. —Contestó tajante. —Sí,eso. Fui allá el año pasado con mi mamá y mi papá. —Afirmó la niña que había preguntado. —¿Cómo es? —Preguntó otro niño. —Es nevado,mucho. Siempre hay mucho frío pero hay muchísimas flores. Es un lugar muy bonito. —Respondió la niña con una sonrisa. La pelipúrpura negó con ceño fruncido. —Es i
“—¿Entonces ahora son universitarios? —Preguntó Gabriel a Benjamin. Quién asintió. El chico de los tacones,le había estado contando su historia de amor con Marcos durante toda la noche. Sorprendentemente para todos. Ambas chicas escuchaban atentamente y no solo eso,dejaban escapar sonoros suspiros de fascinación y ligeras lágrimas cuando la historia llegaba a la parte melancólica. Incluso se podía ver un brillo sin igual en sus ojos,era como si disfrutaran la historia del romance de ambos independientemente de su género. —Marcos es tan romántico —Sollozó la castaña—. ¿Por qué todos los buenos están casados? —Se quejó en el hombro de Abril. —Es que hemos nacido demasiado tarde. —Susurró la rubia,aún sobre las piernas del pelinegro. Javier frunció el ceño, él era su pareja ¿Acaso consideraba a Marcos mejor opción que él? Se mentalizó el motivo; Marcos era romántico,eso era todo. Él,en cambio,jamás había hecho nada romántico por ella,esta era su primera cita y era en un club nocturno.
Abril recostó la cabeza contra la mesa regañandose a sí misma. Estaba demasiado avergonzada para reaccionar. —¿De verdad hice todo eso? —Preguntó en un suspiro lleno de frustración. Mayo asintió. —¡Venga,fue tu primera borrachera y ha sido de coña. Deberíais estar feliz, tia! —Trató de animarla Gabriel —Soy una zorra. —Se lamentó en un susurro. El pelinegro sonrió. —Para mí fue una noche divertida. —Aseguró Javier recordando la noche anterior. Abril sonrió un poco,ante la respuesta del director. No sabía qué tanto había hecho pero Javier parecía feliz con ello y eso la hacía sentir que alguno de los muros que los separaban habían colapsado.—Gracias. —Dijo con la misma sonrisa. El mayor le sonrió. —Muy bien,es hora de irnos. —Dijo Mayo poniéndose de pie—. Hoy es tu cumpleaños Abril, así que elige el lugar al que iremos ahora. —No lo sé,Mayo. No conozco este lado de la ciudad, no tengo ni idea de a dónde podríamos ir. —Respondió la rubia. El pelinegro sonrió al escuchar a Abril,l
Gabriel tomó asiento en su lugar y resopló, no tenía idea de porqué se había comportado cómo un cobarde pero el simple hecho de la cercanía de ese chico le ocasionaba un sinfín de emociones y la vergüenza era mayor al saber que sus amigos se encontraban tan cerca y posiblemente los observaban.—Olvidaste tu desayuno. —Dijo el pelirrojo apareciendo de la nada frente a él. Gabriel se estremeció cuando al colocar el plato en la mesa, su piel rozó con la suya. El otro chico no pareció notarlo y se limitó a colocar otro plato frente a Javier que continuaba absorto en su teléfono celular.Había ordenado pasta a la riojana para Javier y para él una vegana. Todo lucía en extremo apetecible pero bajo la atenta mirada del apuesto mesero que le servía ni siquiera se atrevía a probarlo.Luego de agradecer a quién para él solo era un simple mesero,Javier tomó un sorbo de la bebida que acompañaba el menú, sin apartar su mirada del móvil. Hizo una mueca,era una mezcla entre Kiwi y aguacate. Aarón son
—Continúo pensando que es contraproducente que os quedéis aquí,vuestros padres podrían enterarse. —Opinó Gabriel,abriendo el refrigerador en casa de Javier.—No lo sabrán. —Afirmó Mayo—. Basta con que estemos para cuando regresen a casa y listo. —Añadió segura arrojandose sobre el sofá de la sala mientras Gabriel caminaba hacia ella y Javier y Abril se abrazaban en uno de los muebles pequeños—. Además,ayer le dijimos a la servidumbre que nos quedaríamos hasta tarde en casa de una amiga.—Vale, que ya entendí. —Dijo Gabriel resignado,a la par que se sentaba al lado de Mayo con una docena de cervezas en manos.—Yo me apunto. —Informó Mayo acercándose más al castaño y tomando una lata de cerveza—. ¡Salud! —Exclamó juntando las latas con Gabriel. Javier se estiró hacia delante y también tomó una cerveza.—No,gracias. —Se negó la rubia cuando el pelinegro le ofreció la bebida—. no quiero hacer el ridículo nuevamente. —El pelinegro sonrió e insistió.—Sólo es para refrescarse. Bebe un poco.