Abril recostĂł la cabeza contra la mesa regañandose a sĂ misma. Estaba demasiado avergonzada para reaccionar. —¿De verdad hice todo eso? —PreguntĂł en un suspiro lleno de frustraciĂłn. Mayo asintiĂł. —¡Venga,fue tu primera borrachera y ha sido de coña. DeberĂais estar feliz, tia! —TratĂł de animarla Gabriel —Soy una zorra. —Se lamentĂł en un susurro. El pelinegro sonriĂł. —Para mĂ fue una noche divertida. —AsegurĂł Javier recordando la noche anterior. Abril sonriĂł un poco,ante la respuesta del director. No sabĂa quĂ© tanto habĂa hecho pero Javier parecĂa feliz con ello y eso la hacĂa sentir que alguno de los muros que los separaban habĂan colapsado.—Gracias. —Dijo con la misma sonrisa. El mayor le sonriĂł. —Muy bien,es hora de irnos. —Dijo Mayo poniĂ©ndose de pie—. Hoy es tu cumpleaños Abril, asĂ que elige el lugar al que iremos ahora. —No lo sĂ©,Mayo. No conozco este lado de la ciudad, no tengo ni idea de a dĂłnde podrĂamos ir. —RespondiĂł la rubia. El pelinegro sonriĂł al escuchar a Abril,l
Gabriel tomĂł asiento en su lugar y resoplĂł, no tenĂa idea de porquĂ© se habĂa comportado cĂłmo un cobarde pero el simple hecho de la cercanĂa de ese chico le ocasionaba un sinfĂn de emociones y la vergĂĽenza era mayor al saber que sus amigos se encontraban tan cerca y posiblemente los observaban.—Olvidaste tu desayuno. —Dijo el pelirrojo apareciendo de la nada frente a Ă©l. Gabriel se estremeciĂł cuando al colocar el plato en la mesa, su piel rozĂł con la suya. El otro chico no pareciĂł notarlo y se limitĂł a colocar otro plato frente a Javier que continuaba absorto en su telĂ©fono celular.HabĂa ordenado pasta a la riojana para Javier y para Ă©l una vegana. Todo lucĂa en extremo apetecible pero bajo la atenta mirada del apuesto mesero que le servĂa ni siquiera se atrevĂa a probarlo.Luego de agradecer a quiĂ©n para Ă©l solo era un simple mesero,Javier tomĂł un sorbo de la bebida que acompañaba el menĂş, sin apartar su mirada del mĂłvil. Hizo una mueca,era una mezcla entre Kiwi y aguacate. AarĂłn son
—ContinĂşo pensando que es contraproducente que os quedĂ©is aquĂ,vuestros padres podrĂan enterarse. —OpinĂł Gabriel,abriendo el refrigerador en casa de Javier.—No lo sabrán. —AfirmĂł Mayo—. Basta con que estemos para cuando regresen a casa y listo. —AñadiĂł segura arrojandose sobre el sofá de la sala mientras Gabriel caminaba hacia ella y Javier y Abril se abrazaban en uno de los muebles pequeños—. Además,ayer le dijimos a la servidumbre que nos quedarĂamos hasta tarde en casa de una amiga.—Vale, que ya entendĂ. —Dijo Gabriel resignado,a la par que se sentaba al lado de Mayo con una docena de cervezas en manos.—Yo me apunto. —InformĂł Mayo acercándose más al castaño y tomando una lata de cerveza—. ¡Salud! —ExclamĂł juntando las latas con Gabriel. Javier se estirĂł hacia delante y tambiĂ©n tomĂł una cerveza.—No,gracias. —Se negĂł la rubia cuando el pelinegro le ofreciĂł la bebida—. no quiero hacer el ridĂculo nuevamente. —El pelinegro sonriĂł e insistiĂł.—SĂłlo es para refrescarse. Bebe un poco.
“Why can't you relax?”El mĂłvil de Gabriel sonĂł. Lo sacĂł bolsillo y colgĂł sin siquiera ver la pantalla. Desde que llegĂł a casa no dejaba de pensar en lo que habĂa dicho AarĂłn, Ă©l era totalmente diferente a Ă©l. Para AarĂłn su sexualidad era un tema comĂşn. Él,en cambio ni siquiera podĂa hablar sobre eso.Se dispuso a guardar el mĂłvil pero el tono de notificaciĂłn lo hizo mirar pensando que se trataba de algo urgente,aunque la Ăşnica persona que le importaba estaba durmiendo en la otra habitaciĂłn.~Hola, Gabriel <3LeyĂł en la pantalla emergente,era un nĂşmero desconocido pero ponĂa un corazĂłn,se preguntaba quiĂ©n podrĂa ser.Desbloqueo el mĂłvil con su huella dactilar y escribiĂł.~ÂżEh? Hola,disculpa ÂżQuiĂ©n eres? TexteĂł. No importaba si no le respondĂan,le daba igual pero un nombre se paseo por su cabeza al preguntarse quiĂ©n podrĂa poner un corazĂłn junto a su nombre. ~Soy AarĂłn.Se limitĂł a responder,se preguntaba por quĂ© a Gabriel no se le habĂa ocurrido mirar su foto de perfil,la tenĂa pĂşbl
Tras haber llegado a casa de Javier y convencer a Gabriel de que no importaba que estuviera allĂ. Cada uno fue a dormir, y Mayo cĂłmo Abril se habĂa quedado con Javier y el rubio en su propia habitaciĂłn debĂa quedarse en una habitaciĂłn de huĂ©spedes. Al menos esa era la idea. DecidiĂł desviarse del plan original y en medio de la noche se escabullĂł a la habitaciĂłn de Gabriel. A Ă©l poco le importĂł. No sentĂa nada especial por tener a una mujer durmiendo junto a Ă©l.Ella lo notĂł y esa fue la certeza que necesitaba para convencerse, estaba segura de que a Gabriel le habĂan afectado las palabras de AarĂłn en el restaurante porque al igual que Ă©l, tambiĂ©n era gay. Aun asĂ, decidĂa ignorar sus sentimientos y seguir fingiendo cĂłmo si nada hubiera pasado. Simplemente por fingir frente a ella,le dolĂa que en plena actualidad existiera quien tuviera que esconderse. NegĂł internamente,no importaba la manera, debĂa hacerlo hablar para que entendiera que podĂa ser Ă©l mismo,pero no encontraba el moment
—Gracias por su compra. —Dijo la cajera entregándole la bolsa de compras. Gabriel solo asintiĂł y se encaminĂł hacia la puerta de salida.SacĂł su celular y comenzĂł a ojear su agenda. No tenĂa nada más que hacer el dĂa de hoy y con todo el asunto de la fiesta de cumpleaños tanto las chicas como Javier estarĂan ocupados. SuspirĂł al abrir la puerta y continuĂł su caminar sin rumbo fijo.DesearĂa encontrar algĂşn pasatiempo o trabajo de medio tiempo pero no podĂa darse ese lujo ya que pronto comenzarĂa la universidad. El sonido de su mĂłvil le sacĂł una sonrisa a sabiendas de a quien pertenecĂa ese distintivo tono que habĂa elegido para AarĂłn.—Hola, Gabi. ❤️ —LeyĂł en el chat de WhatsApp. ColocĂł un emoji de saludo cordial pero lo borrĂł al instante. EscribiĂł “Hola” pero tambiĂ©n lo sintiĂł vacĂo asĂ que lo borrĂł. SuspirĂł y guardĂł el mĂłvil dispuesto a llamarlo cuando llegara a casa. Para ese momento los demás ya deberĂan haberse ido asĂ que tendrĂa libertad para hablar.—Oye, de casualidad ÂżLleva
Abril despertĂł por los rayos de sol que se filtraban por las ventanas de un lugar totalmente extraño para ella,sin embargo,en ese momento lo Ăşnico en lo que podĂa pensar era en el incesante dolor en su espalda y los recuerdos vagos de la noche anterior que no dejaban de invadir su mente.Se sentĂł sobre la cama tratando de recordar, pero nada,no recordaba lo que habĂa sucedido.Al notar que estaba desnuda enrollada en aquellas sábanas blancas se encogiĂł en la cama y se llevĂł la mano hacia su parte baja, estaba cubierta de algo pegajoso,al palparlo negĂł con la cabeza tratando de sacar la idea de lo que se le ocurrĂa podrĂa ser aquello.No podĂa ser posible que hubiera hecho algo cĂłmo eso y ni siquiera fuera capaz de recordar lo sucedido. Su Ăşltimo recuerdo era estar en un bar con Mayo,su mejor amiga. Javier, el director de su universidad con el que recientemente habĂa comenzado una relaciĂłn indefinida y Gabriel,el primo de este Ăşltimo.AĂşn asĂ, si se trataba de Ă©l,esa noche no habĂa sido
—Mayo dice que les falta poco para llegar. —InformĂł Gabriel a Javier que, sentado frente a Ă©l solamente asintiĂł intentando asimilar la situaciĂłn—. Entiendo que no puedas darte el lujo de ser visto con ella pero yo podrĂa ir a buscarlas. —No seas estĂşpido. —Dijo Javier observando el reloj dorado en su mano derecha. Faltaba menos de media hora para su encuentro con Abril, ansiaba verla,imaginaba que esa noche en particular estarĂa más hermosa que nunca. Él nunca habĂa llegado tarde a una cita y no toleraba la impuntualidad pero si se trataba de ella podĂa perdonarlo.PaseĂł su mano derecha por su cabello tratando de mantenerlo en perfecto estado,el vestuario que habĂa elegido estaba diseñado para mezclarse con la multitud y no sobresalir demasiado, pero querĂa estar a la altura de las expectativas de Abril. Por lo que tambiĂ©n le habĂa agregado algunos toques sofisticados, cĂłmo el reloj de oro.—Si Abril no puede entender mis motivos entonces no me importarán los suyos. —SentenciĂł Javier