Era lunes por la mañana, habían pasado cuatro días desde que vio al pelinegro,no fue a la escuela el viernes,día después de la "Fantasía" la había nombrado así porque no quería darle más importancia de la que él le había dado,agradeció que no hubiera tocado su pureza,tal vez lo pensaría mejor la próxima vez, antes de liarse con alguien. Al menos eso se repetía a sí misma,porque su cuerpo no lo entendía,haber sido tocada por él se aquella manera había tenido las mismas consecuencias que si hubieran hecho el amor.
Desde aquel día, se sentía diferente sus pechos dolían,su parte íntima se sentía extraña,al igual que su cavidad trasera. Su cuerpo en general había cambiado. —No juegues con la comida. —Ordenó sereno,una voz masculina desde el otro lado del comedor. Abril asintió sin poder contradecir a su padre. Envolvió el espagueti con el tenedor que segundos antes usaba para golpear la mesa y se lo llevó a la boca. No le apetecía comer y aún menos si era junto a su padre. Lo amaba,era su en padre pero jamás se había comportado como tal. Para él su definición de amor era un cheque sin fondos y miles de reglas estrictas sobre cómo,cuando y para qué gastarlo. —Habrá reunión de padres la próxima semana. —Informó Abril sin expresión. Sabía que a su padre no le importaba. Lo único que haría sería enviar a uno de sus empleados o tal vez, incluso a uno de los empleados de sus vecinos/socios/mejores amigos; Loreline y Camil Lombardi,los padres de Mayo. Los cuales desde su llegada a España habían tenido una excelente relación con él. Algo que no sorprendía mucho a sus hijas. Los tres eran unos padres chequerinos que resolvían todo con dinero y por algo se entendían. Tanto que cuando Loreline y Camil se iban fuera de la ciudad, Abrahan,el padre de Abril,se hacía cargo de Mayo. Claro que lo hacía tan bien como con su propia hija. —Me ha llegado el comunicado. —Respondió tajante. Abril asintió sin ganas. El padre de la chica resopló resignado. Deseando que existiera,por muy poco realista que fuera, un traductor para las mujeres,porque definitivamente él no era capaz de entenderlas. No pudo entender a su esposa, mientras estuvo con vida y definitivamente no podía entender a su hija—. ¿Qué sucede? No pareces de buen humor. —Nada. Me duele un poco la cabeza. —Mintió. Convencida de que a su padre no le importaba en lo más mínimo los problemas que podría estar atravesando su hija,para él solo eran una etapa. A penas había regresado a casa después de dos meses y ni siquiera la había abrazado. Siempre fue así,aunque le contara que se sentía utilizada y dolida,nada cambiaría. Además,no era que pudiera contarle a alguien cómo se sentía sin contar el porqué. —Regresé por tu cumpleaños. —Dijo levantando su móvil después de percibir una pequeña vibración. Abril no cabía dentro de sí,se sentía feliz de saber que su padre había recordado que dentro de dos días era su cumpleaños número dieciocho—. He invitado a varios inversionistas a tu fiesta de cumpleaños, y a algunos de nuestro círculo social. Será una fiesta inigualable. —Añadió. El rostro de Abril cambió por completo,se sentía herida y decepcionada,aunque se reprochó a sí misma por haber creído, por un milisegundo,que su padre podía interesarse en ella. Abraham siguió hablando sobre la fiesta, los invitados y de cómo debía comportarse Abril frente a ellos. Hasta que las vibraciones de su móvil se convirtieron en pitidos incesantes. Le dio un beso a su hija en la frente antes de marcharse. Abril solo le susurró un adiós,le habría sorprendido si permaneciera con ella más de una hora. Revivió los últimos minutos al recordar a Javier,parecía que estaba destinada a ser utilizada por los hombres. Primero,su padre, quién le había creado una imagen de niña perfecta desde su niñez hasta su adolescencia,solo para regodearse de ello. Y luego Javier,el único a quien se había entregado por completo y solo la había utilizado. Cómo si de un objeto desechable se tratara. Su corazón palpitó rápido, demasiado rápido. Sentía que se quedaría sin aire. Trató de calmarse. Contó en cuenta regresiva hasta diez para calmarse pero no funcionó. Cada vez que cerraba los ojos se imaginaba a su padre incumpliendo sus promesas. •Su recital a los cinco años. •El funeral de su madre a los seis. •Las presentaciones en la escuela. •Su primer periodo menstrual. •El baile de graduación. •Su primera cita médica. Su padre había faltado a todo lo que ella había considerado importante alguna vez en su vida. También había incumplido sus promesas innumerables veces,pero no creo que haya suficientes palabras para explicar todas las que había roto Abraham Santana en sus dieciocho años como padre. Desde niña había soñado con el momento en el que él se interesara en sus cosas,o que al menos le dedicara un día de su vida a ella,pero eso no había pasado y honestamente estaba por darse por vencida. De un manotazo tiró toda la comida que había frente a ella. El sonido de los platos y vasos de cristal rompiéndose,retumbó en toda la casa. Lo necesitaba. Se sentía mejor ahora, se sintió mejor después de gritar disfórica,por todas las cosas que había sufrido en su corta vida. El chófer y la servidumbre entraron al salón comedor y se horrorizaron al ver la escena. A abril,poco le importó, sabía que le dirían a su padre pero no importaba. Tal vez eso era lo que hacía falta para que su padre la amara. —¿Se encuentra bien, señorita? —Preguntó la señora de la limpieza. Consuelo,la nueva ama de llaves,no tenía allí ni tres semanas y obviamente ya había notado los problemas familiares que habían, todos parecían entenderlo excepto su padre y eso era justamente lo que molestaba. Abril asintió en un suspiro. —Llévame a clases, Jeyson. —Ordenó al chófer. —Señorita,la escuela... —¡Haz lo que te digo que para eso te paga mi padre! —Le espetó. El chófer asintió. Al poco rato se encontraba en el asiento trasero del automóvil de su padre. You are the music in me... El inconfundible tono de llamada de Abril sonó,se imaginó que se trataba de Mayo pero lo confirmó al leer su nombre en la pantalla. Descolgó el teléfono y se lo llevó a la oreja. —¿Qué quieres? —Preguntó sin ganas. Quería que Mayo captara la indirecta y colgara la llamada. —¿Ahora qué pasa? —Preguntó la chica al otro lado de la línea, preocupada por su mejor amiga. Abril suspiró podía estar enojada con el mundo entero,por pensar en su padre como el mejor hombre del universo. Con su padre por ser un en padre desatento,por no decir un mal padre y con la servidumbre por contarle todos los pasos que daba pero no con Mayo. Esa chica lo único que había hecho toda su vida era preocuparse por ella. —Papá hará otra fiesta para mi cumpleaños. —Informó en un suspiro. La castaña guardó silencio al otro lado de la línea. Había estado en cada una de las fiestas de cumpleaños de Abril,sabía cuán dolorosas eran esas fiestas para su amiga. —¿Y si me pagas lo de la otra noche? —Dijo entusiasmada. —¿La otra noche? —En primera instancia estaba ceñuda pero después creyó que hablaba de su noche sexual, se imaginó una conspiración en donde Javier la había grabado para mostrarla al mundo como una actriz porno. Y ahí fue como Mayo se enteró. —“Noche de chicas”¿Recuerdas? —Ahí cayó en cuenta. Había quedado con Mayo a las siete pero nunca llegó porque venía de follar con Javier y le dolía hasta respirar. —Ay, Mayo,lo siento,lo olvidé por completo.... —Bueno. Ahora me lo debes para mañana. Es la víspera de tu cumpleaños, así que no hay excusas, tú y yo haremos una fiesta de despedida. De cumpleaños o no,será la mejor. Iremos a un bar y nos embriagaremos como nunca. —Planeó emocionada —No lo sé,no me apetece... —Respondió en un susurro. —No puedes decirme que no,me lo debes. —Chantajeó la castaña. La rubia suspiró,era cierto que se lo debía. —Está bien. —Contestó resignada. Mientras Mayo hablaba sobre como la pasarían en la disco y lo genial que sería, todo lo que usarían y harían,el auto se estacionó en el aparcamiento de la facultad de medicina. Abril salió del auto y cerró la puerta tras de sí—. Vete a casa Jeyson. —Ordenó al ver que el chófer seguía inerte,en el mismo lugar. —¿Está segura,señorita? —Preguntó dubitativo, preocupado por la salud mental de la hija de su jefe. —Sí. No te preocupes,estoy bien,esperaré a Mayo. —El chófer suspiró resignado,lo último que quería era estar en la mira de Mayo, esa chica era aterradora cuando se enojaba. Entró al auto con total elegancia y se marchó,luego de hacer rugir el motor. En cuanto se fue Abril entró a su facultad,le pareció extraño no encontrar a nadie pero lo ignoró y siguió caminando por los largos pasillos. Tal vez así tendría algunos minutos a solas para pensar. Escuchar a Mayo tan emocionada le animaba. Aun continuaba hablando sobre la fiesta y Abril a penas podía prestarle atención—. ¿Por qué no has venido a clases? —Le interrumpió. Se quedó en silencio unos minutos y luego suspiró. —Abril,hoy es día feriado... —Informó desinteresada. Abril se detuvo en seco. Hizo memoria pero no recordó que lo hubiesen notificado. Inmersa en lo que acababa de escuchar,solo podía suspirar. Mayo sabía que Abril no mentía,la chica era despistada por naturaleza. Ahora la actitud de Jeyson era entendible sabía de sobra que no le había dicho nada porque Abril mencionó que esperaba a Mayo, pensó que era cosas de chicas y con lo intimidante que es Mayo no quiso llevarle la contraria—. Abril si no te conociera pensaría que estás de coña. —Abril había esperado esas burlas y ahí estaban. Por suerte esta vez recordó usar ropa y tenía una falda azul y una blusa floreada,con tenis y medias a juego. No podrá burlarse por haber usado pijama en día de nuevo. Meditó qué era peor pero no llegó a una conclusión exacta pero bueno,al menos no haría las mismas cosas dos veces. —Ya lo sé.... Es que... —Vamos,ven a casa. —Le interrumpió la castaña, consciente de que no tendría una excusa—. Iremos de compras y nos quedaremos a dormir juntas. Hace mucho que no te quedas conmigo. —Murmuró la castaña, Abril sonrió,sabía que estaba haciendo pucheros,aun sin verla. —Vale. Pero vayamos al centro de la ciudad,quiero apartarme por un tiempo de casa. —Reconoció la menor de las dos. Se estremeció al sentir unas manos en su cintura. Conocía ese tacto,esas manos calentitas y enormes. Se trataba de Javier.Giró al ver el causante de sus latidos acelerados, definitivamente era él,el guapísimo director con el que había estado hace varias noches. —¿Quieres que te lleve a casa? Tu chófer ya se ha marchado. —Le susurró Javier en el oído izquierdo para que Mayo no lo oyera, había escuchado la conversación de ambas chicas. No había enojo ni burla en su voz,sino preocupación. Sabía que el hecho de que Abril estuviera tan distraída como para no recordar el día festivo,era su culpa en gran manera. La chica seguía estática,sin poder articular palabra. De pie,con las manos del mayor rodeando sus caderas y el teléfono en su oreja derecho. No sabía qué hacer con su mano izquierda,si golpear a Javier y salir corriendo de allí a toda velocidad o rodearlo y besarlo de nuevo. Porque de algo estaba segura, quería probar sus labios una vez más. Miró su atuendo,llevaba el mismo top que de costumbre;una camisa de seda, blanca,manga corta,desabrochada y unos pantalones negros de seda,junto con unos zapato
Ya había anochecido cuando Javier estacionó el automóvil en la entrada de su casa y se dispuso a bajar,no apagó el motor ni las luces, simplemente cerró la puerta. Caminó hasta estar cerca de la casa y tocando un botón que previamente había sacado de su bolsillo, levantó el techo trasero de madera,como si de una puerta corrediza se tratara,dejando notar una puerta de metal en el interior. Resultaba ser una puerta que guardaba una puerta levadiza de hierro en su interior. Abrió la segunda puerta luego de introducir la llave y elevarla,entonces se visualizó la marquesina donde guardaba su coche. Regresó a la entrada y abrió el automóvil,al estar dentro condujo nuevamente hasta ingresarlo en ella. Salió del auto y de la marquesina, repitió el proceso hasta dejar el lugar cerrado. Guardó las llaves en su bolsillo derecho y se encaminó a la casa. Debía mentalizarse lo que haría a partir de ahora,lo último que deseaba era herir a la chica pero ya lo había hecho,lo sabía perfectamente.
—¡Que me prestes atención! —Exclamó Mayo,molesta con su mejor amiga. Habían estado estudiando toda la tarde desde que Abril llegó a su casa. Ni siquiera la saludó antes de entrar a la ducha y ahora que habían hecho una pijamada para quedarse estudiando. Ni siquiera le prestaba atención. —¿Eh? —¡Joder Abril! —La rubia miró a su amiga,había olvidado por completo que estaban estudiando para la práctica de psicología jurídica de Abril y como siempre, Mayo prometió ayudarle a estudiar—. te he estado hablando durante dos horas sobre esta m****a. Ya sabes que yo soy la que ignora la tarea, tú eres la luchona que ve por su futuro desde ahorita y no se perdería una oportunidad de quemarse las pestañas estudiando. —Se quejó la castaña. La rubia estaba estática. Mayo suspiró. Trataba de descifrar a su amiga pero ni siquiera ella lo entendía,no era la versión distraída de Abril ordinaria, tenía un semblante de alegría—. ¡dime ya! ¿Qué te pasa? —No es nada,solo no he podido dormir bien desde aye
¡Hola,hola! no os preocupéis este es un comunicado breve. Primero que nada; gracias por darte una pasadita por acá y llegar hasta aquí,te invito a seguir leyendo,te aseguro que no te arrepentirás, pero primero hay ciertos puntos que deberías saber antes de continuar: Esta historia no está dirigida a todo público, especialmente por su contenido delicado. Las acciones y algunos de los pensamientos de mis personajes no deben ser tomados como forma de ‘expresión’ o ‘estilo’ ni mucho menos puestos en práctica porque muchas son incorrectas, aveces un tanto insensatas e incluso,me atrevería a decir, precipitadas. Cómo ya debieron notar toca temas sensibles, cómo el suicidio,la aceptación personal,la homosexualidad, las autolesiones y la discriminación social,además de cierto contenido erótico,por lo que es solo apta para mayores de edad. En algunos capítulos la historia tiene referencias a la cultura japonesa (ya que varios de los personajes son Otakus/fujoshis/fudanshi,etc…) Por lo que
Era lunes por la mañana y Abril debía ir a clases,no le apetecía después de todo lo que había pasado pero quería ver a Javier y según Mayo, él también lo querría. Pese a que su razón le indicaba que vistiera cómo normalmente lo haría, algo en ella la animaba a vestirse más femenina. Excepto por la mochila en su hombro,no parecía que fuera a estudiar. Sobre todo por la blusa corta que dejaba notar su abdomen. Tenía puesto sus audífonos, mientras se dirigía a la universidad. Se los quitó cuando vio un Mercedes Benz idéntico al de Mayo pero en lugar del color rosa pastel que solía llevar,este automóvil tenía un letrero bastante llamativo con distintos personajes de animes e historietas Yaoi,con la cara sonrojada y miradas sugerentes. Abril chilló emocionada al ver algo como eso,se apresuró a sacar su móvil y tomar todas las fotografías que pudiera antes de que el auto siguiera su camino. —Te dejaré tomar todas las fotos que quieras,no tienes que apresurarlo. —Chilló Mayo tras ell
—¡Venga ya! te ves hermosa. —Afirmó Mayo,tratando de aumentar un poco el autoestima de Abril. Abril suspiró,no es que se sintiera fea con aquel vestuario pero obviamente no podía competir con el atractivo natural de Mayo. Por eso,aunque no lo admitiera se veía a sí misma como una niña comparada con ella. Aún más ese día. Era domingo por la tarde,el día que saldrían de fiesta con Javier y Gabriel. Mayo en su afán de conquistar al rubio había elegido una ropa de vanguardia,con el pelo suelto y una blusa azul que resaltaba su gran busto,mientras que abajo llevaba unos shorts jeans y zapatillas azules que al igual que su maquillaje hacía juego con su blusa. La rubia miró a su amiga de arriba abajo y suspiró,no había manera de competir contra algo así. Junto a ella, se sentía sin brillo, pero Mayo era su mejor amiga y no podía decirle algo así, sobretodo porque sabía que ella no había elegido lucir como una modelo europea. Ambas estaban esperando la llamada de Javier en la habitación
Mayo y Abril estaban en el balcón de la terraza,de la enorme casa de la castaña. Sonó un pitido prominente del celular de Mayo. Era un texto de Gabriel. Días antes se había apuntado el número registrado en los datos que tenía Javier sobre Abril. Pensó en escribirle para ponerse de acuerdo en cuanto a la fiesta,pero disipó la idea imaginando un escenario en donde Mayo se enteraba, tomaba su número y le escribía,con el pretexto de que ella coordinaba todo con relación a eso. Aunque suponía que no era del todo incierto, él se molestaría pero no lo daría a entender. Se había decidido a no escribirles porque no le apetecía tener que dar explicaciones sobre sí mismo,ni ilusionar a Mayo. Pero ella no era alguien que tomara un no como respuesta. Mayo desbloqueó el móvil y entró a su chat. Encontró una notificación; era un nuevo mensaje de Gabriel. Hola, Mayo. Soy Gabriel. Me he agendado tu número del directorio de Javi. Estamos cerca de la casa pero el frío de mi primo no puede llegar m
Barcelona,España. Año 2018. —El desayuno está listo, joven. —Informó una voz masculina detrás de la puerta,luego de haber dado unos breves toques. —Lo sé. En un momento bajo. —Afirmó el chico desde su habitación, mientras sostenía una mochila atada a una soga. En tanto escuchó los pasos aislados del mayordomo se encaminó a abrir la ventana cristalina que se vislumbraba al otro lado de las cortinas azules que pregonaban en lo blanco de su habitación. Al abrirla dejó caer la mochila por la ventana, amarrando la soga a la cortina. Se acicaló un poco el cabello y haciendo uso de la soga,salió por la ventana. Cayó sobre el césped del jardín trasero de la casa. Y dio un último vistazo atrás recordando su pasado; la fuente frente a la casa que se había acostumbrado a ver,el jardín en el que tantas veces jugó y la enorme casa en la que había nacido y crecido hasta sus diecinueve años actuales. Para algunos sería un privilegio vivir en una familia adinerada y no habría motivo alguno para es