Brenda es una mujer de grandes valores, y expectactivas, es graduada de una de las mejores universidades de Florida con honores. Miembro de una familia muy numerosa pero ejemplar. Por otro lado, su jefe; Ignacio Valente es un hombre salvajemente sexy, con indescriptible inteligencia, personalidad poderosamente atractiva y cautivadora. Miembro de una de las familias más finamente adineradas fichados como guerreros. ¿En la oficina podría cumplirse el hecho de un completo cliché entre: El Jefe y La Secretaria?. Para saber la respuesta, los invito a adentrarse a esta hermosa historia llena de amor, intrigas, engaños, entre otras curiosas cosas... ●Respetar los derechos de autor. ●Cero plagio. ●Contenido para adulto. ●Romance. ●Para todo público: (leer bajo tu propio criterio)
Leer másBRENDACAPÍTULO 21—Gracias por traerme, señor. —incliné la cabeza un poco hacia abajo mientras agradecía.—Espero que el ambiente haya sido de su agrado, señorita Ortega. —por la incomodidad el señor Valente acomodaba su moño de la corbata con impaciencia, él sólo miraba hacia los lados para evitar mis ojos.Mi jefe, siendo como es, un hombre con clase y aunque muy vanidoso en algunos aspectos, se ofreció a acompañarme hasta la puerta de mi casa, con la excusa de ser un caballero que tiene el deber de siempre escoltar a una dama.—¿Quiere que responda a eso con toda la sinceridad o puedo mentir? —me permití decir, viendo su imponente presencia ante mi.—Cómo a usted le plazca, Brenda. —la comisura de su labio se alzó hacia la derecha.—Fue una mala noche. —aclaré con alivio, respiré con profundidad aspirando la tranquilidad que emanaba el pasillo solitario en donde nos encontrábamos. —Su familia pareció no aceptar esto, y deduzco que eso es lo que usted buscaba desde el principio.—Y
BRENDACAPÍTULO 20—Ignacio, ¿podríamos hablar un momento? —la señorita Reyes me miró de reojo pero le sonrió a mi jefe.El señor Valente se tensó pero asintió, por una parte me desanimé y al mismo tiempo me entró un poco de pánico ya que me dejaría sola, pero eso ya era decisión suya.—Volveré en un segundo. —susurró en mi oído, me limité a mover la cabeza en asentimiento y él se alejó con la mujer rubia que sonreía como nunca.Seguramente cree que tiene unas posibilidades para dejarme de lado y quedarse con mi jefe, y no se equivoca pero tampoco debo de demostrarlo estando con ella.Tengo que dejar de tomarle tanta importancia, tampoco debe de afectarme aunque sea inevitable, soy un ser humano, no soy perfecta, ni la más bonita de todas y tampoco tengo mucho dinero, pero tengo cualidades, virtudes y mucho respeto hacia los demás para ofrecer, y no para utilizar eso a mi beneficio.Bufé por lo bajo algo cansada, aunque llevara zapatos bajos siento que mis pies no dan para más. Despué
BRENDACAPÍTULO 19Me había visto obligada a no levantar la mirada, simplemente me limité a ponerme de pie a medida que arreglaba mejor mi vestido, el señor Valente se mantuvo alejado de mi, a una distancia prudente para ambos, en un corto período de tiempo él habló y me dijo que saldríamos, pero antes de eso preferí ir al cuarto de baño primero.Cerré con seguro, mis manos eran la clara evidencia de en qué nivel se encontraba mi nivel de miedo y nerviosismo, en toda mi vida pasé por situaciones vergonzosas, desdichadas y patéticas, sin embargo, ésta ocupa uno de los primeros puestos de situaciones que quisiera olvidar.Caminé hasta el espejo del lavado, abrí el grifo para lavar mi cara, cómo si con eso pudiera olvidar lo que había pasado, me sentía extraña, con un dolor leve en el pecho, cómo si algo dentro de mí haya sido arrebatado. Tengo muy bien en claro de que lo que acaba de pasar fue algo que el señor Valente no hizo con mala intención, sin embargo, eso no quita el hecho de qu
BRENDA CAPÍTULO 18 Me sentía incómoda al tener tantos ojos sobre mi, y lo que más hacía palpitar mi corazón a millón era la mirada pesada de Valentina Valente, ella en el tiempo que transcurrió desde que salimos del despacho con su madre, no dejó de tener sus ojos sobre mi.Era como si estuviera juzgándome con la mirada, esperando que diera algún paso en falso para después descuartizarme con palabras. Sabía que se mantenía a raya por Nathan, mi jefe me había comentado de que no temiera por alguna cosa que pudiera hacer su hermana, ya que su hermano mayor le había advertido sobre ciertas cosas.Tengo que admitir que eso liberó un poco la carga y el estrés por esa chiquilla, pero, su madre era otra persona de la cual tendría que mencionar.Antes había dicho que la admiraba, ahora me da terror, parecía estar insatisfecha, molesta, aunque se guardaba su histeria para sí misma, seguramente en este momento se estará mordiendo la lengua.Lo que antes creía de ella se desvaneció en el momen
BRENDACAPÍTULO 17—Correcto Ignacio, ya que estás tan enamorado de ella, vamos a ver cómo te irá después de que te quedes sin trabajo. —en sus palabras habían sin dudar una clara amenaza, pero el señor Valente ni siquiera se inmutó ante su madre.—Para tu información, madre, quien tiene la última palabra en sí dejarme sin empleo o no, es Nathan, y estoy seguro de que él está de nuestra parte. —expuso, envolviendo su brazo alrededor de mi cadera tomando con su mano libre la mía.Mi cuerpo se erizó completamente con tan sólo su tacto, que era frío y al mismo tiempo cálido, estaba luchando conmigo misma en ese momento, todo parecía estar ardiendo en fuego, era una cosa sobrenatural lo que sucedía con mis sentimientos.Quería por el bien de mis principios y moral, además de mis valores, decir la verdad.Pero por otro lado, se encontraba mi madre, la mujer que me brindó la vida y a la cuál le debo lo que soy ahora. Tengo que mantenerme callada y al márgen de toda esta discordia por culpa
BRENDACAPÍTULO 16—Hemos llegado, señor.La voz del chófer anunciando nuestra llegada a la gran y extravagante mansión de la familia Valente causó un estrepitoso sentimiento de temor acunándose en mi pequeño pecho, otro hombre en un traje elegante de pingüino nos abrió la puerta, ofreció su mano para ayudarme a salir, con la mano ligeramente temblando se la tomé, parecía que el hombre alto que sostenía mi mano había notado lo nerviosa que me encontraba, simplemente salí por completo del auto respirando profundamente llenando mis pulmones de aire fresco, se sentía delicioso y relajante la débil brisa que cruzaba por medio de la noche.—Por favor toma mi brazo. —el señor Valente levantó su brazo a mi lado, elevé un poco mi mentón para verlo mejor, y ciertamente ese hombre, quién era mi jefe, se veía realmente imponente y atractivo haciendo juego con la noche.Entrelazamos nuestros brazos con sutileza, observé que en el perímetro se encontraban unos cuántos hombres uniformados con camis
BRENDA CAPÍTULO 15Había regresado a mi puesto de trabajo después de acomodar mejor la falda, a medida en que iba avanzando, no pasaba desapercibido los ojos curiosos que se posaban sobre mi. Algunos eran de sorpresa, mal genio o hasta de necesidad, necesidad de no dejar de ver mis piernas, para expresarme en términos menos vulgares como: me miran como depravados. —Brenda, el Señor Valente acaba de irse, pero dejó bien en claro que debemos de continuar con nuestro trabajo. —anunció Thania. —Vale. —Oye... —me miró de pies a cabeza, cosa que me incomodó e intenté bajar el borde de la falda en vano. —Te queda muy bien la falda, aún no entiendo por qué no utilizas una de esas. —frunció su ceño con duda. Porque no quiero exhibir. Claro, no estoy diciendo de qué las otras chicas, incluyendo a Thania, lo hagan, sino que... a ellas les queda bien y no se sienten fuera de lugar. —Me siento extraña con esto... —comenté tomando asiento. —¿Extraña?, ¿por qué?, la verdad es que se te ve mejo
BRENDACAPÍTULO 14—No mire por favor, señor Valente. —le pedí dándome la vuelta con un brazo en mis pechos y la mano en mi trasero. —¿Por qué no lo haría? —torció sus labios en forma de sonrisa, una risita ronca y amarga entonó en su garganta. Parecía divertido con la situación, levantó un brazo y señaló hacia el perchero que había en una esquina con su saco encima. —Si quiere puede ponerse eso. —estaba siendo amable, ¿conmigo?, y él pareció notar mi desconcierto. —No querrá que media oficina vea sus calzones, ¿o si? —no pudo evitar reírse de mi. En instantes mi rostro parecía una tetera de lo roja y enojada que estaba, rechinaba mis dientes cuando lo miraba, caminé hasta el perchero para tomar su saco sin ni siquiera decirle gracias o pedirle autorización, ya de todos modos me lo había ofrecido. Me amarré el saco en la cintura para así tapar el agujero en mi falda, el Señor Valente se puso de pie antes de que yo retomara el camino directo a la puerta. —¿Ni siquiera va a agrade
BRENDA CAPÍTULO 13-Si no quieres demandar a tu jefe, ¿entonces de qué se trata todo ese misterio? -cuestionó Margo antes de probar de su café.-Necesito que me prestes un vestido... -confesé, por fin, ya que tenía varios minutos dándole vueltas al asunto y Margo hacía suposiciones de que yo quería demandar a mi jefe.Cosa que sí quisiera hacer a estas alturas.Pero no debo, tengo que recordar el trato que hicimos...-¿Un vestido?, ¿para qué quieres un vestido? -enarcó una ceja inspeccionando mi nervioso y patético rostro.-Es que... tengo que acompañar al jefe a un evento... -musité, aunque mentía a medias ya que era cierto que tenía que acompañarlo, sólo que a una cena con su familia.Tierra, trágame ahora mismo.-¿Qué clase de evento?-Margo, me choca que te pongas en plan inspector. -ignoré su gesto amargado y probé un bocado de mi plato.Llevábamos aquí menos de veinte minutos y nuestras conversaciones estuvieron conformadas sobre nada más y nada menos que mi ex y mi jefe.¿Por