BRENDACAPÍTULO 20—Ignacio, ¿podríamos hablar un momento? —la señorita Reyes me miró de reojo pero le sonrió a mi jefe.El señor Valente se tensó pero asintió, por una parte me desanimé y al mismo tiempo me entró un poco de pánico ya que me dejaría sola, pero eso ya era decisión suya.—Volveré en un segundo. —susurró en mi oído, me limité a mover la cabeza en asentimiento y él se alejó con la mujer rubia que sonreía como nunca.Seguramente cree que tiene unas posibilidades para dejarme de lado y quedarse con mi jefe, y no se equivoca pero tampoco debo de demostrarlo estando con ella.Tengo que dejar de tomarle tanta importancia, tampoco debe de afectarme aunque sea inevitable, soy un ser humano, no soy perfecta, ni la más bonita de todas y tampoco tengo mucho dinero, pero tengo cualidades, virtudes y mucho respeto hacia los demás para ofrecer, y no para utilizar eso a mi beneficio.Bufé por lo bajo algo cansada, aunque llevara zapatos bajos siento que mis pies no dan para más. Despué
BRENDACAPÍTULO 21—Gracias por traerme, señor. —incliné la cabeza un poco hacia abajo mientras agradecía.—Espero que el ambiente haya sido de su agrado, señorita Ortega. —por la incomodidad el señor Valente acomodaba su moño de la corbata con impaciencia, él sólo miraba hacia los lados para evitar mis ojos.Mi jefe, siendo como es, un hombre con clase y aunque muy vanidoso en algunos aspectos, se ofreció a acompañarme hasta la puerta de mi casa, con la excusa de ser un caballero que tiene el deber de siempre escoltar a una dama.—¿Quiere que responda a eso con toda la sinceridad o puedo mentir? —me permití decir, viendo su imponente presencia ante mi.—Cómo a usted le plazca, Brenda. —la comisura de su labio se alzó hacia la derecha.—Fue una mala noche. —aclaré con alivio, respiré con profundidad aspirando la tranquilidad que emanaba el pasillo solitario en donde nos encontrábamos. —Su familia pareció no aceptar esto, y deduzco que eso es lo que usted buscaba desde el principio.—Y
BRENDA PRÓLOGO Tres años antes...El aparato del demonio no dejaba de sonar. Me removí un poco sobre mis sábanas para tomarlo, estiro lo más que puedo para alcanzar mi teléfono que reposa sobre mi mesa de noche, al tocar en esa zona no hallé nada, levanto perezosamente la cabeza achinando un poco mis ojos por culpa de la luz del día que entra por las persianas. —¿Bueno?. —dije al contestar. —¿Brenda que haces aún durmiendo? —¿Margo?... —pronuncié aturdida por su voz. —¿Para qué me llamas?—¡Tienes una entrevista de trabajo hoy tonta! —me levanté de golpe al escucharla. —Diablos... Salto de la cama tirando el celular en ella, camino con prisa hasta mi baño, me recojo el cabello en un moño desastroso, lavo mis dientes con prisa y tomo el enjuague bucal. Arrojé mi ropa por todo el piso del baño sin preocuparme, después tendría tiempo de recogerla, tomé una ducha de gato y salté de una vez a mi armario. Tomé lo primero que vi. Me regañaba mentalmente por quedarme dormida, habían p
BRENDACAPÍTULO 1Actualidad...—En serio ya me estoy cansando de que siempre llegas tarde para almorzar. —espetó con hastío mi mejor amiga, me acerco a ella para saludarla y disculparme pero se cruza de brazos y me voltea el rostro.—Discúlpame Margo, pero mi jefe... —tomé asiento pero Margo levanta su mano en señal de que no continuara con mi explicación.Se reincorpora colocando ambos codos sobre la mesa y levanta una ceja, por su expresión estoy segura de que me dirá algo que no será agradable.—Tu jefe es un idiota. —masculló rodando los ojos y dejándose caer sobre el respaldar de la silla.Suspiré con cansancio llevándome una mano a mi frente, ella tenía razón, mi jefe es un completo idiota, sin embargo, es quien firma mis cheques y cada que tengo algún problema familiar me permite irme del trabajo temprano.—Señoritas, aquí tienen sus órdenes. Que lo disfruten. —musita un joven mesero dejando dos platos sobre la mesa, observo a Margo quien le agradece al mesero, después se fija
BRENDACAPÍTULO 2El señor Valente le habia ordenado a Thania ir a la tintorería que se encargaba de la limpieza de sus trajes, conseguir uno lo más rápido posible, mientras yo me mantenía redactando un documento que necesitaba el señor Valente en una hora. A penas terminé con mi trabajo, Thania apareció con un traje en mano cubierto por una manta obscura que protegia el traje.-Llegué... -Thania depositó el traje en su escritorio para recuperar un poco el aire perdido.Me sentía un poco mal, ya que por mi culpa el señor Valente estaba de mal humor e hizo que Thania abandonara sus deberes para ir por su traje nuevo, claro, el jefe le ordenó a Thania de que me encargara de sus tareas, ahora tenía doble trabajo y un montón de papeles por chequear. No debo de quejarme, es mi castigo por no fijarme bien al salir de la cocina, ¿pero quién se hubiera imaginado que el jefe justamente iría a la cocina?-Iré a entregarle el traje al señor, por favor atiendes el teléfono si suena, ¿vale? -me in
BRENDACAPÍTULO 3Frederick me dejó bien en claro que hablaría con Yohanna para que desmintiera ese chisme, era lo único que podía hacer y lo que estaba al alcance de sus manos.Yo nada más quería ir a mi escritorio para tomar mis cosas e irme, era algo simple, sólo que tengo que pensar en alguna excusa para decirle a Thania, quizás está enojada porque le dejé todo el trabajo a medias, y con lo que pasó con esa impresora no me quedarón más ganas de seguir ese trabajo.Todo mi trabajo se había echado a perder, la estúpida impresora distorsionó todas las letras, y no se podía leer bien el texto, y lo peor del caso es que no lo revisé antes de entregarlo, fui una tonta, una despistada, fui muy descuidada, algo como eso jamás me había pasado, no era de extrañar que el jefe por ese error le haya sumado puntos a mi mal desempeño laboral, aunque debe de tener en cuenta también que son pocos los errores o faltas que he cometido.No sería justo que me echara, pero aquí él era el jefe, no yo.C
BRENDACAPÍTULO 4Una hora había pasado desde que estamos aquí dentro y aún; absolutamente nadie venía a ayudarnos.El señor Valente se veía desesperado y atosigado por el encierro, por supuesto lo entendía ya que yo estaba más o menos igual que él, aunque, disimulaba un poco las ganas que tenía de tirar a patadas esas grandes puertas de metal.Comenzaba a hacer una calor de los mil infiernos.Ambos tuvimos que desabotonarnos las camisas un poco para no ahogarnos, el aire se sentía espeso y tibio por nuestras respiraciones, a veces comenzaba a marearme pero recuperaba el sentido cuando mis ojos se posaban en el hombre que estaba a pocos metros de mi.-Parece que no se siente bien, Señorita Ortega.La voz gélida y gruesa del Vicepresidente hizo que mis ojos conectaran con los suyos. Mantuve la boca cerrada, porque era incapaz de abrirla teniendo mis labios tan resecos, simplemente negué bajando la cabeza.Ocultaba mi rostro con los mechones húmedos y largos de mi cabello amarrado de la
BRENDA CAPÍTULO 5Después de tan aparatoso accidente en el ascensor; resultado del dichoso apagón que ocurrió por toda la ciudad, Thania se ofreció a traerme a casa de mis padres.Estaba a pocos pasos para llegar al porche de la casa de mis padres, cuando de repente mi bolso comienza a sonar, es obvio que es lo que está sonando; mi celular.Registré mi bolso con una sola mano mientras intentaba ver, ya que estoy en la oscuridad de la noche y la luz del farol es muy tenue.Cuando por fin lo tengo en mis manos suelto un resoplido agotador.Quien llamaba era nada más y nada menos que el Señor Valente, el Vicepresidente quien desgraciadamente es mi jefe.Frunzo el ceño algo molesta, pero igual contesto.—¿Que desea Señor? —fue lo primero que se me vino a la mente para contestar.No recibí ninguna respuesta por su parte. Eso me extrañó un poco ya que ese hombre le encantaba regañarme en algunas ocasiones, y si pretendía reprocharme lo de esta tarde era mal momento ya que me arruinaría la