6. JAIME: PRIMERA IMPRESIÓN
Cuando pasó frente a mí, no vi más que la promesa de una jugosa recompensa y la oportunidad de cobrar una deuda de gratitud por parte del gran duque. Sin duda, lo haría. Pero algo sucedió, algo que lo cambió todo.No fue su osadía al arrebatarle la vida a ese hombre ni el deplorable estado de sus ropas, que, a pesar de su miseria, ofrecían a mis ojos un espectáculo tan inesperado como inapropiado. No, nada de eso. Lo verdaderamente impactante llegó después, cuando el fuego crepitaba y la noche prometía sosiego, en ese instante en que los ánimos deberían haberse enfriado... y, sin embargo, ardieron más que nunca.No soy un santo, pero tengo claros los pilares que rigen mi vida: familia, lealtad y justicia. Todo lo que hago gira en torno a ellos y, aunque mis métodos puedan considerarse cuestionables, creo firmemente que el camino es irrelevante si me conduce al resultado correcto.Por eso, apenas tuve oportunidad, le ofrecí a la duquesa una de mis camisas. No era justo, ni honorable, p
Leer más