Los pasos apresurados por la galería me despertaron pasada la medianoche, un momento antes que llamaran a mi puerta.—¿Qué ocurre? —pregunté, abriéndome al tiempo que saltaba de la cama.—Acaba de llegar un mensaje urgente de Artos —respondió Milo.—Ve, ya bajo.—¿Mi señor? —murmuró Risa adormilada.—Vuelve a dormir, amor mío —le dije vistiéndome apresurado.—¿Sucedió algo?—Llegó un mensajero. —Me incliné a besar su frente—. Duerme. Regreso enseguida.Dejé nuestras habitaciones apresurado, con un mal presentimiento. Debía tratarse de algo en verdad urgente para que el mensajero llegara en plena noche, sin detenerse a descansar.Se trataba de Mahon, hermano de camada de Maddox, el hijo de Artos a cargo del puesto entre el de Baltar y la aldea del oeste que defendía mi primo Erwin. Milo lo había conducido a mi estudio para que se echara ante el fuego, y cuando entré, mi hermano se quitaba su bata de pieles y lana para cubrirlo.—Alfa —resolló al verme, intentando incorporarse.—No te l
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