BiancaMi mente estaba en blanco, no pensaba, no razonaba. Solo lo sentía a él y a sus movimientos bruscos en mi interior.Mateo tenia una manera de hacerme olvidar el mundo que me tenia muy pero muy inestable.Nunca me imaginé estar sobre el mesón de mi cocina abierta de piernas para alguien, pero heme aquí, con Mateo introduciéndose tentadoramente en mi interior. —Dame más, —le pedí, perdida en mi propio placer.Ahora mismo me importaba una mierda ser encontrada por mi hija o quien sea. Solo quería venirme junto a él.—¿Te gusta? —soltó él, con la voz ronca elevándome el placer por escucharlo.Yo le asentí repetidamente, mirándolo fijamente a los ojos con la boca entreabierta y un gemido suave saliendo de mis labios. —Te sientes tan bien, —sus palabras cada vez me llevaban lejos de aquí. —Apretada, caliente y húmeda para mi.Gemí ruidosamente y giré mis ojos dejándolos en blanco. Sus palabras me estaban llevando lejos de aquí, me sentía caliente y necesitada de él.Quiero que esto
Leer más